Hace más o menos un mes, llegó a casa mi esposo acompañado de un primo de él, el cual yo no conocía.
Como llegaron casi de madrugada, por haber estado conduciendo toda la noche, yo no los vi, porque ya a esa hora me encontraba dormida.
Al día siguiente, cuando se levantó mi esposo, me comentó que había traído su primo a casa, mientras conseguía a donde mudarse.
Mi esposo, como que se despertó con muchas ganas de coger ya que apenas abrí los ojos, él sin tan siquiera decirme nada más de su viaje y de su primo, separó mis piernas, y sin más ni más me lo enterró dentro de mi concha
En ese momento, procuré no molestarme, ya que hay ocasiones en que disfruto y mucho que me haga eso, pero esa no fue una de esas veces.
Ya que al poco rato se vino, y casi de inmediato se levantó, se dio una ducha, se vistió, desayunó, y se marchó, sin decirme más nada, para ir a su trabajo, dejándome con las piernas abiertas, todo mi concha lleno de semen, y sin haber disfrutado nada en lo absoluto.
me fui al baño me di una buena ducha, y bien molesta con mi marido, antes de marcharme al negocio decidí limpiar algo la casa.
, así que tal y como me encontraba, solamente me puse una de mis, muy usadas batas caseras, unas chancletas, y me dediqué a limpiar, antes de volver a darme una ducha y vestirme para marcharme a mi negocio.
Realmente apenas había comenzado, cuando barriendo pasé frente a la habitación donde dormía el primo de mi marido, como la puerta estaba abierta, me asomé.
Él se encontraba durmiendo a pierna suelta, completamente desnudo, yo la verdad es que me dio algo de curiosidad, y entré a la habitación, para verlo mejor, y justo cuando estaba saliendo, me di cuenta de que su miembro era bastante grande.
Por lo que entendí que estaba por despertase en cualquier momento, así que salí, y haciéndome la loca, continúe barriendo por toda la casa.
Al poco rato lo sentí levantarse, entrar al baño, enjuagarse la boca, y hasta lo escuché como orinaba, y se duchaba.
Luego al asomarme al pasillo, lo encontré saliendo del baño, completamente mojado, algo confundido, con apenas una toalla puesta alrededor de su cintura, y bajo la cual se marcaba aun, con suma facilidad, su tremendo miembro.
Él se encontraba de frente a mí, algo distraído, así que cuando lo saludé dándole los buenos días, se asustó.
O mejor dicho como que no esperaba que hubiera alguien en casa,
El primo de mi esposo se me acercó, tanto que prácticamente me acorraló contra la pared, yo la verdad que estuve a punto de decirle que se quedase quieto que yo era la esposa de su primo.
Pero acordándome de lo que vi en el cuarto, algo dentro de mí, o mejor dicho algo dentro de mi concha me comenzó a picar.
Y como mi marido me había vuelto a dejar, tremendamente insatisfecha, no le di mucha cabeza al asunto.
Así que apenas él se me acercó más, yo de manera descuidada, dejé que la bata quede abierta abriese, dejando que se diera cuenta que, bajo ella no llevaba más nada.
El primo de mi marido me tomó entre sus brazos, sin que yo le ofreciera resistencia alguna.
Digo, gracias a Dios que se debió enjuagar la boca con desinfectante bucal, ya que cuando me besó a eso era que sabía su boca.
Sentí su lengua enterrándose dentro de mi boca, mientras sus manos comenzaron a acariciar todo mi cuerpo por dentro de mi bata.
Colocando mis manos sobre su cabeza, la restregué infinidad de veces contra mi concha , hasta que él me hizo disfrutar de un orgasmo como hacía mucho tiempo no lo disfrutaba.
Yo quedé completamente satisfecha, pero a la vez muy deseosa de que continuase son sus intenciones.
Así que lo agarré de la mano, y tras dejar caer mi bata al piso, lo conduje a la cama de mi esposo y mía, la que recién yo había tendido.
No bien entramos la habitación, me tiré sobre la cama, y colocándome boca arriba separé mis piernas, al tiempo que con mi dedo índice le hice señas de que se me acercase.
Eso le bastó a él para que se me tirase encima, en cosa de pocos segundos mientras nos besábamos de manera ardiente, sentí como su buen trozo de carne, se fue enterrando placenteramente dentro de mí.
Y no es que yo sea una cualquiera, para acostarme con el primero que aparezca, pero en el estado en que me encontraba, mucho aguanté después de que lo vi completamente desnudo en la cama.
Mi amante, me volvió a producir un gran placer, tan diferente a mi esposo que una vez que lo mete, basta que apenas me mueva un poquito, para que él se dé por satisfecho.
Lo cierto es que prácticamente estuvimos casi toda la mañana revolcándonos en mi cama, sin que él siquiera sospechase quien era yo realmente.
En una de esas, fui yo la que le mamó su verga, y fui yo la que en agradecimiento hasta dejé que me diera salvajemente por el culo.
Ya cerca del mediodía, tras ducharnos, y él retirarse al cuarto donde había dormido, yo me vestí, y al salir del cuarto fue que se dio cuenta de quien yo era.
Lo que me produjo mucha gracia, ya que vi cómo se asustó al darse cuenta, de que era la esposa de su primo y no su sirvienta.
El primo de mi marido no ha vuelto por casa, aunque ocasionalmente nos encontramos, sin que mi esposo se enteré,
Como llegaron casi de madrugada, por haber estado conduciendo toda la noche, yo no los vi, porque ya a esa hora me encontraba dormida.
Al día siguiente, cuando se levantó mi esposo, me comentó que había traído su primo a casa, mientras conseguía a donde mudarse.
Mi esposo, como que se despertó con muchas ganas de coger ya que apenas abrí los ojos, él sin tan siquiera decirme nada más de su viaje y de su primo, separó mis piernas, y sin más ni más me lo enterró dentro de mi concha
En ese momento, procuré no molestarme, ya que hay ocasiones en que disfruto y mucho que me haga eso, pero esa no fue una de esas veces.
Ya que al poco rato se vino, y casi de inmediato se levantó, se dio una ducha, se vistió, desayunó, y se marchó, sin decirme más nada, para ir a su trabajo, dejándome con las piernas abiertas, todo mi concha lleno de semen, y sin haber disfrutado nada en lo absoluto.
me fui al baño me di una buena ducha, y bien molesta con mi marido, antes de marcharme al negocio decidí limpiar algo la casa.
, así que tal y como me encontraba, solamente me puse una de mis, muy usadas batas caseras, unas chancletas, y me dediqué a limpiar, antes de volver a darme una ducha y vestirme para marcharme a mi negocio.
Realmente apenas había comenzado, cuando barriendo pasé frente a la habitación donde dormía el primo de mi marido, como la puerta estaba abierta, me asomé.
Él se encontraba durmiendo a pierna suelta, completamente desnudo, yo la verdad es que me dio algo de curiosidad, y entré a la habitación, para verlo mejor, y justo cuando estaba saliendo, me di cuenta de que su miembro era bastante grande.
Por lo que entendí que estaba por despertase en cualquier momento, así que salí, y haciéndome la loca, continúe barriendo por toda la casa.
Al poco rato lo sentí levantarse, entrar al baño, enjuagarse la boca, y hasta lo escuché como orinaba, y se duchaba.
Luego al asomarme al pasillo, lo encontré saliendo del baño, completamente mojado, algo confundido, con apenas una toalla puesta alrededor de su cintura, y bajo la cual se marcaba aun, con suma facilidad, su tremendo miembro.
Él se encontraba de frente a mí, algo distraído, así que cuando lo saludé dándole los buenos días, se asustó.
O mejor dicho como que no esperaba que hubiera alguien en casa,
El primo de mi esposo se me acercó, tanto que prácticamente me acorraló contra la pared, yo la verdad que estuve a punto de decirle que se quedase quieto que yo era la esposa de su primo.
Pero acordándome de lo que vi en el cuarto, algo dentro de mí, o mejor dicho algo dentro de mi concha me comenzó a picar.
Y como mi marido me había vuelto a dejar, tremendamente insatisfecha, no le di mucha cabeza al asunto.
Así que apenas él se me acercó más, yo de manera descuidada, dejé que la bata quede abierta abriese, dejando que se diera cuenta que, bajo ella no llevaba más nada.
El primo de mi marido me tomó entre sus brazos, sin que yo le ofreciera resistencia alguna.
Digo, gracias a Dios que se debió enjuagar la boca con desinfectante bucal, ya que cuando me besó a eso era que sabía su boca.
Sentí su lengua enterrándose dentro de mi boca, mientras sus manos comenzaron a acariciar todo mi cuerpo por dentro de mi bata.
Colocando mis manos sobre su cabeza, la restregué infinidad de veces contra mi concha , hasta que él me hizo disfrutar de un orgasmo como hacía mucho tiempo no lo disfrutaba.
Yo quedé completamente satisfecha, pero a la vez muy deseosa de que continuase son sus intenciones.
Así que lo agarré de la mano, y tras dejar caer mi bata al piso, lo conduje a la cama de mi esposo y mía, la que recién yo había tendido.
No bien entramos la habitación, me tiré sobre la cama, y colocándome boca arriba separé mis piernas, al tiempo que con mi dedo índice le hice señas de que se me acercase.
Eso le bastó a él para que se me tirase encima, en cosa de pocos segundos mientras nos besábamos de manera ardiente, sentí como su buen trozo de carne, se fue enterrando placenteramente dentro de mí.
Y no es que yo sea una cualquiera, para acostarme con el primero que aparezca, pero en el estado en que me encontraba, mucho aguanté después de que lo vi completamente desnudo en la cama.
Mi amante, me volvió a producir un gran placer, tan diferente a mi esposo que una vez que lo mete, basta que apenas me mueva un poquito, para que él se dé por satisfecho.
Lo cierto es que prácticamente estuvimos casi toda la mañana revolcándonos en mi cama, sin que él siquiera sospechase quien era yo realmente.
En una de esas, fui yo la que le mamó su verga, y fui yo la que en agradecimiento hasta dejé que me diera salvajemente por el culo.
Ya cerca del mediodía, tras ducharnos, y él retirarse al cuarto donde había dormido, yo me vestí, y al salir del cuarto fue que se dio cuenta de quien yo era.
Lo que me produjo mucha gracia, ya que vi cómo se asustó al darse cuenta, de que era la esposa de su primo y no su sirvienta.
El primo de mi marido no ha vuelto por casa, aunque ocasionalmente nos encontramos, sin que mi esposo se enteré,
2 comentarios - por dejarme caliente mi marido