Varios días habían pasado desde la cogida que le di a la villera de mi vecina, supongo que después le entro el arrepentimiento o algo porque no apareció mas en casa a limpiar, y hablando con Maicol, se ve que no sabia y aun pensaba que ella seguía viniendo, por lo que decidí no decirle nada y ver como haría, por que yo me quería coger de vuelta a la villera de Andrea, ese culo blanco me volvía loco.
Aproveche un Viernes, me desperté a las 8 y luego de comer algo, decidí ir al lado, ya que Maicol trabajaba a esa hora y seguro Andrea ya estaría despierta.
Toque la puerta y ella abrió.
—Que quere vo?— me pregunto.
Llevaba una musculosa y un shorcito de tela que le marcaba re bien el orto.
—Nada, vine a saludar Andrea ¿Qué no puedo?
—Si si vo lo que quere e otra cosa gato.
—A ver ¿Qué quiero?
—Vo quere cojerme otra ve, pero no flashe que eso fue cualquiera.
Esta puta villera se hacia la recatada ahora y me la cogí de parado en la cocina hace unos días.
—Dale Andrea déjame pasar y tomamos unos mates.
La villera se quedo mirándome y me dejo entrar.
Fuimos a la cocina, yo me senté en una silla contra la mesa y ella se puso a calentar agua para el mate.
—¿Qué paso que no anduviste mas por casa?— le pregunte, mientras le comía el culo con la mirada mientras me daba la espalda
—Y nada gato, hicimo cualquiera y yo no lo quiero cagar ma al Maicol— me respondió mientras no dejaba de hacer cosas.
—Dale si te re gusto.
—Taba en pedo yo y flashe cualquiera.
Ahí me levante y le agarre las tetas por atrás y arranque a apoyarla.
—Para gato que hace soltame!— me dijo algo nerviosa.
—Dale putita si te encanto la garchada que te di en la cocina— le dije al oído mientras le daba besos en el cuello y le amasaba las tetas.
—Aaah soltame gil, sos cualquiera— me decía mientras gemía un poco.
Le lleve una mano a la concha y arranque a dedearla ahí nomas.
—Estas re mojada hija de puta, te encanta lo que te hago.
Andrea solo siguió gimiendo cada ves mas fuerte.
En un momento la solté y de una le baje el short que tenia, la villera llevaba una tanga rosada con blanco, ahí nomas se la corrí y volví a enterrar mi cara en su enorme y carnoso ojete una vez mas.
—Aaaah aaah como chupa gato— me decía ya entre gemidos, mientras me ofrecía su culo cada vez mas.
—¿No era que no querías hacerlo mas cornudo al otro?— le pregunte, volviendo a chuparla, esta ves mas fuerte.
—Aaaay que me importa el otro comeme la concha dale.
La villera aflojaba fácil, seguro se había quedado con ganas de la ultima vez.
Entonces la hija vino por un lado, en la cocina y nos vio, Andrea se tapo con una asadera de esas que van al horno.
—Ay para un poco Carlo— me pedía, pero yo no aflojaba y la seguía comiendo el orto.
Finalmente, ella se libero y se llevo a la nena al cuarto.
Luego de un rato vino, aun entangada.
—Gato para un poco que taba con la nena— me reclamo.
—Veni acá putita hermosa— le dije y me le acerque, comiéndole la boca y amasándole el culo —Hoy si me saco bien las ganas con vos hija de puta.
—Me tene la concha hirviendo gato— decía ella, entonces se me subió arriba mientras la agarraba del culo y le seguía comiendo la boca.
Así me dirigí al patio.
—Para Carlo que hace.
—Tranqui, no nos ve nadie.
Había un muro bastante grande que separaba con la casa de atrás, mas de escucharnos no seria, y me daba morbo coger afuera a esta villera.
—Dale date vuelta y ponete en cuatro.
Andrea me hizo caso, se dio vuelta mostrándome el ojete y se puso en cuatro, me volvía loco esta villera.
Ahí nomas le corri la tanga y le clave la pija de una, ella ya estaba re mojada asique entro facil.
—Aaaay dale Carlo clávame toda— su forma de hablar me re calentaba.
Empecé a cogerla en el patio, ella no se aguantaba y gemía como quería.
—Y el cornudo?— le pregunte.
—Aaay que importa gato cállate y garchame.
—¿Ya no te vas a hacer la otra cuando te quiera coger?
—aaay no gato ya fue, me re gusta tu pija.
Arranque a darle mas fuerte mientras le nalgueaba el culo.
—Uufff mañana volves a casa hija de puta, bien tempranito a limpiar y luego te cojo toda.
Me agarre fuerte de sus nalgas mientras le llenaba la concha de leche.
Nos separamos, yo quede sentado y ella en cuatro con la concha escurriéndole.
—Que orto tenes Andrea.
—Jaja te re gusta gil.
—Y si, estas re buen hija de puta, de hace meses tenia ganas de llenarte de leche— le dije, mientras me le acercaba otra ves y le acariciaba el culo.
—Si me di cuenta como me fichaba el culo.
Antes de darme cuenta ya estaba al palo otra ves, nos fuimos a su pieza a seguir, esa mañana le eche cuatro polvos, luego me tuve que ir por que ella tenia que limpiar y llevar a la nena al colegio.
Desde ahí volvió a ir a la casa a limpiar, y obviamente a coger, todos los días un polvo le echaba a la putita de mi vecina, y su marido ni cuenta se daba, o llegaría muy cansado o Andrea se lo cogería también para que no sospeche.
Aproveche un Viernes, me desperté a las 8 y luego de comer algo, decidí ir al lado, ya que Maicol trabajaba a esa hora y seguro Andrea ya estaría despierta.
Toque la puerta y ella abrió.
—Que quere vo?— me pregunto.
Llevaba una musculosa y un shorcito de tela que le marcaba re bien el orto.
—Nada, vine a saludar Andrea ¿Qué no puedo?
—Si si vo lo que quere e otra cosa gato.
—A ver ¿Qué quiero?
—Vo quere cojerme otra ve, pero no flashe que eso fue cualquiera.
Esta puta villera se hacia la recatada ahora y me la cogí de parado en la cocina hace unos días.
—Dale Andrea déjame pasar y tomamos unos mates.
La villera se quedo mirándome y me dejo entrar.
Fuimos a la cocina, yo me senté en una silla contra la mesa y ella se puso a calentar agua para el mate.
—¿Qué paso que no anduviste mas por casa?— le pregunte, mientras le comía el culo con la mirada mientras me daba la espalda
—Y nada gato, hicimo cualquiera y yo no lo quiero cagar ma al Maicol— me respondió mientras no dejaba de hacer cosas.
—Dale si te re gusto.
—Taba en pedo yo y flashe cualquiera.
Ahí me levante y le agarre las tetas por atrás y arranque a apoyarla.
—Para gato que hace soltame!— me dijo algo nerviosa.
—Dale putita si te encanto la garchada que te di en la cocina— le dije al oído mientras le daba besos en el cuello y le amasaba las tetas.
—Aaah soltame gil, sos cualquiera— me decía mientras gemía un poco.
Le lleve una mano a la concha y arranque a dedearla ahí nomas.
—Estas re mojada hija de puta, te encanta lo que te hago.
Andrea solo siguió gimiendo cada ves mas fuerte.
En un momento la solté y de una le baje el short que tenia, la villera llevaba una tanga rosada con blanco, ahí nomas se la corrí y volví a enterrar mi cara en su enorme y carnoso ojete una vez mas.
—Aaaah aaah como chupa gato— me decía ya entre gemidos, mientras me ofrecía su culo cada vez mas.
—¿No era que no querías hacerlo mas cornudo al otro?— le pregunte, volviendo a chuparla, esta ves mas fuerte.
—Aaaay que me importa el otro comeme la concha dale.
La villera aflojaba fácil, seguro se había quedado con ganas de la ultima vez.
Entonces la hija vino por un lado, en la cocina y nos vio, Andrea se tapo con una asadera de esas que van al horno.
—Ay para un poco Carlo— me pedía, pero yo no aflojaba y la seguía comiendo el orto.
Finalmente, ella se libero y se llevo a la nena al cuarto.
Luego de un rato vino, aun entangada.
—Gato para un poco que taba con la nena— me reclamo.
—Veni acá putita hermosa— le dije y me le acerque, comiéndole la boca y amasándole el culo —Hoy si me saco bien las ganas con vos hija de puta.
—Me tene la concha hirviendo gato— decía ella, entonces se me subió arriba mientras la agarraba del culo y le seguía comiendo la boca.
Así me dirigí al patio.
—Para Carlo que hace.
—Tranqui, no nos ve nadie.
Había un muro bastante grande que separaba con la casa de atrás, mas de escucharnos no seria, y me daba morbo coger afuera a esta villera.
—Dale date vuelta y ponete en cuatro.
Andrea me hizo caso, se dio vuelta mostrándome el ojete y se puso en cuatro, me volvía loco esta villera.
Ahí nomas le corri la tanga y le clave la pija de una, ella ya estaba re mojada asique entro facil.
—Aaaay dale Carlo clávame toda— su forma de hablar me re calentaba.
Empecé a cogerla en el patio, ella no se aguantaba y gemía como quería.
—Y el cornudo?— le pregunte.
—Aaay que importa gato cállate y garchame.
—¿Ya no te vas a hacer la otra cuando te quiera coger?
—aaay no gato ya fue, me re gusta tu pija.
Arranque a darle mas fuerte mientras le nalgueaba el culo.
—Uufff mañana volves a casa hija de puta, bien tempranito a limpiar y luego te cojo toda.
Me agarre fuerte de sus nalgas mientras le llenaba la concha de leche.
Nos separamos, yo quede sentado y ella en cuatro con la concha escurriéndole.
—Que orto tenes Andrea.
—Jaja te re gusta gil.
—Y si, estas re buen hija de puta, de hace meses tenia ganas de llenarte de leche— le dije, mientras me le acercaba otra ves y le acariciaba el culo.
—Si me di cuenta como me fichaba el culo.
Antes de darme cuenta ya estaba al palo otra ves, nos fuimos a su pieza a seguir, esa mañana le eche cuatro polvos, luego me tuve que ir por que ella tenia que limpiar y llevar a la nena al colegio.
Desde ahí volvió a ir a la casa a limpiar, y obviamente a coger, todos los días un polvo le echaba a la putita de mi vecina, y su marido ni cuenta se daba, o llegaría muy cansado o Andrea se lo cogería también para que no sospeche.
Comentarios Destacados
8 comentarios - Mí vecina villera 4.
El tercero estuvo tremendo... Faltó la cola.