Amor de primos (parte 2)

Ya habían pasado unas dos semanas de aquella noche confusa llenas de roces, si me habré tocado imaginando qué hubiera pasado si me tiraba el lance, si me hubiese animado un poquito más, y poder hacer mia a mi prima.
Fue un día de semana, cuando habíamos arreglado para tomar unos mates en la casa de mis abuelos (ella, su hermanito y mi tía, vivían al fondo). Juego al fútbol, y me había salido una prueba en un club cerca de su casa, así que le dije que después de la cancha iba para allá, de paso me quedaba a dormir ya que al otro día cumplía años su hermanito.
Llego, saludo a mis abuelos y lo primero que hago es pegarme una ducha. Cuando salgo de la ducha, me llega un mensaje de Eva diciendo que, todo parecía indicar, su mamá se iba a trabajar esa noche, pero que lo no sabía muy bien. En ese momento me dió un poco de ansiedad, al saber que existía la posiblidad de dormir en el fondo con mí prima, ya que iba a haber lugar. Siempre que iba a lo de mis abuelos, me quedaba a dormir en una pieza que ellos tienen vacía, pero esta vez todo iba a ser diferente.
Seguíamos hablando y me decía "no se va más", a lo que yo respondía "ojalá se vaya", los dos deseábamos eso sabiendo que si pasaba, esa noche iban a haber más "roces".
Finalmente, escucho desde el baño como mí tía pasa saludando a mis abuelos, me apuro en cambiarme y disparo para el fondo. Ahí estaba Eva con el pelo atado, con una musculosa roja tipo top al cuerpo, un short livianito negro, bien ajustado, de esos que en cualquier movimiento puede colarse y mostrar la mitad de la nalga. Preciosa, ya no la miraba como esa prima-hermana, como mí confidente, la miraba como la mujer que es.
Se puso a cocinar para los tres, todo muy normal, hablando boludeces, mientras que yo con mí primito jugaba al Clash Royale. Puso la mesa, y comimos, pero yo no podía evitar mirarle el culo casa vez que se levantaba para ir a buscar algo, la comía con la mirada. Pasó un rato y jugaba River, ella trajo una cama para el hermanito y nosotros dos estábamos en la cama de dos plazas mirando el partido (La casa era muy chica. Entrabas y estaba la cocina, y lo que separaba la cocina de la cama, era un mueble de un metro cincuenta de alto, con la tele encima. El baño se encontraba afuera). Todo muy normal, yo estaba muy concentrado en el partido, el único contacto que tuvimos fueron unos segundos donde ella ponía su pierna sobre las mías. El partido era de libertadores, así que terminó tarde, mi primito seguía con el celular y no se dormía más, yo estaba muy cansado y se notaba que ella también. Apagamos la luz y pusimos una película, quiero aprovecharme de la situación poniendo una película picante al propósito, a ver si eso generaba algo en mí prima, que se puso dándome la espalda y tapandonos con una frazada fina. Nos decíamos cosas como "no me vayas a destapar esta vez eh" o "dormí bien porque te pateo" claramente haciéndonos los boludos.
Pasada la hora, mi primito no se dormía y con Eva nos dormimos casi al mismo tiempo. Como aquella vez, mi subconsciente me despierta en medio de la madrugada, eran como las 4, nuevamente la veo a Eva, apuntándome con su culito hermoso, y el short ya colado. Despacito y con muchos nervios, la agarro de la cintura y la apoyé contra mí, al instante tuve una erección. Iba acariciándola lento, sintiendo su piel suave, acercando mí boca y nariz a su cuello. Ella hace un pequeño moviendo, todavía media dormida, pero atina a pegarse más a mí. En ese momento empiezo a hacer movimientos pélvicos muy lentos, haciendola sentir toda mi erección entre sus nalgas divinas.
Así nos quedamos, así nos dormimos un par de largos minutos.
Nuevamente me despierto, haciendo cucharita con ella, dejando el papel de prima para ser por esa noche mi mujer.
Empiezan los movimientos mutuos, mis caricias a ella, acelerando nuestros latidos y nuestra respiración, que cada vez eran más profundas. La agarro de la cintura y nuevamente le hago sentir mí pija bien parada, a lo que ella suelta un suspiro, e inmediatamente se da vuelta y se pone frente a mi. Ya los dos medios despabilados de sueño, ella cruza su pierna sobre mí y tocando nuestros cuerpos, empezábamos a movernos y rozar nuestras entrepiernas. Fue un momento de excitación máxima, porque cada vez esos roces eran más bruscos y ya se oían nuestros primeros suspiros, que poco a poco se iban transformando en gemidos.
Nuestras narices estaban en contacto, podíamos sentir nuestros labios tocarse muy suavemente por la inercia de los movimientos. Ese momento era único, con un grado de calentura máxima, aunque se notaba el nerviosismo de los dos, sin saber cómo seguir, que hacer, sabiendo que lo que hacíamos estaba mal por el hecho de ser primos, pero el deseo era mutuo.
Ya no aguantaba más, ya quería que Eva pase de ser mi prima a ser mi mujer. Me animé, mientras con las dos manos le apretaba las nalgas, nos fundimos en un beso profundo, lleno de amor y excitación. Ella no hacía mucho, sino que se dejaba llevar. En ese momento ya no había vuelta atrás.
Los besos empezaron a ser cada vez más apasionantes, con lengua, mientras le agarraba del cuello, y le ponía el dedo en la boca. Fui besándole el cuello, lo que hacía que ella se mueva más por la excitación. Cada vez bajaba más, recorría con mi boca su suave piel, hasta llegar a sus pechos, chicos pero hermosos y tan ricos. Le chupes las tetas con tanta pasión que escuchaba sus gemidos medios contenido, ya que no estábamos solos.
Mientras le chupaba las tetas, meto mí mano por su shortsito y empiezo a tocarle la conchita. No se dan una idea de lo mojada que estaba. Saco los dedos mojados y pruebo su jugo, vuelvo a meter los dedos y nuevamente los saco mojados para que esta vez ella pruebe su propio flujo. Yo tocaba el cielo con la manos, no podía creer que ella esté tan mojada y excitada a causa mía, de su primo.
Empiezo a jugar con su clítoris, a ella ya le temblaban las piernas, se tapaba la boquita para no gemir, sus movimientos eran prueba de que estaba llegando al orgasmo, y lo logré, tan solo con dos dedos hice que mí prima acabara. Y no me detuve, la excitación continuaba.
En un momento ella con su mano baja y me empieza a tocar la pija por encima del short. En ese instante me relajo. Me saca la pija y empieza a pajearme. No me voy a borrar nunca de la mente el instante en el que ella se ensaliva la mano y logro mirarla a la cara, esa carita de putita que tenía, deseosa de pija.
Me empieza a pajear tan rico que yo tampoco pude evitar los gemidos.
Ya envueltos en calentura y el deseo, nos pegamos nuevamente, ella cruza la pierna por encima mío, empezamos a besarnos y poniéndole la pija entre las piernas, logro correrle el short y la tanga, suavemente se la empiezo a meter y ella soltaba los "mmm si" mientras seguía besándome. Podía sentir como en cada metida ella se mojaba cada vez más.
Era todo tan rico, tan excitante, tan morboso. Estábamos haciendo el amor, estaba haciendo mi mujer a mí prima, la estaba haciendo mi putita.
Ya estaba amaneciendo, nos acostamos los dos boca arriba y empezamos a masturbarnos uno al otro. Seguíamos con la misma excitación, todavía ese nervio no se iba pero el disfrute era lo máximo.
Ya destapados, veo como ella me pajea mirandome con ganas la pija, que se podía ver con la claridad que estaba por la ventana. Echa un vistazo rápido a ver si su hermano estaba aún dormido, y rápidamente pega con salto encima mío. Se acomodó y me empezó a cabalgar de una manera, que no parecía que fuese una pendeja de 19 años, sino una mujer con mucha experiencia. Le apretaba el culo mientras ella se movía y me tapaba la boca diciéndome "shhh", porque yo ya no podía evitar desprender gemidos de la cogida que me estaba dando.
Ella llevaba meses en bsas, y la abstinencia de no cojer la tenía a mal traer, toda esas ganas que tenía se reflejaron en esos minutos, donde los dos acabamos, ella mojandome el abdomen y yo llenándola de leche.
Ya una vez los dos satisfechos de placer, sin hacer ruido, nos limpiamos y cambiamos. Y dormimos tan solo un par de horas, distanciados ya que si mi tía llegaba y nos encontraba pegados, iba a ser muy raro. Que compartamos una cama de dos plazas no le iba a parecer extraño, ya que como conté, a la vista de todos, éramos como hermanos.
Al otro día hicimos como si nada hubiera pasado, obviamente. Salimos a comprar y hablábamos normal, pero ninguno tocaba el tema.
Como era el cumpleaños de mi primo, se reunió la familia.
En un momento pasamos una citación media graciosa en la mesa con una de mis tía cuando le da unos preservativos a mí prima, y le dice "Toma, tené por las dudas. Las mujeres tienen que estar preparadas", y también me dan unos a mi, y me dice "Toma, vos siempre tenés que tener" y se reía. A los pocos segundos nos miramos muy disimuladamente con Eva y soltamos una mueca pícara de cómplices.
Y así pasamos un día agradable en familia.

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Trato de ser lo más prolijo en la narración para que puedan imaginarse mi experiencia con más claridad. Acepto ayudas para mejorar el relato.

Todavía quedan cosas por contar . Si quieren más, háganmelo saber.

Dejen puntos y comentarios.

Abrazo...