Su mejor amiga. No sé el porqué pero sí el cómo XV.
Esa noche, luego de los mensajes con Maca, volví a la cama. Me quedé pensando en cuándo había empezado a ser así. No lo decía por Pauli, sino por mí. Cuándo acepté, dije, imaginé esta situación. ¿Estaba cumpliendo su fantasía o también era mía? ¿La amaba? Siempre esa maldita pregunta. ¿Y Maca? ¿Qué me pasa con ella? Siempre las mismas, putas e inapropiadas preguntas. Finalmente me dormí.
A la mañana siguiente Pauli se levantó temprano. Desayunamos y la veía caída, casi no me miraba.
- ¿Qué pasa?-
-¿Y ahora?-
- ¿Ahora qué?- Le pregunté.
-¿Cómo podes mirarme?¿Amarme después de todo esto?- sus ojos estaban firmes en la pared.
- Es algo de los dos. Que se yo. No sé. Me parece que es mejor no preguntar y listo. Total, el viejo ya se va.-
- Si... También se acabó el juego. -
La miré fijo. Hizo un pequeño gesto con su boca, compungida. Algo en mí sabía lo que debía hacer, algo me llamaba, me gritaba y aunque no lo escuchaba con claridad, mi cuerpo me decía que había que hacerlo.
- ¿Todavía tenés el traje de colegiala?-
-¿Para?-
-Ponetelo. - Sonreí, limpiándome la boca por la tostada.
Pauli sonrió y fue a ponérselo al baño. Tardó un rato que use para cambiarme y agarrar las llaves.
-¿Y? ¿Qué tal? - Sonreía y giraba en el lugar, haciendo que se mueva la pollera. - Me queda bien después de tanto tiempo.
No les niego. Estaba espectacular. Sus piernas se marcaban perfecto, su culo apenas estaba cubierto por la pollera y la camisa blanca, le traslucia el corpiño de encaje. Estaba radiante con su sonrisa y su lengua que sacaba jugando.
- ¿Querés que juguemos?- Comenzó a acercarse, con voz de puta.
- Obvio.- La besé agarrándola de la nuca. - Pero no acá. -
La agarré de la mano y salimos del departamento.
- Para, Juan. No puedo salir así.- Por primera vez estaba avergonzada.
- Estás perfecta, amor. Déjate de joder.-
- Es de día, ¿Qué querés hacer?-
No respondí. Salimos y comenzamos a caminar.
- Juan, en serio. Anda más despacio.- Me decía, aunque ella no se detenía.
Si bien viviamos en el centro, al ser fin de semana largo no había mucho movimiento. Yo no le di importancia. A la cuadra y media, creo que ya lo sabía.
- ¿Qué haces, Juan?-
- Nada...-
- Dale...-
La miré y me reí. Ella hizo una leve sonrisa.
Toqué el timbre, se abrió la puerta de abajo, subimos y cuando la vi ella ya había cambiado su cara. Apenas subimos las escaleras, Lucio había abierto.
- Vinimos a despedirlo.- Le dije, casi antes de que él salga.
- Qué sorpresa.- Dijo él, sonriendo y casi boquiabierto.
- Hola...- Sonrió Pauli, tímidamente.
Pasamos directamente. El corazón ya se me aceleraba, todavía tomaba de la mano a Pauli, estaba todo transpirado.
Nos ofreció algo de tomar, yo sentía que debía ser ahora o nunca.
-Como usted ya se va.... Queríamos, darle una despedida.- Le sonreí. Lucio no entendía nada.
Pauli estaba al lado mío, la agarré y la puse frente a mí.
-Estas vestida así y después de lo que me contaste... Agachate y déjame a mí.- Le Susurré a Pauli.
Ella obedeció y se colocó dándole la espalda y frente a mí pantalón.
- ¿Le molesta si le damos un último regalo?- Le pregunté y el negó con la cabeza, ya se lo podía ver agitado.
Pauli bajó mi cierre, el pantalón y el boxer, me sacó la pija y comenzó a chuparmela. Lo hacía lento. Se la metía toda desde la cabeza, hasta casi la base. Le daba un poco de arcadas y me babeaba la pija.
- Lucio, no sabe lo que es. Desde chiquita, así como la ve vestida que la chupa así, ¿No amor?- La miré
- Un poquito...- Susurró, agitada, pajeandome para hablar.
-¿No se la chupabas así a un compañerito en el colegio?- Ella sonrió.
Lucio se acercó para ver. Estaba atónito. Con la boca abierta. Agarró una silla y se sentó casi al lado.
- Contale a Lucio, ¿No te escondiste una vez para chupársela a un compañero en el colegio?- Me la empezó a chupar más rápido. - Contesta, putita.-
- Varias...- Susurró.
- ¿Escuchó, Lucio? ¿Vió que puta?- El viejo asintió. - Póngase atrás. - Le ordené al viejo, dándole distancia.
Pauli se trató de parar y no la dejé. Continuaba arrodillada y me alejé agarrándola de la nuca para que saque más su culito.
-Amor, para...- Me susurraba sonriendo.
- ¿Y Lucio? ¿Cómo se ve ese culito entangado?
- Y...- eran sus primeras palabras, mientras se tocaba la pija. - Entangado no porque no trae bombacha...- Me dijo, sin sacarle los ojos.
Mí rostro se desfiguró. La miré a Pauli.
- Te dije que no podía salir así...- Me respondió, metiéndosela toda en la boca.
La tomé de las axilas y la levanté pero sin que me deje de chupar la pija. Su culo, quedó frente a frente a la cara de Lucio. El viejo, se masturbaba por arriba del pantalón. Pauli se enderezó un poco a mí, excitada, gimiendo.
- Pediselo, al profesor. - Le Susurré y ella sonrió.
-¿Me lo puede chupar un poquito?- Dijo tímidamente, Lucio estaba obnubilado.
- Míralo y deciselo. -
- Don Lucio, me chupa el culo, ¿Por favor?- Le dijo con toda su voz de puta.
Ni un segundo dudó y metió toda su cara arrugada en el culo de Pauli. El rostro de ella se apoyaba en mí pecho que gemia como loca.
- Seguí chupandomela, putita. - Le ordené y abrió los ojos para volver a su trabajo.
Estuvimos unos minutos, donde solo se escuchaba la respiración de Lucio y yo veía como las dos manos del viejo abrían el culo de mí futura esposa para poder meterla lengua más adentro. Pauli me rodeaba con los brazos, haciendo fuerza para tratar de que entre más adentro.
- ahg... Ahg... Por favor, Don Lucio. Ahg... Por favor, metame un dedo grueso en el culo, por favor... - Suplicó agitada. - ahg... Ahg... Amor, amor... Ahg me lo metió, ahg...- me susurraba, mientras sentía que de mordía los labios. - voy a acabar, te juro... Ahg- me dijo, mientras yo sólo veía por sobre ella como Lucio le metía cada vez más fuerte el dedo.
No pude soportarlo más. La excitación me estaba dominando.
- Lucio, pasemos a la cocina por favor. -
El viejo, no entendió nada. Cómo que me miró volviendo en si. Pauli, abrió los ojos sin saber qué hacer.
- ¿ Puede ponerse ahí por favor? - Le indiqué que se ponga al costado de la mesa, casi en la punta. - vos apoyate en la mesa.- Le Susurré a Pauli.
Una vez más, quedaba a mí merced ese culo, levanté un poco la pollera. Veía su rostro apoyado de lleno en la mesa.
- ¿Le molesta si le cojo el culo a la puta?- Le dije a Lucio.
- No, por mí, era bien. -
- ¿Quiere mirar?-
Lucio se puso al lado mío. metí lentamente mí pija en el culo totalmente mojado y babeado de Pauli.
- Mire como disfruta, mire la sonrisa.-
- Agh... Seguí despacito...- sonreía Pauli, mordiéndose los labios y con los ojos cerrados.
- ¿Así eran las putas en su época?-
- Ojalá...- Respondió por lo bajo, amasandose la pija.
- Haga, hombre, haga.-
- agh... Más adentro, ah... Agh que placer...- decía ella, mientras Lucio sacó la pija.
Le hice gestos de que se ponga dónde estaba, mientras yo seguía cogiendo el culo de Pauli, que se lo abría. Tomé el pelo de Pauli y la tiré hacia atrás. A pocos centímetros Lucio se pajeaba viéndola escena.
-Mira don Lucio, cómo está. -
Pauli abrió los ojos y le miró la pija. Comenzó a gemir más rápido.
-Dame más fuerte, por favor. Ah, agh. Ah, por favor- decía y no le sacaba los ojos de la pija de Lucio. Lucio se pajeaba más fuerte.
La tomé del pelo y la acerqué a mí para hablarle al odió.
- Mirá, igual que como querías tener a tu profesor.- la tiré una vez más a la mesa, la agarré de la cadera y comencé a cogerla con más fuerza
- agh... Por favor, ah... Tócame la concha, por favor...- me decía. Yo seguía cogiendola. - por favor, acabo, ah...-
-¿Usted le falta mucho?- lo miré al viejo que parecía que no acabaría más.
- Me falta...- me dijo compungido.
Agarré la cabeza de Pauli y la corrí a nada de la pija de Lucio. Ella gemia, la empujé y ella continuaba gimiendo pero con la pija de Lucio prácticamente adentro. El viejo sintió el aire caliente y tiró su cabeza hacia atrás, soltó sus manos. Pude ver cómo la puta de mí pareja cerró la boca y comenzó a chuparsela.
- Que puta de mierda que sos.- Le dije y comencé a darle más fuerte, con bronca, con celos, con excitación, con adrenalina.
- ¡Ahg! ¡Ahg! Me estás matando ¡Ahg!- trató de decir, mientras le temblaban las piernas y le llegó el primer orgasmo y atrás de eso le di una última embestida donde empecé a largar todo mí semen dentro de su culo.
Ella chupó suavemente un poco más la pija de Lucio y agitada se dejó caer en la mesa. Lucio se apartó y se sentó, agotado pero sin acabar.
-Que locura, chicos, que locura. - Se agarraba la cabeza el viejo.
Pauli, no dijo nada y como estaba pasó al baño. Yo agitado, levanté mi ropa. Continuaba duro, cómo si no hubiese acabado, estaba totalmente excitado.
- Ya vengo...- Le dije a Lucio. Él me hizo gestos mientras se reponía.
Entré al baño y Pauli estaba saliendo de limpiarse.
- ¿Qué hicimos?- Me dijo, un poco asustada.
- Te morías de ganas de chuparsela, Pauli. No jodas. - Le decía mientras me limpiaba la pija.
- Boludo, no, no sé si quería eso. - me dijo, cruzada de brazos.
Metí mí mano en su concha y estaba empapada.
- esta no dice lo mismo.- Me reí.
- Por la cogida que me pegaste...- trató de no reírse.- ¿Estás bien, vos? - Me dijo y afirmé.
- Si, estoy re caliente todavía.
Salí del baño y Lucio seguía recuperándose pero tomando un vaso de agua.
- Parece que vió un fantasma.- Me reí.
- Es que esto... Yo no me lo esperaba, ¿Sabés hace cuánto que no...- Me hacía gestos.
- ¿Que no se la chupan?-
- Claaaro, pibe. - Se reía, golpeando la mesa. - Lástima que quedé así y me marca, todo duro.
Pauli vuelve, cómo si nada, acomodándose el pelo.
- ¿Vamos?- Me dice.
- Mirá...- Le señalo la pija dura de Lucio.
Ella me mira.
- Nena, si no querés, está todo más que bien.-
Pauli no dudó ni un segundo y se arrodilló frente al viejo a chuparsela.
-ah, que lindo. Ah...- gemia con la cabeza hacia atrás.
Yo, mientras tanto le tocaba el clítoris y la concha a mí mujer, mientras llevaba sus jugos a su culo.
- ¿Hace mucho, Don Lucio?-
- Que no me hacen un oral, añares y discúlpame pero nunca tan lindo. - Escuché que sonreía, mientras Pauli le devoraba la pija.
- Es que ahora vienen más putas. - Le pegué un chirlo en el culo. - ¿Vió lo que son ahora? ¿Cuánto le costaba antes que le entreguen el culo?-
- Si no pagabas, nunca te lo daban y yo nunca pagué. - Susurró, entre gemidos.
Pauli siguió unos minutos. Salió a tomar aire y acomodarse. Me acerque a su oído.
- Regálale sentir un culo.-
- Estás loco...-
- Te morís de ganas...yo te dejo. Después de esto, nos olvidamos de todo. - Le Susurré.
Pauli, me miró entre enojada y con ganas.
- Tome...- Le acerqué un preservativo a Lucio.
El viejo no entendía nada. Pauli, se agachó, se lo colocó con la boca ,como una profesional, lo escupió varias veces y se volvió a parar. Se puso dándole la espalda y mirándome desafiante, agarró la pija del viejo y lentamente se fue sentando. El viejo no hilvanaba una frase. Se agarraba de la silla, gemía descontrolado, agitado.
-agh... Hice tope...- Me dijo Pauli, mordiéndose los labios. -¿Así está bien, Don Lucio?-
- ay, por dios... Ay... Nena... Yo sabía que eras puta...- Era la primera vez que se refería así.
- ¿Si? ¿Se daba cuenta de que era putita?- Le beboteaba Pauli, subiendo y bajando.
- Por cómo me mostrabas el culo, las veces que viniste y dejabas que se te vea la bombacha pero nunca imaginé esto, nunca.
- ahg... ¿Y le gusta? -
- Me gusta muchísimo. Ahg... Ya ahg... Ya acabo...-
- Si, demelo, demelo, don Lucio, ¡Ahg, está muy dura!-
Los dos se ahogaron en un grito y ella se sentó por completo en la pija del viejo. Pauli se masturbó unos instantes y salió. Lucio estaba acabado, derrotado. Había perdido todo lo que le quedaba.
Nos recompusimos y nos acomodamos para irnos
- Bueno, su regalo de despedida. - Le dije y le estreche la mano.
- Si, últimos cuatro días. - Sonrió y respondió.
¿Que significaba?
- Gracias por todo. - Agregó, mirándome.
- Hasta luego, Lucio. - Dijo Pauli.
- Chau, nena, ¿Mañana me ayudas a traer las cosas?-
- No sé, don Lucio. Ya no sería lo mismo. - Respondió ella, dando paso a una conversación en la cual yo ya no era participe.
-¿Y si viene tu marido?- Me miró.
Pauli se acercó a Lucio.
-¿Que quiere otra vez?-
- Y... Si puede ser...-
- ¿Me dejas que me le siente de nuevo ahora? - Me miró. - Es que estoy caliente.-
Continuará.
Esa noche, luego de los mensajes con Maca, volví a la cama. Me quedé pensando en cuándo había empezado a ser así. No lo decía por Pauli, sino por mí. Cuándo acepté, dije, imaginé esta situación. ¿Estaba cumpliendo su fantasía o también era mía? ¿La amaba? Siempre esa maldita pregunta. ¿Y Maca? ¿Qué me pasa con ella? Siempre las mismas, putas e inapropiadas preguntas. Finalmente me dormí.
A la mañana siguiente Pauli se levantó temprano. Desayunamos y la veía caída, casi no me miraba.
- ¿Qué pasa?-
-¿Y ahora?-
- ¿Ahora qué?- Le pregunté.
-¿Cómo podes mirarme?¿Amarme después de todo esto?- sus ojos estaban firmes en la pared.
- Es algo de los dos. Que se yo. No sé. Me parece que es mejor no preguntar y listo. Total, el viejo ya se va.-
- Si... También se acabó el juego. -
La miré fijo. Hizo un pequeño gesto con su boca, compungida. Algo en mí sabía lo que debía hacer, algo me llamaba, me gritaba y aunque no lo escuchaba con claridad, mi cuerpo me decía que había que hacerlo.
- ¿Todavía tenés el traje de colegiala?-
-¿Para?-
-Ponetelo. - Sonreí, limpiándome la boca por la tostada.
Pauli sonrió y fue a ponérselo al baño. Tardó un rato que use para cambiarme y agarrar las llaves.
-¿Y? ¿Qué tal? - Sonreía y giraba en el lugar, haciendo que se mueva la pollera. - Me queda bien después de tanto tiempo.
No les niego. Estaba espectacular. Sus piernas se marcaban perfecto, su culo apenas estaba cubierto por la pollera y la camisa blanca, le traslucia el corpiño de encaje. Estaba radiante con su sonrisa y su lengua que sacaba jugando.
- ¿Querés que juguemos?- Comenzó a acercarse, con voz de puta.
- Obvio.- La besé agarrándola de la nuca. - Pero no acá. -
La agarré de la mano y salimos del departamento.
- Para, Juan. No puedo salir así.- Por primera vez estaba avergonzada.
- Estás perfecta, amor. Déjate de joder.-
- Es de día, ¿Qué querés hacer?-
No respondí. Salimos y comenzamos a caminar.
- Juan, en serio. Anda más despacio.- Me decía, aunque ella no se detenía.
Si bien viviamos en el centro, al ser fin de semana largo no había mucho movimiento. Yo no le di importancia. A la cuadra y media, creo que ya lo sabía.
- ¿Qué haces, Juan?-
- Nada...-
- Dale...-
La miré y me reí. Ella hizo una leve sonrisa.
Toqué el timbre, se abrió la puerta de abajo, subimos y cuando la vi ella ya había cambiado su cara. Apenas subimos las escaleras, Lucio había abierto.
- Vinimos a despedirlo.- Le dije, casi antes de que él salga.
- Qué sorpresa.- Dijo él, sonriendo y casi boquiabierto.
- Hola...- Sonrió Pauli, tímidamente.
Pasamos directamente. El corazón ya se me aceleraba, todavía tomaba de la mano a Pauli, estaba todo transpirado.
Nos ofreció algo de tomar, yo sentía que debía ser ahora o nunca.
-Como usted ya se va.... Queríamos, darle una despedida.- Le sonreí. Lucio no entendía nada.
Pauli estaba al lado mío, la agarré y la puse frente a mí.
-Estas vestida así y después de lo que me contaste... Agachate y déjame a mí.- Le Susurré a Pauli.
Ella obedeció y se colocó dándole la espalda y frente a mí pantalón.
- ¿Le molesta si le damos un último regalo?- Le pregunté y el negó con la cabeza, ya se lo podía ver agitado.
Pauli bajó mi cierre, el pantalón y el boxer, me sacó la pija y comenzó a chuparmela. Lo hacía lento. Se la metía toda desde la cabeza, hasta casi la base. Le daba un poco de arcadas y me babeaba la pija.
- Lucio, no sabe lo que es. Desde chiquita, así como la ve vestida que la chupa así, ¿No amor?- La miré
- Un poquito...- Susurró, agitada, pajeandome para hablar.
-¿No se la chupabas así a un compañerito en el colegio?- Ella sonrió.
Lucio se acercó para ver. Estaba atónito. Con la boca abierta. Agarró una silla y se sentó casi al lado.
- Contale a Lucio, ¿No te escondiste una vez para chupársela a un compañero en el colegio?- Me la empezó a chupar más rápido. - Contesta, putita.-
- Varias...- Susurró.
- ¿Escuchó, Lucio? ¿Vió que puta?- El viejo asintió. - Póngase atrás. - Le ordené al viejo, dándole distancia.
Pauli se trató de parar y no la dejé. Continuaba arrodillada y me alejé agarrándola de la nuca para que saque más su culito.
-Amor, para...- Me susurraba sonriendo.
- ¿Y Lucio? ¿Cómo se ve ese culito entangado?
- Y...- eran sus primeras palabras, mientras se tocaba la pija. - Entangado no porque no trae bombacha...- Me dijo, sin sacarle los ojos.
Mí rostro se desfiguró. La miré a Pauli.
- Te dije que no podía salir así...- Me respondió, metiéndosela toda en la boca.
La tomé de las axilas y la levanté pero sin que me deje de chupar la pija. Su culo, quedó frente a frente a la cara de Lucio. El viejo, se masturbaba por arriba del pantalón. Pauli se enderezó un poco a mí, excitada, gimiendo.
- Pediselo, al profesor. - Le Susurré y ella sonrió.
-¿Me lo puede chupar un poquito?- Dijo tímidamente, Lucio estaba obnubilado.
- Míralo y deciselo. -
- Don Lucio, me chupa el culo, ¿Por favor?- Le dijo con toda su voz de puta.
Ni un segundo dudó y metió toda su cara arrugada en el culo de Pauli. El rostro de ella se apoyaba en mí pecho que gemia como loca.
- Seguí chupandomela, putita. - Le ordené y abrió los ojos para volver a su trabajo.
Estuvimos unos minutos, donde solo se escuchaba la respiración de Lucio y yo veía como las dos manos del viejo abrían el culo de mí futura esposa para poder meterla lengua más adentro. Pauli me rodeaba con los brazos, haciendo fuerza para tratar de que entre más adentro.
- ahg... Ahg... Por favor, Don Lucio. Ahg... Por favor, metame un dedo grueso en el culo, por favor... - Suplicó agitada. - ahg... Ahg... Amor, amor... Ahg me lo metió, ahg...- me susurraba, mientras sentía que de mordía los labios. - voy a acabar, te juro... Ahg- me dijo, mientras yo sólo veía por sobre ella como Lucio le metía cada vez más fuerte el dedo.
No pude soportarlo más. La excitación me estaba dominando.
- Lucio, pasemos a la cocina por favor. -
El viejo, no entendió nada. Cómo que me miró volviendo en si. Pauli, abrió los ojos sin saber qué hacer.
- ¿ Puede ponerse ahí por favor? - Le indiqué que se ponga al costado de la mesa, casi en la punta. - vos apoyate en la mesa.- Le Susurré a Pauli.
Una vez más, quedaba a mí merced ese culo, levanté un poco la pollera. Veía su rostro apoyado de lleno en la mesa.
- ¿Le molesta si le cojo el culo a la puta?- Le dije a Lucio.
- No, por mí, era bien. -
- ¿Quiere mirar?-
Lucio se puso al lado mío. metí lentamente mí pija en el culo totalmente mojado y babeado de Pauli.
- Mire como disfruta, mire la sonrisa.-
- Agh... Seguí despacito...- sonreía Pauli, mordiéndose los labios y con los ojos cerrados.
- ¿Así eran las putas en su época?-
- Ojalá...- Respondió por lo bajo, amasandose la pija.
- Haga, hombre, haga.-
- agh... Más adentro, ah... Agh que placer...- decía ella, mientras Lucio sacó la pija.
Le hice gestos de que se ponga dónde estaba, mientras yo seguía cogiendo el culo de Pauli, que se lo abría. Tomé el pelo de Pauli y la tiré hacia atrás. A pocos centímetros Lucio se pajeaba viéndola escena.
-Mira don Lucio, cómo está. -
Pauli abrió los ojos y le miró la pija. Comenzó a gemir más rápido.
-Dame más fuerte, por favor. Ah, agh. Ah, por favor- decía y no le sacaba los ojos de la pija de Lucio. Lucio se pajeaba más fuerte.
La tomé del pelo y la acerqué a mí para hablarle al odió.
- Mirá, igual que como querías tener a tu profesor.- la tiré una vez más a la mesa, la agarré de la cadera y comencé a cogerla con más fuerza
- agh... Por favor, ah... Tócame la concha, por favor...- me decía. Yo seguía cogiendola. - por favor, acabo, ah...-
-¿Usted le falta mucho?- lo miré al viejo que parecía que no acabaría más.
- Me falta...- me dijo compungido.
Agarré la cabeza de Pauli y la corrí a nada de la pija de Lucio. Ella gemia, la empujé y ella continuaba gimiendo pero con la pija de Lucio prácticamente adentro. El viejo sintió el aire caliente y tiró su cabeza hacia atrás, soltó sus manos. Pude ver cómo la puta de mí pareja cerró la boca y comenzó a chuparsela.
- Que puta de mierda que sos.- Le dije y comencé a darle más fuerte, con bronca, con celos, con excitación, con adrenalina.
- ¡Ahg! ¡Ahg! Me estás matando ¡Ahg!- trató de decir, mientras le temblaban las piernas y le llegó el primer orgasmo y atrás de eso le di una última embestida donde empecé a largar todo mí semen dentro de su culo.
Ella chupó suavemente un poco más la pija de Lucio y agitada se dejó caer en la mesa. Lucio se apartó y se sentó, agotado pero sin acabar.
-Que locura, chicos, que locura. - Se agarraba la cabeza el viejo.
Pauli, no dijo nada y como estaba pasó al baño. Yo agitado, levanté mi ropa. Continuaba duro, cómo si no hubiese acabado, estaba totalmente excitado.
- Ya vengo...- Le dije a Lucio. Él me hizo gestos mientras se reponía.
Entré al baño y Pauli estaba saliendo de limpiarse.
- ¿Qué hicimos?- Me dijo, un poco asustada.
- Te morías de ganas de chuparsela, Pauli. No jodas. - Le decía mientras me limpiaba la pija.
- Boludo, no, no sé si quería eso. - me dijo, cruzada de brazos.
Metí mí mano en su concha y estaba empapada.
- esta no dice lo mismo.- Me reí.
- Por la cogida que me pegaste...- trató de no reírse.- ¿Estás bien, vos? - Me dijo y afirmé.
- Si, estoy re caliente todavía.
Salí del baño y Lucio seguía recuperándose pero tomando un vaso de agua.
- Parece que vió un fantasma.- Me reí.
- Es que esto... Yo no me lo esperaba, ¿Sabés hace cuánto que no...- Me hacía gestos.
- ¿Que no se la chupan?-
- Claaaro, pibe. - Se reía, golpeando la mesa. - Lástima que quedé así y me marca, todo duro.
Pauli vuelve, cómo si nada, acomodándose el pelo.
- ¿Vamos?- Me dice.
- Mirá...- Le señalo la pija dura de Lucio.
Ella me mira.
- Nena, si no querés, está todo más que bien.-
Pauli no dudó ni un segundo y se arrodilló frente al viejo a chuparsela.
-ah, que lindo. Ah...- gemia con la cabeza hacia atrás.
Yo, mientras tanto le tocaba el clítoris y la concha a mí mujer, mientras llevaba sus jugos a su culo.
- ¿Hace mucho, Don Lucio?-
- Que no me hacen un oral, añares y discúlpame pero nunca tan lindo. - Escuché que sonreía, mientras Pauli le devoraba la pija.
- Es que ahora vienen más putas. - Le pegué un chirlo en el culo. - ¿Vió lo que son ahora? ¿Cuánto le costaba antes que le entreguen el culo?-
- Si no pagabas, nunca te lo daban y yo nunca pagué. - Susurró, entre gemidos.
Pauli siguió unos minutos. Salió a tomar aire y acomodarse. Me acerque a su oído.
- Regálale sentir un culo.-
- Estás loco...-
- Te morís de ganas...yo te dejo. Después de esto, nos olvidamos de todo. - Le Susurré.
Pauli, me miró entre enojada y con ganas.
- Tome...- Le acerqué un preservativo a Lucio.
El viejo no entendía nada. Pauli, se agachó, se lo colocó con la boca ,como una profesional, lo escupió varias veces y se volvió a parar. Se puso dándole la espalda y mirándome desafiante, agarró la pija del viejo y lentamente se fue sentando. El viejo no hilvanaba una frase. Se agarraba de la silla, gemía descontrolado, agitado.
-agh... Hice tope...- Me dijo Pauli, mordiéndose los labios. -¿Así está bien, Don Lucio?-
- ay, por dios... Ay... Nena... Yo sabía que eras puta...- Era la primera vez que se refería así.
- ¿Si? ¿Se daba cuenta de que era putita?- Le beboteaba Pauli, subiendo y bajando.
- Por cómo me mostrabas el culo, las veces que viniste y dejabas que se te vea la bombacha pero nunca imaginé esto, nunca.
- ahg... ¿Y le gusta? -
- Me gusta muchísimo. Ahg... Ya ahg... Ya acabo...-
- Si, demelo, demelo, don Lucio, ¡Ahg, está muy dura!-
Los dos se ahogaron en un grito y ella se sentó por completo en la pija del viejo. Pauli se masturbó unos instantes y salió. Lucio estaba acabado, derrotado. Había perdido todo lo que le quedaba.
Nos recompusimos y nos acomodamos para irnos
- Bueno, su regalo de despedida. - Le dije y le estreche la mano.
- Si, últimos cuatro días. - Sonrió y respondió.
¿Que significaba?
- Gracias por todo. - Agregó, mirándome.
- Hasta luego, Lucio. - Dijo Pauli.
- Chau, nena, ¿Mañana me ayudas a traer las cosas?-
- No sé, don Lucio. Ya no sería lo mismo. - Respondió ella, dando paso a una conversación en la cual yo ya no era participe.
-¿Y si viene tu marido?- Me miró.
Pauli se acercó a Lucio.
-¿Que quiere otra vez?-
- Y... Si puede ser...-
- ¿Me dejas que me le siente de nuevo ahora? - Me miró. - Es que estoy caliente.-
Continuará.
1 comentarios - Su mejor amiga. No sé el porqué pero sí el cómo XV.