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"La Cuarentena, Mi Melliza y Yo" Capítulo Final, 1° parte

El capítulo final estará dividido en dos partes y acá está la primera!
(La historia es completamente ficticia, cualquier similitud con la vida real es mera coincidencia)
Pueden leer el capítulo anterior con el siguiente link: http://www.poringa.net/posts/relatos/5047809/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-14.html


Luego de cojer nos dormimos una siesta corta y ambos nos despertamos al escuchar que golpearon la puerta, era mi hermano mayor y Mimi que nos avisaban que iban a buscar a mis padres para ir a comer todos juntos. Maty no se molestó al verla a Kari desnuda, de hecho apenas entró se puso a toquetear a mi hermana menor mientras hablaba, luego de contarnos lo que iban a hacer sacó su verga la pendeja se prendió a chupársela casi al instante. Yo fui a bañarme de nuevo y cuando salí ellos ya estaban cojiendo, Mimi, al lado de Maty, le comía la boca y se pajeaba a la vez.
- Ah bueno che, ustedes no pierden el tiempo. - dije bromeando, el teléfono sonó (una constante en mi vida cuando se trata de arruinar momentos), era mi madre. Les pedí que hicieran algo de silencio, lo que era tarea difícil para Kary ya que Matías le estaba cojiendo el culo con fuerza. Sin perder el tiempo le puse la pija en la boca, sino no podría hablar. Atendí. - Sí ma, ya bajamos, Karina está terminando de arreglarse... Le digo... Ya vamos. - colgué, guardé mi pija y me arreglé la ropa. - Vamos que el viejo ya tiene hambre y ya saben cómo se pone. Nos adelantamos con Mimi y bajen cuando terminen. 
Con Maty chocamos puños y me llevé a mi gemela, no había reparado que se había vestido con un vestido largo de algodón, claro y con un sombrero de copa grande color blanco. Llevaba una cartera con sus cosas y las de Kari. Los dejamos a los otros dos cojiendo y ambos reímos aún sorprendidos por el aguante de Kari cuando se trata de cojer. 
 En el ascensor había una mujer con sus hijos que no dejaban de gritar, subimos y fuimos hasta la planta baja. Mis padres nos esperaban cerca de la recepción, les dijimos que Kari se había quedado arreglándose y que Maty estaba hablando con alguien del hotel por un problema en nuestra habitación. Mi madre dijo que nuestra hermana menor nunca cambiaba, siempre esperaba a último momento para decidir qué iba a usar. Y mi padre dijo que Maty había salido a él, les gustaba controlarlo todo y que todo estuviera perfecto. Decía que eso le hacía sentir orgulloso. Yo reía por dentro, si supiera que su amado hijo le estaba llenando el orto de leche a su hijita menor tal vez ese orgullo se le esfumaría. Pero solo asentí, pese a todo quería mucho a mis padres.
Unos 10 minutos después ambos bajaron con evidentes caras de cansancio. Mis padres asumieron que mi hermano estaba con algo de estrés por ese problema con el hotel y que Kari estaba así porque prácticamente se la pasaba durmiendo. Los cuatro nos reímos y nuestros padres, sin entender, también empezaron a reírse. Kari dijo que Matías necesitaba una novia para dejar de lado el estrés y empezamos a reír con más ganas. En el lobby todos nos miraban pero no nos importó. 
Diez minutos después y con los ojos llorosos y el abdomen doliendo de tanta risa nos fuimos al restaurante. Eran casi las dos de la tarde cuando cruzamos la puerta del lugar, elegimos una mesa grande cerca de uno de los ventanales y pedimos el almuerzo.
*
Terminada la comida y el café que le siguió Maty dijo que iría a encontrarse con un amigo suyo que vivía cerca, mis padres optaron por ir al casino a gastar algo de lo que su hijo mayor les regaló y las chicas se fueron a comprar ropa. Por mi parte me quedé un rato largo frente al mar, el cielo estaba algo nublado y las olas golpeaban con fuerza en las piedras. Después de mucho tiempo estuve solo con mis pensamientos, el paisaje invitaba a reflexionar un rato. Pensé sobre cómo se habían dado las cosas y lo afortunado que era por todo, por la relación con mis hermanos y con mis padres. No pensaba en el futuro próximo, lo evitaba porque sinceramente me daba algo de miedo. Sin darme cuenta el sol ya se estaba escondiendo y la temperatura había bajado, el teléfono vibró y me preguntaron dónde estaba. Los viejos seguían en el casino, las chicas se habían comprado muchísima ropa y Maty dijo que su amigo nos había invitado a todos a bailar. Yo dije que no tenía muchas ganas de salir por lo que preferí quedarme solo en la habitación del hotel.

Luego de volver y de hacer zapping un rato golpearon la puerta, eran mis padres que decían que se irían a cenar juntos, que si quería acompañarlos. Pero preferí dejarlos disfrutar de su cena romántica, la primera en, seguramente, muchos años. Pedí algo de comer a la cocina del hotel y comí solo...
*
Me despertaron las risas y golpes de Karina y Mimi que entraban borrachas a la pieza. Ambas apoyándose en la otra y con los zapatos en la mano, con el vestido corrido dejando ver que no llevaban nada debajo. Riéndose y a trompicones decían que querían cojer y de hecho Mimi se puso en cuatro, Kari le corrió el vestido y le abrió la cola, pero antes de que se la pudiera meter ambas cayeron dormidas. Suspiré y me tuve que ir a la pieza de Maty, él no estaba por lo que aproveché y me tiré en su cama a seguir durmiendo. 
*
El día después fue bastante tranquilo, desayunamos todos juntos, aunque las chicas con claras señas de haber dormido poco y con una resaca que apenas le dejaba abrir los ojos. De nuevo todos bromeábamos con eso y ellas nos tiraban con uvas a todos. 
Ahora los viejos fueron de compras, Maty dijo que quería hablarnos a todos de algo, pedimos algo de jugo de naranja y él nos contó de sus planes. Quería empezar una empresa de publicidad con todos nosotros que sería la tapadera perfecta para llevar lo que hacíamos en Patreon al siguiente nivel: empezar una productora independiente y exclusiva a la que solo cierto círculo de clientes accedería y ganaríamos mucho más. A todos nos encantó la idea y brindamos (con el jugo), por el éxito del proyecto. 
Maty dijo que tanto él como yo deberíamos practicarnos una vasectomía lo antes posible, para evitar accidentes. Yo accedí de inmediato. Con todo ya aclarado me levanté y le dije que los vería en el almuerzo, esta vez fui yo quien salió de compras. Maty se quedó con ambas quienes, apoyando sus cabezas en sus manos me tiraron besitos. Tenía a las mejores hermanas del mundo sin dudas. 

Ya había comprado bastante ropa y entré en un último negocio, tomé un par de prendas y entré en el probador. Para mi sorpresa alguien abrió la cortina y entró rápidamente. Era Karina.
- Hola hermanito, te ví desde enfrente y quería ver qué compraste. - mientras hablaba se acercaba más y más y empezó a jugar con su manito sobre mi verga ya lista. La vendedora se acercó y preguntó si estaba todo bien y avisándome que en un momento cerraban para el receso de la tarde, rápidamente saqué un billete de mis bolsillos y le dije
- Sí, me podés traer este en otro color? Buscalo tranqui. - ella recibió la prenda, vio el billete y sonrió, dijo que no había problema.
Ahí mismo Kari se arrodilló y me la chupó con ganas, entera, la sacaba llena de saliva y volvía a meterla. No podía evitar tomarla de la cabeza y cojerle la boca. Lo que me llamó la atención es que fuera del probador ya no se escuchaban ruidos de gente. La vendedora volvió a abrir la cortina descubriéndonos.
- No encontré en otro color, pero si querés podés probar este. - me di vuelta y se había levantado la pollera. Era morocha, de culo grande y ojos claros, un poco más alta que Kari y pelo largo y lacio. La atraje hacía mí de la cintura y la besaba con ganas. Bajé la mano y la metí debajo de su pollera, la tanga que tenía era minúscula por lo que hacerla a un lado para llegar a su conchita fue fácil. Estaba mojada y caliente, lista para ser cojida.
- Desde que entraste que tenía ganas de comerte la boca. Menos mal que a tu novia no le molesta. - Kari se rió pero siguió chupando. 
- Ah, sí, ahora me vas a comer la pija. - le dije y la hice arrodillarse, se unió a mi hermanita, entre las dos me llenaron la verga de saliva. Paraban a besarse entre ellas mientras alguna me pajeaba y seguían chupando. La vendedora se paró y repetimos la escena de la madrugada, Kari le levantaba el vestido y le abría la cola, solo que ahora ninguna caería dormida. La punteé y despacio la fui metiendo. La concha de la vendedora era estrecha y muy húmeda. Ella gemía en cada embestida y Kari se lanzó a comerle la boca. La vendedora la recibió muy bien, Kari se bajó el vestido que llevaba y la vendedora le comía las tetas. Por lo visto lo hacía muy bien porque Kari no dejaba de tocarse la concha y gemir. 
Les sugerí ir al piso, yo me acosté y mientras mi hermanita menor se clavaba toda mi verga en el orto la vendedora me ponía la concha en la cara, su sabor era delicioso, incluso más rica que la concha de Mimi. Kari saltaba metiendo mi verga bien adentro de su cola y la vendedora me llenaba la boca de flujo, la muy putita me acabó en toda la cara. A mí me faltaba muy poco para acabar y se lo hice saber a Kari. Ambas se arrodillaron, sacaron la lengua y yo empecé a pajearme con fuerza, estaba muy caliente. Varios chorros de leche tibia les cruzaron la cara, algunos en su lengua, otros en su frente y algunos llegaron hasta sus tetas. Ellas juntaron y compartieron la lechita y al terminar sonrieron. 
- Bueno, vayan que en cualquier momento cae mi jefe. - La vendedora se arregló la ropa, se limpio la cara y nos acompañó en la salida, anotó su número en un papel y me lo dió, resultó llamarse Milena. Justo al salir el dueño del local entró y la saludó con un beso en la boca, resultó ser su pareja. Con Kari nos miramos y reímos. 
Continuara...

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