Las clases con mi profesor continuaron de una manera que podríamos denominar normal, aunque siempre buscaba alguna excusa para acercarse a mí o tocarme, al principio eso me hacía sentir incomoda, pero como siempre tenía alguna justificación para el contacto, me fuia costumbrando. A lo que nunca pude acostumbrarme fue a su mirada, directa, helada que no hacía otra cosa que recordarme mis sueños con el lobo, que a esta altura se habían vuelto recurrentes.
Un fin de semana salí con mi amigo Gastón, él es mi mejor amigo… lindo, alto, siempre viste bien pero algo propenso a los vicios. La gente suele pensar que entre nosotros hay algo, pero él es gay y nos tenemos una confianza de amigas, como él mismo dice.
Fuimos a “una casa tomada” una fiesta privada donde se realizaban algunas performances artísticas, se pasaban videos y música en vivo. Además de mucho alcohol y algunas drogas.
Gastón estaba impecable como siempre, yo iba más bien casual, mini negra, top negro y una blusa de tul transparente, si bien podría decir que tengo buen cuerpo, soy algo delgada y no me gusta llamar mucho la atención. Pero volviendo a la fiesta estábamos tomando unas copas de vino mientras veíamos a una pareja bailar tango, en eso distingo a Priot, solo, entre la gente, lo agarro del brazo a Gastón y le digo:
-Mirá, pero disimuladamente, ese que está al lado de la ventana es mi profe de violochelo, del que te hablaba el otro día.
Gastón haciendo lo que leda la gana como siempre, lo miró sin disimulo.
-¡Ahhh sí! No esta tan mal, eh? Es medio veterano pero zafa. ¿Sabes si es puto?
-¡Que sé yo si es puto! Mirá,... creo que me vio y viene para acá. Preguntale vos.
Priot se acercó a nosotros y nos saludó cortésmente.
-Priot: Pero qué sorpresa verte por aquí Sol
-Sol: Lo mismo digo, éles Gastón. Gastón él es Priot mi profe de violenchelo.
Gastón sonrió si podersacarle los ojos de encima, cosa que me ponía nerviosa, porque no era nadadisimulado. Le dí un codazo para que se calmara.
-Gastón: ¿Me acompañas abuscar más vino? –le preguntó a Priot -Que con lo que he tomado no sé si pueda traer tres copas.
Priot lo miró fijo po run instante y luego asintió. Los dos se marcharon hasta la barra, pero Gastónr egresó por un momento y me dio un porro.
-Gastón: Anda afuera y fúmate esto, así te relajas un poco y no me haces esas caras. Que te conozco yegua. Dijo con una sonrisa y volvió con Priot.
Yo no sé porque le hice caso y salí a fumar, al regresar los observo que conversaban animadamente, cosa rara en Priot. Me quedé mirándolos por un momento, por un momento sentí celos de que conectaran tan rápido, parecía que yo era la que estaba fuera de lugar. Priot me ve y hace señas de que me acerque, me pasa una copa de vino-
-No gracias, creo que ya debería volver a mi casa –digo con mi mejor cara de culo-
-Ehh ¿qué te pasa Sol?Toma un vino con nosotros y después vesque haces – replica Gastón.
Estaba haciendo un berrinche como una niña malcriada, así que respire profundo y recibí la copa mientras los otros dos continuaban su charla. Me tomo el vino de un solo trago, luego de eso todo comenzó a enrarecerse. El vino y el porro hicieron que toda la casa empezara a girar, por suerte había una silla cerca y logré sentarme. Priots e acercó.
-P: Sol. ¿Estas bien? Estas pálida. Vamos fuera por aire fresco –dijo con su típico acento duro
Salimos los tres, pero seguía mareada, apenas podía sostenerme, sentía náuseas y parecía que podría desmayarme. Priot tomó las riendas de la situación, frenó un taxi.
-P: Vamos a casa, está cerca, cuando esté mejor los llevo a su casa en mi auto.
Yo no podía decidir nada en ese estado. Gastón dijo que sí y subimos al taxi, al llegar bajé como pude y me llevaron hasta el dormitorio de Priot, me dejaron sobre la cama, con tanto movimiento mi minifalda se había subido. Mis muslos y mi tanga negra habían quedado a la vista, pero claro, no tenía conciencia de eso. Y Priot no hizo nada por taparme.
-P: Anda a la cocina, hacer café- le ordeno a Gastón, que miró hacia todos lados y salió a buscar la cocina. Priot me quitó el cabello de la cara, yo abrí los ojos y ví sus ojos grises, parecía preocupado.
-S: Voy a estar bien…fumé, más el vino… se me movió el mundo. Te gusta Gastón?- le pregunté sin vueltas amparada en mi estado. Priot negó moviendo la cabeza.
-P: Tu amigo tiene algo que me interesa, pero no me gusta. Tú me gustas, pero estas borracha y drogada así que deberías descansar un poco así te llevo a tu casa
Yo estaba sorprendida por sus palabras, nunca lo había visto con ojos de querer tener algo con él pero mi incorporé y lo besé, casi con desesperación, busqué su lengua y la enredé con la mía, pude sentir su saliva en mi boca seca, le mordí los labios. Él por un momento me correspondió, subió su mano por mis muslos hasta agarrar todo mi sexo con su gran mano, pasó un dedo suavemente, separando los labios de mi vagina, luego se alejó de mí.
-P: así no. –dijo poniéndose de pie. –Estas borracha, te traeré el café y luego descansa- dijo saliendo dela habitación. Yo había quedado sentada en la cama, con las piernas abiertas, la minifalda que a esa altura era casi un cinturón en mi cadera, su saliva en mi boca y una calentura que no sabía que sentía por ese hombre.
Luego de tomar el café me quedé dormida, pero tuve otra vez el sueño intenso con el lobo que me perseguía en el bosque nevado, solo que esta vez me alcanzó y derribó. El lobo puso su enorme pata encima de mi pecho y mientras gruñía arrancaba pedazos de mi ropa. Yo gritaba pero nadie venía en mi auxilio, hasta que por el rabillo de mi ojo veo que alguien se acerca, poco apoco la figura comienza a verse con más claridad. Es Priot, que le hace un gesto al lobo, que se hecha a mi lado, aun gruñéndome y mostrándome los dientes. Priot sin decir palabra termina de sacarme la ropa, se desabrocha el pantalón dejando ver su gran verga blanca. Yo no puedo moverme, quiero huir y gritar, pero mi cuerpo no responde. Priot se recuesta sobre mí, acomoda su verga entre los labios de mi concha, me agarra fuerte del culo y me penetra sin compasión, ahora si grito y el lobo también aúlla aun echado a mi lado. Priot comienza a lamerme las tetas que rebotan ante cada embestida de la verga de mi profesor, mis pezones están duros por el frío del bosque, puedo sentir la saliva tibia que deja en ellos. De repente despierto sobresaltada con la respiración agitada, me siento en la cama, puedo sentir que mi sexo está húmedo. Me acomodo la ropa y salgo de la habitación. En un sillón conversando están Gastón y Priot que me sonríen
-P: ¿Ya estas mejor? Los llevo a tu casa antes que amanezca.
Continuará...
Un fin de semana salí con mi amigo Gastón, él es mi mejor amigo… lindo, alto, siempre viste bien pero algo propenso a los vicios. La gente suele pensar que entre nosotros hay algo, pero él es gay y nos tenemos una confianza de amigas, como él mismo dice.
Fuimos a “una casa tomada” una fiesta privada donde se realizaban algunas performances artísticas, se pasaban videos y música en vivo. Además de mucho alcohol y algunas drogas.
Gastón estaba impecable como siempre, yo iba más bien casual, mini negra, top negro y una blusa de tul transparente, si bien podría decir que tengo buen cuerpo, soy algo delgada y no me gusta llamar mucho la atención. Pero volviendo a la fiesta estábamos tomando unas copas de vino mientras veíamos a una pareja bailar tango, en eso distingo a Priot, solo, entre la gente, lo agarro del brazo a Gastón y le digo:
-Mirá, pero disimuladamente, ese que está al lado de la ventana es mi profe de violochelo, del que te hablaba el otro día.
Gastón haciendo lo que leda la gana como siempre, lo miró sin disimulo.
-¡Ahhh sí! No esta tan mal, eh? Es medio veterano pero zafa. ¿Sabes si es puto?
-¡Que sé yo si es puto! Mirá,... creo que me vio y viene para acá. Preguntale vos.
Priot se acercó a nosotros y nos saludó cortésmente.
-Priot: Pero qué sorpresa verte por aquí Sol
-Sol: Lo mismo digo, éles Gastón. Gastón él es Priot mi profe de violenchelo.
Gastón sonrió si podersacarle los ojos de encima, cosa que me ponía nerviosa, porque no era nadadisimulado. Le dí un codazo para que se calmara.
-Gastón: ¿Me acompañas abuscar más vino? –le preguntó a Priot -Que con lo que he tomado no sé si pueda traer tres copas.
Priot lo miró fijo po run instante y luego asintió. Los dos se marcharon hasta la barra, pero Gastónr egresó por un momento y me dio un porro.
-Gastón: Anda afuera y fúmate esto, así te relajas un poco y no me haces esas caras. Que te conozco yegua. Dijo con una sonrisa y volvió con Priot.
Yo no sé porque le hice caso y salí a fumar, al regresar los observo que conversaban animadamente, cosa rara en Priot. Me quedé mirándolos por un momento, por un momento sentí celos de que conectaran tan rápido, parecía que yo era la que estaba fuera de lugar. Priot me ve y hace señas de que me acerque, me pasa una copa de vino-
-No gracias, creo que ya debería volver a mi casa –digo con mi mejor cara de culo-
-Ehh ¿qué te pasa Sol?Toma un vino con nosotros y después vesque haces – replica Gastón.
Estaba haciendo un berrinche como una niña malcriada, así que respire profundo y recibí la copa mientras los otros dos continuaban su charla. Me tomo el vino de un solo trago, luego de eso todo comenzó a enrarecerse. El vino y el porro hicieron que toda la casa empezara a girar, por suerte había una silla cerca y logré sentarme. Priots e acercó.
-P: Sol. ¿Estas bien? Estas pálida. Vamos fuera por aire fresco –dijo con su típico acento duro
Salimos los tres, pero seguía mareada, apenas podía sostenerme, sentía náuseas y parecía que podría desmayarme. Priot tomó las riendas de la situación, frenó un taxi.
-P: Vamos a casa, está cerca, cuando esté mejor los llevo a su casa en mi auto.
Yo no podía decidir nada en ese estado. Gastón dijo que sí y subimos al taxi, al llegar bajé como pude y me llevaron hasta el dormitorio de Priot, me dejaron sobre la cama, con tanto movimiento mi minifalda se había subido. Mis muslos y mi tanga negra habían quedado a la vista, pero claro, no tenía conciencia de eso. Y Priot no hizo nada por taparme.
-P: Anda a la cocina, hacer café- le ordeno a Gastón, que miró hacia todos lados y salió a buscar la cocina. Priot me quitó el cabello de la cara, yo abrí los ojos y ví sus ojos grises, parecía preocupado.
-S: Voy a estar bien…fumé, más el vino… se me movió el mundo. Te gusta Gastón?- le pregunté sin vueltas amparada en mi estado. Priot negó moviendo la cabeza.
-P: Tu amigo tiene algo que me interesa, pero no me gusta. Tú me gustas, pero estas borracha y drogada así que deberías descansar un poco así te llevo a tu casa
Yo estaba sorprendida por sus palabras, nunca lo había visto con ojos de querer tener algo con él pero mi incorporé y lo besé, casi con desesperación, busqué su lengua y la enredé con la mía, pude sentir su saliva en mi boca seca, le mordí los labios. Él por un momento me correspondió, subió su mano por mis muslos hasta agarrar todo mi sexo con su gran mano, pasó un dedo suavemente, separando los labios de mi vagina, luego se alejó de mí.
-P: así no. –dijo poniéndose de pie. –Estas borracha, te traeré el café y luego descansa- dijo saliendo dela habitación. Yo había quedado sentada en la cama, con las piernas abiertas, la minifalda que a esa altura era casi un cinturón en mi cadera, su saliva en mi boca y una calentura que no sabía que sentía por ese hombre.
Luego de tomar el café me quedé dormida, pero tuve otra vez el sueño intenso con el lobo que me perseguía en el bosque nevado, solo que esta vez me alcanzó y derribó. El lobo puso su enorme pata encima de mi pecho y mientras gruñía arrancaba pedazos de mi ropa. Yo gritaba pero nadie venía en mi auxilio, hasta que por el rabillo de mi ojo veo que alguien se acerca, poco apoco la figura comienza a verse con más claridad. Es Priot, que le hace un gesto al lobo, que se hecha a mi lado, aun gruñéndome y mostrándome los dientes. Priot sin decir palabra termina de sacarme la ropa, se desabrocha el pantalón dejando ver su gran verga blanca. Yo no puedo moverme, quiero huir y gritar, pero mi cuerpo no responde. Priot se recuesta sobre mí, acomoda su verga entre los labios de mi concha, me agarra fuerte del culo y me penetra sin compasión, ahora si grito y el lobo también aúlla aun echado a mi lado. Priot comienza a lamerme las tetas que rebotan ante cada embestida de la verga de mi profesor, mis pezones están duros por el frío del bosque, puedo sentir la saliva tibia que deja en ellos. De repente despierto sobresaltada con la respiración agitada, me siento en la cama, puedo sentir que mi sexo está húmedo. Me acomodo la ropa y salgo de la habitación. En un sillón conversando están Gastón y Priot que me sonríen
-P: ¿Ya estas mejor? Los llevo a tu casa antes que amanezca.
Continuará...
4 comentarios - Música y disciplina II -La fiesta-
Me gusta como te describis y como es "tu personaje" en el relato. Contas mucho en poco relato y eso es bueno y no se ve mucho por aca. Incorporar imagenes o capas al relato como haces con el sueño tampoco es comun. Que el primer relato apenas tenga algo muy poco de erotismo pero aun asi interese mucho es muy bueno.
Y que dejes, al menos asi lo senti, un misterio de si es ficcion o si es un relato real tambien es muy bueno y suma.
Gran trabajo