Cocina
Y ahí estaba, mi amada y hermosa esposa Lucia, la mujer de la cual me enamore, una mujer dulce y tierna, una ama de casa tímida y recatada (o eso pensaba)… nunca me imagine verla así, encerrada en el baño de nuestra casa, vestida solo con una pequeña tanga roja, arrodillada, con una enorme verga negra (y seguramente sucia) metida en la boca, mamando como si no hubiera mañana, esforzándose por meterse lo más que pueda a la boca y ni aun así pudiendo metérsela toda, mientras que don Francisco, el albañil que contrate para remodelar la cocina, la sujeta de la cabeza con fuerza mientras cierra los ojos para disfrutar de, y estoy seguro de ello, la mejor mamada de su vida.
Mientras tanto yo los veo a través de una pequeña apretura de la puerta ya que ni siquiera se preocuparon por cerrarla, aunque no los culpo, después de todo, yo no debería estar aquí.
No sé cómo paso, no sé cómo permití que esta situación llegara a este punto, lo cierto es, que lo estoy disfrutando tanto… siento que voy a explorar, tengo una erección descomunal y ni aun si llego al tamaño de la verga que mi esposa se está tragando como una verdadera puta profesional. Creo que será mejor que me vaya, debo regresar a mi trabajo.
Les hablare un poco de mi esposa Lucia, ella tiene 25 años, mide 1.65m es de piel blanca y cabello largo y castaño, tiene un hermoso rostro, unos ojos llenos de inocencia y unos labios gruesos. Tiene tetas pequeñas, pero más que aceptables, aunque yo diría que lo que más destaca de su cuerpo es su hermoso y enorme culo, esas nalgas tan perfectas llaman la atención en todas partes a donde va, su cintura pequeña y resalta su silueta, aunque trate de ocultarlo con ropa holgada es inevitable que un cuerpo como ese pase desapercibido.
Su personalidad es bastante tímida e inocente o bueno, eso pensaba hasta hace alguno días, aunque pensándolo bien, no diría que fue todo culpa suya, después de todo, yo tengo un poco de culpa de esto. La conocí en la universidad, nos hicimos novios y al graduarnos decidimos casarnos, yo soy solo 2 años mayor que ella, mi nombre es Javier y mi complexión es delgada, mido 1.7m, diría que soy un tipo bastante promedio. Después de poco tiempo de casarnos, conseguí un buen empleo con muy buen sueldo y buenas prestaciones, compré una casa para vivir, y acordamos que ella se dedicaría solo al hogar, llevamos 2 años de casados y vivimos en la ciudad de Monterrey en México, llevamos una buena vida y hasta cierto punto normal, pero todo cambio ahora… todo comenzó hace tres semanas.
Lucia:
-Javieeeer, amor, veeen porfavor!!, pero corre!! ¡¡Date prisa!!
-Que pasa amor?! Porque tanto escandalo?! Ya voy ya voy. Le respondo mientras termino de afeitarme y voy a la cocina, donde ella se encuentra.
Cuando llego, encuentro un desastre en la cocina, todo esta amontonado y pareciera que se esta preparando un banquete para todo un ejército.
-Lo ves!! Te he dicho que necesito una cocina más grande, mira todo este desastre!! por favor, vamos a contratar a alguien para que amplie este espacio, si?.
-Este bien amor solo dame oportunidad y te prometo que hoy consigo a alguien para que venga a hacernos una cotización.
Lucia se abalanza sobre mi para abrazarme y darme las gracias, y mientras lo hace, aprovecho para agarrarle las nalgas.
-Suerte en el trabajo amor, nos vemos en la tarde cuando regreses.
-Cuidado en el gym Luci, no te esfuerces tanto cargando peso que no aguantas. Le digo mientras salgo de casa para irme a trabajar.
En el trabajo le pregunto a mis compañeros si saben de algún albañil de confianza que sea bueno para trabajar, después de todo, solo se necesita derribar un muro y cerrar un espacio para ampliar la cocina. Finalmente me dan el contacto de Francisco, un albañil con mucha experiencia que hace ese tipo de trabajos, es un señor de 48 años y según las referencias que me dieron, es muy bueno en su trabajo.
Al llegar a casa le doy la buena noticia a mi esposa, quien emocionada me besa apasionadamente para agradecerme, pero eso no será suficiente para mí. Después de la cena, en la recamara mientras estamos acostados.
Lucia:
-Muchas gracias amor, con la cocina mas grande, podre al fin cocinar como se debe.
-Hable con don Francisco, quedamos en que va a venir el fin de semana para darnos una cotización, lo que sea por ti mi amor…
Mientras termino de decirle esto, la abrazo y comienzo a besarla, despacio y poco a poco le quito la ropa, primero le quito la blusa y después bajo el pequeño short que usa para dormir, llevándome una agradable sorpresa, una pequeña tanga negra me espera, la volteo a ver y ella me sonríe.
- ¡Me la puse para ti mi amor, espero que te guste! Me dice mientras se da de vuelta dándome la espalda y una de las mejores vistas que alguien podría tener; su enorme culote que hace que la pequeña tanga desaparezca, perdiéndose entre sus nalgas.
Me quito rápido los pantalones y saco mi verga que esta lista para penetrarla. Hago a un lado esa tanguita y la penetro con fuerza, si bien no tengo un tamaño descomunal, creo 14 cm son suficientes para darle placer, después para tener una mejor vista, la pongo en cuatro y finalmente termino dentro de ella, termino cansado y me acuesto, ella por su parte se acerca a mi verga para comérsela, aunque no es algo que le guste hacer (me lo ha dicho), en ocasiones especiales o cuando siente que debe agradecerme por algo, lo hacer, aunque no lo hace tan bien, supongo que por la falta de práctica, debo decir que me gusta, su mamada es tierna y suave, lame lentamente y succiona lo suficiente para darme placer, aunque lo que más disfruto es ver su hermoso rostro mientras lo hace.
Llega el fin de semana y alguien toca a la puerta, salgo a ver quién es y veo a un tipo alto, como de 1.85m un poco gordo y calvo, su aspecto es algo sucio. Me extiende su mano para saludarme y puedo sentir una mano áspera y muy dura, me aprieta con fuerza.
-Señor buen día, mi nombre es Francisco, vengo a ver algo de una ampliación de una cocina. Me dice mientras me ve fijamente para de inmediato desviar su mirada hacia mi esposa lucia, quien se acerca a la puerta para ver quien ha llamado…
Continuara…
Y ahí estaba, mi amada y hermosa esposa Lucia, la mujer de la cual me enamore, una mujer dulce y tierna, una ama de casa tímida y recatada (o eso pensaba)… nunca me imagine verla así, encerrada en el baño de nuestra casa, vestida solo con una pequeña tanga roja, arrodillada, con una enorme verga negra (y seguramente sucia) metida en la boca, mamando como si no hubiera mañana, esforzándose por meterse lo más que pueda a la boca y ni aun así pudiendo metérsela toda, mientras que don Francisco, el albañil que contrate para remodelar la cocina, la sujeta de la cabeza con fuerza mientras cierra los ojos para disfrutar de, y estoy seguro de ello, la mejor mamada de su vida.
Mientras tanto yo los veo a través de una pequeña apretura de la puerta ya que ni siquiera se preocuparon por cerrarla, aunque no los culpo, después de todo, yo no debería estar aquí.
No sé cómo paso, no sé cómo permití que esta situación llegara a este punto, lo cierto es, que lo estoy disfrutando tanto… siento que voy a explorar, tengo una erección descomunal y ni aun si llego al tamaño de la verga que mi esposa se está tragando como una verdadera puta profesional. Creo que será mejor que me vaya, debo regresar a mi trabajo.
Les hablare un poco de mi esposa Lucia, ella tiene 25 años, mide 1.65m es de piel blanca y cabello largo y castaño, tiene un hermoso rostro, unos ojos llenos de inocencia y unos labios gruesos. Tiene tetas pequeñas, pero más que aceptables, aunque yo diría que lo que más destaca de su cuerpo es su hermoso y enorme culo, esas nalgas tan perfectas llaman la atención en todas partes a donde va, su cintura pequeña y resalta su silueta, aunque trate de ocultarlo con ropa holgada es inevitable que un cuerpo como ese pase desapercibido.
Su personalidad es bastante tímida e inocente o bueno, eso pensaba hasta hace alguno días, aunque pensándolo bien, no diría que fue todo culpa suya, después de todo, yo tengo un poco de culpa de esto. La conocí en la universidad, nos hicimos novios y al graduarnos decidimos casarnos, yo soy solo 2 años mayor que ella, mi nombre es Javier y mi complexión es delgada, mido 1.7m, diría que soy un tipo bastante promedio. Después de poco tiempo de casarnos, conseguí un buen empleo con muy buen sueldo y buenas prestaciones, compré una casa para vivir, y acordamos que ella se dedicaría solo al hogar, llevamos 2 años de casados y vivimos en la ciudad de Monterrey en México, llevamos una buena vida y hasta cierto punto normal, pero todo cambio ahora… todo comenzó hace tres semanas.
Lucia:
-Javieeeer, amor, veeen porfavor!!, pero corre!! ¡¡Date prisa!!
-Que pasa amor?! Porque tanto escandalo?! Ya voy ya voy. Le respondo mientras termino de afeitarme y voy a la cocina, donde ella se encuentra.
Cuando llego, encuentro un desastre en la cocina, todo esta amontonado y pareciera que se esta preparando un banquete para todo un ejército.
-Lo ves!! Te he dicho que necesito una cocina más grande, mira todo este desastre!! por favor, vamos a contratar a alguien para que amplie este espacio, si?.
-Este bien amor solo dame oportunidad y te prometo que hoy consigo a alguien para que venga a hacernos una cotización.
Lucia se abalanza sobre mi para abrazarme y darme las gracias, y mientras lo hace, aprovecho para agarrarle las nalgas.
-Suerte en el trabajo amor, nos vemos en la tarde cuando regreses.
-Cuidado en el gym Luci, no te esfuerces tanto cargando peso que no aguantas. Le digo mientras salgo de casa para irme a trabajar.
En el trabajo le pregunto a mis compañeros si saben de algún albañil de confianza que sea bueno para trabajar, después de todo, solo se necesita derribar un muro y cerrar un espacio para ampliar la cocina. Finalmente me dan el contacto de Francisco, un albañil con mucha experiencia que hace ese tipo de trabajos, es un señor de 48 años y según las referencias que me dieron, es muy bueno en su trabajo.
Al llegar a casa le doy la buena noticia a mi esposa, quien emocionada me besa apasionadamente para agradecerme, pero eso no será suficiente para mí. Después de la cena, en la recamara mientras estamos acostados.
Lucia:
-Muchas gracias amor, con la cocina mas grande, podre al fin cocinar como se debe.
-Hable con don Francisco, quedamos en que va a venir el fin de semana para darnos una cotización, lo que sea por ti mi amor…
Mientras termino de decirle esto, la abrazo y comienzo a besarla, despacio y poco a poco le quito la ropa, primero le quito la blusa y después bajo el pequeño short que usa para dormir, llevándome una agradable sorpresa, una pequeña tanga negra me espera, la volteo a ver y ella me sonríe.
- ¡Me la puse para ti mi amor, espero que te guste! Me dice mientras se da de vuelta dándome la espalda y una de las mejores vistas que alguien podría tener; su enorme culote que hace que la pequeña tanga desaparezca, perdiéndose entre sus nalgas.
Me quito rápido los pantalones y saco mi verga que esta lista para penetrarla. Hago a un lado esa tanguita y la penetro con fuerza, si bien no tengo un tamaño descomunal, creo 14 cm son suficientes para darle placer, después para tener una mejor vista, la pongo en cuatro y finalmente termino dentro de ella, termino cansado y me acuesto, ella por su parte se acerca a mi verga para comérsela, aunque no es algo que le guste hacer (me lo ha dicho), en ocasiones especiales o cuando siente que debe agradecerme por algo, lo hacer, aunque no lo hace tan bien, supongo que por la falta de práctica, debo decir que me gusta, su mamada es tierna y suave, lame lentamente y succiona lo suficiente para darme placer, aunque lo que más disfruto es ver su hermoso rostro mientras lo hace.
Llega el fin de semana y alguien toca a la puerta, salgo a ver quién es y veo a un tipo alto, como de 1.85m un poco gordo y calvo, su aspecto es algo sucio. Me extiende su mano para saludarme y puedo sentir una mano áspera y muy dura, me aprieta con fuerza.
-Señor buen día, mi nombre es Francisco, vengo a ver algo de una ampliación de una cocina. Me dice mientras me ve fijamente para de inmediato desviar su mirada hacia mi esposa lucia, quien se acerca a la puerta para ver quien ha llamado…
Continuara…
4 comentarios - Mi amada e inocente esposa
Hago lo mismo que él pero jamás nadie ni se me insinuó ja ja ja, siga con el relato que está muy bueno