Mi historia de amor con mi Madre 10 (su version)

Hola





Antes que nada, queremos darles las gracias a todas las personas que nos han enviado mensajes de felicitación por nuestra relación, para ambos ha Sido un alivio poder contar nuestra historia. Ya que desde hace mucho tiempo descubrí está página “Poringa” dónde se podían publicar todos estos temas sin ser juzgados, por lo que después de mucho insistir a mi madre acepto que empezáramos contar nuestra historial y al ver que precisamente desde el primer relato que subimos, nadie nunca nos ha enviado algún mensaje negativo, al contrario, muchos apoyándonos, curiosos de sabes más y algunos más solo les causa morbo.




Claro que la historia de nuestras vidas es algo que no podemos contar a nadie, saben a veces es algo difícil ya que mi madre hemos sido muy felices juntos por mucho tiempo y algunas veces nos gustaría gritarlo a los cuatro vientos, este foro nos ha permitido expresarnos y encontrar una comunidad abierta de mente.




Y al ver la buena aceptación que ha tenido nuestra historia a hecho que mi madre confíe un poco más en esta página, para mostrar un poco de ella, al principio le daba miedo publicar fotos suyas por el ser reconocida y también por qué no se sentía segura que su físico fuera atractivo, aunque yo nunca me he cansado de decirle lo buena que está y al ver todos sus comentarios, se ha quedado sorprendida que a tantos se les haga atractiva, por lo mismo ahora me permite mostrar más de ella.




Y también después de mucho insistir la he convencido de contar la historia desde su punto de vista.
Bueno me gustaría platicarles sobre mi y como es que llegue a tener esta relación con mi hijo.




Soy una mujer criada con mucho hermanos y hermanas, educada tradicionalmente, religiosamente y con valores, es decir, en casa había mano dura y en el tema del sexo casi no se hablaba de ello solo teníamos la poco información que nos daban en la escuela, tuve una infancia normal pero fue en la adolescencia cuando me empezó a interesar el sexo, tuve varios novios con los que llegue a fajar y metían mano, pero fue hasta empezar la prepa cuando tuve mi primera vez, mi novio en ese entonces no era nada guapo pero se me cocían las habas por tener mi primera vez, no fue realmente una experiencia muy placentera ya que el también era virgen así que fue muy torpe y busco, casi no pude disfrutar al final termine con ese novio.




En ese tiempo tenía muy buen cuerpo por lo que pretendientes no me faltaba, después tuve otro novio muy guapo con el que iba a los bailes, este muchacho era muy diferente más experimentado y fue el primero en darme un orgasmo, cogía bien a secas, pero era muy mujeriego y no había futuro.
Mi plan era seguir estudiando pero tiempo después conocí al padre de mi primer hijo, el era algo mayor que yo, me lo presento una de mis hermanas mayores, desde el inicio fue todo un caballero conmigo, me cortejo y me fue enamorando, hasta que me llevo a vivir con el, hay fue cuando tuvimos nuestra primera vez, la verdad es que era un hombre muy entregado en la cama, además de ser todo un caballero era muy bueno en el sexo siempre me dio y me acostumbro a tenerme bien atendida, cabe decir que siempre he sido muy caliente y el no tenía problema con saciar mis deseo.




Nos casamos y un año después tuvimos a nuestro hijo, fueron muchos años felices, cómo madre es una gran felicidad ver cómo tu hijo va creciendo y se vuelve un hombre. Al igual que mi hijo, nunca fue mi intención tener relaciones con el, eso era algo que ni se me pasaba por la cabeza, pero también reconozco que pude haber evitado muchas situaciones y tal vez nunca hubiese pasado esto como por ejemplo si no me hubiera permitido que mi hijo me viera en paños menores que nunca me imaginé que eso despertara interés en el solo quería que aprendiera a no tener pudor.




Pero bueno pensándolo bien si no hubiera pasado todo eso nunca abría sido tan feliz con mi hijo.
Bueno mi hijo me ha pedido que cuente mi lado de la historia así como el contó su punto de vista, trataré de seguir el mismo orden, que pasó la vez que nos escuchó teniendo sexo, bueno no recuerdo exactamente esa vez, ya que era algo normal para mí y para mi esposo tener sexo por las noches una vez que el se dormía, si bien como dijo mi hijo nunca he sido una persona muy afectuosa, soy una persona muy diferente en la cama, seguramente esa noche fui yo quien le pidió a mi esposo que me cogiera, normalmente mi esposo era muy intenso y siempre me daba mucho placer, aunque mi hijo tiene el pene grande que su padre, el lo tenía más gordo así que era otro tipo de placer, que no puedo quejarme, nunca tuvo problema para darme unas buenas cogidas, además era un sexo más tranquilo me refiero a que no hacíamos muchas posturas solo de misionero y a veces yo lo cabalgaba, pero de igual forma lo disfrutaba. Tal vez como madre debí tener más cuidado, pero como mujer siempre me he dejado llevar por la calentura y por eso es que nos escuchó esa vez.




La ocasión que recuerdo bien fue cuando le di a mi esposo una mamada por primera vez, antes de eso el ya me lo había pedido varias veces, pero me negaba hasta que ese día como era su cumpleaños me lo pidió como regalo y no pude negarme, así que ese día en la noche le di sexo oral hasta que se vino que no tardó mucho y si recuerdo que después de un rato todavía no estaba completamente dormida y vi que mi hijo se levantó al baño y tardó un rato, pero tampoco imaginé que nos había escuchado.
Entiendo que como todo puberto calenturiento, esto le excitaba, pero si me hubiera enterado en ese momento estoy segura que le hubiera dado una buena regañada, pero por algo no fue así.

Cómo había comentado al pasar los años claro que me daba cuenta que mi hijo iba creciendo y cada vez más guapo, pero no quiere decir que lo veía como hombre, eso no me pasaba por la cabeza.




Pero fue en esa época cuando mi esposo tuvo que irse de casa por trabajo, cuando las cosas cambiaron mucho para mí en lo sexual estaba acostumbrada a que mi esposo me atendiera siempre que quería y un tiempo era aceptable que solo los fines de semana me atendiera sexualmente, pero después comenzamos a notar que las erecciones de mi esposo duraban menos al principio pensamos que era por cansancio y mi esposo quiso recurrir al viagara pero esto le causaba dolor en el corazón, la familia de mi esposo tenía un historial de problemas cardíacos y el nunca quiso checarse, así que poco a poco su desempeño en la cama fue disminuyendo.

Pero aún así nunca pensé en tomar a mi hijo cómo sustituto, no, traté de aceptarlo compré un dildo y comencé a masturbarme para quitarme las ganas, pero no era suficiente.

A la par la relación con mi hijo era mejor ya que al estar solo nos volvimos más cercanos, platicábamos de todo, en esa ocasión cuando tuve el accidente fue una semana en que me sentí muy consentida y orgullosa de mi hijo quien me cuidaba y consentía en todo, me recordó a su padre cuando me enamoro que era muy caballeroso y atento conmigo, ese día como ya les contó mi hijo había estado platicando con mi hermana sobre mi vida sexual, ella insistía en que mi esposo me engañaba, y aunque no soy mucho de llorar en esa ocasión traía muchas cosas acumuladas, el dolor físico, la abstinencia llevaba semanas sin sexo y días sin poderme masturbar, la soledad de estar en cama sin hacer nada todo eso se me acumuló y termine llorando que fue cuando me encontró mi hijo.
Al verlo tan preocupado por mi y en especial sus palabras “ mami no me gusta verte llorar” hicieron que mi amor por el se desbordara y fue por eso que le di ese pequeño beso en la boca, en ese instante supe que no era del todo correcto lo que había hecho, entonces cuando el me beso ya no pude contenerme, me gustaron sus besos los sentí muy tiernos, muy ricos, muy diferentes y apasionados, pero en mi mente pensaba “Que estoy haciendo es mi hijo” por dentro quería rechazarlo pero también empezó a tocar mi cuerpo y aunque mi mente sabía que tenía que rechazarlo mi cuerpo no me dejaba y seguí besándolo, me sentía como una adolescente en su primer faje, me gustaba y no podía parar, me excitaba más y más, hasta que llegó el punto que deje de hacer caso a mi mente y me deje llevar, y le pedí a mi dijo que me acompañará al cuarto, yo me sentía igual de nerviosa que el como si fuera mi primera vez y asustada porque en el fondo sabía la locura que estaba haciendo.

Cuando llegamos nos seguimos besando, recuerdo que me dios sexo oral, al principio no sabía muy bien como hacerlo, pero una vez que le indiqué dónde estaba mi clítoris valla que lo hizo bien que casi me hace termina, hasta que no pude más, quería sentir su pene en mi vagina. Fue algo muy excitante el dejar que alguien más aparte de mi esposo metiera su pene en mi, era algo que me provocaba un cosquilleo en mi vagina que nunca había sentido en eso momento no lo veía como mi hijo solo lo veía como un hombre, así como lo metia lentamente cada centímetro que entraba me hacía mojar más y al ser más grande que su padre alcanzó otras zonas que no habían sido estimuladas, los besos, las caricias hicieron que me calentará más al principio trataba de contener mis gemidos, solo pasaron unos minutos cuando sentí los chorros de semen golpear contra mi vagina, para ser sincera siempre me a gustado que se vengan dentro de mí, es algo que me excita mucho.




Al sentir el semen de mi hijo me hizo sentir aún más caliente y ver su pene aún erecto no me contuve, me subí y empecé a cabalgarlo, o si que rica sensación su pene estaba bastante duro que me dolía un poco, también porque en esa posición podía entrar más, sentía que me partía y no paso mucho para que llegara al orgasmo, perdón mi hijo me sorprendió ya que seguí duro y me siguió dando, no pude contener más mis gemidos me hizo gritar como nunca nadie lo había hecho, hasta que por fin volví a sentir su semen dentro de mi. Ambos terminamos cansados, está algo inseguro de su desempeño, pero la verdad había hecho sentir a su propia madre más placer que ningún otro hombre antes.
Después nos quedamos dormidos, a medio noche me desperté y lo tape con una cobija, allá verlo tan tranquilamente se veía tan inocente, pero yo seguir recordando todo el placer que había sentido que me empecé a mojar mucha me sentí rara, por un momento me pasó por la mente despertar a mi hijo para que me volviera a coger pero, en ese momento desperté del trace y comencé a razonar sobre lo que había hecho, estuve toda la pensando y dándole vueltas al dilema, me juzgaba “que hiciste”, le había hecho un daño irreparable a mi hijo, que pasaría después, pero tampoco dejaba de recordar la sensación y lo rico que sentí, así estuve pensando dando vueltas hasta que me quedé dormida y no sentí cuando mi hijo se fue.