Aprendiendo a besar y algunas cosas más
Parte I
Alguna noche, tiempo después, mis padres salieron a una cena, quedando yo al cuidado de mi hermana 9 años mayor y su mejor amiga en casa solas, y mientras cenábamos miramos películas con escenas para los tiempos que corrían eran lo suficiente elevadas de tono, podíamos ver a los protagonistas besarse apasionadamente y algunas cosillas más, las que eran censuradas por mi hermana mayor obligándome a taparme los ojos con mis manitas (acción que era saboteada ya que dejaba mis dedos entre abiertos dándome la oportunidad de poder ver más de la cuenta), al principio el juego de dejar abierto los dedos era divertido pero luego se tornó interesante cuando descubrí que verlos hacer aquellas cosas volvían a mi cuerpo aquellas cosquillitas y esa sensación tan bonita, fue entonces que comencé a prestar más atención y sabotear más aún las imágenes censuradas.
El estar al cuidado de mi hermana mayor en ocasiones más seguidas descubrí que pasar tiempo con ella y sus amigas tenía sus beneficios, sus charlas de adolescentes eran entretenidas y yo en mi “inocente jugar” podía prestar atención a esas charlas, las que me llenaban de información importante para todas aquellas preguntas que me surgían. En razón a la edad que cruzaba mi hermana mayor sus charlas eran en torno a “chicos, besos, caricias por debajo de la ropa y sexo” palabras que en ese entonces no tenían sentido para mí, pero que tiempo después se tornarían cruciales.
Aprender a besar era lo más importantes para ellas y entre charlas y charla surgió la idea que consistía en practicar besando el empeine de cualquiera de sus manos, y ahí estaban todas besando sus manos simulando hacerlo con algún chico que les gustaba; en algún momento alguna de ellas dijo – pero tenemos que hacerlo con lengua!!! ; mirarlas me causaba más intriga y lo mejor de todo que aquel grupo de adolescentes no notaron mi presencia jamás y eso me gustaba mucho.
Mis prácticas particulares de besos comenzaron por la siesta en algún rinconcito de la cocina de casa cuando me encontraba sola, también lo hacía con el empeine mi mano, hasta que descubrí que cerrando mi puño podía practicar mejor el movimiento de mi lengua. Pero sentía que toda esa práctica era en vano porque… ¿cuándo yo besaría a un chico de verdad? ¿Cuándo sabría si lo estaba haciendo bien?
Desde temprana edad mi cuerpo suda sexo y es como un elixir que atrae a todos, hombres, mujeres, grandes, chicos… lo de la seducción me es natural y sin intención muchas veces, lo que fue de gran ayuda a poder poner en práctica mi método de beso. Y más a delante otras cosas más.
No pasó mucho tiempo para que aquellas preguntas encontraran sus respuestas…
Mi primera oportunidad llego de la mano de uno de mis primos, unos años menos que mi hermana mayor, no era ésta la primera vez que encontrándonos solos sus manos se colaban debajo de mis ropas y acariciaban mis pechos totalmente inmaduros debido a la temprana edad que tenía, sentir su respiración agitada en la parte posterior de mi cuello llenaba de sensaciones todo mi cuerpo…
Ya llega la segunda parte de aprendiendo a besar y algunas cosas más…Las primeras caricias prohibidas…
Parte I
Alguna noche, tiempo después, mis padres salieron a una cena, quedando yo al cuidado de mi hermana 9 años mayor y su mejor amiga en casa solas, y mientras cenábamos miramos películas con escenas para los tiempos que corrían eran lo suficiente elevadas de tono, podíamos ver a los protagonistas besarse apasionadamente y algunas cosillas más, las que eran censuradas por mi hermana mayor obligándome a taparme los ojos con mis manitas (acción que era saboteada ya que dejaba mis dedos entre abiertos dándome la oportunidad de poder ver más de la cuenta), al principio el juego de dejar abierto los dedos era divertido pero luego se tornó interesante cuando descubrí que verlos hacer aquellas cosas volvían a mi cuerpo aquellas cosquillitas y esa sensación tan bonita, fue entonces que comencé a prestar más atención y sabotear más aún las imágenes censuradas.
El estar al cuidado de mi hermana mayor en ocasiones más seguidas descubrí que pasar tiempo con ella y sus amigas tenía sus beneficios, sus charlas de adolescentes eran entretenidas y yo en mi “inocente jugar” podía prestar atención a esas charlas, las que me llenaban de información importante para todas aquellas preguntas que me surgían. En razón a la edad que cruzaba mi hermana mayor sus charlas eran en torno a “chicos, besos, caricias por debajo de la ropa y sexo” palabras que en ese entonces no tenían sentido para mí, pero que tiempo después se tornarían cruciales.
Aprender a besar era lo más importantes para ellas y entre charlas y charla surgió la idea que consistía en practicar besando el empeine de cualquiera de sus manos, y ahí estaban todas besando sus manos simulando hacerlo con algún chico que les gustaba; en algún momento alguna de ellas dijo – pero tenemos que hacerlo con lengua!!! ; mirarlas me causaba más intriga y lo mejor de todo que aquel grupo de adolescentes no notaron mi presencia jamás y eso me gustaba mucho.
Mis prácticas particulares de besos comenzaron por la siesta en algún rinconcito de la cocina de casa cuando me encontraba sola, también lo hacía con el empeine mi mano, hasta que descubrí que cerrando mi puño podía practicar mejor el movimiento de mi lengua. Pero sentía que toda esa práctica era en vano porque… ¿cuándo yo besaría a un chico de verdad? ¿Cuándo sabría si lo estaba haciendo bien?
Desde temprana edad mi cuerpo suda sexo y es como un elixir que atrae a todos, hombres, mujeres, grandes, chicos… lo de la seducción me es natural y sin intención muchas veces, lo que fue de gran ayuda a poder poner en práctica mi método de beso. Y más a delante otras cosas más.
No pasó mucho tiempo para que aquellas preguntas encontraran sus respuestas…
Mi primera oportunidad llego de la mano de uno de mis primos, unos años menos que mi hermana mayor, no era ésta la primera vez que encontrándonos solos sus manos se colaban debajo de mis ropas y acariciaban mis pechos totalmente inmaduros debido a la temprana edad que tenía, sentir su respiración agitada en la parte posterior de mi cuello llenaba de sensaciones todo mi cuerpo…
Ya llega la segunda parte de aprendiendo a besar y algunas cosas más…Las primeras caricias prohibidas…
1 comentarios - El pasado secreto de mi mujer ,relatado por ella