La primera semana fue extraña, ni Diego ni David me veían directamente a no ser que estuviéramos a solas, lo que empezó a hacer que el salón pensara que me tenían miedo, eso no les gustó nada pero a cambio para tranquilizarlos si estábamos a solas dejaba que me toquetearan.
Al fin se cumplió la semana y volví a pedir el salón de usos múltiples para “darles clases a mis compañeros”, los tres estábamos muy emocionados, en cuanto cerré el salón se abalanzaron sobre mí y casi me arrancaron la ropa, esta vez no quise cerrar los ojos por que tenía el deseo de ver como se masturbaban, creo que esto les sorprendió porque no lo hicieron, esta vez las caricias no eran tan fuertes y más parecía que me estaban estudiando, no me sentí tan excitada como la primera vez pero no estuvo mal.
La segunda semana, nadie podía creer que los since se hubiera tranquilizado pero ya habían empezado los rumores, unos decían que yo era una maestra estricta y golpeadora, otros los más locos que yo podía controlar la mente, pero los que más se oían es que me los estaba cogiendo, esto me empezaba a poner nerviosa más con lo que paso después cuando llego nuestra “segunda clase”
Al llegar al salón, antes de que pudiera cerrar la puerta, la prefecta llego con un muchacho de tercero igual de revoltoso que los since pero de último año, estaba en el equipo de americano y se sentía intocable.
- El es Javier el director pensó que podrías “ayudarlo” como a tus compañeros, dijo la prefecta mientras que los since lanzaban una risa boba y se miraban complicidad.
- Claro – dije yo sin saber qué hacer.
Al entrar los tres se sentaron y Javier no dejaba de mirarme, yo puse el seguro y me quite el chaleco sin desabotonar mi blusa, arremangue mi falda de tal forma en que se vieran mis muslos y mis nalgas asomaran un poco.
- Aquí tenemos un… - intente decir pero Javier me interrumpió.
- Así que la maestra puta es real – dijo Javier entre risas. - ¿Se la están cogiendo – les pregunto a los since sin dejar de verme, ellos solo se rieron
Javier se levantó y se puso delante de mi levantando mi falda dejando mi sexo desnudo al descubierto, los since solo reían y yo me mojaba al sentirme tan humillada, Javier soltó mi falda y colocando sus manos en mis hombros me empujó hacia abajo para que yo me hincara, era tal su fuerza que no pude resistirme, antes de que pudiera hacer algo el desabotono su pantalón y lo dejo caer al piso, su miembro quedo frente a mi rostro, era la primera vez que veía uno tan de cerca…
Su pene aún no estaba erecto y ya era grande, era grueso muy venudo, era como ver a un actor porno, sus bolas se veían enormes y yo solo podía verlo incrédula.
- Ya sabes que hacer – Me dijo Javier mirándome fijamente, pero yo no reaccione, entonces el allí se dio cuenta y volteando a ver a los since grito: - ¡¿Qué han estado haciendo con esta pendeja?! –
Diego se levantó e intento defenderme diciendo que no me llamara así pero David lo detuvo y le conto sobre nuestro acuerdo, yo no les preste mucha atención por seguir viendo la verga de Javier.
- Que desperdicio, les voy a enseñar cómo se hace – dijo Javier molesto. – Bueno maestra “enséñeme” – bromeo Javier indicando que me desnudara con las manos mientras los since se reían.
Yo salí de mi embobamiento y me puse de pie quitándome la ropa, en cuanto quede desnuda, Javier me beso, fue mi primer beso puso sus enormes manos sobre mis nalgas y pego su enorme miembro contra mí, poco a poco podía sentir como se ponía duro, empecé a corresponder el beso torpemente, no podía pensar pero me sentía tan bien.
Javier me cargo y sin dejar de besarme me sentó en el escritorio, bajo sus besos hasta llegar a mis pechos y comenzó a mamarlos, no era como Diego o David él sabía lo que hacía, sin que me diera cuenta fue abriendo mis piernas y empezó a rozar la cabeza de su miembro con mi entrada que ya estaba empapada cuando de repente escuche a Diego gritar:
- ¡¿Vas a dejar que te la meta?!
Yo voltee a verlo, apenas podía pensar, y allí los vi, Diego y David tenían sus vergas de fuera y estaban masturbándose, ambas eran grandes aunque no tanto como la de Javier, esa imagen solo hizo que me excitara más, siempre me considere un poco fea así que al estar allí desnuda, siendo deseada por esos tres machos, me rompí no pude pensar más, mire a Diego a la cara y asentí, a los pocos segundos de haberlo dicho sentí como mi vagina se abría por primera vez, no sentí dolor solo un placer que no puedo describir.
No podía ocultar mis gemidos, no quería hacerlo, cada embestida que me daba Javier me hacía sentir llena, me corrí tan fuerte que clave mis uñas en su espalda.
Cuando Javier se dio cuenta de que me había venido saco su enorme verga de dentro mío y me dio la vuelta sobre el escritorio, volvió a penetrarme haciéndoles una seña a los since para que vinieran, Diego se quedó solo mirando pero David entiendo rápido lo que tenía que hacer, poniéndose del otro lado del escritorio y frotando su verga en mis labios, esta vez yo ya no pensaba y mi instinto me hizo devorarla al instante, comencé a mamar la verga de David hasta que se corrió en mi boca, no duro mucho, fue la primera vez que probé semen, trague lo que pude y después voltee a ver Diego, casi suplicante le pedí que viniera pero no lo hizo.
Cuando Javier se corrió dentro de mi yo me vine de forma brutal y después creo que me quede dormida…
Cuando desperté el salón estaba limpio y yo estaba vestida mal abotonada pero vestida, no había señales de que hubo sexo salvo el olor, David y Javier ya no estaban, pero Diego me ayudo al levantarme, yo apenas y podía caminar.
Estaba despeinada y sudada, cuando entregue la llave la mirada de la prefecta me hizo entender que sabía lo que había pasado, pero yo no dije nada, le agradecí a Diego por acompañarme y el solo sonrió tristemente.
Al fin se cumplió la semana y volví a pedir el salón de usos múltiples para “darles clases a mis compañeros”, los tres estábamos muy emocionados, en cuanto cerré el salón se abalanzaron sobre mí y casi me arrancaron la ropa, esta vez no quise cerrar los ojos por que tenía el deseo de ver como se masturbaban, creo que esto les sorprendió porque no lo hicieron, esta vez las caricias no eran tan fuertes y más parecía que me estaban estudiando, no me sentí tan excitada como la primera vez pero no estuvo mal.
La segunda semana, nadie podía creer que los since se hubiera tranquilizado pero ya habían empezado los rumores, unos decían que yo era una maestra estricta y golpeadora, otros los más locos que yo podía controlar la mente, pero los que más se oían es que me los estaba cogiendo, esto me empezaba a poner nerviosa más con lo que paso después cuando llego nuestra “segunda clase”
Al llegar al salón, antes de que pudiera cerrar la puerta, la prefecta llego con un muchacho de tercero igual de revoltoso que los since pero de último año, estaba en el equipo de americano y se sentía intocable.
- El es Javier el director pensó que podrías “ayudarlo” como a tus compañeros, dijo la prefecta mientras que los since lanzaban una risa boba y se miraban complicidad.
- Claro – dije yo sin saber qué hacer.
Al entrar los tres se sentaron y Javier no dejaba de mirarme, yo puse el seguro y me quite el chaleco sin desabotonar mi blusa, arremangue mi falda de tal forma en que se vieran mis muslos y mis nalgas asomaran un poco.
- Aquí tenemos un… - intente decir pero Javier me interrumpió.
- Así que la maestra puta es real – dijo Javier entre risas. - ¿Se la están cogiendo – les pregunto a los since sin dejar de verme, ellos solo se rieron
Javier se levantó y se puso delante de mi levantando mi falda dejando mi sexo desnudo al descubierto, los since solo reían y yo me mojaba al sentirme tan humillada, Javier soltó mi falda y colocando sus manos en mis hombros me empujó hacia abajo para que yo me hincara, era tal su fuerza que no pude resistirme, antes de que pudiera hacer algo el desabotono su pantalón y lo dejo caer al piso, su miembro quedo frente a mi rostro, era la primera vez que veía uno tan de cerca…
Su pene aún no estaba erecto y ya era grande, era grueso muy venudo, era como ver a un actor porno, sus bolas se veían enormes y yo solo podía verlo incrédula.
- Ya sabes que hacer – Me dijo Javier mirándome fijamente, pero yo no reaccione, entonces el allí se dio cuenta y volteando a ver a los since grito: - ¡¿Qué han estado haciendo con esta pendeja?! –
Diego se levantó e intento defenderme diciendo que no me llamara así pero David lo detuvo y le conto sobre nuestro acuerdo, yo no les preste mucha atención por seguir viendo la verga de Javier.
- Que desperdicio, les voy a enseñar cómo se hace – dijo Javier molesto. – Bueno maestra “enséñeme” – bromeo Javier indicando que me desnudara con las manos mientras los since se reían.
Yo salí de mi embobamiento y me puse de pie quitándome la ropa, en cuanto quede desnuda, Javier me beso, fue mi primer beso puso sus enormes manos sobre mis nalgas y pego su enorme miembro contra mí, poco a poco podía sentir como se ponía duro, empecé a corresponder el beso torpemente, no podía pensar pero me sentía tan bien.
Javier me cargo y sin dejar de besarme me sentó en el escritorio, bajo sus besos hasta llegar a mis pechos y comenzó a mamarlos, no era como Diego o David él sabía lo que hacía, sin que me diera cuenta fue abriendo mis piernas y empezó a rozar la cabeza de su miembro con mi entrada que ya estaba empapada cuando de repente escuche a Diego gritar:
- ¡¿Vas a dejar que te la meta?!
Yo voltee a verlo, apenas podía pensar, y allí los vi, Diego y David tenían sus vergas de fuera y estaban masturbándose, ambas eran grandes aunque no tanto como la de Javier, esa imagen solo hizo que me excitara más, siempre me considere un poco fea así que al estar allí desnuda, siendo deseada por esos tres machos, me rompí no pude pensar más, mire a Diego a la cara y asentí, a los pocos segundos de haberlo dicho sentí como mi vagina se abría por primera vez, no sentí dolor solo un placer que no puedo describir.
No podía ocultar mis gemidos, no quería hacerlo, cada embestida que me daba Javier me hacía sentir llena, me corrí tan fuerte que clave mis uñas en su espalda.
Cuando Javier se dio cuenta de que me había venido saco su enorme verga de dentro mío y me dio la vuelta sobre el escritorio, volvió a penetrarme haciéndoles una seña a los since para que vinieran, Diego se quedó solo mirando pero David entiendo rápido lo que tenía que hacer, poniéndose del otro lado del escritorio y frotando su verga en mis labios, esta vez yo ya no pensaba y mi instinto me hizo devorarla al instante, comencé a mamar la verga de David hasta que se corrió en mi boca, no duro mucho, fue la primera vez que probé semen, trague lo que pude y después voltee a ver Diego, casi suplicante le pedí que viniera pero no lo hizo.
Cuando Javier se corrió dentro de mi yo me vine de forma brutal y después creo que me quede dormida…
Cuando desperté el salón estaba limpio y yo estaba vestida mal abotonada pero vestida, no había señales de que hubo sexo salvo el olor, David y Javier ya no estaban, pero Diego me ayudo al levantarme, yo apenas y podía caminar.
Estaba despeinada y sudada, cuando entregue la llave la mirada de la prefecta me hizo entender que sabía lo que había pasado, pero yo no dije nada, le agradecí a Diego por acompañarme y el solo sonrió tristemente.
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