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Con un maduro

Era un día de semana, invierno.
Ese día era víspera de feriado en Uruguay. Estaba mirando elFacebook tranquilo, a ver qué pasaba, chatear un poco.
Entre las solicitudes de amistad veo una que me llamó laatención, si bien no tenía foto de perfil, al entrar había fotos del señor yacepté.
Enseguida me llega un mensaje de él y nos pusimos a charlar.
Él tenía 48 años, separado y yo 25. Lo que además me gustabaera que vivía en una zona más bien sub urbana de Montevideo.
La conversación se fue calentando más, hasta que ninguno delos dos aguantó más y decidimos vernos esa misma noche.  
Yo conseguía un auto así podía desplazarme mejor hasta dondeél vivía. Era un lugar prácticamente de chacras, entonces había pocas casas.Pero si, una estación de servicio a unos 500 metros de su casa.
En la estación también se podía dejar el auto toda la noche,por un precio bastante bajo. Voy hasta la estación, dejo el auto ahí y emprendícaminando hasta su casa. Habíamos quedado que él me iba a buscar en su auto asíyo llegaba caminando de calzas. Obviamente habíamos definido la hora, a las 22,y que yo iba a estar de calzas amarillas con una tanguita negra.
Dejo el auto, agarro la mochila y salgo caminando, cuandodejo de vista la estación, me saco el jean y me quedo con las calzas y caminoun poco más. Faltaban unos diez minutos para la hora convenida. Entonces caminounos metros y me quedo parad@ esperándolo.
Los nervios eran grandes cuando vi las luces de un auto quese acercaba, capaz no era él. De hecho no era, entre paró pero siguió de largo.Atrás venía otro auto que si era mi contacto.
Paró, se bajó del auto, me miró, me pidió que de unavueltita y desfilara, cosa que hice meneando la cola, me dio una palmadita y medijo que subiera.
A los dos minutos estábamos en su casa.
Pasé, me invitó algo para tomar, yo ya mas tranquil@.Prendió el aire acondicionado y puso música lenta.
Me invitó a bailar y yo acepté, mientras bailábamosconversábamos un poco. Hasta que nos empezamos a besar.
Yo ya le había dado el nombre con el que me gustaba que mellamen en la intimidad, por eso me dice “Natalia, que linda estás” y me empiezaa acariciar la cola, me da vuelta y me empieza a refregar, yo sentía que se leiba poniendo dura, le pongo la mano en la verga y ya sin bajarle el pantalón yame sorprendió, era enorme.
Como no se la soltaba el solo me sigue tocando y me dice aloído “sos mía”, ahí como que se me aflojó el cuerpo y me entregué toda, apartir de ahí, el decidía. Cuando me pone su verga en la mano, debo decir queal principio me asusté. Era más grande de lo que pensaba, pensaba como me va aentrar esto.
Mientras la notaba bien parada escucho “chupa putita”, me agachoy empiezo a metérmela en la boca, primero la cabeza, mientras la rodeaba con milengua. Así se la chupé un buen rato, me hizo una garganta profunda, un rato.
Por ahí me la saca de la boca, me da vuelta, me baja lacalza, me corre la tanguita y me empieza a chupar el culito un rato.
Para, y de una me mete la verga, yo no podía creer queestaba entrando sin problema y me lo hizo saber “qué fácil entra puta” “bienhechita esa cola”, “si papito, seguí”, increíble me entraba toda y meencantaba.
 Cuanto más me decíaputa, más me calentaba y más adentro la quería. Y él seguía metiéndomela y yogimiendo como una descontrolada.
El aumentaba el ritmo en mi cola, diciéndome “come puta come”,“sos una puta” y yo “si soy una puta barata” “me encanta papi, me encanta”.
Mientras el me bombeaba más duro y más duro ya me estabahaciendo gritar de placer “si papi si, si si si” hasta que me toma de loshombros y me la pone más adentro, los dos nos movíamos disfrutando, yo gritandode placer hasta que siento que sale su leche “Ahí la tenés toda puta”, sentíael placer de tener la leche adentro mío. La deja hasta que se le baja sola ysale.
El me seguía agarrando las nalgas y jugando un poco.
Se para y me dice “mugrienta, vos sí comes pija” y yocaliente lo miraba con cara de puta que disfrutó el momento. Allá me agarra medice vamos al baño.
Llegamos pone un banquito en la ducha “Sentarte ahí”. Sesaca la ropa, le pedí para orinar, me dijo que si, entonces me senté en el wáter,hago pis pero el no, se va para la ducha, me hace entrar y arrodillarme. “miraa tu macho” levanto la vista y empieza a orinarme en la cara, cuando terminasolo me sale decir “gracias señor”.
Abre la ducha, nos bañamos los dos.
. Él se seca, mientras yo me secaba el sale y vuelve con unabolsita, con una tanguita rosada. “Tu pago puta, ponetela”. Yo me pongo latanguita rosada, salgo, me pongo las calzas.
“me dice, ahora ándate. ¿Dejaste el auto en la estación?” mirespuesta afirmativa. “Bueno. Te vas así a la estación a buscar el auto, quetodos sepan lo puta que sos, nada de ponerte otra ropa arriba”.
Con la cola paradita y contenta, salgo caminando por lanoche. Le escuché decir “que cola puta”.
El muchacho de la estación me quedó mirando muy raro, perome dio el auto, sin obviar un comentario sobre mi cola. 

1 comentarios - Con un maduro

GIEGUI +2
Que lindo macho bien dominante