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Mi sobrina y su prima del pueblo 2

Mi sobrina y su prima del pueblo 2


Aclaración: El relato no es mío, pero me encanto y me pareció muy buena la historia.

 
Cada vez mis chicas disfrutan mas del juego del cojín y la película de miedo. Y yo me sorprendo de como van aprendiendo e inventando.
    Empezamos a ver la película en familia, con la pobre Esther, que no sabia lo que le esperaba. Y Claudia empezando a enamorarse de Sonia.
Bebíamos cerveza y picábamos aperitivos, tirándonos alguno cuando no se lo esperaba el otro. Mi sobrina consiguió bajarle el pantalón y la braguita a Esther bajo los cojines. Le tiraba con fuerza de sus prendas, y le lanzaba miradas fulminantes. Sonia no tenia ese problema, ya tenia el conejo de mi sobrina en su mano, bajo las braguitas y lo acariciaba con cariño. Se extrañaba de que no le hiciera lo mismo y se acercó a su oído mordiéndole el lóbulo de la oreja diciéndole:
- ¿Qué pasa puta, estas enfadada o algo?
Giro la cabeza y besándola, le dijo:
-Estoy ocupada. Mira- y levantando un poco el cojín, le mostro el pantalón y las braguitas de Esther ya casi por sus rodillas.
Sonia abrió los ojos y se empezó a reír en la teta de mi sobrina apretándole el coñito. Estuvieron un rato bajo los cojines hasta que lograron bajarle bien la ropa.
Esther disimulaba, mirando la película con cara de interesada, con mi polla otra vez en la mano, pajeándola al ritmo que le marcaba, mi mano sobando sus pechos bajo la camiseta y mi sobrina desnudándola con Sonia, riendo las dos debajo del cojín.
Claudia se pegaba a Sonia, y le miraba con deseo. Habían estado hablando toda la tarde y se había enamorado de ella. Tan lista, divertida y loca. Con su pequeño, pero perfecto cuerpo, sin sujetador, con sus pequeños pechos bamboleándose bajo la camiseta, y en braguitas delante de ella toda la tarde. La deseaba, pero no sabía cómo hacerlo.
Sonia no se había dado cuenta de las miradas de Claudia, ya estaba acostumbrada a ser deseada y no prestaba atención a nadie desde que empezó lo nuestro. Ahora había soltado el coñito de mi sobrina y jugaba con el pecho libre de Esther, ya con la camiseta subida, lo amasaba y le retorcía el pezón mirando las caras que ponía. Mi sobrina le abrió las piernas y le empezó a frotar el coñito, y al rato reclamo la mano de Sonia, otra vez en su coñito. Sonia rio y le dijo:
-Ahora si quieres ¿no? Pues yo también. Deja a esa y ven aquí puta- le dijo tirando de la pierna que tenía sobre ella.
-Espera guarra, que ya me falta poco.
Le follaba ya con tres dedos y acercándose a Esther, le dijo:
-Gira tu culo a mi amo.
Esther no sabía que iba a pasar, pero estaba muy cachonda. Se giro cambiando de postura y dejándome su culo y su coñito para mí, deseando que mis chicas le volvieran a maltratar sus tetas grandes y con forma de cocos. Pero mi sobrina se saco un pecho y le guio su cabeza a él. Nunca había comido una teta, pero sabia como le gustaba a ella, y empezó a comérselo con cariño, hasta que noto mi polla pasearse por sus agujeros y dio un salto. Mi sobrina le agarro la cabeza contra su teta y se la empecé a meter poco a poco en su coñito ardiendo. Gemía y gritaba con la boca en su teta, mientras le entraba mi polla sin piedad. Se agarro al muslo de mi sobrina con rabia y ella le dijo al oído:
- ¿Qué te creías que te ibas a ir virgen a dormir esta noche? Goza puta, que no van a ser muchas veces más.
Cerro los ojos y aflojo su coñito dejándome entrar, notándola ardiendo al entrarle ya casi la mitad, empezó a gozar, y a lograr no gemir lamiendo la teta de mi sobrina. Yo la traía y la separaba despacio, gozando de su coñito virgen y cada vez le metía más polla. Tope con el fondo, que ya daría mas de si, y la empecé a follar algo más rápido.
Con el cachondeo que tenían mi sobrina y Sonia bajo el cojín, Claudia no se enteraba de nada, se había metido en la película, extasiada como hacia siempre. Y Sonia, necesitada de una mano en su coño, había cogido la de Esther y le enseñaba a sobárselo. Ella pajeaba a mi sobrina que guiaba a la pobre Esther de una teta a otra mientras le sobaba las suyas con rabia y Esther iba y venía con mi polla dentro y aguantando los gemidos mordiendo sus tetas.
Al final la pobre Esther no aguanto, y agarrando mas fuerte el muslo de mi sobrina y el coñito de Sonia, aviso que se corría. Las chicas, muy listas, se dieron cuenta y se empezaron a reír haciendo ruido, y Esther pudo gemir algo mas ruidosa, mientras la follaba ya a buen ritmo y notaba su coño intentando expulsarme. Afloje el ritmo y la deje correrse a gusto. Mordió la teta de mi sobrina y le metió dos dedos a Sonia hasta los nudillos mientras se corría y las chicas reían tapando sus gemidos.
Claudia la pobre no aguanto más y dijo:
- ¡Tías iros a la terraza, que la peli esta guay!
Se miraron y Sonia le dijo:
-Perdona Claudia, ahora nos vamos que tengo la mano dormida- dijo sacando la mano de Esther de su coño y la suya del de mi sobrina.
Yo ya le había sacado la polla y me subia los pantalones refunfuñando, porque hoy era la segunda o tercera vez que daba un orgasmo, y me quedaba sin el mío.
Esther se recupero un poco y viéndose libre se puso cómoda tapada con un cojín, palpando su conejito hinchado y contento, mientras nos levantábamos para salir a la terraza. Pero no iba a tener mucho respiro. Mi sobrina le dijo al oído:
-20 minutos y sales fuera, perra. Que eres la única que se ha corrido, y dos veces.
Esther asintió avergonzada, y se recostó en el sofá resoplando.
Claudia no estaba enfadada por tantas risas molestándola para ver la película. Estaba enfadada porque Sonia le había estado rozando su pierna con la suya, y creía que le acariciaba cariñosamente. Se dejaba hacer e incluso estuvo a punto de abrazarla con disimulo. Pero en realidad Sonia abrió las piernas porque se metía los dedos de Esther a su gusto, y no reparo en que la rozaba.
Cuando salió Esther, agradeció el fresco que hacía y suspiro hondo. Nos buscó en la penumbra de la terraza y abrió los ojos, viendo como mis chicas con las braguitas a un lado de sus coñitos, hacían la tijera con mi polla en medio dándome un placer increíble. Me la chafaban con fuerza y sus coños resbalaban por toda mi polla, frotándomela. Mi sobrina tenia el peso de la pequeña Sonia encima suyo y yo le ayudaba levantándola cogido a su culito de piedra y con mis dedos gordos en sus ojetes. Gemían y resoplaban agarradas a mi cuello y se sobaban las tetas mutuamente. No tardaría en correrme, y entre gemidos y besos de las dos, pude avisar:
- ¡Mmmmh! ¡Si, joder que pasada!¡Ya estoy chicas, ya viene! ¡Aaaaj! ¡Si, así, apretar! ¡Aaaaaj! – les pedía, gozando como hace mucho tiempo.
- ¡Ven puta, trágate la lefa de mi amo! – le grito mi sobrina a Esther, que nos miraba poniéndose otra vez cachonda.
Reacciono, y mis chicas se separaron un poco mientras les seguía follando sus culos con mis dedos. La cogió con más soltura pajéandome, y tragándola justo a tiempo.
Las chicas le empujaban la cabeza y le pellizcaban sus tetas como cocos diciéndole:
- ¡Traga puta, no te dejes nada! ¡Bien limpia!
Esther tragaba golosa ya con el coñito pidiendo otra vez guerra, soltando flujo. Notaba las travesuras de mis chicas en sus tetas y mi polla latiendo y escupiendo en su garganta, y cerró los ojos gozando.
- ¡Aaaaj! ¡Muy bien perra! ¡Si, así, así! ¡Aaaaj! ¡Chupa guarra! -le decía, agradecido.
Levante a Sonia, que pesa menos y estaba arriba, y me lleve su coñito a la boca sorbiéndole con fuerza. Mientras se retorcía con mi dedo en su culo y se follaba. Empezó a gemir y a correrse agarrándome la cabeza gozando:
- ¡Mmmmh! ¡Si tito, si, sigue! ¡Aaaaj! ¡Que boca tienes cabrón! ¡Aaaaj! -me decía gozando.
Mi sobrina le mordía el cachete del culo, y arañaba a Esther por su espalda, buscando su orgasmo con mi dedo en su culo. Cogió a Esther de los pelos y le llevo a su coñito ardiendo. Esther se apartó, pero mi sobrina furiosa, le dio un bofetón y la atrajo con más rabia. Esther no sabia que hacer con su boca y le puso la lengua rígida torpemente. Le dolía la cara, pero sus tetas ardían de tanto pellizco y apretón, y su coño brillaba bien lubricado.
- ¡Tonta del culo! ¡Chupa, sorbe y lame perra! -le decía furiosa y muy cachonda. Le ponía mucho ver cuando yo hacía correrse a Sonia, y le lamia el cuerpo, dándole mordiscos en el cachete del culo con cariño.
Sonia acabo de correrse, y le hizo gracia la pobre Esther haciendo ruidos con su boca en el coñito de mi sobrina. La baje, y se sentó en mi pierna mirando la escena. Mi sobrina la movía con rabia y resoplaba. Parecía que Esther hacia algo bien. Y le empezó a decir:
- ¡Aaaaj! ¡Tonta del culo! ¡Mmmh! ¡Sigue, sigue así! ¡Mmmmh! ¡Chupa mas fuerte joder! ¡Aaaaj! ¡Siii! ¡Así perra! ¡Sigue, sigue, chupa! ¡Mmmmh! ¡No pares! ¡Aaaaj! - consiguió correrse con una teta en mi boca y la otra en la de Sonia. Nos miraba sonriendo, con los ojos brillantes, y retorciéndose.
La soltó y la dejo chupar mientras nos acariciaba las cabezas gozando como una perra. Les saque poco a poco los dedos de sus culos, que parecía que no querían, y las dos soltaron un pequeño gemido protestando. Mi sobrina nos aparto satisfecha y se besaba con Sonia, apoyadas en mi pecho. Yo eche la cabeza atrás y resople, relamiéndome de los jugos de Sonia. Mi polla quería más. Con los dos coños de mis chicas en mis piernas, resbalando juguetonas, notando mis pelos de las piernas, se besaban y se acariciaban el pelo.
Esther no se lo pensó, estaba muy cachonda, y mi polla asomaba decayendo entre mis chicas, y se lanzo a chupármela. Abrí los ojos, al no esperarlo y las chicas empezaron a reír.
- ¿No te querías ir? ¡Jajaja! -le dijo mi sobrina burlándose.
Esther se aplicaba con ansia, no las oía, quería ponerla dura y metérsela.
Mis chicas sabían lo que le tocaba a la pobre Esther, y ella ilusa seguía chupando. Resbalaron por mis piernas casi hasta la rodilla y le empezaron a sobar el culo.
-Vaya culo plano. No hay donde cogerlo- dijo Sonia apretando fuerte un cachete.
-Vamos a ver su se lo hinchamos un poco- dijo mi sobrina apretándole el otro cachete con fuerza y pellizcándolo.
Esther empezó a protestar con mi polla en la boca, pero no paraba.
-Me parece que no sabe lo que le toca ahora- dijo Sonia rodeando el agujero de su culito plano.
-Que va, no se lo he dicho, no me he acordado- dijo mi sobrina sobando su coño empapado.
Esther aun no lo entendía, pero gozaba con las manos de mis chicas maltratándola. Empezó a aflojar la mamada, al notar dedos entrar en su conito y salir rodeándole el agujero del culo.
Sonia le empezó a meter un dedo con suavidad y cuando iba por la mitad, Esther abrió los ojos y lo entendió. Se incorporo rápida, y la dejaron ir riendo como dos brujas malas.
- ¡Mosquita muerta! ¡ya te pillare perrita! ¡corre, corre! -le dijo mi sobrina riendo todos.
Se volvieron a resbalar por mis piernas acercándose a mi y se apoyaron en mi pecho aun soltando risitas.
Claudia vio entrar a Esther con babas en su barbilla y el pelo revuelto y le pregunto:
- ¿te has dormido?
Esther furiosa, le dijo:
-Si, me voy a la cama. -Y siguió andando a la habitación.
Al rato, ya teníamos frio y entremos al salón. Claudia miraba su móvil, ya con la televisión apagada y nos sonrió al vernos entrar riendo y jugando. Se fijo en la braguita de Sonia, que estaba mojada y algo arrugada. También tenia la camiseta mojada justo en los pezones, y se puso cachonda al verla así. Se quedo, como siempre hacía, en éxtasis mirandola, mientras debatíamos en ver otra peli o alguna serie. Yo me fui a la cocina a fumar y las deje echarlo a piedra, papel o tijeras.
Pensaba en la pobre Esther, que quería más polla, pero descubrió que tenia que pasar por el aro. Miraba a las chicas, tan sexys con los pelos revueltos y casi desnudas. Y vi a Claudia en pausa, mirando embobada a Sonia. Me dio la risa. Se le notaban los gruesos pezones duros y los pechos subir y bajar respirando algo agitada. Seguí admirándolas y se acercó mi sobrina diciéndome:
-Joder, mira que hora es. Y esta que no se va a la cama- protesto.
-Fíjate como mira a Sonia- le dije.
Se acurruco entre mis piernas cogiéndome las manos para que la abrazara y la observemos. Sonia se había sentado a su lado y le explicaba algo, pero Claudia la miraba con los ojos brillantes reuniendo fuerzas para acercarse cariñosamente a ella y abrazarla o ponerle una mano en su pierna. Sonia no se daba ni cuenta, o la ignoraba. Le daba charla por si nos daba por follar en la cocina.
-A que se le tira encima- dijo susurrando mi sobrina.
-Que crack la Sonia, no le hace ni caso. - dije yo.
-En el insti le pasa igual, y claro, se le cuelgan más. Es una rompecorazones- dijo riendo mi sobrina.
La abracé más fuerte y besándole el cuello le dije:
- ¿Y tú que haces en estos casos?
Sonrió maliciosa y me dijo:
-No les doy pie, les maltrato y ya hace tiempo que no me entran. Creen que estoy con Sonia.
-Bien echo, tu a lo tuyo. Ya tendrás tiempo de flirtear- le dije acariciando su barriga de acero.
- ¿Te follas a Sonia debajo del cojín? Haber si ataca a mi prima. - Me pidió mi sobrina sorprendiéndome. Madre mía que peligro empezaban a tener mis dos gacelas, pensé.
-No sé, tenia pensado fallármela a solas, y que crea que no lo sabéis- le dije.
-Pero si como mucho se van a meter mano. No las dejare follar- me dijo poniéndose cachonda al imaginarlo y por mis grandes manos, jugando a acariciarle los pechos, sin tocarle los pezones. Sabía que le encanta.
-Vamos va, pero contrólate, que estas desbocada últimamente de dominatrix mortal- le dije riendo los dos.
Mi sobrina cogió el mando, y puso la primera serie de terror de la lista, tirándoles cojines a las chicas. Me senté junto a Sonia, que me recibió con una sonrisa pícara, y mi sobrina al otro lado.
-Uy chicos, mirar que hora es. Mañana veras tu- dijo Claudia pegándose mas a Sonia y poniéndose cómoda.
Enseguida empezó mi sobrina a pelearse con mi pantalón, intentando bajarlo. Levante el culo y lo consiguió. Agarro mi polla y empezó a jugar con ella. Yo tiraba de la camiseta de Sonia para que se girara y al final se incorporo girada a Claudia y me dio su culito.
Claudia se empezó a acalorar al ver que Sonia nos daba la espalda y se había apoyado a su hombro. Se lanzo y le puso una mano en la pierna haciéndose la tonta.
Mi sobrina soltaba saliva en su mano en silencio y me pajeaba lentamente, notando como crecía mi polla. Yo sobaba el culito de Sonia, bajando a su coñito apartándole la braguita poco a poco. Sabía lo que iba a hacerle y se empezó a poner muy cachonda. Se empezó a fijar en las grandes tetas de Claudia, y lo gordos que tenia los pezones.
Mi sobrina picara, se agacho bajo el cojín y me la empezó a chupar lentamente salivándola. No le iba a follar el culito a Sonia, porque no podría disimular, pero mi sobrina cachona, creía que sí. Siguió chupando con mi mano acariciándole el cuello y la espalda. Se incorporo, me cogió la mano y se la llevo a su coñito. Me giré y le empecé a frotar la polla a Sonia, que la esperaba hacía ya un rato. De repente dijo Claudia:
- ¿Queréis algo? Voy a la cocina.
Resoplemos los tres y le dijimos a la vez:
-No gracias, cariño. Y reímos.
En cuanto Claudia estuvo de espaldas, Sonia empujo su culito y le entro media polla en su conejo desesperado hacia rato. Gimió en silencio y se quedo quieta. Yo le movía mi polla dentro haciendo fuerza con mis muslos, y soltaba risitas y gemidos. Mi sobrina gozaba con mi mano cogida, follándose con dos dedos lentamente. Me acariciaba el culo y el muslo mientras estaba a lo suyo agarrada a mi mano.
Claudia volvió con sus tetas y su culo bamboleantes y la miremos los tres. Se dio cuenta y se avergonzó. Se sentó y Sonia la abrazo acercándola a ella. Le sonrío y se acurruco a ella, que ardía cachonda perdida con mi polla dando saltitos en sus entrañas.
Volvió a darle al pley sorprendida por la actitud de Sonia. Que respiraba algo agitada, y le acariciaba el hombro mientras miraba la televisión.
Yo la follaba lentamente agarrado a su cadera y mi sobrina gozaba con los dos dedos metidos hasta donde podía. Paraba y se los movía dentro con suavidad. Me apretaba la mano agradecida y al rato se volvía a follar ella sola cogida a mi mano.
Sonia fuera de si ya con mas de media polla dentro, puso su mano encima de la de Claudia y le recorrió el brazo lentamente hasta el hombro y subió a su cuello, le volvió a bajar la mano por el brazo, y Claudia le correspondió apretando su pierna. Metió la mano bajo su camiseta y le cogió un pecho.
Claudia trago saliva y soltó jugos por su coñito. Miro hacia nosotros y nos vio mirando la televisión. Miro a Sonia, que también miraba la televisión, y la vio brillante del sudor y con cara de vicio. Sonia le sobaba un pecho y cambiaba al otro. Se entretenía en un pezón, lo retorcía y apretaba hasta que se ponía muy duro, y buscaba el otro. Cada vez lo hacia con mas rabia. Claudia mordía la esquina del cojín gozando.
Mi sobrina ya se follaba muy rápido, con tres dedos hasta donde llegaban también mordiendo el cojín. Yo aumente el ritmo de mis pollazos, lo justo hasta que se empezaba a mover el cojín, y aflojaba. Sonia estaba desesperada, quería más rápido y sabia que no podíamos.
Le subió la camiseta a Claudia y se lanzo a comerle un pezón como si fuera mi polla. Gozaba y apagaba sus gemidos en la teta de la pobre Claudia que alucinaba con la boca ardiendo de Sonia. Lo soltaba y le mordía la teta pasando a la otra. Claudia movió la mano, para frotar el coñito de Sonia, y cuando se dio cuenta, Sonia le subió la mano a sus pechitos duros como piedras. Esta lo entendió y le empezó a sobar uno con cariño bajo la camiseta.
Mi sobrina se empezó a correr hincándome las uñas en mi mano y gemía en el cojín follándose frenética. Creo que se la oyó, pero Claudia no estaba para ruidos.
Sonia le abrió las piernas y le metió dos dedos sin piedad mientras gemía con su pezón en la boca. Claudia se asombraba de como gozaba comiéndole las tetas y al sentir sus dedos entrar rápidos y con fuerza soltó un gritito que ignoremos todos. Se giro a mirarnos y seguíamos como si nada, mirando la televisión, pero todos brillábamos del sudor.
Ya casi le entraba toda mi polla, su coñito chorreaba de flujos y resbalaba a placer. Le acerqué mi mano violada por mi sobrina, empapada de sus flujos y le empecé a meter un dedo por su culito de piedra, lo noto y empino mas el culo para recibirlo. Pero no llego a entrar casi nada. Empezó a temblar, y a correrse con toda mi polla dentro y mordía un pezón de Claudia que tenia los ojos en blanco mientras la follaba con tres dedos ya su coñito. Resoplo en sus pechos corriéndose y yo le movía la punta del dedo que le había metido en el culo.
Sonaban los gemidos apagados por el cojín de Claudia, también corriéndose con Sonia dando saltitos con otro pezón en su boca y fui sacándosela, provocando espasmos en Sonia que mordía las tetas de la pobre Claudia, que se retorcía sin poder liberarse de la follada que le pegaba Sonia sin piedad. Al final le aflojo el ritmo y se los saco de golpe amasándole las grandes tetas con rabia, de no haber podido follar agusto por su culpa.
Mi sobrina me acariciaba echada casi encima de mí. Sabía que me había vuelto a quedar sin orgasmo. Se compadecía de mi y me acariciaba con deseo. Me compensaría en cuanto pudiera.
Mi polla fue saliendo y Sonia aun con las tetas ya rojas de Claudia en su boca, estiro el brazo y me acaricio agradecida. Aun estuvo un rato comiéndole las tetas, y apunto estuve de metérsela otra vez. Pero mi sobrina se levanto y se fue a la cocina girándose y llamándome con los ojos.
Me metí la polla como pude en el pantalón y me levanté sin mirarlas. Me hubiera encantado ver que hacían, pero delataría a la pobre Claudia. Entre en la cocina y mi sobrina estaba abierta de piernas apoyada en la mesa, me recibía con su culo de diosa y ya mordía un paño de cocina. Abrí los ojos al verla y me lancé a por ella.
Le frote el coñito, le recogí jugos y se los lleve a su culito. Le puse la punta y gimió sabiendo que pasaría, ya eran muchos meses de follarle su culo, y recibió mi polla al ritmo que entraba. La empecé a follar y se giraba sonriéndome picara, seria rápido. Quería ir a dormir ya con una gacela a cada lado. Y aumente el ritmo en cuanto note que se movía bien en su culo. Ella gemía gozando con el trapo en la boca y se agarraba a la mesa. Yo agarrado a sus caderas la bombeaba cada vez mas rápido, buscando mi orgasmo. Ya gritaba agradecida con toda la polla dentro y se giraba mirándome y tirándome besos. Me volvía loco, era una experta con su culo. Lo apretaba cuando le entraba y gozábamos los dos. Me empecé a correr y le tiré del pelo para que subiera y se moviera ella como me gustaba, mientras le apretaba los pechos con rabia y le soltaba mi lefa en el fondo de su culo. Me agarraba las manos y movía su culo como una experta, cada vez más lentamente. Acabe y besándole el cuello ella misma se la iba sacando, haciendo fuerza con su culo, hasta que saltaba fuera y reía.
Mientras follábamos, Sonia no quería manchar sus braguitas, y se había puesto de pie agarrando la cabeza de Claudia que le limpio su coñito. La guio y le pidió que se lo dejara bien seco. Claudia con las tetas y el coño ardiendo y doloridos obedeció sin importarle que apareciéramos. Cuando se noto limpia y seca la soltó y vino a vernos a la cocina.
-Que suerte cabrona, no sabes lo mal que lo he pasado sin poder follar agusto- le dijo Sonia a mi sobrina.
-Bueno, ¿es otra experiencia no?
-Si, eso sí, te vas poniendo cada vez mas cachonda y furiosa y al final te corres como los cohetes- le explico riendo todos.
Me asome y ya no estaba Claudia, les avise y nos fuimos a la cama a las cuatro de la madrugada. Dormimos como bebes.
Continuará.


Autor: CacharroLoco 

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