En ese momento solo podía pensar una cosa, estar agradecido por estar en el lugar donde estoy y tener la esposa que siempre e deseado, mi esposa se dejaba acariciar y besar por dos tipos que apenas conocía mientras mi madre miraba sorprendida la escena y yo solo podía mirar ya que si me movía demasiado despertaría a mi hija que dormía en mi pecho.
Los paquetes de los tipos de abultaron y mi esposa lo noto de inmediato y empezó a acariciarlos por encima del pantalón,
-recuerden chicos, no hagan tanto ruido, si despiertan a mí bebita no se los perdonare jamás.
Los dos tipos asintieron con la cabeza.
Así estuvieron mi esposa y los dos tipos por un par de minutos, yo ya esperaba con ansias ver lo que le harían a mi esposa. La sensación era magnífica y solo los podía ver con la boca abierta, deseaba con todas mis fuerzas unirme a la acción.
Después de unos minutos mi esposa tomo de las manos a los tipos y los llevó consigo al comedor donde estaba sentada mi mami, y estando ahí mi esposa puso sus manos en la mesa y se inclinó para levantar su trasero,
-¿Quien va a ser el primero? -mientras dijo eso sacudió su trasero de lado a lado como perra en celo.
Uno de los dos tipos de bajo los pantalones y pude ver su verga de poco más de 20 centímetros, era grande pero delgada, el sujeto escupió en su mano y lúbrico con su saliva su glande, se posicionó atrás de mi esposa y la tomo por la cintura, justo cuando se dispuso a penetrarla los detuve, -¿Que creen que hacen, y los condones? -no molestes amor (dijo mi esposa) ¿Encerio crees que allá adentro en el cuarto de tus papás usaron condones?.
Con esa simple oración me tapo la boca, no me quedó de otra más que observar y ver cómo posiblemente hoy le hacían un hermanito a mi hija.
Después de mi regaño fallido el tipo se dispuso a su tarea, ensarto poco a poco a mi esposa y no pudo contener un gemido de placer al ser penetrada, una vez que su pene entro en su totalidad empezó a meter y sacar la herramienta, mi esposa se tapaba la boca para no despertar a nuestra hija con sus gemidos de placer. A los pocos minutos el sujeto se detuvo y sacó su moustruosa verga de la vagina de mi mujer, todavía no se venía,
-sigues tu.
Dijo mientras se apartaba del trasero de mi esposa y le sedia el lugar a su amigo.
El otro chico se quitó en su totalidad sus pantalones y su ropa interior, dejando al descubierto un pene como de 13 o 15 centímetros pero muy grueso, se lúbrico igual y se la clavó a mi esposa, ella si dejo salir un ¡Ay! De dolor y mi hija se sacudió, inmediatamente le dije a mi esposa en voz baja, -callate.
Ella asintió con su cabeza y se dejó penetrar una y otra vez, tal parecía que esté pene la hacía sentir más placer.
Así siguieron unos cuantos minutos y antes de que el tipo se viniera se la saco, y dijo en tono burlón -cambio.
Mi madre se enojo y se levantó de la mesa,
-cuando va a ser mi turno. Nadie contestó y se fue molesta al cuarto con mi papá, su amante mi hermana y su novio.
Los tipos no le dieron importancia y siguieron en lo suyo, por un par de minutos, continuaron cogiendo a mi esposa, cambiaban de turno entre ellos antes de venirse, mi esposa ya hasta ponía los ojos en blanco de placer.
Hicieron una pequeña pausa, y mi esposa dijo con voz traviesa y pícara, -pobrecito de mi esposo, no se puede unir a la fiesta, hay que llevar la fiesta a el. Mi esposa se levantó y se puso enfrente del sillón donde estábamos mi hija y yo, se puso en cuatro encima de la alfombra de la sala y levantó su culito lo más que pudo, y apoyo su cara contra la alfombra y puso sus manos atrás de ella y con sus manos abría sus nalgas para así poder exponer al máximo su ano, inmediatamente el chico del pene largo ensarto su miembro en el ano de mi esposa, lo metía y sacaba repetidamente, y el sonido que hacían al chocar sus caderas despertó a nuestra hija, rápidamente como un rayo se levantaron, tomaron su ropa y se fueron al cuarto con mis padres, mi hija se despertó pero inmediatamente se quedó dormida otra vez en mi pecho, yo no me podía recuperar de la adrenalina pero poco a poco me quedé dormido.
Después de unas cuantas horas mi esposa me despertó y me dijo que todos ya se habían ido, yo lo único que le dije al despertarme fue, -tienes que contarme todo cuando lleguemos a casa.
Le dije mientras me sonreía.
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