Parte 1: http://www.poringa.net/posts/relatos/4947237/Mi-esposa-con-el-contratista.html
Esa noche después de ver como Pedro y Nat cogían en la cochera de mi casa, me fui a dormir, me quede dormido inmediatamente y bastante a gusto. Al siguiente día mientras estaba en mi trabajo, pensaba en lo que había pasado en la noche, de alguna forma me sentía humillado, pero me sentía excitado, por eso pensé en dejarlo pasar y solo hacer como si nada hubiera pasado, haría de cuanta que no pasaba nada y esperaría a que con el tiempo se detuvieran. Durante todo ese mes seguí notando varias cosas, algunas noches Pedro volvía a cogerse a mi esposa, podía escuchar todo el ruido que hacían, otras ocasiones cuando llegaba a la casa había cosas fuera de lugar, las rodillas de mi esposa manchadas de polvo, manchas de semen en el suelo, incluso un día encontré una rastro de semen desde la oficina hasta el baño, obviamente era el semen que había escurrido de la vagina de Nat. Ocasionalmente me masturbaba para liberar el morbo que sentía. Una noche antes de irnos a dormir Nat hablo conmigo.
—Oye, ¿No crees que Pedro se esta tardando mucho?
—Si, pero el dijo que tardaría algo de tiempo — le conteste
—Es que estaba hablando con el y me comento que era por los tiempos de transporte, su casa queda algo lejos— en ese momento la mire un poco extrañado— Estaba pensando que el podría venir a quedarse en el cuarto de invitados.
—Crees que sea confiable?
—Eso creo, ademas entre mas pronto acabe, mas rápido se ira. Ademas solo se quedara entre semana.
Realmente no tenia una buena excusa para decir que no, así que termine aceptando. Esa misma semana se fue a quedar al cuarto de invitados. Por esos días tenia mucho trabajo, por lo que en cuento me acostaba me quedaba dormido, así que no note nada raro las primeras noches. Pero todo cambio a la semana siguiente, una noche escuche como abrían y cerraban la puerta de nuestro cuarto, cuando me desperté Nat no estaba, instantes después escuche como la puerta de la habitación de alado se abría, pensé en ir a ver que ocurría, pero de los nervios me quede acostado. Instante mas comencé a escuchar un golpeteo duro y constante, era tan fuerte que incluso hacia temblar la pared, haciendo que un mueble de mi recamara se agitara, casi se cae una lampara, pero rápido fui a acomodarla para que no pasara. Cuando me acerque a la pared pude escuchar unos sonidos, eran de mi esposa «ahh, mmmh, Aahh, Aahh, AAH!» cada golpe que se escuchaba venia acompañado de un gemido cada vez mas fuertes. Regrese a la cama, en ese momento todo se escuchaba a la perfección, no me pude contener y comencé a masturbarme. Como se la estaría cogiendo para que la cama golpeara de esa manera la pare?, en 4, de misionero, cabalgando, esta vez decidieron usar condón o lo hacen sin el, imaginarme todo eso me calentaba, mi esposa comenzó a gritar mas fuerte «Cogeme! Cogeme! Quiero sentir tu verga, oh si! Mas rápido, no te detengas, vente a dentro», imaginaba la cara que debía de tener, rápidamente me vine, pero ellos siguieron, seguía escuchando esos ruidos lujuriosos, por lo que me volví a masturbar, media hora después los sonido se detuvieron, supongo que se habían venido, 2 minutos después los sonidos regresaron y así estuvieron hasta las 4 de la mañana, yo igualmente me vine varias veces, cuando escuche que la puerta de la habitación se habría, me recosté, seguía con el pene duro, pero disimule lo mas que pude. Al día siguiente mientras Pedro trabajaba y Nat hacia de desayunar fui al cuarto de visitas, en el bote de basura había unos 10 condones, pero no solo eso, había manchas de semen por todas partes.
Ese mismo día mientras trabajaba decidí que quería ver todo lo que hacían. Un fin de semana mientras Nat salia, puse unas cuantas cámaras espiá, todas se conectaban a mi celular, incluso pude poner una en la oficina que estaba arreglando Pedro. El lunes estuve revisando las cámaras y no vi nada, se me hizo raro, lo mismo paro el martes y miércoles, hasta el jueves. Pedro y Nat se encontraron en la puerta del baño. Pedro beso a Nat y esta se dejo, pero cuando se separaron escuche lo que decían.
—Ya te dije que por unos días no podemos hacerlo — Le dijo Nat a Pedro.
—¿No quieres esto? —Pedro puso la mano de Nat en su bulto
—Si pero mi esposo puede que este sospechando. No se como no nos escucho la ultima noche con todo el ruido que hicimos.
Yo estaba ansioso, quería verlos en acción. Esa noche cuando me fui a acostar lo hice con unos audífonos puesto, fingiendo escuchar música, los audífonos no tenían sonido, así que cuando ya todo estaba a oscuras escuche a mi esposa hablarme y moverme, cuando vio que no respondía se levanto y salio del cuarto. En ese momento agarre mi celular y vi las cámaras. Vi como Nat entro en el cuarto de invitados, Pedro estaba dormido, ella se acerco y comenzó a quitarle las cobijas, el estaba desnudo y tenia la verga erecta, Nat comenzó a a mamarse la. Pedro se despertó —¿Que paso con tu esposo?— le pregunto a Nat.
—El cornudo esta dormido con audífonos, no se dará cuenta.
Ella siguió mamando, cuando se vino en su boca, se acomodaron, ella se quito la ropa y se puso en 4, el saco un condón, pero ella lo interrumpió, se lo quito y lo aventó, con su mano tomo su verga y la acomodo en la entrada de su vagina. El la tomo por las nalgas y de una envestida se la metió toda, se escucho el choque de la cama contra la pared y un chillido de mi esposa. Comenzaron a coger tan duro como la otra vez, mi esposa era una lujuriosa, no se si realmente le gustaba como la cogía o al igual que a mi le excitaba saber que estaba con otro hombre. «Dame duro papi!, llename de tu leche, MAS! MAS!» le gritaba obscenidades, pedro la tomo de su pelo con una mano y con la otras la nalgueaba, podía ver las manos marcadas en sus nalgas. Ella se vino varias veces y después de una hora el se vino también, ella se la mamo de nuevo, cambiaron de pose ya hora ella le cabalgo, veía como sus hermosas tetas rebotaban y no solo se movía de arriba a abajo, también movía sus caderas hacia los lados, esto hacia que tanto ella como el se vinieran varias veces. Volvieron a cambiar y ahora se la cogió de misionero, Me encantaba ver como sus piernas se retorcían de placer y como es que se tensaban cada que acababa, podía ver como la verga de pedro entraba y salia de la vagina de Nat y cada que el se venia podía ver como bombeaba el semen dentro de la vagina de mi querida esposa, en esa pose estuvieron por unas dos horas. Por ultimo ella se acostó boca abajo, con las piernas cerradas, se agarro de la cabecera, el se subió en ella y se apoyo en la cabecera igual. Yo había intentando hacerlo con ella una vez, pero mi pene no era tan largo. Sin embargo el de el entraba mas de lo necesario, en un solo movimiento se la metió hasta donde pudo, comenzó a cogerla y ella puso caras extrañas, ahora el colchón rechinaba y la cama golpeaba la pared con mas fuerza que antes, haciendo que incluso la cama donde yo estaba temblara. Fue bastante rápido pero muy frenético, yo esperaba que duraran ahí bastante, pero lo hacían tan duro que acabaron en seguida, de nuevo Pedro bombeo su semen dentro de mi esposa, eso paria gustarle a mi esposa. Se recostaron y un par de minutos después ella se paro para ponerse la ropa y salir del cuarto. En ese momento se me ocurrió algo que me daría mucho morbo, me pare y justo cuando vi que ella iba a salir del cuarto yo salí igual. Fingí estar medio despierto, como si todo ese tiempo hubiera dormido, aun que podía ver y razonar todo perfectamente, aun traía los audífonos puestos para que ella pensara que no escuche nada, ella estaba saliendo del cuarto de Pedro, aun le faltaba el aliento, su pelo estaba revuelto, olía a sexo, su ropa interior estaba un poco manchada de semen, cuando me vio pareció sorprenderse.
—¿Que paso amor?— le pregunte haciendo me el medio dormido
—Nada, es que escuche un ruido— me dijo soltándome una sonrisa— ¿tu que haces?
—Vine al baño
Yo traía el pene recto y se notaba a través de mi pantalón, ella lo miro, sonrió y me metió al baño. Me dio una mamada, yo la miraba a los ojos mientras pensaba en como se la cogía Pedro. No tarde mucho en venirme y en soltar una carga de semen mas grande de lo que había hecho en toda mi vida sobre su cara, verla así me encanto —Vete a dormir en lo que me limpio— me dijo ella. Yo me fui a acostar y dormí mejor que nunca.
Al siguiente día, ella estaba muy contenta, alegre. Yo regrese al cuarto de invitados, la cama aun seguía mojada por los squirts de mi novia y de las fuertes embestidas que le dieron a mi esposa, la pared estaba lastimada en los puntos en los que la cabecera chocaba.
Mi esposa me acompaño al auto para irme a trabajar. Cuando salimos nos encontramos a una vecina llamada Carolina, era una señora algo madura de unos 38 años, es algo reservada y siempre anda con vestidos súper largos y poco reveladores.
—Buenos días vecinos, se la pasaron bien a noche verdad? — parecía un poco molesta— no dejaron dormir con todo esos gritos — yo puse cara de confundido
—No es eso, lo siento mucho es que anoche me puse a ver un película de terror algo fuerte— contesto rápidamente mi esposa algo nerviosa— Pero tu estabas dormido con los audífonos amor, por eso no escuchaste.
Claro que había escuchado y había escuchado muy bien. Este mismo truco lo aplique varias veces las siguiente dos semanas, siempre los escuchaba coger de noche mientras yo me complacía.
Esa noche después de ver como Pedro y Nat cogían en la cochera de mi casa, me fui a dormir, me quede dormido inmediatamente y bastante a gusto. Al siguiente día mientras estaba en mi trabajo, pensaba en lo que había pasado en la noche, de alguna forma me sentía humillado, pero me sentía excitado, por eso pensé en dejarlo pasar y solo hacer como si nada hubiera pasado, haría de cuanta que no pasaba nada y esperaría a que con el tiempo se detuvieran. Durante todo ese mes seguí notando varias cosas, algunas noches Pedro volvía a cogerse a mi esposa, podía escuchar todo el ruido que hacían, otras ocasiones cuando llegaba a la casa había cosas fuera de lugar, las rodillas de mi esposa manchadas de polvo, manchas de semen en el suelo, incluso un día encontré una rastro de semen desde la oficina hasta el baño, obviamente era el semen que había escurrido de la vagina de Nat. Ocasionalmente me masturbaba para liberar el morbo que sentía. Una noche antes de irnos a dormir Nat hablo conmigo.
—Oye, ¿No crees que Pedro se esta tardando mucho?
—Si, pero el dijo que tardaría algo de tiempo — le conteste
—Es que estaba hablando con el y me comento que era por los tiempos de transporte, su casa queda algo lejos— en ese momento la mire un poco extrañado— Estaba pensando que el podría venir a quedarse en el cuarto de invitados.
—Crees que sea confiable?
—Eso creo, ademas entre mas pronto acabe, mas rápido se ira. Ademas solo se quedara entre semana.
Realmente no tenia una buena excusa para decir que no, así que termine aceptando. Esa misma semana se fue a quedar al cuarto de invitados. Por esos días tenia mucho trabajo, por lo que en cuento me acostaba me quedaba dormido, así que no note nada raro las primeras noches. Pero todo cambio a la semana siguiente, una noche escuche como abrían y cerraban la puerta de nuestro cuarto, cuando me desperté Nat no estaba, instantes después escuche como la puerta de la habitación de alado se abría, pensé en ir a ver que ocurría, pero de los nervios me quede acostado. Instante mas comencé a escuchar un golpeteo duro y constante, era tan fuerte que incluso hacia temblar la pared, haciendo que un mueble de mi recamara se agitara, casi se cae una lampara, pero rápido fui a acomodarla para que no pasara. Cuando me acerque a la pared pude escuchar unos sonidos, eran de mi esposa «ahh, mmmh, Aahh, Aahh, AAH!» cada golpe que se escuchaba venia acompañado de un gemido cada vez mas fuertes. Regrese a la cama, en ese momento todo se escuchaba a la perfección, no me pude contener y comencé a masturbarme. Como se la estaría cogiendo para que la cama golpeara de esa manera la pare?, en 4, de misionero, cabalgando, esta vez decidieron usar condón o lo hacen sin el, imaginarme todo eso me calentaba, mi esposa comenzó a gritar mas fuerte «Cogeme! Cogeme! Quiero sentir tu verga, oh si! Mas rápido, no te detengas, vente a dentro», imaginaba la cara que debía de tener, rápidamente me vine, pero ellos siguieron, seguía escuchando esos ruidos lujuriosos, por lo que me volví a masturbar, media hora después los sonido se detuvieron, supongo que se habían venido, 2 minutos después los sonidos regresaron y así estuvieron hasta las 4 de la mañana, yo igualmente me vine varias veces, cuando escuche que la puerta de la habitación se habría, me recosté, seguía con el pene duro, pero disimule lo mas que pude. Al día siguiente mientras Pedro trabajaba y Nat hacia de desayunar fui al cuarto de visitas, en el bote de basura había unos 10 condones, pero no solo eso, había manchas de semen por todas partes.
Ese mismo día mientras trabajaba decidí que quería ver todo lo que hacían. Un fin de semana mientras Nat salia, puse unas cuantas cámaras espiá, todas se conectaban a mi celular, incluso pude poner una en la oficina que estaba arreglando Pedro. El lunes estuve revisando las cámaras y no vi nada, se me hizo raro, lo mismo paro el martes y miércoles, hasta el jueves. Pedro y Nat se encontraron en la puerta del baño. Pedro beso a Nat y esta se dejo, pero cuando se separaron escuche lo que decían.
—Ya te dije que por unos días no podemos hacerlo — Le dijo Nat a Pedro.
—¿No quieres esto? —Pedro puso la mano de Nat en su bulto
—Si pero mi esposo puede que este sospechando. No se como no nos escucho la ultima noche con todo el ruido que hicimos.
Yo estaba ansioso, quería verlos en acción. Esa noche cuando me fui a acostar lo hice con unos audífonos puesto, fingiendo escuchar música, los audífonos no tenían sonido, así que cuando ya todo estaba a oscuras escuche a mi esposa hablarme y moverme, cuando vio que no respondía se levanto y salio del cuarto. En ese momento agarre mi celular y vi las cámaras. Vi como Nat entro en el cuarto de invitados, Pedro estaba dormido, ella se acerco y comenzó a quitarle las cobijas, el estaba desnudo y tenia la verga erecta, Nat comenzó a a mamarse la. Pedro se despertó —¿Que paso con tu esposo?— le pregunto a Nat.
—El cornudo esta dormido con audífonos, no se dará cuenta.
Ella siguió mamando, cuando se vino en su boca, se acomodaron, ella se quito la ropa y se puso en 4, el saco un condón, pero ella lo interrumpió, se lo quito y lo aventó, con su mano tomo su verga y la acomodo en la entrada de su vagina. El la tomo por las nalgas y de una envestida se la metió toda, se escucho el choque de la cama contra la pared y un chillido de mi esposa. Comenzaron a coger tan duro como la otra vez, mi esposa era una lujuriosa, no se si realmente le gustaba como la cogía o al igual que a mi le excitaba saber que estaba con otro hombre. «Dame duro papi!, llename de tu leche, MAS! MAS!» le gritaba obscenidades, pedro la tomo de su pelo con una mano y con la otras la nalgueaba, podía ver las manos marcadas en sus nalgas. Ella se vino varias veces y después de una hora el se vino también, ella se la mamo de nuevo, cambiaron de pose ya hora ella le cabalgo, veía como sus hermosas tetas rebotaban y no solo se movía de arriba a abajo, también movía sus caderas hacia los lados, esto hacia que tanto ella como el se vinieran varias veces. Volvieron a cambiar y ahora se la cogió de misionero, Me encantaba ver como sus piernas se retorcían de placer y como es que se tensaban cada que acababa, podía ver como la verga de pedro entraba y salia de la vagina de Nat y cada que el se venia podía ver como bombeaba el semen dentro de la vagina de mi querida esposa, en esa pose estuvieron por unas dos horas. Por ultimo ella se acostó boca abajo, con las piernas cerradas, se agarro de la cabecera, el se subió en ella y se apoyo en la cabecera igual. Yo había intentando hacerlo con ella una vez, pero mi pene no era tan largo. Sin embargo el de el entraba mas de lo necesario, en un solo movimiento se la metió hasta donde pudo, comenzó a cogerla y ella puso caras extrañas, ahora el colchón rechinaba y la cama golpeaba la pared con mas fuerza que antes, haciendo que incluso la cama donde yo estaba temblara. Fue bastante rápido pero muy frenético, yo esperaba que duraran ahí bastante, pero lo hacían tan duro que acabaron en seguida, de nuevo Pedro bombeo su semen dentro de mi esposa, eso paria gustarle a mi esposa. Se recostaron y un par de minutos después ella se paro para ponerse la ropa y salir del cuarto. En ese momento se me ocurrió algo que me daría mucho morbo, me pare y justo cuando vi que ella iba a salir del cuarto yo salí igual. Fingí estar medio despierto, como si todo ese tiempo hubiera dormido, aun que podía ver y razonar todo perfectamente, aun traía los audífonos puestos para que ella pensara que no escuche nada, ella estaba saliendo del cuarto de Pedro, aun le faltaba el aliento, su pelo estaba revuelto, olía a sexo, su ropa interior estaba un poco manchada de semen, cuando me vio pareció sorprenderse.
—¿Que paso amor?— le pregunte haciendo me el medio dormido
—Nada, es que escuche un ruido— me dijo soltándome una sonrisa— ¿tu que haces?
—Vine al baño
Yo traía el pene recto y se notaba a través de mi pantalón, ella lo miro, sonrió y me metió al baño. Me dio una mamada, yo la miraba a los ojos mientras pensaba en como se la cogía Pedro. No tarde mucho en venirme y en soltar una carga de semen mas grande de lo que había hecho en toda mi vida sobre su cara, verla así me encanto —Vete a dormir en lo que me limpio— me dijo ella. Yo me fui a acostar y dormí mejor que nunca.
Al siguiente día, ella estaba muy contenta, alegre. Yo regrese al cuarto de invitados, la cama aun seguía mojada por los squirts de mi novia y de las fuertes embestidas que le dieron a mi esposa, la pared estaba lastimada en los puntos en los que la cabecera chocaba.
Mi esposa me acompaño al auto para irme a trabajar. Cuando salimos nos encontramos a una vecina llamada Carolina, era una señora algo madura de unos 38 años, es algo reservada y siempre anda con vestidos súper largos y poco reveladores.
—Buenos días vecinos, se la pasaron bien a noche verdad? — parecía un poco molesta— no dejaron dormir con todo esos gritos — yo puse cara de confundido
—No es eso, lo siento mucho es que anoche me puse a ver un película de terror algo fuerte— contesto rápidamente mi esposa algo nerviosa— Pero tu estabas dormido con los audífonos amor, por eso no escuchaste.
Claro que había escuchado y había escuchado muy bien. Este mismo truco lo aplique varias veces las siguiente dos semanas, siempre los escuchaba coger de noche mientras yo me complacía.
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