Esa noche Brenda y yo cogimos como nunca, estaba tan mojada y caliente que hasta me pidió que le diera por el culo. Mientras me la cogía, pude sentir como tenía la vagina, además de mojada, bien abierta, seguramente por la verga de Raúl.
Terminamos exhaustos los dos y nos quedamos dormidos. Los días siguientes fueron normales como si no hubiera pasado nada entre ella y Raúl, no mostro ningún rastro de culpa o arrepentimiento, fue como si esa noche nunca hubiera sucedido nada, pero yo ya no resistía las ganas de ver como se cogían a mi mujer.
-Amor, hay que hacer algo el fin de semana, ¿qué te parece si preparamos algo de comer e invitamos a Raúl? - Le dije a Brenda.
-No lo sé Javi, no tengo muchas ganas… la verdad prefiero salir a bailar a un antro, hace mucho tiempo que no vamos.
-Está bien, hay que ir entonces, le diré a Raúl que nos acompañe- Dije
-Ok, da igual, solo controla a tu amigo por favor, cuando se emborracha dice muchas idioteces-
- ¡¿Te dijo algo?!, ¿se intentó pasar contigo? - pregunté haciéndome el indignado. Como si no hubiera visto cuando se la estaba cogiendo.
-Si, la noche que me dejaste a solas con él, se la paso mirándome las nalgas- me dijo mirando mi reacción.
-jajaja no lo culpo amor, no seas tan dura con él, tienes un culazo, nadie podría resistirse a mirarlo...-
-Ah, ¡¿te da risa?!, ¿Y si te dijera que además me dio unas nalgadas? - Volvió a preguntar
- ¿Pues que le hiciste?, ¿te portaste mal? - le dije con una mirada pervertida.
-jaja ah mira, que gracioso Javi, ¿ósea que no te importa que cualquiera le ande agarrando el culo a tu mujer? - me dijo esta vez en tono de reclamo y cruzándose de brazos.
-Raúl es mi amigo, no es cualquiera, además mientras no pase de eso y si a ti no te molesta, está bien por mí-
-¡¿Siiiii?! No pensé que me fueras a responder eso, sabes que me encanta que me vean las nalgas, y ahora que lo pienso, no me molesta que tu amigo me agarre el culo si no tienes problema con eso, pero esa vez estábamos borrachos, no es como que quiera que suceda de nuevo…- me respondió.
-Me di cuenta de que no tenías problema cuando le pegabas el culo la otra noche mientras bailaban-
-¡Javi! Estaba muy borracha, eso no lo hice a propósito, solo que de pronto sentí algo crecer entre mis nalgas y no supe que hacer.
-Le pagaste más las nalgas, ¿no?, eso fue lo que hiciste jaja-
Empecé a notar como se empezó a calentar y su rostro enrojeció un poco
-Ya, bueno, entonces el viernes vamos de antro- me respondió cortando la conversación.
Llego la noche esperada y estaba en la sala de la casa esperando a Brenda, cuando de pronto la veo salir vestida con unos tacones altos, una falda corta y una blusa muy pequeña, no me pude resistir las ganas y le pedí que se la levantara.
-¡Yaaaa!, jajaja, vámonos- me dijo bajando su falda de nuevo.
Al llegar al lugar ya nos esperaba Raúl en una mesa, la noche pasaba normal. Brenda bailaba y nosotros mientras tanto platicábamos y tomábamos, luego nos turnábamos para bailar con ella. No apartaba mi vista de ellos, cuando bailaban, podía ver como de forma disimulada, Raúl le pasaba la mano por el culo, y Brenda a su vez en cada canción de reggaetón aprovechaba para pegarle las nalgas a mi amigo. Esas escenas me calentaban, pero no duraban mucho.
La noche paso y seguimos bebiendo más y más, llego un punto en el que yo deje de hacerlo, pero mi esposa y mi amigo siguieron. Ya estaban muy borrachos y el lugar estaba por cerrar.
-Ya tenemos que irnos- Dije
Pude ver como ambos se desanimaron.
-Pero podemos seguir tomando en la casa- dijo Brenda esta vez
Mi amigo y yo cruzamos miradas y ambos estuvimos de acuerdo.
Llegamos y no pude evitar recordar lo que había pasado la última vez, casi repitiendo la misma historia, puse un poco de música y saqué unas cervezas del para tomar.
Llego un punto en el que platicábamos de cosas triviales en la sala de mi casa, Raúl estaba en un sillón y yo en otro, por su parte, Brenda estaba sentada en mis piernas y poco a poco la conversación se tornó en un ambiente caliente.
-Entonces Raúl… ¿qué prefieres?, ¿Tetas o nalgas? - Pregunto Brenda.
-jajaja, que preguntas enana, pero, depende supongo- le contesto.
-Yo prefiero nalgas, y más si son como las de Brenda- Dije mientras le daba la vuelta a mi esposa poniendo su culo apuntando hacia Raúl, levante su falda y le di una nalgada. Ella solo grito, pero por el susto del movimiento.
-Ayyyyy, ¡Javi!, ¡casi me tiras al suelo! - me reprocho, pero no se movió de su posición, ni siquiera hizo el intento de bajar su falda.
Raúl muy sorprendido pero muy excitado calvo su mirada en el culo de Brenda.
-No pues… si es un culo así, entonces si prefiero ese culazo que unas tetas- dijo con una visible erección en su pantalón.
Brenda volvió a su posición, sentada en mis piernas y recibí un pequeño golpe en el pecho de su parte.
-¡¿Que te pasa?!, ¡casi me tiras!, me hubieras dicho que querías que le enseñara las nalgas a tu amigo y yo solita me hubiera levantado para mostrárselas- me dijo -De cualquier forma ya me dijiste que no te importa que tu amigo que agarre las nalgas-
Raúl no entendía lo que pasaba, pero esta etapa de puta de Brenda, me estaba calentando muchísimo.
-¿Y tú Brenda?, ¿qué prefieres? ¿Las vergas largas o las gruesas? - pregunto Raúl sorprendiéndonos esta vez.
-jajaja, ay Dios, que calor hace, emmmm yo las prefiero gruesas- dijo entre risas
-Pero, me conformo con que las sepan usar y no acaben rápido- dijo nuevamente.
Todos reímos, sentí como puso su mano en mi verga por encima del pantalón, sintió mi erección y comenzó a besarme, primero la boca y después el cuello.
-Cuando estudiábamos, las mujeres que salían con Raúl siempre decían que tenía una verga muy grande- dije.
- ¿Ah sí? - pregunto Brenda sin dejar de besarme, dándose la vuelta y metiendo su mano por debajo de mi pantalón esta vez.
Levante su falda mostrándole a Raúl toda la tanga de mi esposa. Lo veía y empezó masturbarse por encima de su pantalón.
-Raúl, ¿porque no se la enseñas? - Pregunte. Raúl me miro con duda, pero asentí con la cabeza.
Brenda por su parte, no dejaba de besarme el cuello y agarrarme la verga, esta vez ya había bajado mi pantalón, lo suficiente como para tener mi verga de fuera.
Le hice dar la vuelta quedando esta vez mirando hacia Raúl y comencé a masturbarla. Cuando vio a mi amigo con la verga de fuera, sentí como su piel se erizo. Se mojo más y yo comencé a masturbarla más fuerte. Ella comenzó a gemir de forma descarada.
- ¿Es así como te gustan? - pregunte. Sin responder, solo asintió con la cabeza, pero sin dejar de masturbarla, con mi otra mano le di una nalgada.
-¡Contesta!-
-¡Siiiiiiiii! Grito entre gemidos- sin dejar de ver la verga de mi amigo.
-¿Se te antoja enana?- pregunto Raúl
Brenda giro su cabeza para volear a verme.
-Contesta lo que te pregunto- le dije
-Si...- dijo
-¿Si qué?-
-Si se me antoja amor…- me dijo al oído.
-Pídele permiso a Raúl para probarla- Un gemido salió de ella al sentir como le metía dos dedos en la vagina.
-Raaul… ¿me dejas probar?- pregunto Brenda con una voz de puta. Mientras tenía mis dedos enterrados en su vagina.
Raúl abrió un poco más las piernas mostrando aquella enorme verga en su máximo esplendor, mientras ambos veíamos como mi esposa iba a gatas rumbo a esa tremenda verga. Al llegar, como una puta profesional, la engullo con la boca y la metió hasta donde pudo, para posteriormente comenzar su tarea de mamar, frente a mí, tenía a mi amigo Raúl con los ojos cerrados y su mano en la cabeza de mi esposa, disfrutando de la mamada que le estaba dando, yo por mi parte tenía el culo de Brenda en cuatro a mi completa disposición, una vista excitante.
-Gracias Javi, que bien mama esta puta- me dijo
No le conteste, en cambio comencé a masturbarme mientras veía esa escena.
Después de unos minutos, tomo del cabello a mi esposa y la levanto.
-Siéntate puta, pero mirando hacia el cornudo de tu esposo- Dijo, sus palabras me hicieron sentir humillación, pero me calentaron muchísimo, Brenda, parecía hipnotizada, tomo la verga de mi amigo con una mano, acomodándosela se la fue metiendo poco a poco. Podía ver como su boca se abría al mismo tiempo que su vagina quien a su vez le iba dando espacio a la tremenda verga de mi amigo, no dejaba de mirarme.
Por otro lado, Raúl no perdía el tiempo y le ayudaba a mi esposa abriéndole las nalgas con ambas manos.
Una vez que se la metió completa y quedo sentada en las piernas de Raúl, exhalo un suspiro de placer y por unos segundos cerro los ojos, para posteriormente abrirlos cuando se escuchó resonar una de sus nalgas por la mano de Raúl.
-¡Empieza a moverte puta!, como le gusta a tu esposo- dijo Raúl dándole otra tremenda nalgada.
Brenda comenzó con movimientos lentos, pero dentro de muy poco ya se encontraba saltando y dando sentones en Raúl, quien la tomaba por la cintura y le masajeaba las tetas en cada oportunidad.
- ¿Esto querías cornudo?, ¿querías ver como se cogen a tu esposa? - me dijo con una voz de puta que me voló la cabeza.
Sin responderle, seguí masturbándome, pero ya no podía más, no resistí tanta excitación y terminé.
Al ver mi corrida, mi esposa se levantó, dejando a mi amigo confundido. Avanzo hacia mí a gatas quedo en cuatro frente a mi para ponerse a mamar mi verga y tomarse mi leche, parecía otra persona, parecía poseída. Por la forma en que me apretaba el pene con su mano y la forma en que me chupaba tratando de sacar hasta la última gota, parecía que me la quería arrancar.
Continuo con su mamada y Raúl se levantó, camino hacia nosotros y al tener a su disposición a mi esposa en cuatro, comenzó a mamarle el culo, esto genero aún más placer en Brenda quien lamia los restos de semana en mis testículos y mis piernas para nuevamente meterse mi verga a su boca.
De pronto Raúl se levanta, y apuntando hacia el culo de mi esposa previamente lubricado por su saliva, deja entrar la cabeza de su verga.
El grito de Brenda fue callado por tener mi verga en su garganta, pero pude sentir como grito de dolor, o quizá placer. Se saco mi verga y comenzó a gritar mientras apretaba sus dientes, pero no se movía de su lugar, estaba resistiendo y poco a poco iba entrando el enorme pedazo de carne de Raúl, me miro, y en sus ojos lo veía todo, dolor, placer, satisfacción, pero sobre todo, estaba calientísima.
Volvió a meterse mi verga a su boca mientras Raúl le metía toda la verga en el culo, una vez adentro y que se acostumbró a su tamaño, comenzó a gemir de placer, por otro lado, mi amigo fue aumentando en intensidad las embestidas, nos la estábamos cogiendo los dos.
-¿Te gusta Javi?, ver cómo le reviento el culo a tu mujer- me pregunto
-Pártele el culo a esta puta- le dije
Brenda se sacó mi verga de la boca y no dejaba de gemir ni mirarme, luego volteo a ver a mi amigo.
-Hijo de putaaa, párteme el culo, ¡es tuyo!, úsalo con tu enorme verga, ¡enséñale a este cornudo como tratar a una puta!-.
Raúl la tomo de las caderas y arremetió contra ella con más fuerza, yo la tome del cuello ahorcándola con fuerza y con la otra mano le di una cachetada, no tan fuerte pero lo suficiente para marcarle mi mano. Lejos de molestarle, eso pareció excitarle más, ya que comenzó a mover sus caderas para clavarse la verga de mi amigo con más fuerza.
- ¡Cójanme los dos! - dijo haciendo una pausa y poniéndose de pie, subiéndose encima de mí y clavándose mi verga en su vagina. Volteo a ver a mi amigo Raúl.
- ¡No te quedes ahí parado como imbécil!, ¡reviéntame el culo con esta vergota! - le dijo, mientras él y yo nos miramos sorprendidos, pero obedeció y así la empezamos a coger entre los dos.
Esa noche, le dimos a Brenda por todos sus agujeros, alternamos, y aunque Raúl ya le había dejado el culo muy abierto aun así disfrute cogerla.
Después de algunas horas, finalmente terminamos todos rendidos. Raul se fue a su casa y nosotros quedamos exhaustos, sin saber cómo cambiaria nuestra vida a partir de ahora.
¿Fin?
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Terminamos exhaustos los dos y nos quedamos dormidos. Los días siguientes fueron normales como si no hubiera pasado nada entre ella y Raúl, no mostro ningún rastro de culpa o arrepentimiento, fue como si esa noche nunca hubiera sucedido nada, pero yo ya no resistía las ganas de ver como se cogían a mi mujer.
-Amor, hay que hacer algo el fin de semana, ¿qué te parece si preparamos algo de comer e invitamos a Raúl? - Le dije a Brenda.
-No lo sé Javi, no tengo muchas ganas… la verdad prefiero salir a bailar a un antro, hace mucho tiempo que no vamos.
-Está bien, hay que ir entonces, le diré a Raúl que nos acompañe- Dije
-Ok, da igual, solo controla a tu amigo por favor, cuando se emborracha dice muchas idioteces-
- ¡¿Te dijo algo?!, ¿se intentó pasar contigo? - pregunté haciéndome el indignado. Como si no hubiera visto cuando se la estaba cogiendo.
-Si, la noche que me dejaste a solas con él, se la paso mirándome las nalgas- me dijo mirando mi reacción.
-jajaja no lo culpo amor, no seas tan dura con él, tienes un culazo, nadie podría resistirse a mirarlo...-
-Ah, ¡¿te da risa?!, ¿Y si te dijera que además me dio unas nalgadas? - Volvió a preguntar
- ¿Pues que le hiciste?, ¿te portaste mal? - le dije con una mirada pervertida.
-jaja ah mira, que gracioso Javi, ¿ósea que no te importa que cualquiera le ande agarrando el culo a tu mujer? - me dijo esta vez en tono de reclamo y cruzándose de brazos.
-Raúl es mi amigo, no es cualquiera, además mientras no pase de eso y si a ti no te molesta, está bien por mí-
-¡¿Siiiii?! No pensé que me fueras a responder eso, sabes que me encanta que me vean las nalgas, y ahora que lo pienso, no me molesta que tu amigo me agarre el culo si no tienes problema con eso, pero esa vez estábamos borrachos, no es como que quiera que suceda de nuevo…- me respondió.
-Me di cuenta de que no tenías problema cuando le pegabas el culo la otra noche mientras bailaban-
-¡Javi! Estaba muy borracha, eso no lo hice a propósito, solo que de pronto sentí algo crecer entre mis nalgas y no supe que hacer.
-Le pagaste más las nalgas, ¿no?, eso fue lo que hiciste jaja-
Empecé a notar como se empezó a calentar y su rostro enrojeció un poco
-Ya, bueno, entonces el viernes vamos de antro- me respondió cortando la conversación.
Llego la noche esperada y estaba en la sala de la casa esperando a Brenda, cuando de pronto la veo salir vestida con unos tacones altos, una falda corta y una blusa muy pequeña, no me pude resistir las ganas y le pedí que se la levantara.
-¡Yaaaa!, jajaja, vámonos- me dijo bajando su falda de nuevo.
Al llegar al lugar ya nos esperaba Raúl en una mesa, la noche pasaba normal. Brenda bailaba y nosotros mientras tanto platicábamos y tomábamos, luego nos turnábamos para bailar con ella. No apartaba mi vista de ellos, cuando bailaban, podía ver como de forma disimulada, Raúl le pasaba la mano por el culo, y Brenda a su vez en cada canción de reggaetón aprovechaba para pegarle las nalgas a mi amigo. Esas escenas me calentaban, pero no duraban mucho.
La noche paso y seguimos bebiendo más y más, llego un punto en el que yo deje de hacerlo, pero mi esposa y mi amigo siguieron. Ya estaban muy borrachos y el lugar estaba por cerrar.
-Ya tenemos que irnos- Dije
Pude ver como ambos se desanimaron.
-Pero podemos seguir tomando en la casa- dijo Brenda esta vez
Mi amigo y yo cruzamos miradas y ambos estuvimos de acuerdo.
Llegamos y no pude evitar recordar lo que había pasado la última vez, casi repitiendo la misma historia, puse un poco de música y saqué unas cervezas del para tomar.
Llego un punto en el que platicábamos de cosas triviales en la sala de mi casa, Raúl estaba en un sillón y yo en otro, por su parte, Brenda estaba sentada en mis piernas y poco a poco la conversación se tornó en un ambiente caliente.
-Entonces Raúl… ¿qué prefieres?, ¿Tetas o nalgas? - Pregunto Brenda.
-jajaja, que preguntas enana, pero, depende supongo- le contesto.
-Yo prefiero nalgas, y más si son como las de Brenda- Dije mientras le daba la vuelta a mi esposa poniendo su culo apuntando hacia Raúl, levante su falda y le di una nalgada. Ella solo grito, pero por el susto del movimiento.
-Ayyyyy, ¡Javi!, ¡casi me tiras al suelo! - me reprocho, pero no se movió de su posición, ni siquiera hizo el intento de bajar su falda.
Raúl muy sorprendido pero muy excitado calvo su mirada en el culo de Brenda.
-No pues… si es un culo así, entonces si prefiero ese culazo que unas tetas- dijo con una visible erección en su pantalón.
Brenda volvió a su posición, sentada en mis piernas y recibí un pequeño golpe en el pecho de su parte.
-¡¿Que te pasa?!, ¡casi me tiras!, me hubieras dicho que querías que le enseñara las nalgas a tu amigo y yo solita me hubiera levantado para mostrárselas- me dijo -De cualquier forma ya me dijiste que no te importa que tu amigo que agarre las nalgas-
Raúl no entendía lo que pasaba, pero esta etapa de puta de Brenda, me estaba calentando muchísimo.
-¿Y tú Brenda?, ¿qué prefieres? ¿Las vergas largas o las gruesas? - pregunto Raúl sorprendiéndonos esta vez.
-jajaja, ay Dios, que calor hace, emmmm yo las prefiero gruesas- dijo entre risas
-Pero, me conformo con que las sepan usar y no acaben rápido- dijo nuevamente.
Todos reímos, sentí como puso su mano en mi verga por encima del pantalón, sintió mi erección y comenzó a besarme, primero la boca y después el cuello.
-Cuando estudiábamos, las mujeres que salían con Raúl siempre decían que tenía una verga muy grande- dije.
- ¿Ah sí? - pregunto Brenda sin dejar de besarme, dándose la vuelta y metiendo su mano por debajo de mi pantalón esta vez.
Levante su falda mostrándole a Raúl toda la tanga de mi esposa. Lo veía y empezó masturbarse por encima de su pantalón.
-Raúl, ¿porque no se la enseñas? - Pregunte. Raúl me miro con duda, pero asentí con la cabeza.
Brenda por su parte, no dejaba de besarme el cuello y agarrarme la verga, esta vez ya había bajado mi pantalón, lo suficiente como para tener mi verga de fuera.
Le hice dar la vuelta quedando esta vez mirando hacia Raúl y comencé a masturbarla. Cuando vio a mi amigo con la verga de fuera, sentí como su piel se erizo. Se mojo más y yo comencé a masturbarla más fuerte. Ella comenzó a gemir de forma descarada.
- ¿Es así como te gustan? - pregunte. Sin responder, solo asintió con la cabeza, pero sin dejar de masturbarla, con mi otra mano le di una nalgada.
-¡Contesta!-
-¡Siiiiiiiii! Grito entre gemidos- sin dejar de ver la verga de mi amigo.
-¿Se te antoja enana?- pregunto Raúl
Brenda giro su cabeza para volear a verme.
-Contesta lo que te pregunto- le dije
-Si...- dijo
-¿Si qué?-
-Si se me antoja amor…- me dijo al oído.
-Pídele permiso a Raúl para probarla- Un gemido salió de ella al sentir como le metía dos dedos en la vagina.
-Raaul… ¿me dejas probar?- pregunto Brenda con una voz de puta. Mientras tenía mis dedos enterrados en su vagina.
Raúl abrió un poco más las piernas mostrando aquella enorme verga en su máximo esplendor, mientras ambos veíamos como mi esposa iba a gatas rumbo a esa tremenda verga. Al llegar, como una puta profesional, la engullo con la boca y la metió hasta donde pudo, para posteriormente comenzar su tarea de mamar, frente a mí, tenía a mi amigo Raúl con los ojos cerrados y su mano en la cabeza de mi esposa, disfrutando de la mamada que le estaba dando, yo por mi parte tenía el culo de Brenda en cuatro a mi completa disposición, una vista excitante.
-Gracias Javi, que bien mama esta puta- me dijo
No le conteste, en cambio comencé a masturbarme mientras veía esa escena.
Después de unos minutos, tomo del cabello a mi esposa y la levanto.
-Siéntate puta, pero mirando hacia el cornudo de tu esposo- Dijo, sus palabras me hicieron sentir humillación, pero me calentaron muchísimo, Brenda, parecía hipnotizada, tomo la verga de mi amigo con una mano, acomodándosela se la fue metiendo poco a poco. Podía ver como su boca se abría al mismo tiempo que su vagina quien a su vez le iba dando espacio a la tremenda verga de mi amigo, no dejaba de mirarme.
Por otro lado, Raúl no perdía el tiempo y le ayudaba a mi esposa abriéndole las nalgas con ambas manos.
Una vez que se la metió completa y quedo sentada en las piernas de Raúl, exhalo un suspiro de placer y por unos segundos cerro los ojos, para posteriormente abrirlos cuando se escuchó resonar una de sus nalgas por la mano de Raúl.
-¡Empieza a moverte puta!, como le gusta a tu esposo- dijo Raúl dándole otra tremenda nalgada.
Brenda comenzó con movimientos lentos, pero dentro de muy poco ya se encontraba saltando y dando sentones en Raúl, quien la tomaba por la cintura y le masajeaba las tetas en cada oportunidad.
- ¿Esto querías cornudo?, ¿querías ver como se cogen a tu esposa? - me dijo con una voz de puta que me voló la cabeza.
Sin responderle, seguí masturbándome, pero ya no podía más, no resistí tanta excitación y terminé.
Al ver mi corrida, mi esposa se levantó, dejando a mi amigo confundido. Avanzo hacia mí a gatas quedo en cuatro frente a mi para ponerse a mamar mi verga y tomarse mi leche, parecía otra persona, parecía poseída. Por la forma en que me apretaba el pene con su mano y la forma en que me chupaba tratando de sacar hasta la última gota, parecía que me la quería arrancar.
Continuo con su mamada y Raúl se levantó, camino hacia nosotros y al tener a su disposición a mi esposa en cuatro, comenzó a mamarle el culo, esto genero aún más placer en Brenda quien lamia los restos de semana en mis testículos y mis piernas para nuevamente meterse mi verga a su boca.
De pronto Raúl se levanta, y apuntando hacia el culo de mi esposa previamente lubricado por su saliva, deja entrar la cabeza de su verga.
El grito de Brenda fue callado por tener mi verga en su garganta, pero pude sentir como grito de dolor, o quizá placer. Se saco mi verga y comenzó a gritar mientras apretaba sus dientes, pero no se movía de su lugar, estaba resistiendo y poco a poco iba entrando el enorme pedazo de carne de Raúl, me miro, y en sus ojos lo veía todo, dolor, placer, satisfacción, pero sobre todo, estaba calientísima.
Volvió a meterse mi verga a su boca mientras Raúl le metía toda la verga en el culo, una vez adentro y que se acostumbró a su tamaño, comenzó a gemir de placer, por otro lado, mi amigo fue aumentando en intensidad las embestidas, nos la estábamos cogiendo los dos.
-¿Te gusta Javi?, ver cómo le reviento el culo a tu mujer- me pregunto
-Pártele el culo a esta puta- le dije
Brenda se sacó mi verga de la boca y no dejaba de gemir ni mirarme, luego volteo a ver a mi amigo.
-Hijo de putaaa, párteme el culo, ¡es tuyo!, úsalo con tu enorme verga, ¡enséñale a este cornudo como tratar a una puta!-.
Raúl la tomo de las caderas y arremetió contra ella con más fuerza, yo la tome del cuello ahorcándola con fuerza y con la otra mano le di una cachetada, no tan fuerte pero lo suficiente para marcarle mi mano. Lejos de molestarle, eso pareció excitarle más, ya que comenzó a mover sus caderas para clavarse la verga de mi amigo con más fuerza.
- ¡Cójanme los dos! - dijo haciendo una pausa y poniéndose de pie, subiéndose encima de mí y clavándose mi verga en su vagina. Volteo a ver a mi amigo Raúl.
- ¡No te quedes ahí parado como imbécil!, ¡reviéntame el culo con esta vergota! - le dijo, mientras él y yo nos miramos sorprendidos, pero obedeció y así la empezamos a coger entre los dos.
Esa noche, le dimos a Brenda por todos sus agujeros, alternamos, y aunque Raúl ya le había dejado el culo muy abierto aun así disfrute cogerla.
Después de algunas horas, finalmente terminamos todos rendidos. Raul se fue a su casa y nosotros quedamos exhaustos, sin saber cómo cambiaria nuestra vida a partir de ahora.
¿Fin?
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