Estaba sola en nuestro departamento cuando llamó Julián, un sobrino de mi esposo.
Preguntó por Víctor y le dije que todavía estaba en su oficina. Me pidió si podía pasar por casa a usar la impresora, ya que la suya se había descompuesto y necesitaba imprimir un trabajo práctico.
Me preparé un café y esperé la llegada de este chico.
Le abrí la puerta y le ofrecí un café. Después le dije que usara la impresora o lo que quisiera. Yo estaba agotada, había pasado una mala noche y necesitaba descansar. Se lo dije a Julián y entonces me fui al dormitorio?
Me desnudé y me puse solamente una camiseta de algodón, porque hacía mucho calor esa tarde. Me saqué hasta la tanga y me acosté sobre un costado, sin taparme con las sábanas.
Me despabilé más tarde, al oír el picaporte de la puerta, pero realmente estaba muy cansada y me quedé como estaba; recostada con los ojos cerrados. Después caí en la cuenta que estaba abrazando la almohada, con una pierna recogida y la otra estirada, con mi camiseta levantada dejando ver mi culo…
De repente entre sueños distinguí unos jadeos ahogados y abrí los ojos. En el reflejo del vidrio de la ventana, pude ver a Julián, de pie junto a mi cama, observando mi culo y haciéndose una paja.
Me quede petrificada. Y entonces no me animé a moverme de esa posición tan expuesta. Sabía que era mi culpa estar mostrando mi culo y no sabía bien qué hacer.
Por lo que podía ver, el chico tenía una pija bastante grande y sin darme cuenta me empecé a calentar, sintiendo la concha palpitar y empezando a mojarse.
De repente tuve deseos de darme vuelta en la cama y meterme esa verga dura en la boca; pero me contuve.
Julián acabó en su mano y luego se la llevó a la boca, lamiendo su propio semen. Sigilosamente salió del dormitorio cerrando la puerta. Yo tenía una calentura que me hacía mojar por completo?
Unos minutos después golpeó educadamente a la puerta.
Me levanté un poco aturdida por lo que había pasado y la calentura que tenía, pensando en ese chico que se había pajeado mirándome el culo al aire?
Salí del dormitorio vestida como estaba, solamente con la camiseta de algodón que apenas me cubría la cola
Julián no apartaba su mirada de mis tetas, que se bamboleaban de un lado a otro con mis pezones erectos a punto de reventar
Decidí jugar un poco con el pendejo pajero. Le propuse tomar un último café antes de irse. Ya en la cocina me agaché a propósito, dejándole ver en pleno mi culo desnudo.
Cuando me incorporé, disimuladamente miré su entrepierna: tenía una carpa enorme, lo que me hizo calcular que también su bulto sería enorme
De repente Julián se levantó que debía irse. Lo acompañé hasta la puerta y me puse en puntas de pie para darle un besito en la mejilla; al mismo tiempo que le apoyaba mis tetas en su pecho
Cerré la puerta y me fui directamente al dormitorio. Saqué un consolador rojo que me hacía ver las estrellas y me lo metí a fondo en mi concha hambrienta. Comencé un rápido mete y saca, imaginando que me cogía la verga de Julián
Tuve un intenso orgasmo, casi instantáneo
Luego de bañarme me vestí y retomé mis tareas habituales en casa, esperando por mi maridito. Después de cenar, maniaté a Víctor en la cama y cabalgué sobre su pija dura hasta tener tres orgasmos casi consecutivos
Al día siguiente mi adorado esposo se fue temprano a su oficina.
A media mañana fui al gimnasio y luego regresé a casa acompañada de mi instructor, Nacho, quien cada tanto disfrutaba de mi concha hambrienta.
A Nacho lo desnudé en el medio del living. El tipo siempre me chupaba la concha como ninguno; así que, mientras lo hacía, mi mente comenzó a imaginarse la lengua de Julián allí abajo?
Tuve un orgasmo intenso y casi instantáneo al imaginar eso.
Después me puse en cuatro, para lamerle la verga a Nacho. Me cogió estilo perrito, pero mientras me azotaba el culo a manotazos y me taladraba la concha, yo solamente pensaba en Julián
Decidí que me tenía que coger al pendejo,
Pasó toda una semana sin tener noticias de Julián. Cada vez que yo me masturbaba con mis juguetes, me imaginaba que era ese chico el que me cogía
Por fin una tarde sonó el teléfono: otra vez era Julián, pidiendo usar la impresora de mi casa.
Cuando llegó, le dije que yo había tenido una semana agotadora y necesitaba descansar; así que me tomaría algo que me dejara knock out en la cama y me despertaría cerca del anochecer. De todas maneras, él podía arreglarse solo con lo que necesitaba?
Le confirmé entonces que, tomando esa pastilla, quedaría frita en dos minutos y hasta inclusive el séptimo de caballería podría pasar por mi cama y yo ni me daría cuenta?
Me desnudé en el dormitorio y cerré los ojos, esperando que el pibe se decidiera a entrar? lo cual no tardó ni quince minutos.
Julián tocó mi hombro para verificar si realmente estaba frita en la cama; yo ni me moví. Pude escuchar que se quitaba la ropa y enseguida se acostaba a mis espaldas. Yo estaba acostada como de costumbre, de lado abrazando la almohada, con una pierna estirada y la otra recogida.
El chico suavemente levantó mi camiseta, comenzando a pasarme la pija por la raya de mi orto, una y otra vez. Yo quería que me la metiera, pero también tenía curiosidad por saber qué quería él.
En un momento dejo su pija justo sobre mi entrada trasera y me empezó a sobar las tetas, haciendo que mis pezones se pusieran a punto de estallar. De repente se hizo una paja y acabó sobre mi culo; para chupármelo después, limpiándome su semen.
Repitió lo mismo otras dos veces, provocando que mis flujos salieran de mi concha a borbotones. Luego se levantó y salió de la habitación. Escuché el ruido de la puerta de calle y entonces me levanté; tomé mis consoladores y no dejé de pajearme hasta el anochecer?
Por la noche volvió a llamar Julián, pidiendo permiso otra vez para volver a la mañana siguiente. Víctor salía de viaje a mediodía, así que le propuse al chico que viniera por la tarde, antes de que oscureciera.
Decidí que me lo cogería a como diera lugar, basta de pendejadas de pajearse a expensas de mi culo, dejándome ultra caliente…
Elegí vestirme con un solero por encima de las rodillas, sin usar tanga. Cuando llegó Julián lo invité a tomar algo fresco y a sentarse frente a mí en el living; así podría descruzarme de piernas y mostrarle mi concha recién depilada y ya bastante humedecida?
Le pregunté por sus amoríos; diciéndole que un chico tan guapo, debería tener miles de novias?
Rompí el fuego, cruzando las piernas para darle espectáculo.
Julián no pudo evitar dejar de mirar mi entrepierna, adivinando que yo no llevaba ropa interior. Contraatacó, preguntándome si yo tenía algún amante, o si Víctor me alcanzaba a satisfacer?
Poniendo cara de sorpresa ante semejante pregunta, le dije que solamente salía con amigas cuando su tío Víctor estaba de viaje.
Agregué que la mayoría de los hombres solamente querían echarse un polvo conmigo, sin compromiso
Comprobé que le había impactado mi respuesta así que seguí; diciéndole que, hacía tanto que no cogía, que la última vez que él había estado en casa, yo había tenido un sueño mojado mientras estaba acostada descansando?
Noté que mi sobrino se ponía colorado y su verga se hinchaba todavía más dentro de sus pantalones.
Seguí diciendo que, de solo pensarlo, me empezaba a sentir húmeda; lo mismo que él, que se estaba empalando?
Entonces me abrí de piernas, mostrándole mi concha, mientras le miraba fijamente el bulto en sus pantalones?
El pobre chico ya no aguantaba más así que me puse de pie y me senté a su lado. Saqué su verga erecta, mientras él suspiraba.
Comencé a darle una mamada de película, mientras el pibe gemía y me acariciaba las tetas por encima de mi solero. No tardó demasiado en llegar a un orgasmo, inundado mi boca con semen.
Me dio un beso de lengua, compartiendo algo de su propio semen. Luego me alzó en brazos para llevarme hasta el dormitorio. Allí en mi propia cama estuvimos cogiendo durante horas.
Le di una buena cátedra de cómo lamer bien una concha. Me cogió estando yo a cuatro patas; le entregué la cola, la cual me dejó llena de leche caliente. Me hice pajas con consoladores mientras le mamaba la pija; le metí a él uno de mis juguetes en el culo mientras me cogía en fin, hicimos de todo.
Lo despaché a Julián casi a medianoche; más que relajado y seco.
Yo me encerré a darme una buena ducha, para sacarme el olor a sudor y todas las manchas de semen que me había dejado el chico. Tenía la concha muy dilatada y el culo en llamas
Cuando me fui a acostar justo llamó Víctor desde el interior.
Le conté que había recibido la visita de su sobrino y le confesé que había intentado provocarlo y seducirlo, aunque mentí diciéndole que no había tenido éxito.
Mi adorado maridito se rió a carcajadas, contestando que Julián jamás aceptaría, ya que todo el mundo sabía que era un chico gay.
No me animé a contarle a mi esposo que; gay o no, su querido sobrinito a mí me había dejado la concha destruida y la cola ardiendo en llamas
Preguntó por Víctor y le dije que todavía estaba en su oficina. Me pidió si podía pasar por casa a usar la impresora, ya que la suya se había descompuesto y necesitaba imprimir un trabajo práctico.
Me preparé un café y esperé la llegada de este chico.
Le abrí la puerta y le ofrecí un café. Después le dije que usara la impresora o lo que quisiera. Yo estaba agotada, había pasado una mala noche y necesitaba descansar. Se lo dije a Julián y entonces me fui al dormitorio?
Me desnudé y me puse solamente una camiseta de algodón, porque hacía mucho calor esa tarde. Me saqué hasta la tanga y me acosté sobre un costado, sin taparme con las sábanas.
Me despabilé más tarde, al oír el picaporte de la puerta, pero realmente estaba muy cansada y me quedé como estaba; recostada con los ojos cerrados. Después caí en la cuenta que estaba abrazando la almohada, con una pierna recogida y la otra estirada, con mi camiseta levantada dejando ver mi culo…
De repente entre sueños distinguí unos jadeos ahogados y abrí los ojos. En el reflejo del vidrio de la ventana, pude ver a Julián, de pie junto a mi cama, observando mi culo y haciéndose una paja.
Me quede petrificada. Y entonces no me animé a moverme de esa posición tan expuesta. Sabía que era mi culpa estar mostrando mi culo y no sabía bien qué hacer.
Por lo que podía ver, el chico tenía una pija bastante grande y sin darme cuenta me empecé a calentar, sintiendo la concha palpitar y empezando a mojarse.
De repente tuve deseos de darme vuelta en la cama y meterme esa verga dura en la boca; pero me contuve.
Julián acabó en su mano y luego se la llevó a la boca, lamiendo su propio semen. Sigilosamente salió del dormitorio cerrando la puerta. Yo tenía una calentura que me hacía mojar por completo?
Unos minutos después golpeó educadamente a la puerta.
Me levanté un poco aturdida por lo que había pasado y la calentura que tenía, pensando en ese chico que se había pajeado mirándome el culo al aire?
Salí del dormitorio vestida como estaba, solamente con la camiseta de algodón que apenas me cubría la cola
Julián no apartaba su mirada de mis tetas, que se bamboleaban de un lado a otro con mis pezones erectos a punto de reventar
Decidí jugar un poco con el pendejo pajero. Le propuse tomar un último café antes de irse. Ya en la cocina me agaché a propósito, dejándole ver en pleno mi culo desnudo.
Cuando me incorporé, disimuladamente miré su entrepierna: tenía una carpa enorme, lo que me hizo calcular que también su bulto sería enorme
De repente Julián se levantó que debía irse. Lo acompañé hasta la puerta y me puse en puntas de pie para darle un besito en la mejilla; al mismo tiempo que le apoyaba mis tetas en su pecho
Cerré la puerta y me fui directamente al dormitorio. Saqué un consolador rojo que me hacía ver las estrellas y me lo metí a fondo en mi concha hambrienta. Comencé un rápido mete y saca, imaginando que me cogía la verga de Julián
Tuve un intenso orgasmo, casi instantáneo
Luego de bañarme me vestí y retomé mis tareas habituales en casa, esperando por mi maridito. Después de cenar, maniaté a Víctor en la cama y cabalgué sobre su pija dura hasta tener tres orgasmos casi consecutivos
Al día siguiente mi adorado esposo se fue temprano a su oficina.
A media mañana fui al gimnasio y luego regresé a casa acompañada de mi instructor, Nacho, quien cada tanto disfrutaba de mi concha hambrienta.
A Nacho lo desnudé en el medio del living. El tipo siempre me chupaba la concha como ninguno; así que, mientras lo hacía, mi mente comenzó a imaginarse la lengua de Julián allí abajo?
Tuve un orgasmo intenso y casi instantáneo al imaginar eso.
Después me puse en cuatro, para lamerle la verga a Nacho. Me cogió estilo perrito, pero mientras me azotaba el culo a manotazos y me taladraba la concha, yo solamente pensaba en Julián
Decidí que me tenía que coger al pendejo,
Pasó toda una semana sin tener noticias de Julián. Cada vez que yo me masturbaba con mis juguetes, me imaginaba que era ese chico el que me cogía
Por fin una tarde sonó el teléfono: otra vez era Julián, pidiendo usar la impresora de mi casa.
Cuando llegó, le dije que yo había tenido una semana agotadora y necesitaba descansar; así que me tomaría algo que me dejara knock out en la cama y me despertaría cerca del anochecer. De todas maneras, él podía arreglarse solo con lo que necesitaba?
Le confirmé entonces que, tomando esa pastilla, quedaría frita en dos minutos y hasta inclusive el séptimo de caballería podría pasar por mi cama y yo ni me daría cuenta?
Me desnudé en el dormitorio y cerré los ojos, esperando que el pibe se decidiera a entrar? lo cual no tardó ni quince minutos.
Julián tocó mi hombro para verificar si realmente estaba frita en la cama; yo ni me moví. Pude escuchar que se quitaba la ropa y enseguida se acostaba a mis espaldas. Yo estaba acostada como de costumbre, de lado abrazando la almohada, con una pierna estirada y la otra recogida.
El chico suavemente levantó mi camiseta, comenzando a pasarme la pija por la raya de mi orto, una y otra vez. Yo quería que me la metiera, pero también tenía curiosidad por saber qué quería él.
En un momento dejo su pija justo sobre mi entrada trasera y me empezó a sobar las tetas, haciendo que mis pezones se pusieran a punto de estallar. De repente se hizo una paja y acabó sobre mi culo; para chupármelo después, limpiándome su semen.
Repitió lo mismo otras dos veces, provocando que mis flujos salieran de mi concha a borbotones. Luego se levantó y salió de la habitación. Escuché el ruido de la puerta de calle y entonces me levanté; tomé mis consoladores y no dejé de pajearme hasta el anochecer?
Por la noche volvió a llamar Julián, pidiendo permiso otra vez para volver a la mañana siguiente. Víctor salía de viaje a mediodía, así que le propuse al chico que viniera por la tarde, antes de que oscureciera.
Decidí que me lo cogería a como diera lugar, basta de pendejadas de pajearse a expensas de mi culo, dejándome ultra caliente…
Elegí vestirme con un solero por encima de las rodillas, sin usar tanga. Cuando llegó Julián lo invité a tomar algo fresco y a sentarse frente a mí en el living; así podría descruzarme de piernas y mostrarle mi concha recién depilada y ya bastante humedecida?
Le pregunté por sus amoríos; diciéndole que un chico tan guapo, debería tener miles de novias?
Rompí el fuego, cruzando las piernas para darle espectáculo.
Julián no pudo evitar dejar de mirar mi entrepierna, adivinando que yo no llevaba ropa interior. Contraatacó, preguntándome si yo tenía algún amante, o si Víctor me alcanzaba a satisfacer?
Poniendo cara de sorpresa ante semejante pregunta, le dije que solamente salía con amigas cuando su tío Víctor estaba de viaje.
Agregué que la mayoría de los hombres solamente querían echarse un polvo conmigo, sin compromiso
Comprobé que le había impactado mi respuesta así que seguí; diciéndole que, hacía tanto que no cogía, que la última vez que él había estado en casa, yo había tenido un sueño mojado mientras estaba acostada descansando?
Noté que mi sobrino se ponía colorado y su verga se hinchaba todavía más dentro de sus pantalones.
Seguí diciendo que, de solo pensarlo, me empezaba a sentir húmeda; lo mismo que él, que se estaba empalando?
Entonces me abrí de piernas, mostrándole mi concha, mientras le miraba fijamente el bulto en sus pantalones?
El pobre chico ya no aguantaba más así que me puse de pie y me senté a su lado. Saqué su verga erecta, mientras él suspiraba.
Comencé a darle una mamada de película, mientras el pibe gemía y me acariciaba las tetas por encima de mi solero. No tardó demasiado en llegar a un orgasmo, inundado mi boca con semen.
Me dio un beso de lengua, compartiendo algo de su propio semen. Luego me alzó en brazos para llevarme hasta el dormitorio. Allí en mi propia cama estuvimos cogiendo durante horas.
Le di una buena cátedra de cómo lamer bien una concha. Me cogió estando yo a cuatro patas; le entregué la cola, la cual me dejó llena de leche caliente. Me hice pajas con consoladores mientras le mamaba la pija; le metí a él uno de mis juguetes en el culo mientras me cogía en fin, hicimos de todo.
Lo despaché a Julián casi a medianoche; más que relajado y seco.
Yo me encerré a darme una buena ducha, para sacarme el olor a sudor y todas las manchas de semen que me había dejado el chico. Tenía la concha muy dilatada y el culo en llamas
Cuando me fui a acostar justo llamó Víctor desde el interior.
Le conté que había recibido la visita de su sobrino y le confesé que había intentado provocarlo y seducirlo, aunque mentí diciéndole que no había tenido éxito.
Mi adorado maridito se rió a carcajadas, contestando que Julián jamás aceptaría, ya que todo el mundo sabía que era un chico gay.
No me animé a contarle a mi esposo que; gay o no, su querido sobrinito a mí me había dejado la concha destruida y la cola ardiendo en llamas
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