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Maria 1

Esto ocurrió cuando yo tenia 18 años, desde los quince comencé a entrenar en un gimnasio de mi ciudad, luego de tres años ya tenia un cuerpo bastante bueno, se notaba el trabajo, le agarre el gusto a ir en la mañana, ya que casi la mayoría de las veces estaba solo o máximo éramos tres o cuatro, mas en invierno, en el cual la mayoría de la gente iba en la tarde.
Y esa era mi rutina durante varios años, levantarme a las 7 y a las 8 ya estar entrenando, como entenderán los que entrenan, en esos años vi pasar a varios, los cuales solo soportaban un par de meses y se iban, las que duraban mas eran las chicas, las cuales veía ocasionalmente en la mañana conmigo, aunque siempre me enfocaba mas en entrenar ya que no había nada del otro mundo realmente.
Y así continué hasta que ella llego, rubia bien clara, parecía natural, pelo hasta los hombros, casi tan alta como yo, piel blanca, de tetas estaba normal, lo que si tenia era un culo simplemente enorme, además de unas piernas torneadas y trabajadas, era la definición perfecta de una madura bien cuidada, en ese tiempo tenia unos 45 años ya, pero que 45 años, desprendía esa aura de milf que te paraba la pija con solo verla, luego me entere que se llamaba Maria.
Sin dudas me llamo la atención ese terrible ojete la primera vez que lo vi, mas por como iba vestida, un top deportivo un poco mas grande que lo normal y una calza negra que se pegaba y notaba mas la forma redonda de su orto.
Pero la verdad es que seguí entrenando sin enfocarme tanto en ella, era bastante disciplinado en cuanto a eso y no me gustaba perder tiempo, incluso iba solo para no hablar con nadie.
Un día yo me encontraba haciendo press de banca, al terminar, me siento y ahí estaba Maria, casi frente a mi pero a varios metros obviamente, subiendo y bajando mientras apoyaba su espalda contra una de esas pelotas de ule grandes que hay en los gimnasios, haciendo una especie de sentadilla.
Yo la observe disimuladamente, no quería que notara mi mirada, aunque a lo mejor ella si quería, ya que de todo el gimnasio justo se iba a poner ahí.
EN fin, no paso mucho mas con ella por varios días, hasta que un día vi como se agacho a unos metros para recoger una mancuerna, ahí observe que llevaba una tanga que se le perdía entre esas enormes nalgas, la cual se transparentaba por su calza, en ese momento aproveche y le tome una fotografía, tal vez en ese momento comenzó lo que pasaría a ser mi mayor obsesión en el gym, mas que entrenar.
Observaba mas a Maria, su enorme culo el cual deseaba, esa madura estaba muy buena, pero nunca se me ocurrió ir mas lejos, hasta ese día, verán, la encargada del gym era bastante confianzuda de los clientes, en la mañana a veces podía irse por horas mientras cerraba la oficina, y no pasaba nada realmente.
Un día volvió a irse, avisándome que volvía en un rato, yo la conocía, sabia que mínimo una hora tardaría, y para mi suerte ahí estaba yo solo con Maria, plena mañana de invierno, arranque a relajearla, ver lo que hacia, hasta que en un momento se subió a una maquina elíptica, ahí fue cuando hice algo que jamás pensé que haría, con el celular, me pare a varios metros por detrás y ahí, grabe su enorme culo moviéndose en la maquina, no puedo describir lo que sentí, el corazón me latida mas rápido, me sentía emocionado, jamás había experimentado algo así, volví a mi lugar, hice una serie de ejercicios y repetí…esta vez mas cerca, apenas a 3 metros, la grabe y le saque fotos, ella no se daba cuenta ya que la música fuerte no permitía escuchar mis pasos, además la caminadora elíptica daba directo a la calle, por lo que no había un espejo ni nada en lo que pudiera notarme detrás.
Volví a mi lugar y realice otro set, para disimular, pero la pija la tenia al palo, el corazón a mil, esa adrenalina era increíble, entonces lo hice una vez mas, esta vez ya sin sentido, dominado por mis instintos al ver a esa hembra mover su enorme orto, literalmente me coloque casi a su lado, algo agachado, fui acercando el celular mientras la grababa, no les miento, el celular estuvo casi pegado a su culo, a unos diez centímetros, era increíble lo que estaba haciendo y como ella no lo notaba.
AL terminar, volví, algo agitado, realice otra repetición y cuando termine, la observe de reojo y note que me miraba, pero no con una expresión de desagrado, sin dudas no me había descubierto, mas bien con curiosidad e interés, enseguida aparto la mirada.
El resto de mi entrenamiento me dedique a acercarme y grabarla cuando hacia sus ejercicios, sobre todo en maquinas las cuales que se colocara boca abajo, siempre con precaución de que no me viera mientras admiraba ese enorme y caliente orto de la rubia.
Ella termino su rutina y vi como se fue en su camioneta roja, tenia plata la madura.
Al llegar a casa me pajie viendo los videos de ese gran culo moviéndose.
Maria 1

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