Luego de un tiempo, comenzamos a hacernos muy amigos. Mi timidez,siempre me jugo en contra, ya que, si bien tenía mucha autoconfianza, no erasuficiente para poder contarle mis anhelos.
Nos hicimos muy buenos amigos, y nunca quise contarle misreales intenciones.
En las tardes era habitual, juntarnos a conversar y hablar durantehoras. Una noche de esas, ella estaba con unos jeans que tenían unos cortes enlas piernas lo que permitía ver su piel.
No sé cómo llegamos al tema, pero ella quería ver mi ropainterior, la cual le mostré por sobre mis pantalones. Dejando ver un poco mipubis y miembro que se asomaron casualmente al momento de levantar el pantalón haciaadelante para que pudiera mirar mi ropa interior.
Luego llegó mi turno, y ella me propuso tocar su ropa, algoque me dejó sin palabras.
Se paró y bajó lentamente su calzón por la parte delantera, hastaque apareció su pequeño calzón el cual pude tomar por la abertura de su jean,por delante.
Lo toqué e instintivamente comencé a bajarlo, hasta quecomenzó a aparecer por la rotura del pantalón. Era una bombacha pequeñita, decolor blanco, lleno de encajes. La situación fue demasiado excitante y solo fueinterrumpida cuando su mamá apareció repentinamente y le pidió que ya se fueraa casa porque era muy tarde. Yo llegué a casa con mi ropa interiorcompletamente mojada en la parte delantera, mi Pene no daba mas y quería soloatacar.
Cabe mencionar que solo éramos amigos, por lo que tratábamosde no sobrepasar los limites de la confianza y por ese motivo, ninguno de losdos daba un paso definitivo.
Ya en casa, entre inmediatamente al baño de mi casa, dondeintente inmediatamente de darme una ducha fría para intentar bajar mi pene, queya estaba como una roca.
Al día siguiente, me llamó por teléfono para que volviéramosa reunirnos. Me invitó a su casa, y llegué como lo hacía de costumbre. Solotoqué el timbre y al mirar hacia adentro, la veo con pies descalzos y con unaespecie de baby doll de color blanco.
El respeto que tenía y el temor a perder todo lo avanzadopor acelerarme, me hacían cuestionar cualquier acción que yo quisiera realizar.Esto hacía que fuera muchísimo mas lento y que además le diera un saborcompletamente diferente a la situación.
Mientras ella me conducía hacia el comedor de la casa a travésdel patio, miraba sus nalgas y un diminuto calzón que se perdía entre medio.
Tratando de contener la respiración la seguí sin decir nada.Ella se meneaba de una forma que nunca había visto, y sabia que me teníapendiendo de un hilo.
Al ingresar al comedor, me contó que sus padres no estaban,y que confiaba tanto en mí, que no le preocupaba la ropa que ella estabautilizando, porque éramos demasiado buenos amigos.
Mi Pene, estaba enorme, lo sentía palpitar y ya me apretabael pantalón. Pero su comentario acerca de nuestra amistad, hacia que a veces,bajara en tamaño.
Sobre la mesa, había una fuente con un poco de fruta. Miréla fuente, intentando observar todo el ambiente a su alrededor , y de pronto,siento su mano acercarse a mi boca con un pedazo de fruta. Puede parecer algo,totalmente fuera de contexto, pero en la situación en la que estábamos todo teníauna connotación llena de erotismo. Así fue como acercó esa mano con un trozo defruta y la metió en mi boca. Su sonrisa maliciosa, la fruta y su dedo en mi boca,el cual quedo por mas del tiempo necesario, dando vueltas y tocando mi lengua,fueron otro duro golpe que tuve que aguantar. Descolocado, sin saber que hacer,totalmente excitado, y lleno de incertidumbre, me quede mirándola. Observandosu hermoso cuerpo que se traslucía por su blanco baby doll, pudiendo ver supequeño calzón, y sus pechos libres.
Podía observar sus rosados y puntiagudos pezones levantar lablusita y además pude observar su hermoso rostro, sus ojos, su nariz, labios ysu rizado cabello.
Estaba en éxtasis, bloqueado por lo inesperado de la situación.Ella tenía absolutamente el control de todo. Sabía que podía pedirme cualquiercosa y la hubiera hecho sin cuestionamientos. Mi cara, embobada por lasituación que espere que ocurriera por años, delataba mi hipnotismo total.
En ese momento, me pidió ayuda. Me dijo: ¿puedes ayudarme aarreglar la cama de mis padres?
Ella quería saber hasta donde podría yo aguantar, sinabalanzarme sobre ella con todo mi ser, liberando mis instintos más animales.
Fue así como la seguí hasta la habitación de sus padres ypude ver la cama deshecha, y ella al otro lado intentando levantar las mantas paravolver a ordenar la cama.
Al agacharse para estirar las sábanas y cobertores, podíaver sus pechos, desnudos golpearse entre sí, con cada movimiento realizado porella.
Aun así, mi locura estaba al máximo, tenía un corto circuitointerno, no sabia si ser un animal, o seguir siendo su amigo… por lo que teniauna mezcla extraña en mi cabeza, tampoco quería propasarme y perder esaconfianza y amistad. Estaba realmente excitado, loco, indeciso con lo que debíay lo que no debía hacer….
Una vez que hicimos bien la cama nos tumbamos sobre ella. Mirandoel techo.
Mi corto circuito era notorio, estaba como un robot, un sersin decisión propia. Y eso lo transmitía claramente. De pronto ella al notar miestado de shock, se puso de pie, me miró mientras estaba recostado ylevantándose el baby doll, ¿me pregunta “Te gusta mis calzones”?
Mostrándome su ropa interior, dejando ver su plano y contorneadoabdomen, además de su ropa interior ceñida a su vagina.
Solo pude balbucear, un tímido.. Si, me gusta.
Ella no espero un segundo y me pidió que no mirara mas porque se cambiaría por otro calzón para saber cual era el que mas me gustaba.Todo esto acompañado de la historia cuando habíamos estado jugando con nuestraropa interior un día en la calle, cuando nos vio su mamá.
Me tapé la cara con una almohada de la cama, mientras mipene solo quería salir de mi pantalón.
Pensé en un momento que explotaría, pero aun así, seguí conel jueguito de mi amiga.
Comenzó a desfilarcon el nuevo calzón que se había puesto, caminando de un lado a otro, pudiendo yomirar su perfecto culo, y su jugosa vagina que ya se humedecía a mi vista.
Fue en ese momento en que sentí que me desmayaría.
De pronto, se abalanzo sobre mi, con un beso profundo que mecomenzó a hacer entender que la amistad, siempre fue una excusa y que yo quisemantener para no ser como todos aquellos amigos que yo conocía que seaprovechaban de las amistades para dar rienda suelta a sus fantasías.
Su lengua buscaba la mía y se unieron como si se tratara deun abrazo, mis manos urgentemente y de manera instintiva tomaron sus nalgas, mientrasintentaba abrir mas y mas su culo. Su calzón me molestaba tanto que de un solotirón lo rompí en la parte trasera, logrando al fin tocar con mis dedos su ano mientrasseguía intentando abrir sus nalgas como si no tuviera tiempo.
Su pelo caía en mi cara mientras seguíamos besándonos. Mi peneseguía luchando por salir de mi pantalón, pero ella se montó sobre él porencima de mi ropa ya sin su calzón, el cual yo, ya había roto, comenzó afrotarse sobre toda la longitud de mi ya monstruosamente erecto pene.
Mis dedos entraban y salían de su culo, mientras ella seguíamoviéndose como si estuviera en trance.
Mi cara mojada completamente, su lengua pasaba por mi cara,cuello, para volver nuevamente a meter su lengua en mi boca.
Estuvimos así durante un tiempo que no pude medir, ya queestaba en un estado de liberación total.
Acerqué mis dedos a mi boca y a la de ella, y juntos lepusimos saliva a mis dedos, un poco ella, un poco yo, hasta el momento en que yaestaban tan mojados que pudieron ingresar libremente por su culito, primero unoy luego dos mientras ella misma se movía para que los dedos ingresaran de formamás suave y expedita.
Dos dedos metidos en su culito, mientras los otros dos yaestaban metidos en su conchita, moviéndose jabonosamente de un lado a otro.
Estábamos en ese jugueteo, cuando la vi, arreglarse un poco elpelo, y con su cara de locura y excitación comenzó a bajar hasta llegar alcierre de mi pantalón, para comenzar a soltar primeramente el cinturón de cueroque yo utilizaba y luego comenzar a bajar lentamente el cierre.
Comenzó a aparecer mi ropa interior, la cual estaba absolutamentemojada por mi líquido preseminal… ella mira el tamaño del bulto, me mira y dauna sonrisa… baja lentamente mis pantalones juntamente con mi ropa interior, dandola libertad que tanto ansiaba mi pene.
Lo tomó con sus manos, una arriba y otra abajo, y corrió elprepucio hasta abajo, dejando aparecer mi glande brilloso y enrojecido... unanueva gota de líquido preseminal apareció al momento de bajarlo completamente, perono duraría mucho en el glande ya que su lengua se encargo de lamer y quitar eselíquido. Nuevamente me miró y sin perder su mirada se metió la hinchada vergaen su pequeña boca, intentando engullir por completo aquella enorme anaconda.
Lo intentó un par de veces mas pero su boca seguía siendo muypequeña para tan grande verga. Su lucha continuaba con ambas manos, moviendo elprepucio de arriba hacia abajo, mientras pasaba su lengua nuevamenterecolectando el néctar que manaba con cada pajeada.
Al no lograr comerse toda la verga, su lengua comenzó alamer mis bolas, y cada una de ellas fue engullida por tiempos similares,mientras con sus manos continuaba dándome un pajote que siempre soñé.
Repentinamente y en un acto de impotencia de no podercomerse la verga de forma completa, comenzó a investigar y a curiosear lugarescercanos. Fue así, como en un momento, tuve la sensación mas extraña que me habíatocado vivir. Sentí de repente su lengua revolotear como un colibrí, bajo mis hinchadasbolas y cerca de mi ano.
Fue algo extraño y lleno de tabúes y prejuicios. Sin embargo,a los pocos segundos ya tenía su lengua completamente insertada en mi ano. Mientrassu mano, aun seguía pajeandome, la verga que había duplicado su tamaño, alparecer por esa extraña sensación recién aprendida.
Sentí mil sensaciones con esa lengua revoloteando por dentrode mi ano, y de pronto, hubo un nuevo intercambio, ya que mojo dos de sus dedosy me los introdujo en mi pequeño agujero, mientras su lengua volvía a lamer miglande. Estuve así por unos segundos, hasta que instintivamente tuve quelevantar mi culo afirmándome por detrás de las rodillas para darle espacio aque pudiera recorrer toda la zona con su lengua y boca.
Debo recordar que, por temas de higiene, siempre me hedepilado toda la zona, lo cual facilitaba su actuar. Tampoco tenía tapujos conlas sensaciones en zonas erógenas por lo cual no tuve reparo ni tapujos endejarla hacer lo que ella quisiera, mientras que a mí no me molestara.
La escena parecía sacada de una película porno, y luego deun rato, me puse de pie, la miré de pies a cabeza, tumbada sobre la cama. Latomé entre mis brazos y la conduje al living de la casa.
Ya conocía sus sillones y siempre había fantaseado con haberutilizado uno de esos sillones como posicionador.
Fue así, como la ubique sobre uno de los brazos de ese sillón,con el culo apuntando hacia arriba.
Como un acto de devolver el favor comencé lentamente a separassus nalgas con las manos, dejando a la vista su ano y su hermosa y rosadavulva.
Sin pensarlo, acerqué mi cara entre sus nalgas, sentí eseagradable aroma a sexo, que te llama a lamer y chupar, y así fue como comencé acomerle el culo, lentamente.
Abría su ano, miraba su hermosura, y metía mi lengua lentamente,como queriendo darle una forma redonda a la abertura que iba dejando mi lenguaen su agujero.
Así estuve durante un largo rato, ensalivando en cada pasadasu agujero. Me dí el tiempo de meter un dedo, dos dedo, hasta ya poner la mano juntandotodos mis dedos para comenzar a golpear e intentar entrar de la misma forma porsu ano.
Golpe tras golpe, mi mano entraba un poco mas. Y cuandonotaba que no podía mas, la sacaba y ensalivaba un poco mas para darle toda lalubricación necesaria.
Estuve así un largo rato, mezclando dedos, lengua, ygolpecitos en su culito, mezclados con caricias a su conchita. No podía ver sucara, pero sus espasmos y contracciones me hacían pensar de que lo estaba pasandotan bien como ella lo había hecho conmigo.
Fue durante uno de sus gemidos que me levanté, y mientras contemplabala perfección de su ano ligeramente abierto, que salivando mi mano y pasándolapor mi hinchada verga, tomándola con mi mano derecha, mientras intentaba mantenersu ano abierto, introduje lentamente mi glande primeramente. Abriendo caminolentamente, intentando no acabar rápido, ya que tanta sensación me tenía alborde de hacerlo. Sentí un ligero gemido, para luego oír un pequeño gritomientras mi verga ya entraba hasta la mitad.
Podía contemplar como ella intentaba engullírselaretrocediendo su cuerpo, para lograr absorber toda esa gigante masa, que no pudoser engullida por la boca.
Estuvimos lentamente sin decir palabra, moviéndonos lentamente,hasta que finalmente mi verga desapareció dentro de su ano, ya abierto porcompleto.
Afirme sus caderas mientras la traía hacia mí, y luego laalejaba, mientras observaba como mi verga aparecía y desaparecía.
Sus gemidos, me indicaban que estaba haciendo un buentrabajo, y mis manos salieron de sus caderas unos segundos para agarrar sustetas, las cuales chocaban entre sí, con cada embestida.
De vez en cuando, sacaba la verga completamente para ver suano abierto completamente, y aprovechar de meter mi lengua para ensalivar unpoco mas todo su culo.
Así estuvimos por unos minutos sin parar.
Pero de pronto sentí que acabaría, así es que me retire porunos segundos hacia atrás, mientras afirmaba mi verga con ambas manos, como rogándoleque no terminara.
Estaba en eso, cuando la veo darse vuelta y tomar mi vergaentre sus manos, para volver a pasar su lengua de arriba hacia abajo, como renovándomede energías estuviera.
Así fue, me volvió el alma al cuerpo nuevamente, mirandotodo a mi alrededor, ubicándome donde estaba, saliendo del trance por un momento.Pero al verla nuevamente arrodillada lamiendo mi verga, fue que nuevamente lalevante y tomé entre mis brazos para llevarla nuevamente a la cama. Ahí la dejesuavemente, mientras observaba su hermoso cuerpo.
Abrí sus piernas lentamente, y comencé a beber sus fluidosvaginales los cuales ya habían machado el sillón, y continuaban mojando loscobertores de la cama de sus padres. Bebí como si de un elixir de vida setratara, queriendo no perder una sola gota.
Fue en ese momento que vi pasar todos mis anhelos y deseosinfantiles, frente a mi vecina.
Estaba frente a mí, desnuda completamente, con sus piernasabiertas, y su conchita mojada y jugosa invitándome a entrar.
Respiré un segundo y tomé mi verga con una mano, y la pusesuavemente a la entrada de su concha. De mas está decir que se deslizo suavementehacia su interior sin ningún impedimento.
Pude sentir cada milímetro de clavada, como si se tratara deuna espada que derrota a su enemigo.
Nuestras lenguas nuevamente se enrollaron en un beso, que semezclaba con respiración agitada, sudor, líquidos y fluidos. Cada clavada se fundíacon cada beso, haciendo del momento, una experiencia inolvidable. Después de unrato, cambié la posición y nuevamente la puse como perrito, esta vez sin elsillón, y pude penetrarla profundamente, y más de una vez, y sin quererlo, laverga la metía en un agujero, para luego pasar al otro agujero aprovechando lalubricación de toda la zona. Cuando ya no pude más y mi respiración se hizo masagitada, ella percatándose de que se venía el final de la batalla, se diovuelta, para quedar con su cara mirando directamente mi verga, mientras comenzóa pajearme y a darme con la lengua intentando nuevamente comérsela sin poderhacerlo. Estuvo así por un momento, hasta cuando ya no pude mas y con un grito,descargué toda mi leche en su boca y cara. Ella siguió chupando, y lamiendo auncuando ya había acabado, esparciendo mi semen con mi propia verga sobre su cara,tetas y boca.
Finalmente me miró, y me dijo, ya no podía esperarte por mástiempo.
La mire, nos abrazamos y nos dormimos. Mas tarde noslevantamos, y nos bañamos juntos.
No nos vimos ni tampoco nos contactamos por un largo tiempo.
Hasta que un día volvió a llamarme… esa es otra historia.
Nos hicimos muy buenos amigos, y nunca quise contarle misreales intenciones.
En las tardes era habitual, juntarnos a conversar y hablar durantehoras. Una noche de esas, ella estaba con unos jeans que tenían unos cortes enlas piernas lo que permitía ver su piel.
No sé cómo llegamos al tema, pero ella quería ver mi ropainterior, la cual le mostré por sobre mis pantalones. Dejando ver un poco mipubis y miembro que se asomaron casualmente al momento de levantar el pantalón haciaadelante para que pudiera mirar mi ropa interior.
Luego llegó mi turno, y ella me propuso tocar su ropa, algoque me dejó sin palabras.
Se paró y bajó lentamente su calzón por la parte delantera, hastaque apareció su pequeño calzón el cual pude tomar por la abertura de su jean,por delante.
Lo toqué e instintivamente comencé a bajarlo, hasta quecomenzó a aparecer por la rotura del pantalón. Era una bombacha pequeñita, decolor blanco, lleno de encajes. La situación fue demasiado excitante y solo fueinterrumpida cuando su mamá apareció repentinamente y le pidió que ya se fueraa casa porque era muy tarde. Yo llegué a casa con mi ropa interiorcompletamente mojada en la parte delantera, mi Pene no daba mas y quería soloatacar.
Cabe mencionar que solo éramos amigos, por lo que tratábamosde no sobrepasar los limites de la confianza y por ese motivo, ninguno de losdos daba un paso definitivo.
Ya en casa, entre inmediatamente al baño de mi casa, dondeintente inmediatamente de darme una ducha fría para intentar bajar mi pene, queya estaba como una roca.
Al día siguiente, me llamó por teléfono para que volviéramosa reunirnos. Me invitó a su casa, y llegué como lo hacía de costumbre. Solotoqué el timbre y al mirar hacia adentro, la veo con pies descalzos y con unaespecie de baby doll de color blanco.
El respeto que tenía y el temor a perder todo lo avanzadopor acelerarme, me hacían cuestionar cualquier acción que yo quisiera realizar.Esto hacía que fuera muchísimo mas lento y que además le diera un saborcompletamente diferente a la situación.
Mientras ella me conducía hacia el comedor de la casa a travésdel patio, miraba sus nalgas y un diminuto calzón que se perdía entre medio.
Tratando de contener la respiración la seguí sin decir nada.Ella se meneaba de una forma que nunca había visto, y sabia que me teníapendiendo de un hilo.
Al ingresar al comedor, me contó que sus padres no estaban,y que confiaba tanto en mí, que no le preocupaba la ropa que ella estabautilizando, porque éramos demasiado buenos amigos.
Mi Pene, estaba enorme, lo sentía palpitar y ya me apretabael pantalón. Pero su comentario acerca de nuestra amistad, hacia que a veces,bajara en tamaño.
Sobre la mesa, había una fuente con un poco de fruta. Miréla fuente, intentando observar todo el ambiente a su alrededor , y de pronto,siento su mano acercarse a mi boca con un pedazo de fruta. Puede parecer algo,totalmente fuera de contexto, pero en la situación en la que estábamos todo teníauna connotación llena de erotismo. Así fue como acercó esa mano con un trozo defruta y la metió en mi boca. Su sonrisa maliciosa, la fruta y su dedo en mi boca,el cual quedo por mas del tiempo necesario, dando vueltas y tocando mi lengua,fueron otro duro golpe que tuve que aguantar. Descolocado, sin saber que hacer,totalmente excitado, y lleno de incertidumbre, me quede mirándola. Observandosu hermoso cuerpo que se traslucía por su blanco baby doll, pudiendo ver supequeño calzón, y sus pechos libres.
Podía observar sus rosados y puntiagudos pezones levantar lablusita y además pude observar su hermoso rostro, sus ojos, su nariz, labios ysu rizado cabello.
Estaba en éxtasis, bloqueado por lo inesperado de la situación.Ella tenía absolutamente el control de todo. Sabía que podía pedirme cualquiercosa y la hubiera hecho sin cuestionamientos. Mi cara, embobada por lasituación que espere que ocurriera por años, delataba mi hipnotismo total.
En ese momento, me pidió ayuda. Me dijo: ¿puedes ayudarme aarreglar la cama de mis padres?
Ella quería saber hasta donde podría yo aguantar, sinabalanzarme sobre ella con todo mi ser, liberando mis instintos más animales.
Fue así como la seguí hasta la habitación de sus padres ypude ver la cama deshecha, y ella al otro lado intentando levantar las mantas paravolver a ordenar la cama.
Al agacharse para estirar las sábanas y cobertores, podíaver sus pechos, desnudos golpearse entre sí, con cada movimiento realizado porella.
Aun así, mi locura estaba al máximo, tenía un corto circuitointerno, no sabia si ser un animal, o seguir siendo su amigo… por lo que teniauna mezcla extraña en mi cabeza, tampoco quería propasarme y perder esaconfianza y amistad. Estaba realmente excitado, loco, indeciso con lo que debíay lo que no debía hacer….
Una vez que hicimos bien la cama nos tumbamos sobre ella. Mirandoel techo.
Mi corto circuito era notorio, estaba como un robot, un sersin decisión propia. Y eso lo transmitía claramente. De pronto ella al notar miestado de shock, se puso de pie, me miró mientras estaba recostado ylevantándose el baby doll, ¿me pregunta “Te gusta mis calzones”?
Mostrándome su ropa interior, dejando ver su plano y contorneadoabdomen, además de su ropa interior ceñida a su vagina.
Solo pude balbucear, un tímido.. Si, me gusta.
Ella no espero un segundo y me pidió que no mirara mas porque se cambiaría por otro calzón para saber cual era el que mas me gustaba.Todo esto acompañado de la historia cuando habíamos estado jugando con nuestraropa interior un día en la calle, cuando nos vio su mamá.
Me tapé la cara con una almohada de la cama, mientras mipene solo quería salir de mi pantalón.
Pensé en un momento que explotaría, pero aun así, seguí conel jueguito de mi amiga.
Comenzó a desfilarcon el nuevo calzón que se había puesto, caminando de un lado a otro, pudiendo yomirar su perfecto culo, y su jugosa vagina que ya se humedecía a mi vista.
Fue en ese momento en que sentí que me desmayaría.
De pronto, se abalanzo sobre mi, con un beso profundo que mecomenzó a hacer entender que la amistad, siempre fue una excusa y que yo quisemantener para no ser como todos aquellos amigos que yo conocía que seaprovechaban de las amistades para dar rienda suelta a sus fantasías.
Su lengua buscaba la mía y se unieron como si se tratara deun abrazo, mis manos urgentemente y de manera instintiva tomaron sus nalgas, mientrasintentaba abrir mas y mas su culo. Su calzón me molestaba tanto que de un solotirón lo rompí en la parte trasera, logrando al fin tocar con mis dedos su ano mientrasseguía intentando abrir sus nalgas como si no tuviera tiempo.
Su pelo caía en mi cara mientras seguíamos besándonos. Mi peneseguía luchando por salir de mi pantalón, pero ella se montó sobre él porencima de mi ropa ya sin su calzón, el cual yo, ya había roto, comenzó afrotarse sobre toda la longitud de mi ya monstruosamente erecto pene.
Mis dedos entraban y salían de su culo, mientras ella seguíamoviéndose como si estuviera en trance.
Mi cara mojada completamente, su lengua pasaba por mi cara,cuello, para volver nuevamente a meter su lengua en mi boca.
Estuvimos así durante un tiempo que no pude medir, ya queestaba en un estado de liberación total.
Acerqué mis dedos a mi boca y a la de ella, y juntos lepusimos saliva a mis dedos, un poco ella, un poco yo, hasta el momento en que yaestaban tan mojados que pudieron ingresar libremente por su culito, primero unoy luego dos mientras ella misma se movía para que los dedos ingresaran de formamás suave y expedita.
Dos dedos metidos en su culito, mientras los otros dos yaestaban metidos en su conchita, moviéndose jabonosamente de un lado a otro.
Estábamos en ese jugueteo, cuando la vi, arreglarse un poco elpelo, y con su cara de locura y excitación comenzó a bajar hasta llegar alcierre de mi pantalón, para comenzar a soltar primeramente el cinturón de cueroque yo utilizaba y luego comenzar a bajar lentamente el cierre.
Comenzó a aparecer mi ropa interior, la cual estaba absolutamentemojada por mi líquido preseminal… ella mira el tamaño del bulto, me mira y dauna sonrisa… baja lentamente mis pantalones juntamente con mi ropa interior, dandola libertad que tanto ansiaba mi pene.
Lo tomó con sus manos, una arriba y otra abajo, y corrió elprepucio hasta abajo, dejando aparecer mi glande brilloso y enrojecido... unanueva gota de líquido preseminal apareció al momento de bajarlo completamente, perono duraría mucho en el glande ya que su lengua se encargo de lamer y quitar eselíquido. Nuevamente me miró y sin perder su mirada se metió la hinchada vergaen su pequeña boca, intentando engullir por completo aquella enorme anaconda.
Lo intentó un par de veces mas pero su boca seguía siendo muypequeña para tan grande verga. Su lucha continuaba con ambas manos, moviendo elprepucio de arriba hacia abajo, mientras pasaba su lengua nuevamenterecolectando el néctar que manaba con cada pajeada.
Al no lograr comerse toda la verga, su lengua comenzó alamer mis bolas, y cada una de ellas fue engullida por tiempos similares,mientras con sus manos continuaba dándome un pajote que siempre soñé.
Repentinamente y en un acto de impotencia de no podercomerse la verga de forma completa, comenzó a investigar y a curiosear lugarescercanos. Fue así, como en un momento, tuve la sensación mas extraña que me habíatocado vivir. Sentí de repente su lengua revolotear como un colibrí, bajo mis hinchadasbolas y cerca de mi ano.
Fue algo extraño y lleno de tabúes y prejuicios. Sin embargo,a los pocos segundos ya tenía su lengua completamente insertada en mi ano. Mientrassu mano, aun seguía pajeandome, la verga que había duplicado su tamaño, alparecer por esa extraña sensación recién aprendida.
Sentí mil sensaciones con esa lengua revoloteando por dentrode mi ano, y de pronto, hubo un nuevo intercambio, ya que mojo dos de sus dedosy me los introdujo en mi pequeño agujero, mientras su lengua volvía a lamer miglande. Estuve así por unos segundos, hasta que instintivamente tuve quelevantar mi culo afirmándome por detrás de las rodillas para darle espacio aque pudiera recorrer toda la zona con su lengua y boca.
Debo recordar que, por temas de higiene, siempre me hedepilado toda la zona, lo cual facilitaba su actuar. Tampoco tenía tapujos conlas sensaciones en zonas erógenas por lo cual no tuve reparo ni tapujos endejarla hacer lo que ella quisiera, mientras que a mí no me molestara.
La escena parecía sacada de una película porno, y luego deun rato, me puse de pie, la miré de pies a cabeza, tumbada sobre la cama. Latomé entre mis brazos y la conduje al living de la casa.
Ya conocía sus sillones y siempre había fantaseado con haberutilizado uno de esos sillones como posicionador.
Fue así, como la ubique sobre uno de los brazos de ese sillón,con el culo apuntando hacia arriba.
Como un acto de devolver el favor comencé lentamente a separassus nalgas con las manos, dejando a la vista su ano y su hermosa y rosadavulva.
Sin pensarlo, acerqué mi cara entre sus nalgas, sentí eseagradable aroma a sexo, que te llama a lamer y chupar, y así fue como comencé acomerle el culo, lentamente.
Abría su ano, miraba su hermosura, y metía mi lengua lentamente,como queriendo darle una forma redonda a la abertura que iba dejando mi lenguaen su agujero.
Así estuve durante un largo rato, ensalivando en cada pasadasu agujero. Me dí el tiempo de meter un dedo, dos dedo, hasta ya poner la mano juntandotodos mis dedos para comenzar a golpear e intentar entrar de la misma forma porsu ano.
Golpe tras golpe, mi mano entraba un poco mas. Y cuandonotaba que no podía mas, la sacaba y ensalivaba un poco mas para darle toda lalubricación necesaria.
Estuve así un largo rato, mezclando dedos, lengua, ygolpecitos en su culito, mezclados con caricias a su conchita. No podía ver sucara, pero sus espasmos y contracciones me hacían pensar de que lo estaba pasandotan bien como ella lo había hecho conmigo.
Fue durante uno de sus gemidos que me levanté, y mientras contemplabala perfección de su ano ligeramente abierto, que salivando mi mano y pasándolapor mi hinchada verga, tomándola con mi mano derecha, mientras intentaba mantenersu ano abierto, introduje lentamente mi glande primeramente. Abriendo caminolentamente, intentando no acabar rápido, ya que tanta sensación me tenía alborde de hacerlo. Sentí un ligero gemido, para luego oír un pequeño gritomientras mi verga ya entraba hasta la mitad.
Podía contemplar como ella intentaba engullírselaretrocediendo su cuerpo, para lograr absorber toda esa gigante masa, que no pudoser engullida por la boca.
Estuvimos lentamente sin decir palabra, moviéndonos lentamente,hasta que finalmente mi verga desapareció dentro de su ano, ya abierto porcompleto.
Afirme sus caderas mientras la traía hacia mí, y luego laalejaba, mientras observaba como mi verga aparecía y desaparecía.
Sus gemidos, me indicaban que estaba haciendo un buentrabajo, y mis manos salieron de sus caderas unos segundos para agarrar sustetas, las cuales chocaban entre sí, con cada embestida.
De vez en cuando, sacaba la verga completamente para ver suano abierto completamente, y aprovechar de meter mi lengua para ensalivar unpoco mas todo su culo.
Así estuvimos por unos minutos sin parar.
Pero de pronto sentí que acabaría, así es que me retire porunos segundos hacia atrás, mientras afirmaba mi verga con ambas manos, como rogándoleque no terminara.
Estaba en eso, cuando la veo darse vuelta y tomar mi vergaentre sus manos, para volver a pasar su lengua de arriba hacia abajo, como renovándomede energías estuviera.
Así fue, me volvió el alma al cuerpo nuevamente, mirandotodo a mi alrededor, ubicándome donde estaba, saliendo del trance por un momento.Pero al verla nuevamente arrodillada lamiendo mi verga, fue que nuevamente lalevante y tomé entre mis brazos para llevarla nuevamente a la cama. Ahí la dejesuavemente, mientras observaba su hermoso cuerpo.
Abrí sus piernas lentamente, y comencé a beber sus fluidosvaginales los cuales ya habían machado el sillón, y continuaban mojando loscobertores de la cama de sus padres. Bebí como si de un elixir de vida setratara, queriendo no perder una sola gota.
Fue en ese momento que vi pasar todos mis anhelos y deseosinfantiles, frente a mi vecina.
Estaba frente a mí, desnuda completamente, con sus piernasabiertas, y su conchita mojada y jugosa invitándome a entrar.
Respiré un segundo y tomé mi verga con una mano, y la pusesuavemente a la entrada de su concha. De mas está decir que se deslizo suavementehacia su interior sin ningún impedimento.
Pude sentir cada milímetro de clavada, como si se tratara deuna espada que derrota a su enemigo.
Nuestras lenguas nuevamente se enrollaron en un beso, que semezclaba con respiración agitada, sudor, líquidos y fluidos. Cada clavada se fundíacon cada beso, haciendo del momento, una experiencia inolvidable. Después de unrato, cambié la posición y nuevamente la puse como perrito, esta vez sin elsillón, y pude penetrarla profundamente, y más de una vez, y sin quererlo, laverga la metía en un agujero, para luego pasar al otro agujero aprovechando lalubricación de toda la zona. Cuando ya no pude más y mi respiración se hizo masagitada, ella percatándose de que se venía el final de la batalla, se diovuelta, para quedar con su cara mirando directamente mi verga, mientras comenzóa pajearme y a darme con la lengua intentando nuevamente comérsela sin poderhacerlo. Estuvo así por un momento, hasta cuando ya no pude mas y con un grito,descargué toda mi leche en su boca y cara. Ella siguió chupando, y lamiendo auncuando ya había acabado, esparciendo mi semen con mi propia verga sobre su cara,tetas y boca.
Finalmente me miró, y me dijo, ya no podía esperarte por mástiempo.
La mire, nos abrazamos y nos dormimos. Mas tarde noslevantamos, y nos bañamos juntos.
No nos vimos ni tampoco nos contactamos por un largo tiempo.
Hasta que un día volvió a llamarme… esa es otra historia.
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