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Aislado Entre Mujeres [66] [Final] (Parte 2).

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Viene del Post anterior: Aislado Entre Mujeres [66] [Final] - Parte 01




Aislado Entre Mujeres [66] [Final] (Parte 2).






Pensé que tendría tiempo para evaluar la situación. Al menos un par de meses. Sin embargo, el día en que Gisela y Brenda anunciaron que se mudarían, a Tefi se le ocurrió dar la gran noticia… para que mi madre estallara en llanto:
—No quería decir nada hasta estar segura… ya encontré un departamento. Brenda y Gise me ayudaron a alquilarlo. Ellas me salieron de garantía. Si todo sale bien, en unos días me darán las llaves.
¿Unos días?
“No seas tan cobarde”.
Las últimas palabras que me dijo Ayelén resonaron en mi cabeza, solo para atormentarme. Es increíble que aunque mi prima no esté… siga jodiendo.
—¿Pero por qué todas se tienen que ir al mismo tiempo? —Dijo Alicia, entre llanto, al borde de otra crisis de nervios.
—Perdón, mamá —Tefi la abrazó y apoyó la cabeza en su hombro—. Te juro que no lo hago para lastimarte. Es solo que… después de todo lo que vivimos, necesito tiempo para estar sola.
Sola.
“No seas tan cobarde”. 
Gisela me dio un fuerte abrazo, estrujándome la cara contra sus tetas. 
—Te voy a extrañar mucho, enano. Prometeme que me vas a visitar.
—Sí, sí… claro que sí. Por suerte se mudan cerca.
El departamento estaba a menos de diez cuadras, podía ir caminando cuando quisiera… y mi mamá también, eso la relajó un poco. No era una despedida definitiva, solo tenía que caminar un poco más para poder tomarse unos mates con su hija mayor. En cambio Tefi…
—Mi departamento está en…
Fue como recibir un martillazo en toda la frente, Estefanía nos anunció que se mudaría a otra ciudad, a unas siete horas de viaje en colectivo. Sentí como el pecho se me contrajo. De pronto el aire me pareció más denso.
—¿Qué? ¿Por qué tenés que irte tan lejos? —Preguntó Alicia, abatida.
—Es que… necesito un cambio de escenario. Además, es una linda ciudad… siempre quise vivir ahí. Y ahora me lo puedo permitir. No sé cuánto me va a durar esto del OnlyFans. 
—Exacto —dijo Macarena—. Tiene que aprovechar ahora mismo.
Unos minutos antes de marcharse, Brenda me pidió hablar en privado. Fuimos a mi pieza y cuando creí que me diría algo, sus labios se estrellaron contra los míos. Nos envolvimos en un cálido abrazo y nos dejamos llevar por un apasionado beso.
—Si algún día superás lo de tu hermana, llamame… así podemos empezar algo juntos. Algo serio —me habló con su nariz pegada a la mía, me derritió tener sus ojos tan cerca.
—Te prometo que si eso pasa, vas a ser la primera en enterarte.
—Gracias. Me gustás mucho, Nahuel. De verdad. Ah… y si algún día querés llamarme solo para coger, podés hacerlo cuando quieras. Sabés que a mí no me molesta ni un poquito. A tu mamá también le dije que me llame cuando quiera, por favor hacele acordar de que hablo en serio.
—Muy bien. Estoy más que seguro de que te voy a llamar pronto, además vivís cerca.
—Así es, visitanos cuando quieras… y quizás podamos hacer un rico trío con Gisela —dijo esto último susurrando a mi oído—. Va a ser nuestro secreto, no te preocupes que nadie se va a enterar. 
Se me subieron los huevos a la garganta. La promesa de hacer tríos con mi hermana mayor y Brenda, siempre que se nos presentara la oportunidad, me resultó sumamente interesante. Aunque… le prometí a mi mamá que ya no cogería con mis hermanas. Es todo un dilema. Le dije que eso lo veríamos en su momento, cuando ocurriera. 
Esta vez las que se subieron al taxi fueron Brenda y Gisela. Las saludé sintiendo que me estaba quedando cada vez más solo.
“No seas tan cobarde”.

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La angustia me estaba devorando por dentro. Necesitaba hablar con alguien. Mientras veía a Macarena preparando su valija, para mudarse con Pilar, entendí lo mucho que me haría falta. 
Entré a su pieza y la abracé fuerte por detrás. Ella se puso tensa, porque no me vio venir, pero en cuanto entendió que era yo, se relajó.
—Si me vas a coger, cerrá la puerta… para que mamá no nos vea.
—No vine a coger… además, creo que ya cogimos suficiente anoche. 
Tuvimos un intenso “trío de despedida” en el que participó Pilar. Estoy segurísimo de que mi mamá escuchó los gemidos de estas dos, porque no fueron nada discretas. Por suerte tuvo el acierto de no decirnos nada. Alicia entendió, tan bien como nosotros, que ésta podría ser la última vez que tuvieramos sexo juntos. 
—¿Entonces, por qué tan meloso? —Preguntó Maca.
—Solo quería agradecerte, por todo lo que hiciste por mí en estos meses. Si bien todas me ayudaron, a su manera… incluyendo a Ayelén, la que más me ayudó fuiste vos. Te convertiste en mi consejera oficial. Te voy a extrañar mucho.
—Oh… si estás esperando que yo me ponga sentimental, no lo vas a lograr. Y si me seguís arrimando la pija en el orto, o me la metés o te alejás un poquito.
—Ufa… a veces me gustaría que fueras un poquito menos fría —le dije, apartándome.
Ella giró sobre sus talones, sonrió y me agarró de la nuca con ambas manos. Luego me chantó un tremendo beso en la boca. No se sintió como los besos que me doy con Tefi… o con Brenda, pero debo reconocer que estuvo muy bueno… y se sintió sincero.
—Yo también te voy a extrañar, sonso. Para mí no solo sos mi hermanito, sino que también sos mi mejor amigo. —Luego bajó la voz—. Y si le contás a alguien que dije eso, te corto las bolas.
—Está bien, está bien… será  nuestro secreto —Ahora mismo debo tener la sonrisa más estúpida del mundo—. Por cierto… ¿puedo hablar de algo con vos? Digamos que sería la última vez que te pido un consejo, antes de que te mudes.
—Ah, ya veo… ¿es sobre Tefi, cierto?
—¿Tanto se me nota?
—Muchísimo —cerró la puerta, para que nadie nos interrumpiera. Se sentó en el borde de la cama y me hizo señas para que me uniera a ella—. Dale, contame qué te está pasando.
—Vos sabés lo que me pasa.
—Sí; pero quiero que lo digas vos.
—Ah, ya veo… esto es parte de la terapia. 
—Algo así. Al decir “ya sabés lo que me pasa”, estás evadiendo el problema. Tenés que ponerlo en palabras. Darle una entidad real. 
—Mmmm… la puta madre, esto no va a ser fácil. —Cerré los ojos y tomé aire. “No seas tan cobarde”—. Creo que…
—No, no empieces con un “creo”. Esa es otra evasión, como si no estuvieras seguro de lo que te ocurre. Y no es tu caso, Nahuel. Vos sabés perfectamente lo que te pasa.
—Dios, no me vas a dejar pasar una. Algún día vas a ser una excelente psicóloga… aunque estés muy loca.
—Gracias —dijo, con una auténtica sonrisa—. Ahora… hablá. 
Tuve que repetir el proceso de cerrar los ojos, hacer una inspiración profunda y dejar salir el aire de mis pulmones. 
—Estoy enamorado de Tefi.
Se sintió extraño escuchar esas palabras saliendo de mi boca. Creí que nunca las diría. De pronto todo mi cuerpo comenzó a temblar, creí que me iba a dar un ataque o algo así; hasta que Macarena me tomó de la mano. Eso volvió a estabilizarme.
—Ya, hermanito… tranquilo. Todos nos enamoramos alguna vez. Yo también sé lo que es estar enamorada y que la otra persona ni se entere.
—¿Ah, si? No tenía idea… ¿Y de quién estás enamorada vos?
—Ahora mismo, de nadie. Digamos que ya lo superé. Pero hace un tiempo estuve muy enamorada de mi amiga Camila Contreras. 
—¿La que viajó con vos a la playa?
—Esa misma. La quería con locura. Esos días que pasamos juntas fueron los mejores de mi vida. Aunque nunca me animé a decirle cuánto la quería, porque ella veía todo ese asunto del sexo lésbico como “un jueguito entre amigas”. Por suerte el amor no dura para siempre, no importa lo que digan las novelas baratas que lee Pilar. El tiempo y la distancia lo marchitan. La cuarentena me ayudó a olvidarme de ella, al menos en ese sentido. Aunque… no sé qué va a pasar la próxima vez que la vea. ¿Pero sabés una cosa, hermanito? Me arrepiento mucho de no haber sido sincera con ella. De no haberle dicho lo que sentía. 
—Todavía estás a tiempo de decírselo.
—No, ahora no tiene sentido. Ya no siento lo mismo. Ese amor se murió. ¿Entendés lo que intento decirte?
—Sí —dije, tragando saliva—. Esas cosas hay que decirlas en el momento apropiado, porque hacerlo tarde no tiene sentido. 
—Exacto. No cometas el mismo error que yo. Si tenés algo que decirle a Tefi, deciselo. 
—¿Y cómo creés que ella se lo va a tomar?
—Ni idea. 
—¿Creés que pueda sentir por mí lo mismo que yo siento por ella?
—Tampoco lo sé. Y es absurdo que busques esas respuestas en mí, Nahuel. Si tanto te interesa saberlo…
—Ya sé, ya sé… tengo que hablarlo con ella.
—Así es. 
—Bueno, muchas gracias por todo, otra vez. Y de verdad, te voy a extrañar mucho.
Volví a abrazarla. 
Esa misma tarde Macarena y Pilar se fueron de casa. La despedida fue tan dramática como las anteriores, mi madre lloró, estuvo al borde de la crisis de nervios y solo pudimos calmarla entre Tefi y yo, porque nos quedamos a dormir esa noche en su cama. Uno de cada lado. 
—Las voy a extrañar mucho —dijo Alicia, con leves espasmos provocados por tanto llanto.
—Mamá, ¿vos sabés que esas dos putas ya deben estar en plena orgía con todos los amigos de Nahuel? —dijo Tefi.
—Eso es muy cierto —aseguré—. No me cabe la menor duda de que estas dos se mudaron juntas para poder compartir “fiestitas” como esas. Como lo hacías vos con Cristela… y tu mamá. 
—Bueno, espero que la estén pasando bien.
—Te aseguro que la están pasando de maravilla, mamá —Tefi le acarició la frente—. Y ni siquiera viven tan lejos. Podés ir a visitarlas siempre que quieras.
Estas palabras tranquilizaron un poco a Alicia. 
No hubo sexo entre nosotros. Las sábanas se sintieron frías. Como si toda la pasión se nos estuviera escapando por la puerta principal.         

—--------- 

Recuerdo, como si hubiera pasado ayer, el momento en que Macarena y mi mamá empezaron a ayudarme con  mi problemita de eyaculación precoz. Aunque lo más importante fue que me enseñaron a tratar con mujeres. Creí que eso me serviría el día que termine la cuarentena para buscarme alguna novia; pero en realidad, sin que lo supiéramos, me prepararon para este momento: la charla con Tefi. 

Diario de Cuarentena:
<Vamos, cadete, de pie. Entrenó mucho para esta batalla. Hágale frente a sus miedos e inseguridades. Y no se olvide que todo el pelotón estará luchando a su lado, hasta el final>.

Entré al cuarto de Tefi, la encontré jugando con la PlayStation, sentada en el borde de su cama. Tenía puesto un pequeño short azul y una blusa sin mangas color rosa. Por la forma en que se marcaban sus pezones, supe que no tenía corpiño. El pelo color miel le caía a un lado de la cara y tenía la mirada perdida en la pantalla. Me encanta verla tan concentrada, por la forma sensual en la que abre la boca. Dan ganas de morderle los labios.
—Hola, Tefi. ¿Puedo hablar con vos?
Giró la cabeza sobresaltada, evidentemente no se había percatado de mi presencia. Cuando se le pasó la sorpresa, se puso muy seria. Asintió con la cabeza y apagó la Play. Eso me puso aún más nervioso, ella sabía exactamente por qué yo estaba ahí. Sabía que quería hablar de algo serio. 
—Pasá… y cerrá la puerta. 
Eso hice. Me senté en la cama, junto a ella, y puse las manos sobre mis rodillas.  
—Em… no sé cómo decir esto… —la cabeza me dio vueltas. No quise ensayar un discurso, porque quería sonar sincero y espontáneo; pero ahora mismo mi mente está en blanco. 
—Esperá… antes de que digas algo… acostate —me mostró una sonrisa lujuriosa. 
—Ehh… este… yo…
No me dio tiempo a nada, ella misma me empujó hacia atrás, y antes de que pudiera reaccionar, ya estaba sacando mi verga del pantalón. Se la metió en la boca y empezó a darme una mamada de campeonato… sí, se sintió como si estuviera esforzándose por ganar uno de esos locos concursos que hicimos durante la cuarentena. No hace falta decir que se me puso dura casi al instante, como si dentro de mi verga hubiera un resorte que se activa ante los chupones intensos de Tefi. 
Mientras me la chupaba, comenzó a desnudarse, demostrándome que debajo del short tampoco tenía ropa interior. La vi mil veces desnuda, y aún así su hermoso cuerpo me sigue dejando sin aliento. 
Cuando ya la tuve bien dura y palpitando de puro gusto, Tefi se montó sobre mí. Tenía la concha muy mojada, lo que me llevó a pensar que quizás estuvo masturbándose minutos antes. La penetración fue suave, su concha ya no pone demasiada resistencia a mi verga, al parecer ya se acostumbró. Mi hermana empezó a dar saltos, puso las manos sobre mi pecho y me miró fijamente a los ojos.
—Ahora sí… —dijo, entre jadeos—. ¿Qué me querías decir?
—Yo… este… mmmm…
—Dale, Nahuel, decilo.
—Mirá, Tefi, lo que pasa es que yo…
—Dejá de dar tantas vueltas. Quiero escucharlo. Decilo de una puta vez. 
—Te amo, Tefi… estoy enamorado de vos.
Ya está, lo dije. Lareputisimamadrequeloremilparió… lo dije. 
Tefi se lanzó sobre mí y me besó. Fue el mejor beso que recibí en mi vida. Sus labios, además de sensuales y embriagantes, me transmitieron ternura, pasión… amor. Nos quedamos ahí, con los labios pegados, y mi cadera reaccionó, como si se hubiera despertado de un largo sueño. Empecé a moverme y le di fuertes embestidas, las cuales ella acompañó con un meneo digno de una odalisca. Nuestros sexos parecían hechos el uno para el otro. 
Separamos nuestros labios, para poder respirar. Y mientras la tenía ahí, tan cerca de mí, le hablé:
—¿Te molesta lo que dije?
—¿Acaso parece que me hubiera molestado?
—Em… no, la verdad que no —nuestros cuerpos se movían por puro instinto. Las penetraciones no se detuvieron ni por un segundo—. Pero necesito que digas algo… necesito saber qué pensás, porque Macarena y Pilar me dijeron que solo te acercás a mí porque soy el único hombre de la casa. La única pija disponible.
—Bueno, Macarena y Pilar también se puede equivocar, ¿o no? Ellas no me conocen tan bien como creen. 
—¿Eso quiere decir que…?
—Quiere decir que siento lo mismo que vos, Nahuel. Yo también te amo… 
Todo el mundo comenzó a girar, sentí vértigo, como si me hubiera subido a una montaña rusa con un carril sin terminar. En cualquier momento llegaría al final de los rieles y me precipitaría al vacío… pero allí estaría Tefi, para salvarme en el último segundo.
Volvimos a unirnos en un apasionado beso y las penetraciones ganaron intensidad. Sentía que el corazón se me saldría por la boca si no me calmaba un poco. 
—No sabía que vos sentías lo mismo que yo —le dije, casi al borde del llanto. No creí que lidiar con el amor fuera tan complicado.
—Claro que sí, sonso. ¿Acaso no te diste cuenta que te buscaba a cada rato? Y no solo para coger… ¿cuántas tardes nos pasamos jugando con la Play? Me encanta pasar tiempo con vos. 
En ese instante fui consciente de que Estefanía y yo habíamos pasado muchas horas juntos, sin siquiera quitarnos la ropa. No es solo sexo lo que hay entre nosotros. De verdad podemos disfrutar de la compañía del otro. 
—Es cierto —dije.
—Uno de los motivos por el cual empecé a jugar videojuegos, además del aburrimiento, fue para conocerte mejor. Incluso te robé algunos comics y libros, sin que te dieras cuenta. Quería saber por qué te gustaban tanto. Quería conocerte mejor. Además… cuando empecé a subir fotos a internet, vos fuiste el primero al que le conté. Pensé que te molestaría, eso era lo que más miedo me daba. Pero cuando me mostraste todo tu apoyo, me puse muy feliz. 
Sus palabras me conmovieron. Sentí un nudo en la garganta. 
—Y a mí me pone muy feliz saber que me querés de la misma forma en que yo te quiero a vos —aseguré—. Pero…
—No podemos estar juntos —soltó, y todo ese mundo de fantasía que me había armado dentro del corazón, comenzó a resquebrajarse—. Se lo prometimos a mamá.
—¿Ese es el único motivo por el cual no podemos estar juntos?
—Sí. El único. Te lo juro. Si no fuera por eso, me encantaría estar con vos… como pareja. Aunque seamos hermanos. Me importa un carajo lo que piense la sociedad. Yo te quiero mucho.
—Mirá, la promesa que le hicimos a mamá… 
—Tiene su razón de ser —me interrumpió—. La entiendo perfectamente. No quiere que cojas con tus hermanas, porque podríamos quedar embarazadas. Eso es lo que realmente le aterra.
Abrí grande los ojos, no me imaginé que precisamente ese sería el mayor miedo de mi madre; pero ahora lo veo claramente… tiene sentido. Sé que los hijos nacidos del incesto pueden venir con ciertas… complicaciones. 
—Qué boludo, no me había dado cuenta.
—Y sí, pensalo… yo ahora tomo pastillas anticonceptivas… todas lo hacemos. Pero basta con que nos olvidemos de tomarla unos días o que las pastillas fallen, para que alguna termine embarazada. Por eso ella nunca va a permitir que seamos pareja. No mientras exista el riesgo de embarazo.
—¿Y si me hago una vasectomía?
—Le romperías el corazón, Nahuel. Sos su único varón y va a querer que algún día le des nietos. De hecho, te los va a exigir más a vos que a cualquiera de nosotras. 
—Sí, muy cierto. 
—A ella le encantaría que Brenda fuera tu novia. Y sinceramente, me gusta la idea. Brenda es una buena chica… y te quiere mucho.
—Lo sé, ya hablé con ella. Pero no quiere estar conmigo mientras yo siga enamorado de vos.
—Ah, claro… la entiendo. No quiere ser la segunda de nadie. Bien por ella. La respeto por eso. 
—Me duele mucho pensar que no podemos estar juntos —aseguré.
—A mi también. Te aseguro que me duele tanto como a vos. Pero… 
—¿Pero qué? —Pregunté, aferrándome a cualquier atisbo de esperanza. 
—Hace un par de días tuve una bonita charla con mamá… mientras cogíamos. Fue nuestra “cogida de despedida”, como la que tuvo con todas las demás. ¿Y sabés de qué hablamos?
—¿De amor?
—No, boludo… de sexo anal.
—Ah… me lo tuve que imaginar. Si son re putas las dos.
Tefi soltó una risita muy divertida. 
—Pero date cuenta, boludo. Mientras mamá me castigaba el orto con tremendo dildo (que por cierto, me encantó la experiencia), básicamente me reveló la forma en la que podemos estar juntos. No me lo dijo directamente. El mensaje estuvo oculto entre líneas y no me di cuenta hasta el otro día, cuando lo pensé en frío. Hizo mucho énfasis en lo lindo que es coger por el culo, incluso me contó que cuando ella buscaba quedar embarazada de Aníbal, sus otros amantes solo se la metían por el culo. Hubo veces en que mientras Aníbal le daba por la concha, había otro tipo dándole por el orto. Y claro… en el sexo anal no hay riesgo de embarazo. 
—Eso es muy cierto —dije, sujetando con fuerza sus nalgas. Mi verga seguía entrando y saliendo de su concha, pero yo ya estaba pensando en meterla por otro lado.
—¿Y sabés qué es lo más loco? Que mamá me estuvo dando estas señales todo el tiempo. Desde que descubrió que nosotros cogíamos. Ella fue la que me preparó para el sexo anal… y me enseñó todo lo que sabía del tema. Lo hizo como si nos estuviera diciendo: “Si van a coger, que sea por el culo”. 
Se me aceleró el corazón. Tengo vivos recuerdos de Alicia ayudando a que mi verga entrara en el culo de Tefi. Ahora todo cobra otro sentido. 
—Eso me lleva a pensar —continuó mi hermana—, que mamá podría tolerar que estemos juntos… extraoficialmente. En secreto. Sin contarle a nadie. Siempre y cuando mantengamos la pija fuera de la concha. Petes, sí. Sexo anal, sí. Sexo vaginal, no. ¿Me explico?
—¿Y vos disfrutarías solo con sexo anal? Más de una vez dijiste que no te gustaba mucho.
—Eso fue hasta que empecé a tomarle el gustito. Ahora debo reconocer que me encanta… me calienta un montón. Me llena de morbo. ¿Por qué te creés que hice trampa en el concurso de chupar conchas? Quería que te dieras cuenta… y que me rompieras el orto.   
—Y porque siempre fuiste una sucia tramposa. 
—¿De qué hablás, pendejo? —Dijo, riéndose—. En el Mortal Kombat te cago a palos, y nunca te hice trampa.   
Volvió a besarme. Los dos estábamos muy emocionados. Demasiado emocionados… y excitados. 
—En la mesita de luz hay lubricante —me dijo—. Rompeme el orto. 
No tuvo que pedirlo dos veces. Embadurné toda mi pija con abundante lubricante y ella se puso en cuatro delante de mí, con las nalgas bien abiertas.
—Quiero que me des bien duro —me suplicó. 
Apunté la verga, sujeté la cadera de mi hermana con ambas manos y empecé a hundirla. Ella chilló, se puso roja y apretó los dientes. Resopló por la nariz mientras entraba.
—Así… seguí… no pares de empujar. Quiero sentirla. Uf… mi dios… cómo amo esta pija. 
Ese comentario, días antes, me hubiera hecho sentir mal. Lo hubiera tomado como que Tefi solo me quería por mi verga; pero ahora entiendo que no es así… y me puso muy contento. Me dio fuerzas para empezar a darle duro. 
—Ay… sí… sí… dame con todo. Mi culo es tuyo, Nahuel… siempre que quieras, me podés dar por el orto. Lo voy a reservar exclusivamente para vos. 
No pretendo que Tefi se pase la vida sin tener sexo con otros hombres; sin emgargo me gustó saber que hay una parte de su cuerpo reservada exclusivamente para mí.
A la cogida le puse tanto énfasis como la vez que Ayelén la sorprendió haciendo trampa en el concurso. Estuve dándole duro, sin parar, cuando se me ocurrió que quizás debería grabar esta secuencia… podría ser la última vez que tuvieramos sexo en mucho tiempo, porque…
—Tefi… ¿por qué te vas a mudar tan lejos?
Sí, ya sé. Soy un boludo. La estoy pasando genial dándole por el culo a mi hermana, y se me ocurre hacer este planteo. Es que, cuando se me instaló ese pensamiento en la cabeza, no pude contener la pregunta.
—Lo hago por nosotros, Nahuel.
—¿Para que no estemos juntos?
—No, tarado. Todo lo contrario. Es para que podamos estar juntos. ¿No te das cuenta? En esa ciudad no nos conoce nadie, podríamos salir a pasear… ir al cine, ir a cenar… podríamos besarnos en una discoteca, y nadie sabría que somos hermanos.
El corazón me dio un vuelco, no había pensado en esos detalles.
—¿Lo decís en serio?
—Sí. Por supuesto que no vamos a estar juntos todo el tiempo, esa va a ser la parte difícil; pero de vez en cuando podés hacer un viaje, para visitarme. Y si estás allá, con todas las horas que hay de viaje, lo mejor sería que te quedes a dormir unos días. ¿No es cierto?
—Sí, sería lo más lógico —dije, volviendo a acelerar el ritmo de las penetraciones. 
—No podemos estar juntos como pareja… pero los días que pasemos en mi departamento, va a ser como si lo fuéramos. Vamos a hacer todo lo que una pareja de novios haría… sin miedo a que alguien nos reconozca. Eso sí, el sexo… siempre por el culo. Esa es la regla fundamental.
—Puedo vivir con eso —le aseguré. 
Se me fueron las ganas de grabar esta secuencia de sexo anal, porque ahora sé que habrá muchas más. 
—Ah, y otra cosa… siempre te voy a mandar fotos porno. Y no solo las que suba a OnlyFans… me voy a sacar algunas solo para vos. 
—Uf… eso me va a encantar. 
No sé si este fue mi mejor desempeño sexual, pero sé que le puse muchas ganas… y Tefi también. Su cadera se meneó al ritmo de las penetraciones y fue hermoso ver como toda mi verga se hundía hasta el fondo de su culo, una y otra vez. 
Le seguí dando sin parar hasta que acabé allí mismo, en ese agujero, como si lo estuviera proclamando “Propiedad privada de Nahuel”.  

Diario de Cuarentena:
<Cadete, estamos orgullosos de su desempeño. Le hizo frente a sus miedos, y salió victorioso. En el cuartel siempre recordaremos esta épica batalla. Cambio y fuera. Hasta siempre, soldado. Fue un placer luchar a su lado>.      
    
—---------    

El día que Tefi se mudó sentí miedo. No por nosotros, con eso estaba tranquilo. Incluso ella me dijo “Vamos a dejar pasar unas semanas, y después venís a mi casa, a quedarte unos días”. Puedo extrañarla durante unas semanas si sé que pronto estaremos juntos otra vez. El miedo fue por Alicia, porque creí que tendría una fuerte crisis de nervios, la peor de todas. Al fin y al cabo, todas sus hijas habían abandonado el nido. 
Sin embargo, en cuanto cerró la puerta, después de despedirse de su hija menor, me abrazó por detrás, apoyando sus tetas contra mi espalda, y me dijo al oído:
—Al final solo quedamos vos y yo… ¿eh? Mi chiquito de mamá… 
Empezó a besarme en el cuello y antes de que me diera cuenta, una de sus manos se metió dentro de mi pantalón. 
Por supuesto, la pija se me empezó a poner dura de inmediato, como un soldado que recuerda cuál es su deber en cuanto escucha la voz de su comandante.  
—Vení, vamos a la pieza —me dijo cuando ya la tuve bien dura.
Se despojó de toda su ropa en el camino y me esperó en la cama, en cuatro patas, mientras se abría las nalgas con ambas manos.
—Dale, garchame toda… dame duro. 
Supe que esto iba en contra de la propia promesa que ella nos hizo cumplir; pero pensé que lo estaba necesitando, para no llorar por la partida de todas sus hijas. Y además, no lo voy a negar, yo también necesitaba sacarme a Tefi de la cabeza por un rato. 
Por eso me acerqué a mi madre y le clavé la verga en la concha, hasta el fondo. La sujeté de los pelos, como a ella le gusta, y empecé a darle.
—Ay… sí… así… dame con todo. Sin miedo. Así me vas a coger de ahora de adelante…
—¿De ahora en adelante?
—Sí… sí… mmmm dame, dame…
Y le estuve dando durante largos minutos. Cuando me cansé de tanto traqueteo, ella tomó el relevo. Me acosté en la cama, con la verga apuntando al techo, y Alicia se montó sobre mí. Era una yegua desbocada. Sus enormes tetas rebotaron para todos lados y gimió a todo pulmón. 
En cuanto llegó el momento de acabar, ella se prendió a mi vega como una sanguijuela. La succionó con fuerza y tragó todo el semen, sin derramar ni una sola gota. Quien hubiera visto la escena desde afuera hubiera pensado que yo ni siquiera acabé. 
Ya más tranquila, se acostó sobre mí, poniendo una de sus tetas sobre mi pecho.
—¿Cómo es eso de “ahora en adelante”? —Pregunté.
—Ah, sí… va a ser nuestro pequeño secreto. Conmigo sí podés coger… todo lo que quieras, y cuando quieras.
—¿No sería eso hacer trampa?
—Mmm… puede ser… pero también entiendo que te va a costar mucho estar sin coger, después de los meses que pasaron. Te acostumbraste demasiado al sexo. Prefiero que te saques la calentura conmigo antes que con alguna de tus hermanas… al fin y al cabo, a mí no podés dejarme embarazada. Los tiempos de fertilidad ya pasaron para mí.
—Ah… entonces era cierto.
—¿Qué cosa?
—Tefi me dijo que tu miedo era que yo dejara embarazada a una de mis hermanas. Por eso no querés que estemos juntos.
—Exacto. Y tus hermanas lo entendieron muy bien. Sé que puede ser doloroso, Nahuel… sé que a Tefi la querés un montón, tanto como yo quiero a Cristela; pero es mejor así. La vida es demasiado complicada.
—Sí, mamá… lo entiendo. 
—Entonces… ¿me prometés que cuando quieras coger, primero me vas a buscar a mí, antes que a alguna de tus hermanas? 
—Sí, te lo prometo.
—Y no te olvides de llamar a Brenda. Esa chica me gusta mucho para vos… y es bien putita, nunca te va a decir que no.
—Y a vos tampoco. Me pidió que te recordara que ella iba en serio cuando te dijo que la llames para coger cada vez que quieras.
—Lo sé, lo sé… quizás algún día la podamos llamar, para darle duro entre los dos. 
—Es posible, sí… me gusta la idea.
Nos quedamos ahí en la cama, en silencio, sin hacer nada. De todo lo que dijo Alicia, hubo una frase que me quedó dando vueltas en la cabeza: “Sé que querés a Tefi, tanto como yo quiero a Cristela”. 

—--------------

La vida con Alicia empezó a ser algo rutinaria. Empecé a buscar trabajo, porque no quería quedarme en casa todo el día sin hacer nada; pero la situación estaba difícil. Muchos comercios habían cerrado por culpa de la pandemia y había demasiada cantidad de gente buscando empleo. Mi madre me dijo que ella tendría paciencia todo lo necesario, siempre y cuando yo colaborara con los quehaceres domésticos. Me dijo que debía aprender a cocinar y a valerme por mí mismo “porque yo no soy la sirvienta de nadie”, añadió. 
Un día mi madre volvió de hacer unas compras y me encontró en una situación que, de no haber pasado todo lo que pasó, hubiera sido muy incómoda. 
Entró a mi pieza y me descubrió dándole por el culo a mi tía. Las nalgas de Cristela rebotaban cada vez que mi verga se hundía hasta el fondo, de su concha chorreaban hilitos de flujo, demostrando que estaba muy caliente, y gemía como una puta. 
—¿Hey, qué hace ella acá? —Preguntó Alicia—. ¿No habíamos acordado que esto se terminaba?
—Pero, mamá… vos misma lo dijiste… a vos no te puedo dejar embarazada, y a la tía Cristela tampoco. ¿Qué problema hay de que coja con ella?
—Eso, hermana… —dijo Cristela—. ¿Qué problema hay? ¿O acaso te vas a poner celosa de mí? ¿Querés a Nahuel para vos solita?
—Emmm… este,  yo… no, claro que no…
—¿Por qué mejor no te sacás el pantalón y me dejás chuparte un rato la concha? —Le preguntó su hermana.
—Dale, mamá… decile que sí —tuve que hacerla reaccionar, porque se quedó dura—. ¿Acaso tenés miedo de que Cristela te deje embarazada? —Eso hizo reír a mi tía.
—Si la dejo embarazada, nos hacemos millonarias vendiéndole la historia a los noticieros. 
Alicia también sonrió. Entendió que era una tontería quedarse afuera del disfrute. Se quitó toda la ropa y saltó a la cama.
Su hermana inició el proceso comiéndole la boca, se ve que se extrañaban mucho y les gustó besarse. Después bajó por las tetas, donde se entretuvo un buen rato, y siguió el camino hasta la concha. Todo esto sin que yo me detuviera ni por un segundo. Ahora sí que puedo mantener un buen ritmo al coger. Además el culo de mi tía estaba en su punto. 
Me quedé con ellas unos minutos hasta que, sin acabar, me puse de pie y encaminé hacia la salida.
—Hey… ¿te vas? —Preguntó Cristela—. Mirá que todavía me la banco… 
—Creo que las dos merecen estar solas un rato —le dije, apoyando mi espalda contra la pared, mi verga aún estaba bien dura—. Mamá, entiendo perfectamente por qué no querés que Tefi y yo estemos juntos. Te prometí que ya no cogería con ella y voy a cumplir esa promesa. Pero me parece una tontería que por mi culpa tengas que sacrificar tu relación con Cristela. Entiendo que la situación es muy diferente. Las dos son mujeres, el riesgo de embarazo no existe. Se quieren un montón… merecen estar juntas.
Los ojos de mi madre se llenaron de lágrimas.
—¿Lo decís en serio?
—Sí. Pasaron muchos años deseando estar juntas, como si fueran una pareja. Ese momento ya llegó. 
—Muchas gracias, Nahuel… gracias por entender…
Ahora la que lloraba era Cristela. 
—Solo prometanme que no van a discutir por boludeces. —Las dos asintieron con la cabeza—. Muy bien, y no se preocupen… si no quieren contárselo a nadie, yo no voy a abrir la boca. Será nuestro secreto —les guiñé un ojo—. Sean felices.
Me sonrieron y vi cómo sellaban el reinicio de su relación con un apasionado beso. Cerré la puerta al salir, necesitaban estar solas.  
                   
—----------

Me pone triste no poder estar junto a Tefi, no de la forma en que me hubiera gustado. Pero al menos sé que siente por mí lo mismo que siento por ella, y aún más importante… que nos veremos otra vez y viviremos nuestras propias aventuras. Eso es lo que me ayuda a mantener ardiendo la llama de la esperanza. 
Quién sabe, quizás algún día podamos pasar juntos unos días… o unos meses. Al fin y al cabo Cristela y Alicia finalmente encontraron su forma de estar juntas, después de tantos años. 
Las posibilidades son infinitas. Uno nunca sabe qué acontecimiento podría poner el mundo de cabeza, como ya ocurrió. 
Algo me dice que Estefanía y yo tendremos nuestro “gran momento”. Ese día llegará, solo debo ser paciente. 

Diario de Cuarentena:
<Es el fin de una era… y el comienzo de una nueva. La humanidad pudo derrotar al Covid. El mundo está volviendo a la normalidad y yo, como soldado solo sirve en tiempos de guerra, me pregunto cuánto tiempo faltará para la próxima pandemia>. 

FIN

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Comentarios Destacados

diegoprey +10
Aplausos para ud srta nokomi. Excelente cierre para una historia q nos acompaño hace bastante ya 👏👏. Esta en mi podio junto a Lucrecia y La Milf 😉...Mís 10pts q valen millones...
Gerejuy +6
Una excelente historia! Muchas felicidades por tan buen final porque es lo que más cuesta! Ojalá algún día haya un historia resumida de su futuro, jajaja en mí interior me gustaría que embarace a Brenda pero siga con tefi

25 comentarios - Aislado Entre Mujeres [66] [Final] (Parte 2).

JackMB17 +3
Toda gran historia necesita un final. Excelente historia! La voy a extrañar mucho.
David_Spurs +1
Una gran historia con un gran final.
jeeero +1
Excelente! Muchas gracias 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
Usurpador42 +2
Excelente !!!! . Lo mejor que lei en años .
luisao69 +4
como nos tiene acostumbrados , hemos disfrutado de otra exelente obra , muchas gracias por compartir la exelencia de su talento con nosotros.
mca19000 +1
Excelente todo! Una delicia leerte.
DiegoLong +4
Muy agradecido de toda la historia. La esperaba con ansias. Se va a extrañar. Me calentó mucho
pol2839 +1
Hermoso final no tan previsible genial
vampidito +1
Excelente. Perfecto . La disfruté muchísimo. Gracias
Lord_Q +1
Tremendo trabajo, realmente un placer leerte, gracias.
Xabier05 +1
Excelente!!!! Realmente de lujo!!! Gracias!!!!🙃
DGE1976 +2
Perfecto...un final tremendamente digno para una de las mejores historias q leí...gracias miles
Santi_ga +2
Estimado. No pierdas el hilo de tefi y Nahuel. Merecemos ese desenlace. Ere un máster.
Ricklegionis +1
Wow... Sólo podría decir "Oye, vine aquí a exitarme, no a sentir". XD Llegué a temer que la larga historia terminara de forma abrupta, o algo rebuscada, pero uff, bellísimo final.
andres38002
Exelente . Y muchas gracias por compartirlo !!
skorp__93_ +2
Parece que fue ayer cuando comencé a leer esta historia, pero en realidad más de un año siguiendola hace que llegar al final se sienta como cuando terminas una relación 😁 ... Muchas gracias por compartirla, fue de lo más disfrutable leerte.
yourdad +1
Gracias x tantisimo hermano!
gustavohcejas
Que historia maestro, y que final, aplausos
JRider3
Excelentísima obra. Me ha encantado y la he disfrutado mucho. Mis Felicitaciones Nokomi 👏
1Vergamorocha
Excelente le queda chico a esta genialidad, la disfruté mucho.
Muchas gracias por tanto.
Animortem71
Me encanto el final,hoy termine de releer la obra,me encantaría un spin-off de Tefi