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morocha misteriosa 1

Hola, soy Juan, y, para empezar a contales la historia de la morocha misteriosa me gustaría relatar como la conocí y como se fueron dando las cosas que la llevaron a convertise en quien es hoy en la actualidad. Cabe aclarar que este relato, y los que espero seguirán si tiene este buena aceptación, no son fruto de mi imaginación sino recuerdos de hechos que sucedieron así como serán relatados.
Permítanme contarles que vivimos en argentina, en una ciudad de la costa atlántica,  y es acá donde transcurren la mayoría de sus aventuras, de las cuales he sido promotor, testigo y cómplice. Les cuento que por el momento no tenemos fotos subidas de ella a las redes, aunque les aseguro que hay material de sobra y estamos buscando la mejor manera de poder mostrarla sin exponerla demasiado, por lo tanto lo mejor que puedo hacer por ahora es intentar describirla. Ella es  una hermosa morocha argentina de unos 45 años ( aunque nadie le da la edad que tiene), mide aproximadamente 1.65 y pesa unos 52 kg. Tiene tetas muy grandes, muy bien hechas, y un par de pezones increíbles que requieren poco menos que una plancha de acero para no marcarse bajo la tela de su ropa si está excitada o tiene frio. Esas hermosas tetas están acompañadas de un tremendo culo, el cual le encanta exhibir por  las calles de nuestra ciudad cuando hace calor ya que suele vestir habitualmente con calzas o pequeños shorts de lycra o algodón muy ajustados y pequeños. Creo que ya se harán una idea de como es ella, pero si hace falta más les cuento que es casi imposible para ella caminar por las calles sin que se den vuelta los hombres a su paso, y en muchas ocasiones se arman de coraje he intentan abordarla.
La conocí hace ya unos años atrás, por medio de una aplicación de citas. Acá no voy a hablar de sus virtudes personales ni de nuestra relación, más alla de lo que nosotros llamamos nuestros juegos, por lo tanto y resumiendo mucho después de hablar durante un tiempo por whatsapp decidimos que era el momento de encontrarnos y quedamos en que yo la iba  cruzar en una esquina céntrica. Creanme que cuando la vi caminando con un short de jean metido en la cola y una remerita blanca tuve toda la intención de tirarme de cabeza. Sabrán ustedes como son estas citas por aplicaciones, mucha foto vieja, mucha mentira. Bueno en este caso la realidad superaba mis mejores deseos, por lo tanto, si bien me considero un tipo muy afortunado, no pude menos que agradecer mi tremenda suerte al universo. Esa impresión inicial se fue multiplicando a medida que la tarde se desarrollaba. Bueno, voy a intentar resumir porque como me encanta escribir de ella y dar detalles, si no voy al punto este relato se va extender demasiado y no pretendo aburrirlos.
Empezamos a salir y descubrí que no solo estaba tremenda, sino que además sexualmente estaba completamente por encima de la media, no solo era tremenda en la cama, sino que además, gracias a mi morbosidad, empecé a indagar y a descubrir que habitaba en ella una tremenda trola que todavía no había salido a la luz. No pude con mi naturaleza y me prometí hacer todo lo posible por explotar su putez y sacar esa trola a flor de piel.
Había un montón de pistas de su naturaleza interna, algunas eran evidentes en el exterior, por ejemplo, le encantaba mostrar ese lomo tremendo que tiene pero, además, estando impulsada por un degenerado como yo empezó darme detalles de sus aventuras mas  calientes y como enseguida se dio cuenta  que a mi me calentaba, se pudo ir soltando cada vez mas y se permitió mostrarme que a ella la ponía loca rememorar historias y hablar de fantasías conmigo.
La verdad es que estuvo mucho tiempo en pareja en una relación muy convencional y aburrida, Cuando terminó esa relación empezó a permitirse vivir nuevas aventuras y a probar nuevas pijas. Hubo varias hasta que llegó una relación que tuvo antes que yo la conozca, que fue quien empezó a abrir la puerta, en realidad debería yo decir que fue quien le empezó a abrir ese culo hermoso que tiene y le sembró ahí la semillita de lo que terminaría desarrollando con migo. Semillita que se ocupaba de regar de leche prácticamente a diario. La indujo a comprar ropa de putita y usarla para él, ella me contaba una anécdota que me calentaba mucho de como la hacía vestirse con porta ligas y medias, ponerse un tapado arriba de eso para luego subirse al auto y cruzar gran parte de la ciudad e ir a su casa a tocar timbre y recibir la dosis de leche en la cola a la que la había acostumbrado. Un detalle que pasé por alto es que el tipo era muy pijudo, por lo tanto allanó el camino en todos los sentidos. Yo y muchos más debemos estar agradecidos a ese tipo que empezó a abrir una puerta que por inseguridad y para mi fortuna,  nunca se animó a cruzar. Mi morbosidad natural hacía que yo le pregunte mas y mas detalles de como la garchaba este tipo mientras cogíamos. La morocha muy caliente me contaba los detalles y acababa como loca. Ahora bien, empecé a percibir un problema, el tipo en cuestión no era lo que acá llamamos un tipo piola, ni un buen tipo. Era un machirulo violento que había quedado obsesionado con ella y hasta hacía poco tiempo la había estado persiguiendo, por lo tanto no podía formar parte de los planes ni era saludable que yo la incitara a recordar las cogidas que le pegaba. Para colmo por esas épocas yo tuve que iniciar un tratamiento médico que me complicaba tener las erecciones que ella necesitaba y a mi me hubiera gustado tener. Con estas cartas sobre la mesa, y amparado en mi morbosidad, me decidí a buscarle fuera de casa el macho que ella necesitaba. Lo primero que hice fue abrir un perfil en contactossex y poner un aviso en locanto en nuestra localidad. Sacamos unas fotos de ella bien putita como a ella le gusta, las subimos y empezamos a esperar propuestas, las cuales no tardaron en llegar. Fuimos muy específicos, no buscábamos un trío, sino mas bien un macho para ella en mi presencia. Una relación tipo cuckold, pero queríamos que fuera alguien con lugar propio, de buena pija, y si bien ella no tiene demasiada exigencia en lo físico, que en este aspecto fuera mínimamente agradable. 
Fueron pasando los días y la mayoría eran descartados por diversos motivos, por lo general no tenían lugar, lo cual por lo general implica que tienen alguna relación de pareja, otros eran demasiado jóvenes o mayores y la mayoría arrugaban y empezaban a dar vueltas para el encuentro. Así fueron pasando los días y nos fuimos frustrando cada vez más. Debo aclarar que si bien ella fantaseaba mucho con la idea de concretar, tenía ciertas dudas de como sería en la realidad, principalmente no se imaginaba como se podía llegar a romper el hielo, a sobreponerse de la tensión de verse frente a frente y avanzar. Navegábamos por esos mares de inseguridad y frustración viendo los días pasar, a la puerta de empezar a cumplir fantasías pero sin poder concretar hasta que dos cosas sucedieron.
La primera fue que  contacté con max, un tipo muy buena onda que parecía muy interesado y decidido a darle a la morocha una buena cogida. Nos mandó varias fotos de el y de su pija, ambas cosas le interesaron mucho a ella.
Lo segundo que sucedió es que gracias a  mi morbosidad tuve, lo que hoy creo, fue una gran idea, le comenté la situación a el y le propuse, para no tener que pasar por la situación de vernos directamente en su casa sin conocernos, pasarlo a buscar por la esquina de la casa y que subiera a la camioneta con ella en el asiento de atrás, así podía empezar a conocerla en forma más relajada. El estuvo de acuerdo y decidimos poner en marcha el plan. Esa noche teníamos libre con ella asi que le dije que escriba a una hora determinada. Para ese momento yo ya le había contado a ella la idea, la cual la tranquilizó y empezamos a fantasear con que le gustaría ponerse para el futuro encuentro con su posible macho. Cuando se estaba poniendo un liguero negro max escribió y yo le conté, al instante nos pidió una videollamada para verla, ella muy nerviosa accedió y él quedó como loco. Ahí nomas le dije mientras le chupaba los tremendos pezones que tiene (algo que la calienta mucho) si quería que lo vayamos a conocer. Muy caliente me dijo que si, se puso un tapado arriba y salimos. Por suerte vive cerca de casa, casi en la costa de nuestra ciudad, cuando estábamos por llegar ella se pasó al asiento de atrás. Yo le dije a el que se fuera con pantalón de jogging para facilitar algún juego que se pudiera dar. 
Llegamos a esa esquina y ahí estaba el esperando, paré y le pedí que suba atrás y así lo hizo. Me quedé unos pocos minutos parado en la esquina mientras nos presentábamos y empecé a manejar con la intención de parar en otro lado, mi suposición era que el avanzaría se darían unos besos, quizás ella le agarraría la pija y, en el mejor de los casos se la chuparía un poco y volveríamos a su casa a que le pegue una buena cogida. Pero, la morocha siempre sorprende...
Antes de empezar a manejar y para facilitar las cosas, le dije, amor, mostrale a max la ropita que te pusiste para el, y ella sin dudarlo se abrió el tapado y le mostró las tremendas tetas y el cuerpazo que tiene con el portaligas negro y las medias de red. El tipo claramente encantado de lo que veía me pidió permiso para tocar y no pudo evitar empezar a comerle las tetas provocando en ella sus primeros gemidos. Yo seguí manejando muy lentamente por la costa, mientras escuchaba sus gemidos y el trataba de acomodarse en el asiento para acceder a comerle la conchita, cuando por fin lo logró los gemidos se incrementaron notoriamente. Mientras tanto yo seguia manejando tratando de encontrar un lugar donde parar y a la espera que me dijeran de pegar la vuelta para ir a su casa, pero como dije la morocha estaba sacando a la luz toda su puta interior y en menos de 10 cuadras desde aquella esquina donde paramos a buscarlo puede observar por el espejo como el, después de buscar un preservativo, se lo colocaba y la acomoda para empezar a clavarla. Yo trataba de ver lo podía por el espejo retrovisor, aunque para ser honesto era más lo que escuchaba que lo que podía ver. En un momento, ella según me comentó después, cansada de golpearse la cabeza contra la puerta le pidió de montarlo, por lo que se ubicaron al medio del asiento. Ella se subió arriba de el, se puso la pija en la puerta de la conchita y empezó a subir y bajar, y, mientras iban aumentando los gemidos, yo seguía manejando. 
Después de cabalgarlo un buen rato, y ya transitábamos calles con más tráfico de la ciudad, max la puso en cuatro en el asiento y como pudo la empezó a clavar sin piedad. Yo trataba de manejar con cautela mientras, a la vez, miraba por el espejo retrovisor la cogida tremenda que le pegaban a la morocha a centímetros de mi nuca. Era muy excitate escuchar como las respiraciones se aceleraban y los gemidos marcaban que ella estaba por acabar en forma inminente.
Ella terminó como loca, gimiendo y pidiendo pija, y él, para lamento de ella que la prefiere tragársela toda, llenó el preservativo de leche , pero, para ser realistas, la incomodidad del lugar no permitía muchas maniobras. Para el momento que acabaron había un auto parado a nuestro lado en el semáforo, pero la calentura de todos era tal que los vidrios estaban todos empañados.
Yo les pregunté si querían ir a la casa de é,l ya que era mi idea original, pero decidimos hacer eso en el próximo encuentro y dejamos a nuestro invitado en su casa y seguimos camino a la nuestra. 
Llegamos muy calientes a rememorar los que había pasado. Yo le decía
-Amor no puedo creer la puta hermosa que sos.
Y le conté que ni en mis mas perversas fantasías hubiera imaginado que las cosas se dieran de esa forma, como antes les conté. 
De esa aventura es de la única que no hay registro de video o fotos pero quedó registrado en la memoria como el día que la morocha misteriosa comenzó el camino que iba emputecerla cada vez más. Después de esa aventura inicial le siguieron muchas más, de las cuales hay videos, y si les interesa les puedo seguir contando.
morocha misteriosa 1

3 comentarios - morocha misteriosa 1

mdqpablo
Preciosa mujer , muy buen lomazo