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Eran las tres de la mañana parte3 (final)

Eran las tres de la mañana parte3 (final)


En cualquier caso, yo imaginaba posibilidades que no interrumpieran la realización del sueño de mi vida que se estaba haciendo realidad.


Habíamos empezado a eso de las tres y media y eran poco más de las cuatro y media, en poco más de una hora había conseguido un placer más intenso que en todo lo que llevábamos del nuevo milenio. Mi polla se había bajado un poco, si bien se había empinado, no podía aguantar la excitación de forma permanente. Estaba bastante gorda pero no estaba muy dura. Yo creo que el volumen era más fruto de la inflamación que de la erección. En cualquier caso, la nena supo hacerme sentir como un machote.


- ¿Paramos un poquito por favor? Me tiene destrozadita, ya no sé cuántas veces me he corrido. Me escuece un poco. Le parece si hablamos un rato.


- Claro, dime tú, porque yo no sé de qué hablar contigo.


- De mis planes, de por qué estoy haciendo esto. Verá, mis padres no apoyan que quiera estudiar lo necesario para montar una agencia de modelos. No creen que, con la competencia que hay, se pueda levantar una agencia ...
... seria y rentable y piensan que tras las fachadas de las agencias de modelos actuales se esconden organizaciones de prostitución de lujo.


-¿Pero tú que quieres montar, una agencia de modelos o de acompañantes?


- De momento modelos y, si no funciona, pues lo que sea. En cualquier caso, lo quiero montar sin formar parte directamente de ello. Quiero decir que si me va bien como modelo me dedicaré a ganar dinero y, sólo si hace falta, como acompañante hasta que pueda conseguir el dinero suficiente para montar mi agencia. Como no tengo claro si llegará a ser de modelos o de acompañantes, creo que debo conocer ambos mundos. Por ello hago lo que he hecho, o, mejor dicho, lo que estoy haciendo, ¿no?, y así espero ir ahorrando para cuando ya no pueda trabajar de modelo o de acompañante. Estará usted de acuerdo en que esta actividad sólo se debe llevar a cabo por un período corto de tiempo. De forma indefinida no es vida y te puede machacar mucho el coco. Para que se haga una idea, he pensado meter el treinta por cierto de lo que gane en un fondo de pensiones porque me han dicho que no se puede sacar hasta la edad de jubilación y así no me lo gasto todo. Y si gano mucho, meteré un porcentaje mayor.


Me quede alucinando, la nena, de la edad de mi hija, no sólo era Mis Universo, también era la niña más lista del mundo. Era más madura que las niñas de su edad, tanto que asustaba un poco.


- Yo que tú estudiaría económicas o empresariales. Parece que se te pueden dar bien los negocios.


- Yo también lo creo.


- ¿De cuánto debería ser mi regalo?


- No me pida eso, sería como poner precio y eso me convertiría en una putita.


- No quería ofenderte, perdona.


- Que va, lo cierto es que para mí es la primera vez, no me refiero a mis novios y amigos, ya habrá visto que tengo algo de experiencia, pero nunca con alguien de su edad ni en este plan, y me ha encantado. Aunque llevo tiempo pensándolo nunca se me había presentado una ocasión como la de esta noche al pillarle haciéndose una paja. Ha sido una suerte para los dos ¿No?


- No te quepa duda. –Dije, mientras dudaba de ser el primero y deseando serlo.


- He pensado que si la cantidad es lo suficientemente estimulante podríamos volver a vernos cuando usted quiera. Digamos que esta noche es una muestra gratis y si usted demuestra el interés que a mí me gustaría podemos seguir viéndonos.


Mi única preocupación a partir de ese momento, como buen tacaño, era, ¿Cuánto?


- ¿No me podrías dar una pista?, lo cierto es que no hago uso de profesionales y por lo tanto no tengo ni idea de lo que puede servir de referencia, aunque claro está, que no es lo mismo ni sería lo más adecuado compararlo con un caso como el tuyo, podría servir de idea. ¿No? -Pensaba que estaba metiendo la pata y que estaría mejor calladito, pero no podía sacarme de la cabeza una pregunta ¿Cuánto?


- Por favor no siga insistiendo, yo tampoco tengo ni idea, pero en ocasiones he visto páginas de internet en las que se ...
... ofrecen los servicios de chicas de lujo mayores que yo y tal vez eso podría servirle de referencia, pero sólo de referencia porque como ya le he dicho, no necesita usted hacer ningún sacrificio por mi futuro.


Sí que debería hacerlo si quería volver a disfrutar de ella. Lo cierto, es que cuando leo lo que acabo de escribir, me parece como si la nena me estuviera haciendo una llave de judo, pero en ese momento su voz bajita, porque hablábamos susurrando, y tan dulce que podía haberme dicho: “- Dame un montón de pasta si quieres volver a follarme viejo de mierda”. Y me hubiera seguido sonando a gloria. En las webs de putas de lujo los precios estaban entre 400 y 1000 euros por hora y ninguna de ellas era una nena Mis Universo como la que yo tenía en ese momento en la cama acariciando suavemente la polla.


- No tengo mucho dinero ahora mismo en casa.


- Que va, por favor, ¿Cómo quiere que le coja dinero? Le apunto el número de mi cuenta corriente y con toda tranquilidad. Sólo faltaría, si ha sido un cielo. Me da su número de móvil y el horario más adecuado para llamarle.


- Se me ocurre que te podría hacer un ingreso y me das un toque a ver qué te parece.


- No cuente con ello, si le llamo será para confirmarle que ha sido un encanto y que, por ello, estaría encantada de volver a repetir una jornada como la de hoy, pero en un lugar más tranquilo y sin prisas. Un hotel chulo o algo así. ¿Le apetecerá vedad?


- No hago más que pensar en ello créeme.


- Pues no debería, todavía no hemos terminado. ¿No?


Y se puso a chuparme de nuevo la polla y ponerme su coñito en la boca, unos minutos de conversación y ya estaba en forma, bendita juventud. Pero debe ser verdad que la juventud se pega porque se me puso tiesa como nunca y ella me lo confirmó.


- Le hacía a usted falta una noche como esta. La tiene más dura y más gorda que cuando hemos empezado.


Al rato, yo no me había dado cuenta de que la hubiera cogido, empezó a introducir la vela en mi ano, provocándome un dolor muy soportable, creía que iba a estallar de nuevo en su boca. ¿Cómo podía saber tanto esa chiquilla? Me asaltó por un momento la preocupación de que era amiga, muy amiga, de mi hija. ¿A ver si mi hija...? Con un empujón dentro de mi recto con la vela me olvide de mi hija y, sorprendentemente empezó a gustarme mucho. Me esforzaba en retrasar mi eyaculación porque sabía que con ello se darían por terminadas mis posibilidades de seguir gozando hasta haber dormido unas horas, si es que podía conciliar el sueño.


Empecé a chupar a lo bestia su coñito, que era bastante pequeñito aparentemente, porque le entraba el consolador con suma facilidad y yo bombeada y chupaba sin parar, mientras ella me chupaba y bombeada sin parar. Durante unos veinte minutos estuvimos sin parar y ella se corrió un par de veces o tres, ya perdí la cuenta, y yo, como ya en otras ocasiones me había pasado al repetir, de tanto retener la eyaculación se me hacía imposible mantener la erección. Cuando la ...
... niña lo notó me preguntó.


- ¿Qué le pasa, no le gusta?


- Claro que me gusta, pero a mi edad resulta más difícil mantenerla dura. Oye una cosa, ¿No me podrías hablar de tú? A estas alturas me cuesta un poco entender tu trato como una muestra de respeto, parece más bien de distanciamiento.


Cambiando de posición y pasando de mamármela a pajearme intensamente con la mano derecha, mientras con la izquierda no dejaba de bombearme la vela en el recto. Alargó su cuello y acercó su boca a mi oído derecho preguntándome, muuuuy lentamente, como en un susurro y con la voz más preciosa, sensual, cariñosa y dulce que he oído en mi vida:


- ¿De verdad quieres que te hable de tu como hace tu hija?


Y no sé qué me pasó, pero solté cuatro sacudidas de leche sobre la almohada de mi hijo.


- La hemos fastidiado. La lavaré en mi casa, diré que la he manchado con el maquillaje.


Dijo al tiempo que quitaba la funda de la almohada y sin dejar de chuparme la polla hasta dejármela bien limpita. Tardamos un poco en recobrar el aliento. Cuando ya estábamos serenados. Me pregunto:


- ¿Estás bien? Quieres seguir un poquito más. A mí me duele bastante, pero estoy muy a gusto. ¿Y tú?


- No había disfrutado tanto en toda mi vida. Gracias. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Creo que nos podríamos dormir. Son las casi las cinco y media y tendremos que descansar un rato. ¿No? Ojalá pudiera pasar la noche contigo.


- Abrázame un rato ¿Vale?


Tapaditos. La abracé y pensé estar unos minutos, pocos, porque no me quería imaginar lo que pasaría si nos quedábamos dormidos.


- Si quieres dormir una horita te despierto. Tranquilo.


- Vale, media horita. –dije.


Pero no me dormí porque no me fiaba de que se mantuviera despierta. A la media hora me dijo:


- Mi amor, ya ha pasado media hora. ¿Quieres otra media?


Alucine y le dije.


- No gracias cielo, pero todo ha ido maravillosamente y no querría fastidiarla. Me voy a mi cama. Gracias. Muchas Gracias. Nos volveremos a ver, te lo garantizo.


- Vale, eres un encanto.


Coloqué la vela en su sitio y me fui a mi habitación, después de lavarme un poco, lavé el consolador y lo puse en el cajón. La tenía absolutamente escocida. Me acosté. Sorprendentemente me dormí al poco tiempo, y al poco me volví a despertar sobresaltado al comprobar que me la estaban mamando. Era la nena en mi cuarto con mi mujer roncando y ella, arrodillada en la alfombra, no paraba de chupar. Se acercó a mi oreja y me susurró:


- Cuando te ibas de mi cuarto, estabas un poquito empalmado y me he propuesto dejarte sin leche por un tiempo. Además, no me has dado tu número de móvil.


Me asusté, eso no era normal, pero me levanté sigilosamente y volví a la habitación de mi hijo. Casi una hora después, y después de otra corrida y no sé cuántos orgasmos de ella, y con los huevos ...
... colgando como nunca, absolutamente vacíos, volví a mi cama, pero no me pude dormir, estaba pendiente de la puerta, absolutamente acojonado. Siempre duermo en bolas de cintura para abajo, tanto en verano como en invierno, esa noche me puse calzoncillos y pantalón de pijama. Prefería sudar y sudé, vaya si sudé, pensando en si volvía, no me atreví a cerrar la puerta de mi habitación, aunque pensé en ello, hubiera sido como una ofensa para ella.


No volvió. Me dormí muy tarde, bueno muy temprano, ya hacía rato que había amanecido y cuando me levanté, hacia el mediodía, ya se había ido de casa, como solía hacer siempre. Lo preferí, no sé si habría podido aguantarme sereno al verla. El lunes siguiente fui al banco y realicé una transferencia de 1500 euros, con un desfalco en caja de 1000. Siguen buscando el descuadre. Al mes, le metí otros 1500 euros. Ya hace dos meses y aún estoy esperando su llamada, con una mezcla de deseo y miedo. Estoy pensando en ingresarle un par de miles de euros más. No ha vuelvo a dormir en casa. Cuando mi hija habla de ella, porque está empezando a desfilar, pregunto más de lo normal y creo que se está mosqueando. Cuando sale de marcha, me quedo esperando hasta que vuelve, sea la hora que sea y me mato a pajas recordando la mejor noche de mi vida. O acaso ¿Todo fue un sueño de una noche de invierno? 


si les gusto se agradece comentarios sobre lo que más les gusto y putos para seguir creciendo.
gracias


Eran las tres de la mañana parte3 (final)

2 comentarios - Eran las tres de la mañana parte3 (final)