Buenas les traigo un relato que se me ocurrió con un sueño caliente, espero q les guste.
Mara subió al ascensor, tocó el número 8 que era su piso y esperó que empiece a subir. Cuando las puertas estaban por cerrarse, una mano apareció y frenó las puertas antes de que se junten. Subieron dos chicos, uno era vecino del piso de arriba, rubio, ojos verdes, pelo corto y bastante atractivo. El otro era más alto, morocho ojos claros, no sabía si grises o celestes, se notaba que los dos hacían deporte, xq tenía un físico imponente.
Cuando entraron los dos la saludaron con un hola bajito y un movimiento de cabeza, Mara quedó deslumbrada por los dos chicos, miró a uno y a otro y volvió a mirarlos, apenas moviendo la cabeza, pero si los ojos. Sus auriculares no dejaban entender que se decían entre ellos, pero sabía que hablaban.
Cuando la puerta cerró ella estaba en medio de los dos, bastante juntos los tres ya que el ascensor no era muy espacioso. De pronto ella creyó ver que el chico a su izquierda, el morocho, la estaba mirando y cuando volvió para confirmarlo se encontró con sus ojos, que se clavaron en los suyos, le temblaron las piernas, esa mirada que decía todo en un solo segundo.
Sin siquiera poder reaccionar el chico acercó su cara y la besó, ella no reaccionó, pero devolvía si beso. De pronto una mano la hizo mirar hacia el otro lado y su vecino ahora era quien la tomaba de la cara y la besaba, ella estaba como en una nube, sus piernas apenas la sostenían, su lengua jugaba con la lengua de un hermoso chico que había visto alguna vez en el edificio. De pronto sintió un beso en el cuello mientras la boca del vecino se fundía con la suya, una mano empezó a acariciar su cola por sobre su pantalón de calza que usaba para ir al gym, sintió como una inundación se apoderaba de su zona íntima.
Ella giró para volver a besar al chico de la izquierda quedando casi de espalda a su vecino. El morocho no dudo en agarrarla por la cintura y pegarla a su cuerpo, podía sentir el fibroso abdomen del chico y sus pectorales contra sus tetas, el vecino no perdió oportunidad de masajear la cola de Mara con las dos manos y recorrió un camino ascendente, llevando con sigo a la remera de Mara, dejando así el corpiño deportivo al descubierto. Mara dejó de besar a uno para mirar al otro con cara de deseo, sin ni siquiera protestar por casi perder su remera, es más, tiró sus labios ahora hacia su vecino. Cuando esto pasó el chico de la izquierda aprovecho y sin pensarlo dos veces metió su mano por debajo de la calza y fue directo a su entrepierna, allí encontró unos labios súper lubricados, muy mojados y muy sensibles. Cuando sus dedos frotaron los labios y se abrieron paso hasta su interior, ella soltó un gemido. Nada impedía que los dos dedos del amigo de su vecino entren y jueguen con la parte rugosa de su vagina, sabía lo que hacía, entraba buscaba su punto g y salían a acariciar su clítoris. Mara tenía su lengua ocupada con la lengua de su vecino, luchaba por no gemir como loca, pero se le escapaban algunos gemidos. Su vecino dejó de besarla de golpe, la miro a los ojos , vio que su amigo estaba con su mano en su calza, la miró de nuevo a los ojos y fue directo a comerle las tetas. Le subió el corpiño deportivo, dejando sus pezones erectos al aire y rebotando, sus tetas no eran muy grandes, pero como ella era chiquita ( 1,62mts) parecían grandes, rebotaban hasta que el vecino se metió una en la boca y atrapó la otra con la mano. Su lengua y sus dedos jugaban con los dos pezones de Mara que ya no sabía cómo hacer para no explotar de placer. Su cabeza estaba apoyada sobre el pecho del morocho, que en una torsión empezó a besarla al revés mientras seguía con sus caricias al clítoris y toda su vagina. Metía sus dedos, apretaba haciendo un gancho con ellos, y los sacaba pasando por todos sus labios llegando al clítoris, con el cual jugaba dibujando círculos o pasando de arriba a abajo rápidamente. Mara que solo atinaba a agarrar la cabeza de su vecino mientras le comía las tetas, explotó en un orgasmo increíble, sus músculos vaginales apretaban los dedos en su interior y ella mordía los labios del dueño de esos dedos, e intentaba que su vecino no pueda separar su boca de sus pechos.
Unos mome todo después recobró el aliento y se enderezó, poniendo su remera y corpiño en su lugar , ya que estaban por llegar a su destino. Momentos después, la puerta del ascensor se abrió y Mara bajó, el vecino le palmeo la cola y le dijo - si querés vamos a estar hasta mañana solos en el dpto -
Mara se dió vuelta, les hizo una sonrisita y se cerró la puerta del ascensor…..
Mara subió al ascensor, tocó el número 8 que era su piso y esperó que empiece a subir. Cuando las puertas estaban por cerrarse, una mano apareció y frenó las puertas antes de que se junten. Subieron dos chicos, uno era vecino del piso de arriba, rubio, ojos verdes, pelo corto y bastante atractivo. El otro era más alto, morocho ojos claros, no sabía si grises o celestes, se notaba que los dos hacían deporte, xq tenía un físico imponente.
Cuando entraron los dos la saludaron con un hola bajito y un movimiento de cabeza, Mara quedó deslumbrada por los dos chicos, miró a uno y a otro y volvió a mirarlos, apenas moviendo la cabeza, pero si los ojos. Sus auriculares no dejaban entender que se decían entre ellos, pero sabía que hablaban.
Cuando la puerta cerró ella estaba en medio de los dos, bastante juntos los tres ya que el ascensor no era muy espacioso. De pronto ella creyó ver que el chico a su izquierda, el morocho, la estaba mirando y cuando volvió para confirmarlo se encontró con sus ojos, que se clavaron en los suyos, le temblaron las piernas, esa mirada que decía todo en un solo segundo.
Sin siquiera poder reaccionar el chico acercó su cara y la besó, ella no reaccionó, pero devolvía si beso. De pronto una mano la hizo mirar hacia el otro lado y su vecino ahora era quien la tomaba de la cara y la besaba, ella estaba como en una nube, sus piernas apenas la sostenían, su lengua jugaba con la lengua de un hermoso chico que había visto alguna vez en el edificio. De pronto sintió un beso en el cuello mientras la boca del vecino se fundía con la suya, una mano empezó a acariciar su cola por sobre su pantalón de calza que usaba para ir al gym, sintió como una inundación se apoderaba de su zona íntima.
Ella giró para volver a besar al chico de la izquierda quedando casi de espalda a su vecino. El morocho no dudo en agarrarla por la cintura y pegarla a su cuerpo, podía sentir el fibroso abdomen del chico y sus pectorales contra sus tetas, el vecino no perdió oportunidad de masajear la cola de Mara con las dos manos y recorrió un camino ascendente, llevando con sigo a la remera de Mara, dejando así el corpiño deportivo al descubierto. Mara dejó de besar a uno para mirar al otro con cara de deseo, sin ni siquiera protestar por casi perder su remera, es más, tiró sus labios ahora hacia su vecino. Cuando esto pasó el chico de la izquierda aprovecho y sin pensarlo dos veces metió su mano por debajo de la calza y fue directo a su entrepierna, allí encontró unos labios súper lubricados, muy mojados y muy sensibles. Cuando sus dedos frotaron los labios y se abrieron paso hasta su interior, ella soltó un gemido. Nada impedía que los dos dedos del amigo de su vecino entren y jueguen con la parte rugosa de su vagina, sabía lo que hacía, entraba buscaba su punto g y salían a acariciar su clítoris. Mara tenía su lengua ocupada con la lengua de su vecino, luchaba por no gemir como loca, pero se le escapaban algunos gemidos. Su vecino dejó de besarla de golpe, la miro a los ojos , vio que su amigo estaba con su mano en su calza, la miró de nuevo a los ojos y fue directo a comerle las tetas. Le subió el corpiño deportivo, dejando sus pezones erectos al aire y rebotando, sus tetas no eran muy grandes, pero como ella era chiquita ( 1,62mts) parecían grandes, rebotaban hasta que el vecino se metió una en la boca y atrapó la otra con la mano. Su lengua y sus dedos jugaban con los dos pezones de Mara que ya no sabía cómo hacer para no explotar de placer. Su cabeza estaba apoyada sobre el pecho del morocho, que en una torsión empezó a besarla al revés mientras seguía con sus caricias al clítoris y toda su vagina. Metía sus dedos, apretaba haciendo un gancho con ellos, y los sacaba pasando por todos sus labios llegando al clítoris, con el cual jugaba dibujando círculos o pasando de arriba a abajo rápidamente. Mara que solo atinaba a agarrar la cabeza de su vecino mientras le comía las tetas, explotó en un orgasmo increíble, sus músculos vaginales apretaban los dedos en su interior y ella mordía los labios del dueño de esos dedos, e intentaba que su vecino no pueda separar su boca de sus pechos.
Unos mome todo después recobró el aliento y se enderezó, poniendo su remera y corpiño en su lugar , ya que estaban por llegar a su destino. Momentos después, la puerta del ascensor se abrió y Mara bajó, el vecino le palmeo la cola y le dijo - si querés vamos a estar hasta mañana solos en el dpto -
Mara se dió vuelta, les hizo una sonrisita y se cerró la puerta del ascensor…..
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