Luego de escuchar las condiciones de mi hermana, para retomar las actividades. Luché por controlarme, pero finalmente, me explicó claramente como yo había vivido equivocado en las percepciones de las circunstancias de aquel entonces.
Me di cuenta de que para ellos, mis primos, amigos, vecinos, familia en general y por supuesto mi hermana descarada, el gil era yo, que me creía el organizador de esos encuentros, pero era como un lastre, el collar de plomo que debían soportar para disfrutar del éxtasis, de las tardes a la hora de la siesta con ella.
Hasta reconoció qué comenzó a beber para
Confesó ella: No sé de dónde se me ocurrió preguntarles, si podían darme una mano con vos, ayudándome a limpiarte, sacarte de la casa, varios de ellos dijeron que no, (los más cagones), pero los dos que se me quedaron viendo mis nalgas, sin perder tiempo respondieron que sí.
Así que los invité a entrar a la casa cuando no estabas, y de inmediato los llevé al fondo trasero del terreno, donde casualmente teníamos la habitación donde están las herramientas, el galpón que usábamos cuando estaban nuestros padres o había visitas y el sofá cama donde veíamos la tele.
Al principio se preguntaba ella misma que era lo que estaba pensando al invitar a ese par de vecinitos, pero la manera en que uno de ellos le seguía observando sus nalgas, la verdad es que la excitó.
Y con la excusa de ponerse algo más cómoda, los dejó allí esperando.
Al entrar al privado del galpón, observó qué, la ventanilla que da al interior estaba abierta, y se dio cuenta que ambos chicos la podían ver claramente a través de la misma.
Pero haciéndose la distraída, y como si no se hubiera dado cuenta de las presencias frente a la ventanilla, se comenzó a desvestir completamente, (cosa que para mi mayor sorpresa, me excitó bastante al oír su relato). Me dijo, continuando con la descripción:
-Por lo que abrí el closet, y comencé a sacar algunas prendas de vestir, y comencé a medírmelas completamente desnuda frente al espejo, hasta que finalmente escogí una corta y semitransparente bata casera, la que de inmediato me puse sin más nada abajo.
Al regresar al otro ambiente, los dos jóvenes ya estaban acomodados en el sofá (hecho cama), pero no apartaban sus ojos de mí culo.
Así que en ocasiones como esa, yo misma me ponía emprendedora para recoger algunas respuestas, inclinando mi cuerpo hacia el frente, separando algo las piernas y sin doblar las rodillas.
Por lo que gran parte de mi culo y gran parte de mi depilado coño, quedaron por completo ante sus ojos, de inmediato me di cuenta de que los chicos se ponían sumamente nerviosos al verme así.
Por lo que seguí inventando que hacer sobre la marcha, yo lo que deseaba era que ambos me saltasen encima, me manoseen, y me hicieran suya en medio del galpón.
Pero por lo visto a pesar de que seguramente ambos ya debían haber cumplido los 18, y sus saltones ojos no se apartaban de mi cuerpo, pero, no se atrevían a tomar la iniciativa, por lo que se me ocurrió, con la excusa de que hacía mucho calor, invitarlos (al resto de ellos) que entraran y tomaran un par de refrescos a la sombra. Quizás entre todos se alentaran.
Así que salí al patio tal como estaba semidesnuda, y los invité a entrar a la habitación del galpón, ya dentro mientras charlábamos, se me ocurrió preguntarles si alguna vez cuando niños, llegaron a jugar a la casita.
Y al hacerles la pregunta, descuidadamente dejé mis piernas ligeramente abiertas, permitiéndoles que pudieran observar en vivo y en directo a todo color mi recién depilada concha.
Al principio uno de ellos apenas balbuceó algo, pero el más jovencito, de inmediato comenzó a contar que cuando niño jugaba eso con una vecinita, hasta que un buen día los padres de la niña le prohibieron que siguieran jugando eso.
En ese instante, yo comencé a contarles como lo jugaba con mi hermano (vos) cuando era niña, y lo mucho que me gustaría volver a jugar a la casita, aunque fuera con varios papás en lugar de uno sólo (vos).
A medida que yo comencé a contarles lo que mi hermano, mis primos y sus familiares hacíamos, y como lo hacíamos, ellos se miraron mutuamente, luego se terminaron de desvestir.
De inmediato todos se colocaron a mi lado, y a medida que yo seguía contándoles lo que mi hermano y mis primos me hacían, cuando jugábamos a la mamá y al papá, ellos comenzaron a repetir las mismas acciones que yo les contaba.
Al poco tiempo ya ni falta hizo que yo siguiera hablando, ya que entre todos, dos de ellos me dejaron completamente desnuda, a medida que me acariciaban y besaban por todo mi cuerpo.
Uno de ellos separó mis piernas, y sin escrúpulo alguno se dedicó sabrosamente a lamer mi depilada vulva, al principio por fuera y luego por dentro, mientras que su amigo, no dejaba de chupar y lamer mis paradas tetas, e inflamados pezones.
Yo por mi parte también les mame sus vergas, y me encontraba en la gloria, sintiendo toda la atención de ese par de chicos sobre mi cuerpo, así que después de que yo disfruté de un tremendo orgasmo, separé lo más que pude mis piernas y mientras que a uno le ofrecí mi culo, el otro se hizo cargo de mi cachucha enterrándome su erecta verga dentro aúnque no me desfloró.
Interrumpí yo en ese momento y dije: Aahhh ese fue el día que volví unas horas de la colimba.
Había terminado la etapa de instrucción, nos dejaron salir un sábado a la mañana y debíamos volver el domingo por la noche al cuartel en Campo de Mayo.
Felina, recuerdan, ese es el nombre de mi hermana, dijo: Sí.!!!
Fue cuando me saliste a buscar, porque te habían recibido mamá y papá, pero faltaba yo, que estaba en el galpón con tus vecinos.
En el preciso instante en que iba a ser servida, desvirgada, porque recordarás que nuestros familiares nunca jamás se atrevieron a cruzar ese límite.
El escándalo que hiciste cuando me encontraste desvestida, desnuda con vecinos que poco conocías próxima a perder mi doncellez, junto con mí hímen.
Yo quedé caliente porque estaba en clímax y a vos se te pasó el enojo cuando te mimosee y aseguré el contactó genital, porque me gustó tu uniforme de soldado.
Pero al otro día que te fuiste volvieron, los llamé y los hice entrar a nuestra pieza, continuando lo que interrumpiste.
Lo gracioso era que a medida que me seguían dando verga, ellos me decían mamita rica, y yo les respondía llamándolos papitos.
Lo cierto es que la primera vez que esos chicos, me hicieron suya, se vinieron en cosa de pocos segundos, pero eso era parte del juego, así que poco a poco y en otras ocasiones los fui orientando en cómo aguantarse un poco más, y hacer feliz a una mujer.
Por eso, en ese aspecto te extrañé hermano, por tu resistencia para no acabar pronto.
Con el tiempo la voz se corrió entre todos los vecinos, de todo lo que yo me dejaba hacer, incluso que en ocasiones me ponía a mamar sus vergas, por lo que me llegue acostar con varios chicos, a la vez.
Nuestros padres en ese momento ni idea tenían de lo que sucedía, y vos menos aún, así que te podrás dar una idea de las muchas veces a la semana que me dediqué a jugar con mis nuevos amiguitos a la casita...
También amplié el catalogo con tíos, abuelos y sus amigos, hasta que senté cabeza y me casé.
Para qué? Él forro al serle fiel, me cagó. Así que todo bien, a volver al ruedo con esas condiciones. Llamá a los primos y reconciliate con tus amigos.
Tenía ganas de salir disparado en búsqueda de ellos y/o violarla. Felina había madurado con la misma belleza de antaño.
Así qué lo que le propuse (se me ocurrió en ese momento) fue algo diferente, distinto, salir rápido, (aquí y ahora), para lograr intentar localizar y/o encontrar conseguir algo que le provoque despertar sus ansias, para arreglárselas y seguir viviendo aquellas fantasías.
Lo mío fue una especulación, pero empezaba a conocerla, específicamente sus zorrerías. Estaba con mi auto, dipuesto, y el ardid dio resultado, ella aceptó.
Me di cuenta de que para ellos, mis primos, amigos, vecinos, familia en general y por supuesto mi hermana descarada, el gil era yo, que me creía el organizador de esos encuentros, pero era como un lastre, el collar de plomo que debían soportar para disfrutar del éxtasis, de las tardes a la hora de la siesta con ella.
Hasta reconoció qué comenzó a beber para
sostener o llevar sobre sí esa carga o peso que yo le significaba.
Recordé que siempre era el primero en manosearla,
nos quedábamos viendo sus nalgas, casualmente en ese instante recuerdo, estaba usando un muy pequeño pantalón corto, que se ajustaba completamente sobre su piel, por lo que no lo puedo culpar a esos vecinos por quedársesle viendo de la manera en que lo harían.Confesó ella: No sé de dónde se me ocurrió preguntarles, si podían darme una mano con vos, ayudándome a limpiarte, sacarte de la casa, varios de ellos dijeron que no, (los más cagones), pero los dos que se me quedaron viendo mis nalgas, sin perder tiempo respondieron que sí.
Así que los invité a entrar a la casa cuando no estabas, y de inmediato los llevé al fondo trasero del terreno, donde casualmente teníamos la habitación donde están las herramientas, el galpón que usábamos cuando estaban nuestros padres o había visitas y el sofá cama donde veíamos la tele.
Al principio se preguntaba ella misma que era lo que estaba pensando al invitar a ese par de vecinitos, pero la manera en que uno de ellos le seguía observando sus nalgas, la verdad es que la excitó.
Y con la excusa de ponerse algo más cómoda, los dejó allí esperando.
Al entrar al privado del galpón, observó qué, la ventanilla que da al interior estaba abierta, y se dio cuenta que ambos chicos la podían ver claramente a través de la misma.
Pero haciéndose la distraída, y como si no se hubiera dado cuenta de las presencias frente a la ventanilla, se comenzó a desvestir completamente, (cosa que para mi mayor sorpresa, me excitó bastante al oír su relato). Me dijo, continuando con la descripción:
-Por lo que abrí el closet, y comencé a sacar algunas prendas de vestir, y comencé a medírmelas completamente desnuda frente al espejo, hasta que finalmente escogí una corta y semitransparente bata casera, la que de inmediato me puse sin más nada abajo.
Al regresar al otro ambiente, los dos jóvenes ya estaban acomodados en el sofá (hecho cama), pero no apartaban sus ojos de mí culo.
Así que en ocasiones como esa, yo misma me ponía emprendedora para recoger algunas respuestas, inclinando mi cuerpo hacia el frente, separando algo las piernas y sin doblar las rodillas.
Por lo que gran parte de mi culo y gran parte de mi depilado coño, quedaron por completo ante sus ojos, de inmediato me di cuenta de que los chicos se ponían sumamente nerviosos al verme así.
Por lo que seguí inventando que hacer sobre la marcha, yo lo que deseaba era que ambos me saltasen encima, me manoseen, y me hicieran suya en medio del galpón.
Pero por lo visto a pesar de que seguramente ambos ya debían haber cumplido los 18, y sus saltones ojos no se apartaban de mi cuerpo, pero, no se atrevían a tomar la iniciativa, por lo que se me ocurrió, con la excusa de que hacía mucho calor, invitarlos (al resto de ellos) que entraran y tomaran un par de refrescos a la sombra. Quizás entre todos se alentaran.
Así que salí al patio tal como estaba semidesnuda, y los invité a entrar a la habitación del galpón, ya dentro mientras charlábamos, se me ocurrió preguntarles si alguna vez cuando niños, llegaron a jugar a la casita.
Y al hacerles la pregunta, descuidadamente dejé mis piernas ligeramente abiertas, permitiéndoles que pudieran observar en vivo y en directo a todo color mi recién depilada concha.
Al principio uno de ellos apenas balbuceó algo, pero el más jovencito, de inmediato comenzó a contar que cuando niño jugaba eso con una vecinita, hasta que un buen día los padres de la niña le prohibieron que siguieran jugando eso.
En ese instante, yo comencé a contarles como lo jugaba con mi hermano (vos) cuando era niña, y lo mucho que me gustaría volver a jugar a la casita, aunque fuera con varios papás en lugar de uno sólo (vos).
A medida que yo comencé a contarles lo que mi hermano, mis primos y sus familiares hacíamos, y como lo hacíamos, ellos se miraron mutuamente, luego se terminaron de desvestir.
De inmediato todos se colocaron a mi lado, y a medida que yo seguía contándoles lo que mi hermano y mis primos me hacían, cuando jugábamos a la mamá y al papá, ellos comenzaron a repetir las mismas acciones que yo les contaba.
Al poco tiempo ya ni falta hizo que yo siguiera hablando, ya que entre todos, dos de ellos me dejaron completamente desnuda, a medida que me acariciaban y besaban por todo mi cuerpo.
Uno de ellos separó mis piernas, y sin escrúpulo alguno se dedicó sabrosamente a lamer mi depilada vulva, al principio por fuera y luego por dentro, mientras que su amigo, no dejaba de chupar y lamer mis paradas tetas, e inflamados pezones.
Yo por mi parte también les mame sus vergas, y me encontraba en la gloria, sintiendo toda la atención de ese par de chicos sobre mi cuerpo, así que después de que yo disfruté de un tremendo orgasmo, separé lo más que pude mis piernas y mientras que a uno le ofrecí mi culo, el otro se hizo cargo de mi cachucha enterrándome su erecta verga dentro aúnque no me desfloró.
Interrumpí yo en ese momento y dije: Aahhh ese fue el día que volví unas horas de la colimba.
Había terminado la etapa de instrucción, nos dejaron salir un sábado a la mañana y debíamos volver el domingo por la noche al cuartel en Campo de Mayo.
Felina, recuerdan, ese es el nombre de mi hermana, dijo: Sí.!!!
Fue cuando me saliste a buscar, porque te habían recibido mamá y papá, pero faltaba yo, que estaba en el galpón con tus vecinos.
En el preciso instante en que iba a ser servida, desvirgada, porque recordarás que nuestros familiares nunca jamás se atrevieron a cruzar ese límite.
El escándalo que hiciste cuando me encontraste desvestida, desnuda con vecinos que poco conocías próxima a perder mi doncellez, junto con mí hímen.
Yo quedé caliente porque estaba en clímax y a vos se te pasó el enojo cuando te mimosee y aseguré el contactó genital, porque me gustó tu uniforme de soldado.
Pero al otro día que te fuiste volvieron, los llamé y los hice entrar a nuestra pieza, continuando lo que interrumpiste.
Lo gracioso era que a medida que me seguían dando verga, ellos me decían mamita rica, y yo les respondía llamándolos papitos.
Lo cierto es que la primera vez que esos chicos, me hicieron suya, se vinieron en cosa de pocos segundos, pero eso era parte del juego, así que poco a poco y en otras ocasiones los fui orientando en cómo aguantarse un poco más, y hacer feliz a una mujer.
Por eso, en ese aspecto te extrañé hermano, por tu resistencia para no acabar pronto.
Con el tiempo la voz se corrió entre todos los vecinos, de todo lo que yo me dejaba hacer, incluso que en ocasiones me ponía a mamar sus vergas, por lo que me llegue acostar con varios chicos, a la vez.
Nuestros padres en ese momento ni idea tenían de lo que sucedía, y vos menos aún, así que te podrás dar una idea de las muchas veces a la semana que me dediqué a jugar con mis nuevos amiguitos a la casita...
También amplié el catalogo con tíos, abuelos y sus amigos, hasta que senté cabeza y me casé.
Para qué? Él forro al serle fiel, me cagó. Así que todo bien, a volver al ruedo con esas condiciones. Llamá a los primos y reconciliate con tus amigos.
Tenía ganas de salir disparado en búsqueda de ellos y/o violarla. Felina había madurado con la misma belleza de antaño.
Así qué lo que le propuse (se me ocurrió en ese momento) fue algo diferente, distinto, salir rápido, (aquí y ahora), para lograr intentar localizar y/o encontrar conseguir algo que le provoque despertar sus ansias, para arreglárselas y seguir viviendo aquellas fantasías.
Lo mío fue una especulación, pero empezaba a conocerla, específicamente sus zorrerías. Estaba con mi auto, dipuesto, y el ardid dio resultado, ella aceptó.
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