http://www.poringa.net/posts/relatos/4980766/Le-hice-una-paja-a-mi-amigo-4.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/4979610/Le-hice-una-paja-a-mi-amigo-3.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/4959324/Le-hice-una-paja-a-mi-amigo-2.html
http://www.poringa.net/posts/relatos/4928036/Le-hice-una-paja-a-mi-amigo-en-su-auto-con-fotos-de-mi-novia.html
Cuando se fue Fer de casa quedé super excitado. Todavía podía sentir el gusto de su leche en mi boca y el olor de la leche seca que se había quedado en mi cara. Me daba miedo tener que lavarme la cara, porque quería que el olor de su leche quedara conmigo para siempre.
Fer se había ido hace cinco minutos y volví a mi cama, me desnudé, cerré los ojos y me empecé a tocar la pijita pensando en lo que había pasado. No tardé mucho en meterme también un dedo en el culo. La sensación era hermosa. Pensaba que si un dedo me hacía gozar tanto lo sería tener esa pija en el culo. Pero era muy grande… no me imaginaba cómo podía hacer para que la cabeza traspasará mi ano. Busqué un poco de vaselina y logré meterme dos dedos, deseaba con todas mis fuerzas tener su pija en mi boca, o mi mano, y mientras me tocaba el pitito que estaba increíblemente dudo a pesar de haber acabado hace un rato. Pensé si había algo que me pudiera meter pero me dije que mejor no hacer cosas raras. Me iba chupando los dedos que pasaba por mi cara para despegar el semen seco en mi rostro y los volvía a chupar, y así acabé.
Ese día decidí que necesitaba comprarme un consolador o algo así, así que el lunes siguiente fui a un sex shop en busca de uno. Al mostrador estaba una flaca narigona toda tatuada que me calentó al instante. Por suerte el lugar estaba vacío así que me puse a ver los modelos hasta que encontré uno que se parecía en tamaño y grosor bastante a la pija de Fer. Cuando la chica me vio parado por bastante tiempo mirando el aparato se acercó y me preguntó si necesitaba ayuda.
- Me gustaría llevar este acá
Me dijo el precio, que si bien era un poco caro, le respondí que lo llevaba. Me preguntó si era para regalo y le dije que no, y agregué: es para mí. Me dedicó una sonrisa cómplice y dijo:
- Bueno, te llevas uno de los grandes me dijo.
-Es que al que le quiero entregar la cola la tiene un poco más grande que lo común - me tiré a la pileta. La situación me excitaba un poco.
- Ay, pobre - me dijo-. Yo ni loca me dejo penetrar con algo así.
- A mí también me da miedo - le digo. - Pero me calienta mucho. Por eso primero quiero probar con esto. Solo me cogió una vez un amigo cuando era adolescente.
- Perdón que me meta… pero no te convendría empezar con algo más normal?
¿Cómo qué?
Entonces me mostró unos dilatadores anales.
- Probá primero con algo así. Hay que ir de a poco para disfrutar.
No sabía si me estaba queriendo vender, o si el consejo era sincero. Estar hablando con esa flaca de las cosas que me iba a meter en el culo me excitaba mucho. Me hubiese encantado bajarme los pantalones y que ella me los metiera ahí mismo. Y un hombre caliente no es la mejor persona negociando. Le compré un par de dilatadores más y un lubricante anal. Cuando me estaba por ir me dijo
- Suerte con el pijudo - y me guiño un ojo.
Seguramente debe estar acostumbrada a situaciones así.
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Cuando se fue Fer de casa quedé super excitado. Todavía podía sentir el gusto de su leche en mi boca y el olor de la leche seca que se había quedado en mi cara. Me daba miedo tener que lavarme la cara, porque quería que el olor de su leche quedara conmigo para siempre.
Fer se había ido hace cinco minutos y volví a mi cama, me desnudé, cerré los ojos y me empecé a tocar la pijita pensando en lo que había pasado. No tardé mucho en meterme también un dedo en el culo. La sensación era hermosa. Pensaba que si un dedo me hacía gozar tanto lo sería tener esa pija en el culo. Pero era muy grande… no me imaginaba cómo podía hacer para que la cabeza traspasará mi ano. Busqué un poco de vaselina y logré meterme dos dedos, deseaba con todas mis fuerzas tener su pija en mi boca, o mi mano, y mientras me tocaba el pitito que estaba increíblemente dudo a pesar de haber acabado hace un rato. Pensé si había algo que me pudiera meter pero me dije que mejor no hacer cosas raras. Me iba chupando los dedos que pasaba por mi cara para despegar el semen seco en mi rostro y los volvía a chupar, y así acabé.
Ese día decidí que necesitaba comprarme un consolador o algo así, así que el lunes siguiente fui a un sex shop en busca de uno. Al mostrador estaba una flaca narigona toda tatuada que me calentó al instante. Por suerte el lugar estaba vacío así que me puse a ver los modelos hasta que encontré uno que se parecía en tamaño y grosor bastante a la pija de Fer. Cuando la chica me vio parado por bastante tiempo mirando el aparato se acercó y me preguntó si necesitaba ayuda.
- Me gustaría llevar este acá
Me dijo el precio, que si bien era un poco caro, le respondí que lo llevaba. Me preguntó si era para regalo y le dije que no, y agregué: es para mí. Me dedicó una sonrisa cómplice y dijo:
- Bueno, te llevas uno de los grandes me dijo.
-Es que al que le quiero entregar la cola la tiene un poco más grande que lo común - me tiré a la pileta. La situación me excitaba un poco.
- Ay, pobre - me dijo-. Yo ni loca me dejo penetrar con algo así.
- A mí también me da miedo - le digo. - Pero me calienta mucho. Por eso primero quiero probar con esto. Solo me cogió una vez un amigo cuando era adolescente.
- Perdón que me meta… pero no te convendría empezar con algo más normal?
¿Cómo qué?
Entonces me mostró unos dilatadores anales.
- Probá primero con algo así. Hay que ir de a poco para disfrutar.
No sabía si me estaba queriendo vender, o si el consejo era sincero. Estar hablando con esa flaca de las cosas que me iba a meter en el culo me excitaba mucho. Me hubiese encantado bajarme los pantalones y que ella me los metiera ahí mismo. Y un hombre caliente no es la mejor persona negociando. Le compré un par de dilatadores más y un lubricante anal. Cuando me estaba por ir me dijo
- Suerte con el pijudo - y me guiño un ojo.
Seguramente debe estar acostumbrada a situaciones así.
1 comentarios - Le hice una paja a mi amigo 5