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Mí premio mayor I

La juventud
La parte final de este relato es digno de una escena de película porno, cargada de abundante sexo y lujuria. Sin embargo, al principio vamos a intentar darle un matiz a esta historia. Una breve introducción dónde resumimos casi 20 años de convivencia juntos a mi esposa. 
En el contaré las diferentes etapas que atravesamos y como llegamos al gran desenlace final. 
Factores cómo obligaciones, rutina, convivencia, influyen en la pareja y donde más repercute, entre otros asuntos, es en el plano sexual. 
El dialogo, la sinceridad, el ser cómplices pueden ser de gran ayuda para mantener el fuego del matrimonio. Cómo dice esa frase muy utilizada en en ambiente liberal .." para que mentirnos...si podemos ser cómplices".
Somos un matrimonio de 40 ambos, nos conocemos desde niños y hemos compartimos más de la mitad de nuestras vida juntos como pareja. 
En la secundaria nos enamoramos y el tiempo nos afianzó. Juntos aprendimos los placeres del sexo, experimentado con nuestros cuerpos mutuamente. 
Al principio eran solo besos y carícias, que fueron aumentado la intensidad hasta que un día tuvimos la primera vez. Para nosotros fue descubrir algo extremadamente placentero y también aditivo, era coger una..dos y hasta tres veces por días en cualquier lado. Un par de besos y no podía disimular mi erección. La verga como garrote, tratando de ocultarla bajo el uniforme del colegio. Ella también lo padecía, mojaba toda su ropa interior. El remedio era uno solo, había que coger como sea y dónde sea para calmar tantas ganas del momento.
Con el paso del tiempo, ya un poco más maduros empezamos con juegos como atarla a la cama, vendar sus ojos.. Ella también aportaba los suyo, su arma más letal era la provocación y la seducción.
Ella es una mujer hermosa con unos faroles claros que te derriten, una dulce sonrisa. Tiene unas buenas tetas, ideal para escotes, y el fuerte máximo que es la monumental cola que tiene, redonda y paradita.
Usaba ropa muy provocativa, vestidos muy cortos ceñidos al cuerpo. Tangas muy pequeñas, eran hilos dentales que se perdían en ese terrible ojete. Unos de sus juegos malisiosos era quitársela disimuladamente en cualquier lugar. Con o sin gente alrededor se las ingeniaba y me la daba en la mano, o la colocaba en la mesa echa un bollito. A veces, debajo de sus vestidos no usaba nada y abría las piernas exibihiendo para que le vea su conchita toda depilada y jugosa. Otro juego era agarrar mí mano, se la pasaba entre las piernas, haciéndome sentir lo mojadita que estaba. Éramos jóvenes muy calentones y disfrutamos mucho provocarnos sin importarnos que nos vea alguien.
Pasaron un par de años, nos fuimos a la universidad y seguimos con nuestra intensidad en la cama. Hasta que sin planearlo, un día quedo embarazada. No estábamos preparados, teníamos 22 aproximadamente, pero enfrentamos la situación. 
A partir de allí fue reajustar nuestras vidas, tenia que trabajar para criar a nuestro hijo como corresponde.
Fue un cambio muy grande, habia horarios a cumplir, responsabilidades, malos días en el trabajo, agotamiento, etc. Todo este combo de cosas también traen problemas que generalmente nos lo llevamos al hogar. 
Con el paso del tiempo, la pareja fue entrando en la monotonía, se enfrió. Había sexo, pero faltaba pasión, deseo, lujuria. La conexión en la cama no estaba, era coger como los conejo, rápido y a dormir. Muchas veces directamente no hacíamos nada por qué los niños aparecían durmiendo en nuestra cama. 
En el momento uno no se da cuenta de todo eso, mientras tanto el tiempo pasa y después no se puede retroceder el tiempo. 
Estábamos en la franja de los 30 y pico, está agotado, quería un cambio en lo laboral. Lo mejor era buscar otros horizontes. Necesitaba un bienestar económico y también mental. 
Tenía una oferta laboral muy buena pero tenía que hacer un gran sacrificio. Era en el rubro petrolero y tenía que estar muchos días alejado del hogar, 30 días afuera y 14 en casa. 
Fue duro adaptarse a estar tanto tiempo lejos, pero nos dimos cuenta que nos ayudó para reencontrarnos. Aprendimos a valorar lo que teníamos, y darnos cuenta de lo que nos estaba pasado como pareja. Estábamos horas conversando por teléfono, sobre el día a día, los hijos, proyectos..y obviamente de sexo, que se fue imponiendo en las noche. Más de una vez recurrimos a las descargas manuales para liberar toda esa tensión sexual. 
Cuando volvía a casa, poníamos cualquier excusa para escaparnos a un telo o muchas coger en un descampado dentro del auto. Se hacia difícil en casa, los niños ya estaban más grandes y se dormían tarde.
Fuimos volviendo a los juegos, incorporamos jueguetes, geles, lencería, esposas..También con algunas excusa hacíamos viajes y conocíamos telos, visitamos sexshop, alguna playa nudista, bares SW, teatros...pero todo en plan de curiosos. 

En esas conversaciones por teléfono también las aprovechamos para saber más sobre los gustos del otro, de esas fantasías que estaban muy guardadas en la mente y no nos animamos a revelar.
Dentro de las varias confesiones que le hice, había una que estaba en repetidas oportunidades en mis sueños e imaginación. Le confesé mi fantasía más pervertida, era verla disfrutar con dos vergas en un trio. Tenia otras pero esa me ocupaba bastante lugar en mis sueños. 
Me pasaba que disfruto tanto ver como goza a la hora de coger, que buscaba lq forma de cada vez darle más y más placer. Notaba que había un plus en sus orgasmos cuando era penetrada por los dos lados, yo y algún juguete. Se transformaba, tenia unos orgasmos increíbles. En mi mente estaba la idea que si era cogida con dos vergas reales su placer se duplicaría. 
Hasta había la soñado varias veces, en esa situación en qué la teníamos al medio con otro hombre dándole bombazos mientras ella gritaba de placer.

Ella es muy provocativa y fogoza por naturaleza, un par de besos apasionados son suficientes para que se ponga al rojo vivo y te declare la guerra. Cambia su actitud, la mirada, parece poseida, y no se queda tranquila hasta que obtiene lo que pretende. 
En la cama es indomable, te la chupa con una maestría, a veces con voracidad, le gusta torcarse, se mete los dedos... es terrible. Saca a relucir todas sus armas con el fin de obtener lo quiere.
El momento preferido que más disfruto es cuando estamos en la cama y ella se pone arrodillada a un costado mientras me hace unos petes majestuosos. 
Su pose me deja libre la entrada de sus orificios de placer y aprovechando esas libertades le meto los dedos, froto el clítoris, juego con su ano. Se estremece mientras acaba a chorros de igual manera yo hago lo mismo en su boca. 

Volviendo al tema de mi fantasía sobre el trío, cuando se lo dije no le agrado para nada la idea. Se negaba rotundamente, y me recalcaba que no sumaria a nadie a la cama. 
Pero como siempre ella me dice que soy pica seso, yo insistía y trataba de pintarle un panorama muy exitante. Dónde ella se sintiera segura, cuidada, disfrutando el momento. 
Con el tiempo la postura fue cambiando. Durante el sexo, cuando le hacía doble penetración, le decía cosas sucias sobre como la calentaban dos vergas y terminaba con más intensidad. 
Muchas veces notaba que me desafiaba. En reiteradas veces le pedí que no se meta mis dedos en la boca por que me hacía pensar que quería otra verga para chupar. Además qué la había soñado en esa posición con una verga en la boca mientras yo la cogía de atrás. 
Ella lejos de frenar su actitud, todo lo contrario, más puta se ponía y me lamía los dedos. Peorrrrrr me calentaba!!..

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