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Todo por mi hijo III

Entré a casa y traté de disimular lo más posible, me encontraba super excitada y solo quería ver en que estaba mi hijo. Toqué la puerta de su cuarto que estaba cerrada y abrí rápidamente para no darle mucho tiempo. Estaba sentado leyendo, sin remera y con un pantalón corto, pero se podía ver el hilo de la tanga que le salía.
G: ¿Pudiste estar como querías?
V: Si mami, gracias, perdón pero me sigue dando vergüenza
Me acerqué y le di un beso mientras lo abrazaba.
G: Sabes que podes contar conmigo para lo que sea. Mientras, tomé entre mis dedos la liga de la tanga y la levanté un poco.
Fui para mi cuarto y, al entrar, me saqué la pollera y la musculosa y me quedé en tanga y corpiño, abrí el cajón de mi ropa interior y pude ver todo lo que habían estado haciendo, la calentura me pudo más, quería ver bien todas esas fotos, así que me saqué la tanga (que estaba toda húmeda), la dejé en la cama y me puse un culotte negro que había visto en las fotos que tenía puesto mi hijo y tomé una colaless y me la dejé en la mano, sin antes olerla, tenía un olor a hombre fuerte, seguro un poco a cada uno. Me acosté en la cama, tomé el celular y me puse a ver bien todas esas fotos. Había fotos de cada uno en tanga, posando en cuatro en la cama, abiertos de piernas dejando entrever sus miembros, varías de mi hijo con el pene, con una tanga enrollada, de Raúl en la boca. Sin darme cuenta ya tenía mi mano en la vagina, por arriba del culotte acariciándome.

Llegué a la parte de un video de mi hijo masturbando a Raúl para luego devorar su miembro con la boca hasta mas no poder. Vi ese video una y otra vez mientras seguía acariciándome dejando escapar algún que otro gemido, cuando oí la puerta del cuarto abrirse y a mi hijo diciendo. 
V: Perdón ma, no te dije pero no ordene tu cajón.
V: Uh! Perdón ma
Empezó a cerrar la puerta cuando le dije que esperase. Me senté rápido en la cama, dejando el celular a un lado e hice con la mano para que se siente al lado mío

V: Perdón ma, no quise entrar así solo te quería decir que no llegué a ordenar
G: No pasa nada amor, como te dije en tu cuarto, estoy para lo que necesites. Pero también sabé que mami necesita su intimidad y tiene sus necesidades.
V: Si ma, perdón.
G: Te molesta si te pregunto algo?
V: No, decime
G: Usaste esta bombacha hoy?
V: Ambas, je.
G: Mira, jaja. Que lindas te deben quedar. Y jugaste mucho que necesitabas tanto tiempo?
V: Quería sentir mi parte femenina, andar por la casa vestida y con vos me da vergüenza
G: Amor, como te va a dar vergüenza.
V: Es que me éxito mucho.
G: Pero está bien excitarse, yo recién estaba excitada
V: Perdón que te quite el momento.
G: No pasa nada, ya tendré oportunidad. Y decime, te masturbas? o también jugas con tu cola?
V: No, nunca, me da cosa, no sabría ni cómo hacerlo
G: Es fácil amor, siempre que lubriques bien y entres despacito, queres que te enseñe?
V: Me da vergüenza, yo sé lo que pasó la otra vez, pero no se. Como haríamos?
G: Es fácil, mira.

Tomé su pantalón y se lo saqué dejándolo solo en tanga, moví sus piernas de lado a lado dejándolas lo más abiertas posible y empecé lentamente a acariciar su entrepierna despacio hasta llegar a donde la tanga se le metía en la cola. Él, levantó se adelantó un poco hacia el borde de la cama para dejar su cola más maniobrable y así lentamente corrí un poco la tanga y llegué hasta su ano. Llevé mi mano a mi boca para lubricarla y luego volví al mismo lugar y muy despacio empecé a masajearlo. Él cerro sus ojos y apoyó ambos brazos en la cama, podía ver como su pene empezaba a escapar de la tanga mientras comenzaba a erectarse. Seguí un poco más hasta que lo penetré. Al hacerlo, largo un gemido hermoso que me excitó por todo mi cuerpo. Empecé a subir y bajar con mi dedo lentamente adentro suyo mientras veía como él arqueaba sus rodillas casi llevándolas al borde de la cama y su entre gemidos su pene ya estaba erecto. Yo no podía más de la calentura, sin pensarlo tome con mi otra mano y puse la bombacha rodeando su pene para masturbarlo. Seguí así un rato hasta que no pude más, me arrodille y me puse de frente a su pene, me acerque hasta tenerlo cerca de mis labios y con mi boca seguí lo que antes había hecho con la mano. Sentía el pene de mi hijo en mi boca por primera vez. Él se recostó en la cama y yo seguí, con un dedo en su cola y mi boca en su pene, hasta que no pudo más y acabó. Sentí los primeros chorros de semen en mi boca y luego deje que lo demás cayera en su panza. Se incorporó y le dije que se fuera a limpiar, dándole un beso en la mejilla. No hablamos más esa noche, pero yo (y él) me quedé con ganas de mucho más.

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