PRIMER CAPÍTULO ACÁ ------> Doble vida - Poringa!
Doble vida (18)
Natalia comenzó a vestirse y seestaba yendo a su habitación cuando la detuve
- ¿Qué pensás de todo esto? – le pregunté
- ¿De qué?
- De papá, creo que lo tenemos controlado – ledije
- Sí, creo que si – dijo ahora evadiéndose
- ¿Qué te pasa, Naty?
- Nada, nada
- ¿Es por lo que te dije de la leche de papá?
- No lo repitas, por favor – me suplicó
Era evidente que cuando la bajabala calentura, mi hermana empezaba a sentirse culpable. Había que dejarla enfriary no seguir con el tema
- Andá a dormir y quedate tranquila
- No me quedo tranquila, pero chau
- Te quiero – le dije como un boludo
- ¿Queeee? – me miró espantada
- Nada, chau
- Chau – me dijo y cerró la puerta
Al otro día tuvimos la suerte deno cruzarnos con papá ninguno de los dos. Él salió a trabajar temprano, Nataliase fue a la facultad rápidamente y yo salí a andar en bicicleta más tempranoque todos ellos y cuando volví, solo estaba mamá que se iba también
- Te felicito, Juan – me dijo ella al verme volvercon la bicicleta
- ¿Por?
- Estas haciendo muchos cambios y muy positivos
- Gracias, ma
- Me dio un beso tierno en la mejilla y se fue
Me quedé solo en la casa yaproveché para ponerme a trabajar luego de elongar un poco y cuando habíanpasado unos minutos y me había enfriado el cuerpo me fui a duchar. Fue muyrelajante el baño y salí y me puse a trabajar.
Al tiempo de estar trabajando meentró un mensaje de un cliente llamado Carlos Rosetti, que me sorprendió. Despuésde una charla larga concluyó en que me ofrecía un 80% más de sueldo si me ibacon él. No supe cómo actuar y me puse muy nervioso. Sentía que era una traicióna Ricardo, mi jefe, si me iba, pero un 80% de sueldo era mucho dinero. Eso mepermitía proyectar otras cosas, como irme a vivir solo, por ejemplo. Le pedíque me lo deje pensar y que le iba a dar una respuesta la semana siguiente. Porotra parte, Rosetti era un cliente al cual yo atendía y si me iba con él legeneraba un daño a mi actual jefe, que confiaba muy ciegamente en mí.
Recuerdo que trabajé mucho parano pensar en eso y terminé el día agotado, pero, aun así, me costó muchodormir.
Al otro día, me conecté y mi jefeme preguntó si tenía un minuto para charlar con él. Qué raro, pensé. Encendimoslas cámaras y nos pusimos a hablar. Como si supiera del ofrecimiento de estecliente, comenzó diciéndome que estaba muy contento con mi desempeño y quequería darme un nuevo espacio en la empresa.
- Esperá – le dije
- ¿Qué pasa? – me dijo él preocupado
- Antes de que sigas, quiero contarte que uncliente me contactó para que trabaje para él y no quiero que sigas avanzandosin que sepas esto
- ¿Y ya le dijiste que te vas con él?
- Nooooo, esto fue ayer. No sé qué hacer, te digola verdad – me sinceré
- Te agradezco la sinceridad y eso me demuestraque puedo confiar en vos
- Gracias – le dije
- Bueno, en resumidas cuentas, mi idea es irme avivir a EEUU y armar algo mientras mantengo esto que tengo acá, pero necesitoque vos seas mi pata en Argentina
- No tendría ni idea de cómo hacerlo – me sincerénuevamente
- Yo te voy a enseñar todo
- Me da miedo, te digo la verdad
- No tenés que tener miedo, si te animas, puedeser muy beneficioso para vos
- Es que
- No sé qué te habrá ofrecido Roseti, pero teaseguro que esto es mejor
- ¿Cómo sabes que es Rosetti? Yo no te dije quiénera
- No me cuesta mucho darme cuenta quien podía ser
- Mirá, hacé una cosa, mañana vení y te explicotodo en detalle y vos podés decidir con tranquilidad
Cortamos la comunicación y mesentí con una alegría que me aturdía. No cabía en mí. Sea cual fuere mi futurode mediano plazo, económicamente iba a tener una mejoría tremenda. Terminé unpar de trabajos, uno de ellos para Rosetti y me fui a comprar ropa. Estabasaliendo cuando me la crucé a Natalia.
Al instante pudo reconocer micara de alegría
- ¿A dónde vas tan contento?
- A comprarme algo de ropa
- Queres que te acompañe? – me dijo ella
- Si – dije
Me pareció una buena idea. Ellatenía buen gusto y era más joven y moderna. Me vendría muy bien suasesoramiento.
Agarramos el auto y salimos endirección al shopping Abasto. Ni bien subir al auto, me hizo las preguntas deporqué la alegría que tenía y le conté con detalles ambos proyectos. Es decirque tenés que ir muy bien presentado mañana, dijo ella. Si, concluí y mientrasbajábamos por la av. Almafuerte, pasamos el hospital Churruca, luego tomamos 24de noviembre y por último Anchorena hacia al abasto. En el camino, nos fuimosdistendiendo. Ella puso música y me preguntó a cuanto ascendía mi presupuesto.Le dije que no había problema con eso, pero que no quería comprarme muchoporque pensaba perder 10 kilos más. Ya estás perfecto así, me decía ella.
Recorrimos el shopping y meaconsejó realmente muy bien. Me hizo comprar un pantalón chino (no sabía que sellamaban así, para mi eran pinzados) una camisa y zapatillas con mucha onda.Pasamos por un local de ropa femenina bastante caro y ella miraba sin pasión.Le dije mirándola con intensidad:
- Quiero regalarte algo
- No, acá todo es muy caro
- No me importa, puedo – le aclaré
- No, no
- Dale, entremos – la agarré de la mano y no mesoltó
Miramos juntos y se decidió porun vestidito que fue a probarse. La vendedora me miró y sentí un cosquilleoporque no lo hizo de manera casual. Pensaba que eran ideas mías hasta que medijo: le va a quedar muy lindo a tu novia. No es mi novia, es mi hermana, dijeautomáticamente
- Vení Juan, fíjate como me queda – escuché aNatalia dentro del probador
- A ver
Abrió la puerta y la muy hija deputa se había sacado el corpiño para probárselo. La vendedora se puso detrás demí para mirarla y me apoyó descaradamente una teta en la espalda
- ¿Te gusta? – decía mi hermana
- Te queda perfecto
- Si, tu hermana tiene un cuerpo chiquito, peroperfecto – dijo la vendedora
- ¿Cómo sabes que soy su hermana? – quiso saberNaty
- Él me lo dijo recién – soltó la chica
Pude ver el brillo de los celosen los ojos de mi hermana. Miró a la vendedora con odio y me agarró de la manometiéndome con ella en el probador. No sabía que podía haber probadores tangrandes, me asombró la dimensión
- Ayudame a bajarme el cierre – dijo
- Si, Naty
- ¿Te gusta la vendedora?
- Está muy bien, ¿no?
- ¿Por eso te apuraste a decirle que soy tuhermana?
Natalia se quitó el vestido yquedó delante de mí dentro del probados solo con la bombacha puesta. Lasituación era de lo más excitante y para colmo ella se sentó en el banquito ycomenzó a bajar el cierre de mi pantalón
- ¡Pará! ¡¿Qué haces?! – le dije
- Quiero chuparte la pija acá – me dijo sacándolarápidamente
- Esperá a que lleguemos a casa
- Va a estar mamá o papá
- Permiso – se escuchó y la vendedora entró en elprobador
Instintivamente me separé deNatalia y ellas se miraron a los ojos como midiéndose. Se produjo un incómodosilencio que duró segundos. Natalia no dijo nada y volvió a sacarme la pija delpantalón y a chupármela. La vendedora nos miraba. Yo no entendía lo que sucedíaen el shopping, pero estaba seguro que volvería al Abasto en algún momento y aese local específicamente. No supe que hacer, pero entendí que no tendríamosmucho tiempo. La vendedora interpretó lo mismo. Se desabrochó su pantalón yagarrándome una mano me la metió dentro de su bombacha para que la masturbaraahí mismo.
- Pajeame – me ordenó al oído
- Mmmmm siiiii – dije yo
- Dale que acabo enseguida – dijo ella
- Mmmmm – Natalia chupaba y miraba hacia nosotros
- Aghhh ahhh ahhhhh ya acabo seguí – decía lachica que parecía ser muy práctica a la hora de gozar
- Mmmmm que bueno – decía yo que me dedicaba adisfrutar la mamada de mi hermana
- Mmmmm – Natalia se sorprendió cuando la chicaabrió la puerta y salió rápidamente
- Este probador está trabado – dijo y puso uncartel
- Mmmmm, acabame en la boca – me dijo Natalia
- Aghhhh aghhh siiiii – tres potentes chorros secolaron dentro de la boca de mi hermana que no paraba de chupar y chupar.
En segundos me recompuse y salí.La chica me esperaba afuera con una sonrisa. Pegó un grito hacia adentro
- ¿Qué tal te quedó?
- Muy bien – gritó Naty desde adentro y salió conel vestido en la mano
- ¿Lo llevas?
- ¿Al vestido? Sí – dijo mi hermana
- ¿Y a él? – dijo ella señalándome a mi
- También, es mi hermano – dijo Naty muy resuelta
- No les creo
- ¿Vos nos cobras? – preguntó Natalia
- Si
- Mirá mi documento y el de él – y sacó el suyo
Yo detrás de ella le di el mío yla tarjeta de crédito y ella cotejando nos miró una y otra vez sin podercreerlo. Pagué y me estaba yendo cuando la chica nos dice
- Nunca había visto a una hermana haciéndole esascosas a su hermano
- ¿Viste? Y las cosas que hacemos que no teimaginas – dijo mi pequeña hermana con una sonrisa y tomándome de la mano saliódel local
Fuimos caminando por el shoppingtomados de la mano como dos novios y casi que lo éramos, o al menos loparecíamos porque no noté ninguna mirada rara. Comimos en el patio de comidas,ella una hamburguesa y yo una ensalada. Ya se había hecho tarde y empezamos abajar las escaleras mecánicas en dirección a la caja de pago delestacionamiento.
Cuando vamos a pagar elestacionamiento, ella me detiene y me dice:
- No vamos al auto a dejar la bolsa y despuésvenimos a pagar
- ¿Por? – le dije sin entender la lógica
- Porque quiero que me cojas en el auto, no doy más– me dijo con total soltura
La pija se me empezó a parardesde ahí y cuando llegamos al auto estaba más que dura. Natalia no dudó y semetió en el asiento de atrás.
- Corré los asientos para adelante – me ordenó
- Vení – le dije y me bajé pantalón y calzoncillojuntos
- Chupame las tetas – estaba desatada Natalia
- Siiiiii
- Me re calentó chuparte la pija delante de unadesconocida
En dos segundos se había sacadoel pantalón y la remera y me estaba cabalgando. Al ser tan chiquita ella sepodía mover muy bien dentro del auto. Comenzó a cabalgarme y a cogerme con unadesesperación que me asombró desde el primer momento.
- Aghhh aghhhh ahhhhh cogeme, si si si, cogeme –me rogaba
- ¿Te puso celosa la vendedora esa? – le dije
- Sí, quiero que tu pija sea solo para mí – decía Natyque cabalgaba mi verga sin cesar
- ¿Te gustó chuparme la pija delante de ella?
- Siiiii, mucho
- ¿Y que sepa que eras mi hermana?
- Me encantó, aghhhhh
- Vas a acabar? – le pregunté
- Siiiaghhh ahhhhh ahhhhhhhhh
- Me hubiese gustado que las dos me chupen la pija– le dije
- Aghhhh estoy acabandooooooo aghhhhhh ahhhhhhaghhhh
- ¿Vos me la vas a chupar con María, tu amiga? – le dije
- Como te gusta preguntarme cosas – me dijomientras me besaba
- Quiero saber, soy curioso
El auto no era el lugar máscómodo así que dejé mi acabada pendiente para cuando lleguemos a casa.
Finalmente me quedé con las ganasy no tuve nada con mi hermana. Estaba mi madre dando vueltas y yo quería irtemprano a juntarme con mi jefe
(continuará…)
Pueden dejarme sus comentarios enreybaco2005@hotmail.com
O en Telegram @reybaco2005
Doble vida (18)
Natalia comenzó a vestirse y seestaba yendo a su habitación cuando la detuve
- ¿Qué pensás de todo esto? – le pregunté
- ¿De qué?
- De papá, creo que lo tenemos controlado – ledije
- Sí, creo que si – dijo ahora evadiéndose
- ¿Qué te pasa, Naty?
- Nada, nada
- ¿Es por lo que te dije de la leche de papá?
- No lo repitas, por favor – me suplicó
Era evidente que cuando la bajabala calentura, mi hermana empezaba a sentirse culpable. Había que dejarla enfriary no seguir con el tema
- Andá a dormir y quedate tranquila
- No me quedo tranquila, pero chau
- Te quiero – le dije como un boludo
- ¿Queeee? – me miró espantada
- Nada, chau
- Chau – me dijo y cerró la puerta
Al otro día tuvimos la suerte deno cruzarnos con papá ninguno de los dos. Él salió a trabajar temprano, Nataliase fue a la facultad rápidamente y yo salí a andar en bicicleta más tempranoque todos ellos y cuando volví, solo estaba mamá que se iba también
- Te felicito, Juan – me dijo ella al verme volvercon la bicicleta
- ¿Por?
- Estas haciendo muchos cambios y muy positivos
- Gracias, ma
- Me dio un beso tierno en la mejilla y se fue
Me quedé solo en la casa yaproveché para ponerme a trabajar luego de elongar un poco y cuando habíanpasado unos minutos y me había enfriado el cuerpo me fui a duchar. Fue muyrelajante el baño y salí y me puse a trabajar.
Al tiempo de estar trabajando meentró un mensaje de un cliente llamado Carlos Rosetti, que me sorprendió. Despuésde una charla larga concluyó en que me ofrecía un 80% más de sueldo si me ibacon él. No supe cómo actuar y me puse muy nervioso. Sentía que era una traicióna Ricardo, mi jefe, si me iba, pero un 80% de sueldo era mucho dinero. Eso mepermitía proyectar otras cosas, como irme a vivir solo, por ejemplo. Le pedíque me lo deje pensar y que le iba a dar una respuesta la semana siguiente. Porotra parte, Rosetti era un cliente al cual yo atendía y si me iba con él legeneraba un daño a mi actual jefe, que confiaba muy ciegamente en mí.
Recuerdo que trabajé mucho parano pensar en eso y terminé el día agotado, pero, aun así, me costó muchodormir.
Al otro día, me conecté y mi jefeme preguntó si tenía un minuto para charlar con él. Qué raro, pensé. Encendimoslas cámaras y nos pusimos a hablar. Como si supiera del ofrecimiento de estecliente, comenzó diciéndome que estaba muy contento con mi desempeño y quequería darme un nuevo espacio en la empresa.
- Esperá – le dije
- ¿Qué pasa? – me dijo él preocupado
- Antes de que sigas, quiero contarte que uncliente me contactó para que trabaje para él y no quiero que sigas avanzandosin que sepas esto
- ¿Y ya le dijiste que te vas con él?
- Nooooo, esto fue ayer. No sé qué hacer, te digola verdad – me sinceré
- Te agradezco la sinceridad y eso me demuestraque puedo confiar en vos
- Gracias – le dije
- Bueno, en resumidas cuentas, mi idea es irme avivir a EEUU y armar algo mientras mantengo esto que tengo acá, pero necesitoque vos seas mi pata en Argentina
- No tendría ni idea de cómo hacerlo – me sincerénuevamente
- Yo te voy a enseñar todo
- Me da miedo, te digo la verdad
- No tenés que tener miedo, si te animas, puedeser muy beneficioso para vos
- Es que
- No sé qué te habrá ofrecido Roseti, pero teaseguro que esto es mejor
- ¿Cómo sabes que es Rosetti? Yo no te dije quiénera
- No me cuesta mucho darme cuenta quien podía ser
- Mirá, hacé una cosa, mañana vení y te explicotodo en detalle y vos podés decidir con tranquilidad
Cortamos la comunicación y mesentí con una alegría que me aturdía. No cabía en mí. Sea cual fuere mi futurode mediano plazo, económicamente iba a tener una mejoría tremenda. Terminé unpar de trabajos, uno de ellos para Rosetti y me fui a comprar ropa. Estabasaliendo cuando me la crucé a Natalia.
Al instante pudo reconocer micara de alegría
- ¿A dónde vas tan contento?
- A comprarme algo de ropa
- Queres que te acompañe? – me dijo ella
- Si – dije
Me pareció una buena idea. Ellatenía buen gusto y era más joven y moderna. Me vendría muy bien suasesoramiento.
Agarramos el auto y salimos endirección al shopping Abasto. Ni bien subir al auto, me hizo las preguntas deporqué la alegría que tenía y le conté con detalles ambos proyectos. Es decirque tenés que ir muy bien presentado mañana, dijo ella. Si, concluí y mientrasbajábamos por la av. Almafuerte, pasamos el hospital Churruca, luego tomamos 24de noviembre y por último Anchorena hacia al abasto. En el camino, nos fuimosdistendiendo. Ella puso música y me preguntó a cuanto ascendía mi presupuesto.Le dije que no había problema con eso, pero que no quería comprarme muchoporque pensaba perder 10 kilos más. Ya estás perfecto así, me decía ella.
Recorrimos el shopping y meaconsejó realmente muy bien. Me hizo comprar un pantalón chino (no sabía que sellamaban así, para mi eran pinzados) una camisa y zapatillas con mucha onda.Pasamos por un local de ropa femenina bastante caro y ella miraba sin pasión.Le dije mirándola con intensidad:
- Quiero regalarte algo
- No, acá todo es muy caro
- No me importa, puedo – le aclaré
- No, no
- Dale, entremos – la agarré de la mano y no mesoltó
Miramos juntos y se decidió porun vestidito que fue a probarse. La vendedora me miró y sentí un cosquilleoporque no lo hizo de manera casual. Pensaba que eran ideas mías hasta que medijo: le va a quedar muy lindo a tu novia. No es mi novia, es mi hermana, dijeautomáticamente
- Vení Juan, fíjate como me queda – escuché aNatalia dentro del probador
- A ver
Abrió la puerta y la muy hija deputa se había sacado el corpiño para probárselo. La vendedora se puso detrás demí para mirarla y me apoyó descaradamente una teta en la espalda
- ¿Te gusta? – decía mi hermana
- Te queda perfecto
- Si, tu hermana tiene un cuerpo chiquito, peroperfecto – dijo la vendedora
- ¿Cómo sabes que soy su hermana? – quiso saberNaty
- Él me lo dijo recién – soltó la chica
Pude ver el brillo de los celosen los ojos de mi hermana. Miró a la vendedora con odio y me agarró de la manometiéndome con ella en el probador. No sabía que podía haber probadores tangrandes, me asombró la dimensión
- Ayudame a bajarme el cierre – dijo
- Si, Naty
- ¿Te gusta la vendedora?
- Está muy bien, ¿no?
- ¿Por eso te apuraste a decirle que soy tuhermana?
Natalia se quitó el vestido yquedó delante de mí dentro del probados solo con la bombacha puesta. Lasituación era de lo más excitante y para colmo ella se sentó en el banquito ycomenzó a bajar el cierre de mi pantalón
- ¡Pará! ¡¿Qué haces?! – le dije
- Quiero chuparte la pija acá – me dijo sacándolarápidamente
- Esperá a que lleguemos a casa
- Va a estar mamá o papá
- Permiso – se escuchó y la vendedora entró en elprobador
Instintivamente me separé deNatalia y ellas se miraron a los ojos como midiéndose. Se produjo un incómodosilencio que duró segundos. Natalia no dijo nada y volvió a sacarme la pija delpantalón y a chupármela. La vendedora nos miraba. Yo no entendía lo que sucedíaen el shopping, pero estaba seguro que volvería al Abasto en algún momento y aese local específicamente. No supe que hacer, pero entendí que no tendríamosmucho tiempo. La vendedora interpretó lo mismo. Se desabrochó su pantalón yagarrándome una mano me la metió dentro de su bombacha para que la masturbaraahí mismo.
- Pajeame – me ordenó al oído
- Mmmmm siiiii – dije yo
- Dale que acabo enseguida – dijo ella
- Mmmmm – Natalia chupaba y miraba hacia nosotros
- Aghhh ahhh ahhhhh ya acabo seguí – decía lachica que parecía ser muy práctica a la hora de gozar
- Mmmmm que bueno – decía yo que me dedicaba adisfrutar la mamada de mi hermana
- Mmmmm – Natalia se sorprendió cuando la chicaabrió la puerta y salió rápidamente
- Este probador está trabado – dijo y puso uncartel
- Mmmmm, acabame en la boca – me dijo Natalia
- Aghhhh aghhh siiiii – tres potentes chorros secolaron dentro de la boca de mi hermana que no paraba de chupar y chupar.
En segundos me recompuse y salí.La chica me esperaba afuera con una sonrisa. Pegó un grito hacia adentro
- ¿Qué tal te quedó?
- Muy bien – gritó Naty desde adentro y salió conel vestido en la mano
- ¿Lo llevas?
- ¿Al vestido? Sí – dijo mi hermana
- ¿Y a él? – dijo ella señalándome a mi
- También, es mi hermano – dijo Naty muy resuelta
- No les creo
- ¿Vos nos cobras? – preguntó Natalia
- Si
- Mirá mi documento y el de él – y sacó el suyo
Yo detrás de ella le di el mío yla tarjeta de crédito y ella cotejando nos miró una y otra vez sin podercreerlo. Pagué y me estaba yendo cuando la chica nos dice
- Nunca había visto a una hermana haciéndole esascosas a su hermano
- ¿Viste? Y las cosas que hacemos que no teimaginas – dijo mi pequeña hermana con una sonrisa y tomándome de la mano saliódel local
Fuimos caminando por el shoppingtomados de la mano como dos novios y casi que lo éramos, o al menos loparecíamos porque no noté ninguna mirada rara. Comimos en el patio de comidas,ella una hamburguesa y yo una ensalada. Ya se había hecho tarde y empezamos abajar las escaleras mecánicas en dirección a la caja de pago delestacionamiento.
Cuando vamos a pagar elestacionamiento, ella me detiene y me dice:
- No vamos al auto a dejar la bolsa y despuésvenimos a pagar
- ¿Por? – le dije sin entender la lógica
- Porque quiero que me cojas en el auto, no doy más– me dijo con total soltura
La pija se me empezó a parardesde ahí y cuando llegamos al auto estaba más que dura. Natalia no dudó y semetió en el asiento de atrás.
- Corré los asientos para adelante – me ordenó
- Vení – le dije y me bajé pantalón y calzoncillojuntos
- Chupame las tetas – estaba desatada Natalia
- Siiiiii
- Me re calentó chuparte la pija delante de unadesconocida
En dos segundos se había sacadoel pantalón y la remera y me estaba cabalgando. Al ser tan chiquita ella sepodía mover muy bien dentro del auto. Comenzó a cabalgarme y a cogerme con unadesesperación que me asombró desde el primer momento.
- Aghhh aghhhh ahhhhh cogeme, si si si, cogeme –me rogaba
- ¿Te puso celosa la vendedora esa? – le dije
- Sí, quiero que tu pija sea solo para mí – decía Natyque cabalgaba mi verga sin cesar
- ¿Te gustó chuparme la pija delante de ella?
- Siiiii, mucho
- ¿Y que sepa que eras mi hermana?
- Me encantó, aghhhhh
- Vas a acabar? – le pregunté
- Siiiaghhh ahhhhh ahhhhhhhhh
- Me hubiese gustado que las dos me chupen la pija– le dije
- Aghhhh estoy acabandooooooo aghhhhhh ahhhhhhaghhhh
- ¿Vos me la vas a chupar con María, tu amiga? – le dije
- Como te gusta preguntarme cosas – me dijomientras me besaba
- Quiero saber, soy curioso
El auto no era el lugar máscómodo así que dejé mi acabada pendiente para cuando lleguemos a casa.
Finalmente me quedé con las ganasy no tuve nada con mi hermana. Estaba mi madre dando vueltas y yo quería irtemprano a juntarme con mi jefe
(continuará…)
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