You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Siendo la esclava de mi Yerno

Con El Sello De Placer y Morbo…
Me llamo Maria, soy una mujer de 50 años, divorciada, vivía con mi hija y su esposo hasta que hace algunos meses mi hija murió de un paro cardiaco. Dicen que aun a pesar de mi edad soy una mujer bastante atractiva, soy de pelo rubio, y ojos verdes felino, de piel blanca que cuido bien, no me gusta mucho la playa y eso, si la piscina claro pero siempre me cuido la piel de los peligrosos rayos solares, hay quemaduras horribles y el cáncer y… en fin sigo describiéndome, de estatura decente 1.73m, tengo un culo muy deseable, que se llama demasiado la atención, mis pechos decente aunque si… grandes, eran grandes y redondos, digamos una talla 109 por lo menos y aun con unos leves kilos de más, mis medias son 109-64-98. Yo en realidad no me veo nada fuera de lo común, soy de altura decente, cabello por los hombros, el cual peino de moño conservadoramente, no soy gordita, mi cuerpo es proporcionado y debido a la edad ha ido adquiriendo la madurez que solo el tiempo da y bueno me gusta mucho el baile y el ejerció y me mantengo en forma, mis caderas son anchas mi trasero aun firme, mis senos son grandes como ya les dije…
Una pequeña explicación le ayudara probablemente a entender lo que les voy a contar, mi marido era un hombre completamente dominante, el cual manejaba totalmente cada aspecto de mi vida. Nunca fui feliz en mi matrimonio, la única felicidad que me dio mi unión marital fue mi hija, la cual ahora perdí. Desde que mi hija se casó con su esposo decidieron vivir en nuestra casa, por lo que era muy común que ambos notasen la forma en que mi marido me trataba, siempre haciendo de mí su juguete el cual movía a su gusto, hacia conmigo lo que quería, imponiendo siempre su voluntad aun incluso delante de mi hija y su marido.
Hace dos años, me abandono por irse con una mujer mucho más joven con la cual sabia, había andado desde hacía bastante tiempo pero por mi temor no había dicho nada, siempre había guardado silencio, conformándome con recibir de él muy poca atención. Recibí de mi hija y su marido todo el apoyo que necesite para superar esa difícil situación, con el tiempo me fui resignando a ser una mujer abandonada por su marido. Pero de nuevo la tragedia llego a mi casa y esta vez aún fue más dolorosa, mi hija moría repentinamente de un paro cardiaco, dejándonos solos a su esposo y a mí. Es aquí donde empieza la historia que les voy a contar.
Lucas el esposo de mi difunta hija siempre fue un hombre respetuoso y responsable, a sus 29 años era el esposo modelo siempre trato a mi hija de forma excelente, además era hogareño y cariñoso, quien se hizo cargo de la manutención de la casa cuando mi marido me dejo. Aunque fue muy duro superar la pérdida de mi hija, poco a poco me fui acostumbrando a convivir con él, trataba de atenderlo en todo lo que podía, tratando de recompensar de alguna manera que se preocupara por mí aun después de que su esposa había muerto y ya no tenía ninguna obligación para conmigo. Pero creo que algo había permanecido oculto dentro de mi yerno desde que mi esposo me abandono, creo que todo lo que había visto de la dominante relación de mi marido sobre mi había causado un efecto en él que yo desconocía.
Como ya les dije Lucas era un hombre muy responsable que contribuía en la casa con todo cuanto podía, yo me sentía feliz de convivir con él pues me agradaba su compañía, aunque no era un familiar directo me sentía protegida por él. Pero hace tres semanas todo cambio, en la víspera de navidad mi yerno me informo que le habían ofrecido un mejor empleo en otra ciudad lejana de donde vivíamos, y que pensaba aceptarlo, ¡Me horrorice! Ante la posibilidad de que mi yerno se fuera de la casa dejándome completamente solitaria. Me comento que le gustaría saber que pensaba yo de la posibilidad de que tuviera que marcharse a trabajar lejos, ahora creo que mi yerno me pregunto esto porque sabía exactamente cuál sería mi reacción, sabía que me había vuelto muy dependiente de él, pienso que mi yerno sabía que haría cualquier cosa para que él reconsiderara su decisión de marcharse. Estábamos en la sala, empecé a hablarle a mi yerno pidiéndole y suplicándole que no se fuera, trate de justificar mis palabras diciéndole que me preocupaba por él, mi yerno me escuchaba callado, parecía que estaba completamente decidido a aceptar el empleo.
--Por favor Lucas. -Suplique. --Piense lo que está haciendo… ese trabajo puede parecer más bueno pero piense, que va a hacer solitario en una ciudad nueva y desconocida, quien se va a ocupar de atenderlo.
--Si señora, lo sé, pero debo pensar en mi futuro, en rehacer mi vida, en buscar una nueva mujer, aun soy joven y sé que puedo conseguir una buena mujer aun, sé que es difícil para usted, pero debo pensar en mí, sé que siente temor de que me vaya de esta casa y de su vida, porque soy su compañía, ¿verdad señora? -pregunto mi yerno.
Lucas tenía razón, me sentía llena de terror de quedar solitaria, él era mi única compañía, aunque nuestro trato era poco, para mí era menos difícil llevar mi vida sabiendo que por lo menos quedaba alguien que de cierta manera se preocupaba por mí, me sentía útil pudiendo ayudarlo, teniendo su comida lista cuando regresaba del trabajo, lavando su ropa y ocupándome de cuanto podía, me había acostumbrado a compartir con él, no podía imaginar lo que haría sola en aquella casa, sin más compañía que las paredes que me rodeaban, tenía que admitirlo. Intentando recuperar la calma, limpie las lágrimas de mis ojos y cabecee.
--¡SI! Es cierto, pero es acaso incorrecto que una suegra se preocupe por cuidar de su yerno, y ocuparse de sus necesidades, además no resisto la idea de quedarme sola. -Confesé. Lucas me miro de forma seria.
--Le diré que es lo incorrecto de eso. -Me dijo.
--Soy un hombre joven y sinceramente estoy cansado de vivir en la casa de mi suegra, necesito un lugar propio, un lugar donde yo sea el jefe, deseo vivir de nuevo con una mujer, la cual haga lo que le diga y cuando se lo diga. -Continuo.
Empecé a llorar de nuevo, en parte porque sabía que era cierto y aunque muchas veces lo había pensado, creí que nunca llegaría el momento, sabía que mi yerno era un hombre joven, y que probablemente desearía rehacer su vida, era verdad lo que decía, no sabía que más decirle.
--Por favor… -Le suplique, sabiendo que mi esfuerzo era en vano. --¿No hay ninguna cosa que pueda hacerlo desistir de su decisión y que lo haga quedarse aquí?
Entonces mi yerno sonrió, era una expresión calculadora, una que me hizo sentir miedo, su mirada cambio, de pronto notaba un extraño brillo en sus ojos.
Mi yerno Lucas, se lo describiré: de ojos verde mar profundo, cabello negro azabache, piel blanca algo bronceada, de 1.89m de estatura de cuerpo atlético, musculoso, de brazos y piernas, largas tonificadas y musculosos, pues practico mucho deporte, como Boxeo, Basquetbol o Natación Etc… abdomen marcado, pectorales fuerte grandes hombros, espalda ancha, con pies y manos grandes y avilés, vos fuertes, de actitud segura y decidida.
--Bueno suegra. -Dijo sonriendo. --Quizás puede haber una cosa que usted podría hacer que posiblemente me haría reconsiderar mi decisión de irme, digo reconsiderar porque no podría garantizarle que sería definitivo. -Entonces nerviosamente pregunte.
--Por favor dígame que es, ¿Haré cualquier cosa que me usted me diga?
Sonrió aún más mientras se levantaba del sofá donde se encontraba, y caminando unos pasos se sentó a mi lado en el sofá grande. Entonces lentamente me hablo.
--¿Usted quiere que me quede suegra? -pregunto.
--¡Sí, claro que si Lucas! -Respondí suavemente.
--¿Y usted haría cualquier cosa para que me quedara? -pregunto de nuevo.
--Sí. -Respondí nerviosamente.
Estaba asustada de a dónde podía conducir su pregunta, escuchaba el tono de las palabras de mi yerno y no podía dejar de sentir un gran temor, de pronto parecía reconocer la misma actitud que tenía mi marido cuando se proponía algo.
--Siempre me he preocupado por atenderlo de la mejor manera en todo cuanto he podido. -Agregue.
--Si lo sé. -Continuo. --Pero bueno, hay una necesidad de la cual usted nunca se ha ocupado suegra, y ahora si usted quiere que permanezca aquí, eso va a tener que cambiar, de hecho todo tendría que cambiar drásticamente si me quedo.
-¿Una necesidad de que? -balbucee temiendo lo peor. --¡Le he dicho que haré lo que usted quiera! -Su sonrisa se ensancho aún más y entonces hablo.
--Veamos entonces.
Al decir esto, Lucas alargo su brazo y puso su mano sobre uno de mis senos, y empezó a acariciarlo suavemente. Me sorprendí y me aterrorice congelándome de la impresión, esto era aún peor de lo que temía, estaba tan impresionada que no podía reaccionar. Mi yerno, el esposo de mi difunta hija, un hombre mucho más joven que yo, y quien siempre me respeto, ahora acariciaba mis senos. Jamás hubiera imaginado aquello. Creo que mi yerno pensó que mi reacción inmóvil, era una aceptación, porque se inclinó sobre mí para besarme, esto hizo que mi mente reaccionara de nuevo. Antes de que sus labios se pegaran a los míos, hable suplicante.
-Dios no, no… No por favor… no lo haga… esto es incorrecto yo soy su suegra, por favor no puede hacer esto.
Entonces mi yerno se detuvo inmediatamente retirando su mano de mi pecho, su mirada se hizo fría y sus gestos más serios.
--No la voy a forzar a nada señora. -Hablo secamente. --Ahora sabe cuál es la opción, a menos que quiera que me levante y me vaya de aquí… usted me ofrecerá lo que deseo por su propia voluntad, tendrá que convencerme de quedarme, usted dijo que haría cualquier cosa para eso, pues bien es el momento de demostrarlo.
No era una pesadilla, lo que estaba sucediendo era completamente real, y tenía que tomar una terrible decisión Entregarme a mi yerno incondicionalmente o quedarme completamente sola, sabia por la forma en que se comportaba que este era como mi marido no bromeaba en lo que decía. Así que aun con mi cabeza llena de miedo, vergüenza y remordimientos levante mi cabeza y sumisamente le hable.
--Haré lo que usted quiera. -El temor a quedarme sola era mayor que todo.
Mi yerno volvió a sonreír, sin importarle toda la vergüenza, el horror y la tristeza que yo sentía en ese momento.
--Entonces suegra ahora demuéstreme que desea que me quede y creo que es mejor que haga su mejor esfuerzo en convencerme. -Dijo autoritariamente.
Sintiendo que mi corazón se rompía y que la vergüenza y la humillación llenaba cada pulgada de mi cuerpo y de mi mente, me levante del sofá y comencé a desnudarme. Lucas me miro, sus ojos brillaban mientras recorrían mis desnudos senos y el arbusto de mi vello púbico que cubría mi vagina. Totalmente desnuda me arrodille frente a mi yerno.
--Por favor déjeme servirle Lucas. -Suplique sollozando, casi estrangulada por mis vergonzosas palabras. --Deseo pertenecerle a usted, quiero que me deje satisfacerlo en todo, deseo ser su esclava, le aseguro que le obedeceré completamente. -Continué.
Mis mejillas ardían de vergüenza, incline mi cabeza sumisamente esperando que mis palabras lo hubiesen convencido, satisfaciendo su necesidad de dominarme completamente. Mi yerno sonrió otra vez, la satisfacción se notaba en su rostro, Había ganado, había logrado someterme a su voluntad. Entonces tomándome del brazo mi yerno me levanto sentándome a su lado en el sofá.
--Inclínese suegra y separe sus piernas. -Me ordeno. --Deseo examinarla.
Hice lo que me dijo, completamente avergonzada por la humillación que sentía, mi yerno se inclinó sobre mi desnudo cuerpo y coloco su boca sobre la mía, deseaba luchar, resistirme, empujarlo lejos de mí, pero sabía que no sería lo mejor, en lugar de hacer esto, separe los labios y acepte que su lengua entrara en mi boca. Sentía una inmensa degradación, pero no debía incurrir en ninguna equivocación, correspondí a su beso fingiendo cuanto podía, el beso duro bastante tiempo, hasta que separándose satisfecho mi yerno sonrió.
--Eso estuvo muy bien suegra. -me dijo. --Siga así y vera que me convencerá de que me quede.
Parecía que no necesitaba una contestación, mi yerno tenía otras cosas en mente, su mano acaricio de nuevo mis senos, involuntariamente mis pezones ante las caricias empezaron a ponerse duros.
--Hummm, Usssfffff. -Gemia con sus carisias.
No paso mucho tiempo antes de que sustituyera su mano por su boca, comenzando a chupar mis senos. Aun contra mi voluntad, sus caricias tenían el efecto previsto, podía sentir como mi vagina empezaba a humedecerse, mientras mi cuerpo traicionaba mi voluntad.
--Auuui, aauy, haaa, haaaaay, uhmmmm…
Mi respiración empezó a hacerse más pesada e inestable. Entonces mi yerno empezó a inspeccionar mi vagina, frotando ligeramente los dobleces de mis labios, insertando primero uno y entonces otro dedo dentro de mi vagina, rozando ligeramente mi clítoris con su pulgar, la excitación de mi cuerpo empezaba a vencer la parte consciente de mi pensamiento.
--Haaaaaaay… aug... augg... ahii... ahhhii... haaaa Mmmmnnn… haaaaaaaa… ohhhhhhhhh uhmm Ahhhhh haaaa, haaaaa, haaaaa Mmmnnn… haaaaaaaaaaaaa…
No podía negar que aun con toda la vergüenza, repugnancia y humillación que sentía mi cuerpo estaba excitándose mucho al ser acariciado de aquella manera.
--Uuuuui, Aaaaaay, Uuussssfff, Ussssf, Ussffff… Ho, ho, ho, Mmmmnnnnn, Mmmmnnn…
Físicamente había despertado la muy olvidada necesidad de sentir un pene dentro de mí, absolutamente involuntariamente me escuche comenzar a gemir suavemente.
--¿OH parece que le gusta lo que le hago señora? -pregunto Lucas mi yerno.
--Ohhh. -Gemía excitada, tenía que complacerlo. --Oooohhhh si Lucas, se siente maravilloso...
--Que bien señora, será mejor que usted empecé a tomarle el gusto a esto. -Hablo.
Entonces mi yerno se levantó y me indico que me arrodillara de nuevo ante él, esto hizo que mi cara quedara al mismo nivel de su entrepierna. Mire asustada como mi yerno se quitaba la camisa revelando un muscular torso sin pelo, tenía que admitir que mi yerno tenía muy buen cuerpo, entonces mi yerno desabrocho sus pantalones y los bajo. Cuando él finalmente estuvo parado desnudo ante mí, incluso con mi vergüenza y repugnancia no podía evitar admirar su erguido pene. Era enorme, largo y de una circunferencia impresionante. Un par de bolas poderosas y una polla de 23 centímetros de largo y 16 de circunferencia.
--Dígame lo que desea suegra. -Dijo. Sabiendo que no tenía ninguna opción, le dije lo que él obviamente deseaba oír.
--Ponga su pene en mi boca, por favor.
--¿Quiere mamarme la verga? -pronuncio cínicamente.
--Sí. -Susurre, completamente humillada por mi yerno.
--Muy bien señora, eso es lo que quería escuchar. -Sonrió Lucas y entonces tomándome suavemente por el cabello acerco mi cara a su erecto miembro. --Aquí tiene su recompensa por ser una buena esclava. -Agrego.
Separe los labios, y metí su pene dentro de mi boca, demostrando simbólicamente mi reconocimiento de que me había dominado completamente. Comencé lentamente a chupar la cabeza de su viril erección, cerré los ojos y simplemente acepte mi nuevo estado como esclava de mi yerno. Extrañamente a medida que le continuaba haciendo el sexo oral a este, empecé a disfrutar del hecho mamar el pene del hombre al cual me sometía.
--Mmmmm chup, chup, chup, chup, chup Usssssss, Aaaahhhh chup, chup, chup aaaaggggg mmmmmmm. -Me esforcé mucho por darle una buena mamada, el me acarisiaba con cariño mi cabeza.
--Haaaaaay… Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha… -Gemia mi yerno suabemente. --Haaaa, haaaaaaaaa, Haaaaaaaaay…
Después de algunos minutos empecé a escuchar como mi yerno gemía cada vez más fuerte, parecía que su orgasmo se acercaba.
--Ahí, uhh, uhh, uhh… Mmmmnn, ho, ho, ho, haaa Mmm ha…
Entonces cuando sentí su pene hincharse aún más y temblar dentro de mi boca.
--Ohhhhhhhhh uhmmmm... Ahhhhhhhhhhhhh… Haaa, haaaa…
Trague con impaciencia las abundantes cantidades de semen que disparo dentro de mi boca y que descendieron por mi garganta. ¿Cómo pueden las cosas cambiar tan rápidamente? En el lapso de algunos minutos había dejado de ser una recatada señora para convertirme en la esclava sexual de mi joven yerno.
Continuara…

1 comentarios - Siendo la esclava de mi Yerno

daniel2605
Puta y sumisa hermosa combinacion... quieres otro yerno???