Siempre fui un consentido nene de mamá.
Sin embargo, el nuevo capricho que le pedía a mi madre que me lo cumpliera, le parecía a ella, fuera de lo acostumbrado, y moralmente complicado.
Ya de hecho le costaba "ahorrar" el dinero, para el pago de la cuota mensual donde yo estudiaba fotografía, sumado a el crédito por la cámara fotográfica profesional, de 35 milímetros réflex (la Pentax K1000 "similar a la de mi padre") todas esas deudas, eran producto de "darme todos los gustos".
Pero, esta vez, lo qué le reclamaba no era algo que la perjudicara aún más en la economía personal. Sino qué, le exigía fuera mi modelo, caso contrario, si debería recurrir a una profesional y ella pagar por otra tarifa.
Hacía unos cuantos días que venía machacando sobre ello.
Lo qué le pedía en concreto era, que me permitiera fotografiarla desnuda.
A todo esto, sólo ambos dos, sabíamos de esta mi actividad artística.
Era un secreto para el resto de la familia, es decir, tanto mi padre como mi hermana, desconocían qué mamá me financiaba otra fantasía mía.
Por eso mi madre temía mi reacción, mis berrinches muchas veces terminaban en tales escándalos que tomaban estado público.
Eso le ocasionaría problemas conyugales, ya que a mi padre, yo lo tenía podrido, le era un dolor de huevos, me tenía montado en un huevo.
Desconocía la plata que su esposa, mi madre, le birlaba para satisfacer mis gustos.
Además yo la había amenazado que, en el último de los casos, fotografiaría a mi hermanita, la cual accedía, cosa qué también destaparía la mentira y generaría gran alboroto.
Así que, fui a fondo aquél día insistiendo y luego de la ducha diaria de mi madre, la presioné para que terminara resignada como siempre a mis deseos.
De todos modos, luego de consentir, tuve que ponerle los puntos de una, porque había empezado de mala gana, abúlica y ahora, en la sesión fotográfica, debía realizar una interpretación, es decir, en otras palabras, modelar y seguir mis indicaciones.
De a poco fue entrando en el "physique du rôle" en la actuación determinada e indicada por mí para interpretar el personaje.
Le dije: Debes ser sugestiva!
Ella dudó y me preguntó: Cómo?
Para ponerlo en ejemplo: Debes actuar de ninfómana!
De qué? Inquieta preguntó De puta! Respondí
Y a partir de esto, todo se puso mejor. Algo así? Me preguntó y me pareció qué se transformaba en otra mujer, alguien que como hijo yo desconocía.
Es decir, yo conocía a la mujer madre, pero ahora delante mío se hallaba la mujer hembra.
Me imaginé lo que habría sido de joven.
Me entró una sensación extraña en el cuerpo qué no podía identificar claramente, algo nuevo, nunca experimentado por mi.
Supongo que sería una forma de la emoción, o lo que transmitía ella, en cuanto a su expresión o en su semblante, como para entendernos.
Pero, el quiebre no se dio hasta qué me mostró las tetas, y yo entonces enloquecí.
Me conmocionó, crispó mis nervios y sentimientos, los trastornó.
Ella, mi madre también se dio cuenta de lo que me pasaba y asimismo reaccionó extraño. Intenté comportarme como un profesional.
Pero qué lomazo peló mi vieja. No solo cargaba buenas tetas, giró y de espaldas a mi, quedó expuesto su culo. Delicioso y con forma curvilínea, bellas "cachas".
No obstante, dejó para el final el desnudo frontal. Su pubis, la parte inferior del vientre, su pelvis que contiene la terminación de la parte interna de los órganos genitales.
Y esa cavidad en forma de embudo situada entre sus piernas.
Ese paisaje terminaba con una línea raleada de escasos vellos púbicos.
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