Mi hermanito crece 2

Unos meses más tarde era año nuevo. Mis padres lo pasarían en la casa de unos amigos y yo de fiesta con mi novio en una casa llena de gente. Todo iba bien hasta que lo vi hablando muy cerca y divertido con una piba muy trola. Me enojé y discutí con él. Se fue de la fiesta y yo me quedé emborrachándome con mis amigas. No sé que hora era cuando una de ellas decidió llevarme a casa. Entré mareada y como pude fui llegando al baño. Dejé los zapatos en la escalera, subí abrazada a la baranda y dejé caer mi vestido en la entrada del baño. Me arrodillé solo con la tanga puesta y vomité en el inodoro. Estaba pensando que suerte tenía de estar sola en un momento así cuando me sobresaltó una voz.
- Ey Sof... estás bien? Perdón, no te quise asustar!
Cuando me recuperé del susto vi a Joaquín en calzoncillos mirándome con expresión preocupada.
- Eh estoy bien... solo... me cayó mal algo...
- Estás borracha, no soy boludo!
- No no no... nada que ver...
Intenté pararme pero mi cuerpo había olvidado como hacerlo. 
- Dejame que te ayudo.
Me levantó abrazándome de un costado, con sus dedos tocándome el costado de una teta. No dije nada pero sonreí pensando que mi hermanito no era ningún tonto. Me ayudó a lavarme y me llevó a mi habitación. 
- No podés descuidarte así Sofi. Mamá y papá se van a preocupar...
- Solo si se enteran...
- Van a llegar en una hora como mucho, se van a dar cuenta. Estás hecha un desastre. 

Mientras caminábamos abrazados me sentía tan avergonzada que no dije más nada. Me acosté y aunque seguía un poco mareada, me di cuenta que no podía dejarlo ir y que después hablara con mis padres. Tenía que garantizar su silencio. 
- Joacooo... te querés quedar un poquito? 
Le hablé beboteando un poco para ablandarlo. Me senté en la cama con las piernas abiertas y me agarré las tetas.
- No te gustaría mirarlas un ratito más? Y de paso me cuidás...
Se quedó en blanco, apoyado en el marco de la puerta y pude notar que se le estaba parando. Dio un paso adelante, dudando aún.
- Vení hermanito, que no muerdo!
Se acercó más mirando fijo a mis tetas. Estaba a un paso.
- Que pasa, nunca viste tetas de tan cerca?
- Nn nno.
- O sea que tampoco tocaste una?
Tragó saliva y negó con la cabeza.
- Si me guardás un secreto... te dejo tocarme.
Dios que bajo había caído. Pero mis padres eran muy estrictos con algunos temas y una hija borracha podía ser una catástrofe para ellos. Joaquín estiró una mano.
- Esperá. No vas a decir nada no?
- No. Nada.
Me tocó pasando sus dedos con la suavidad tal que me erizó la nuca. Miré su bulto y la erección era total. Me puse colorada y me entró algo de cosa por mirarle el bulto pero debía jugar más fuerte.
- Si me traes mis zapatos y mi vestido y dejás el baño ordenado te doy un premio mejor. 
- Ah sí? Que cosa?
Que lindo que se veía tratando de hacerse el desentendido.
- Te podés tocar acá, mientras me mirás...
- Mmm ok!
Se fue velozmente y en cuestión de 5 minutos estaba de vuelta. Yo me acosté y cerré los ojos. 
- Hacé lo tuyo y yo no miro. Pero no ensucies el piso!
- Ok.
No podía creer lo que estaba dispuesta a hacer con tal de evitar un castigo de mis padres. Traté de concentrarme en otra cosa pero los ruidos masturbatorios de mi hermano eran muy intensos. Me ganó la curiosidad y abrí los ojos. Me sorprendí a mí misma con mi reacción. Sentí que estaba todo bien y que mi hermanito tenía una linda pija. La pude ver muy bien ya que estaba a unos pocos centímetros de mi cuerpo.
- Mmm... te falta mucho Joaco?
- No sé... no puedo... así.
- Querés tocarme de nuevo?
Estiró una mano, pero esta vez acarició mi vientre antes de ir a la teta. Mentiría si dijera que no me excité un poco.
- Mmm... que lindo como me tocás! Cuando tengas novia la vas a volver loca!
- Ahh... me falta poco... decime algo más...
- Algo más? Como qué?
- Más hot. Lo que sea!
Con que más hot... fui muy directa.
- Como que tenés una linda pija?
- Aahh siii... casii... maaaás...
Me empezaba a calentar en serio este pendejo... Vi mi mano estirarse y tocar su plano vientre y bajar hasta acariciarle las bolas. Solo las agarré un segundo y...
-Aaaahhhh!
Tres chorros de semen caliente saltaron en mi panza. Mi vagina se estremeció con cada uno. Fue muy intenso.
- Joaquín! Que hiciste? Rajá de acá!
- Perdón perdón perdón! 
Se fue volando a su habitación y cerró la puerta trás de sí. Miré el charco de leche que había en mi piel y revisé mi propio desastre. Debajo de la tanga estaba empapada. Me toqué y pajeé sin molestarme en sacarme el semen antes. Acabé silenciosamente, me limpié el semen y me propuse dormir. Mi último pensamiento fue "Que puta que sos, mirá lo que hiciste". Me dormí sonriendo.