Hace unos años me junté con una linda chica de 20 años(no diré el nombre verdadero pero digamosle Maria) , como de 1,65 cm. piel trigueña, con un buen cuerpo, no tanto el pecho pero si una buena cola que dejaba ver una que otra estría de tan grande que era. De hecho ella era muy aficionada al gym y a cuidar su cuerpo, es más la había conocido un día que salí a trotar al parque. La relación progreso bastante rápido y a los 2 meses ya decidimos vivir juntos en un alquiler no muy grande, un solo ambiente y un baño. La típica parejita que estaba empezando a independizarse.
Nos mudamos un lunes y esa noche tuvimos sexo por primera vez juntos, nada especial la verdad, todo muy convencional. El martes yo llegaba de mi trabajo a las 17 hrs y la encuentro haciendo ya la cena, estábamos muy enamorados, besos y caricias a cada rato. Cenamos temprano y después de conversar un rato ya nos fuimos a la cama para tener una buena revolcada otra vez. Esta vez si un poco más animoso, me estuvo chupando la verga un buen rato mientras yo le acariciaba las tetitas, pellizcarle los pezones era su debilidad que en su cara se notaba lo exitadisima que la ponía eso. Cuando la puse en cuatro con la intención de darle una buena lamida ella se puso de rodillas y empezó a acercarse hacia mi pene y con una meneadita sensual se introdujo mi miembro y empezamos el ritmo. Variamos posiciones unas cuantas veces hasta que después de un buen rato ya no aguanté y me descargué dentro de ella. Estaba tan exitado que sentía que ya no me quedaba leche para el segundo round, pero no podía dejar a mi chica sin terminar así que la empecé a besar, lamer y acariciar para ponerla bien caliente otra vez. Cuando me dirigía hacia su concha para chuparsela (cosa a la que ya le tenía muchas ganas) veo que el semen todavía se le está escurriendo así que cambie de opinión, no me animaba a tanto aún. La empecé a masturbar con 2 dedos y en cuestión de minutos ella también terminó. Nos quedamos abrazados y esa noche nuestro tema de conversación fue el sexo. Entre otras cosas ambos coincidimos en que lo guarro, lo sucio nos atraía en cierta medida y que quizás de a poco y con más confianza probaríamos cosas nuevas.
El miércoles como siempre llegué a las 17 del trabajo y entre a ducharme. Ella no estaba, ya me había dicho que los miércoles intensifica más en con sus ejercicios así que llegaría media hora después que yo.
Yo me prepare un jugo y me senté en la cama a ver la tele cuando ella llegó, yo estaba solo con un short deportivo, sin bóxer y sin remera ya que no tenía planeado salir. Ella llego toda sudada aún con una calza negra bien ajustada y una remerita que si le quedaba un poco más flojo. Se sacó las zapatillas y se sentó en mi regazo, nos dimos un largo beso y le invite con mi jugo.
Como es obvió con la ropa liviana que tenía yo más ella sentada casi sobre mi miembro la erección era inevitable. Ella apenas lo sintió me miró de forma pícara y entre risas nos dimos otro beso mucho más apasionado lo que fue suficiente para detonarnos otra vez.
Lo primero que hice fue dejarla completamente desnuda de la cintura para arriba y la empecé a manosear y a besar, poco después ella se levantó y me estiro de la mano, me sacó la bermuda y me dijo: "Vamos a la ducha ".
Como yo ya me había duchado no sentí la necesidad asi que estuve a punto de decirle que se duche rápido mientras la esperaba en la cama. Pero la calentura y el morbo del momento me dieron otra idea.
Le dije "No quiero que te duches todavía ". Y de vuelta intercambiamos miradas morbosas. "Estas seguro? Mira que sudé mucho" dijo.
Esas palabras solo me exitaron más y la tire a la cama, le abrí las piernas y me asomé en medio de ellas mientras me miraba con una sonrisa comí diciendo: "Se animará?".
Sin mucho más juego le estire la calza ya con la ropa interior y con mis manos puestas en sus rodillas le abrí bastante de piernas. No hay forma discreta de describir esto así que seré explícito tratando de describir el momento.
Quedé con el rostro a unos escasos 20 centímetros de esa hermosa, abierta, sudada y olorosa concha. El olor me resultaba tan exitante, afrodisíaco, que hasta acerqué más la nariz y aspire ese aroma tan intenso y a la vez rico. Nos miramos y ambos soltamos una risa.
"Lista?" le pregunto y ella asiente con la cabeza. Empiezo a pasar la lengua por la parte de arriba y hacia los costados hasta que con los dedos ella se abre la vagina y me deja introducir la lengua y disfrutar de ese flujo mezclado con sudor y a la vez un poco de orina (advertí que seria explícito).
Entre otras cosas comprobé que la comparación que se suele hacer con la vagina y el olor a pescado tiene mucha razón jaja y a mi el pescado me encanta.
Estuve más de 5 minutos chupando y lamiendole la concha mientras ella se retorcía de placer hasta que de pronto me ataja la cabeza, sorprendido por que pensé que no querría que pare hasta que terminé me quedo mirándola y veo que se da la vuelta y se me queda de espaldas, empieza a levantar la colita acercandola a mi mientras se ríe esta vez ya con mucha más picardia.
Quizás pensó ella que a eso ya no me atrevería. Yo lo único que pensaba era en lo afortunado que era de haberme conseguido una novia tan puta y dispuesta a innovar. No dude ni tarde mucho, "que rico" le dije mientras le abría esas carnosas nalgas y quedaba a mi vista ese ano apretadito un poco mojado con los flujos que se habían escurrido hasta ahí.
En ese momento no pensé en el olor ni nada, la calentura y la excitación me impulsaron a besarle todo ese agujerito y hasta hacia fuerza con la lengua tratando de que entrará al menos un poco. Bese ese culo al estilo de un beso francés y fue tan rico! La verdad no tenía ningún olor extraño, era solamente sudor y ese rico jugo que soltaba prueba de su excitación . Pude haber estado así toda la noche, me encantaba pero ella no pudo más y soltó su orgasmo a chorros sobre mi rostro.
Fue nuestra primera guarrada y no parábamos de expresar excitación mientras nos dirigíamos a la ducha.
Ahora me tocaba a mi poner a prueba su límite de atrevimiento y no iba a desaprovechar nada...
Fin...?
Nos mudamos un lunes y esa noche tuvimos sexo por primera vez juntos, nada especial la verdad, todo muy convencional. El martes yo llegaba de mi trabajo a las 17 hrs y la encuentro haciendo ya la cena, estábamos muy enamorados, besos y caricias a cada rato. Cenamos temprano y después de conversar un rato ya nos fuimos a la cama para tener una buena revolcada otra vez. Esta vez si un poco más animoso, me estuvo chupando la verga un buen rato mientras yo le acariciaba las tetitas, pellizcarle los pezones era su debilidad que en su cara se notaba lo exitadisima que la ponía eso. Cuando la puse en cuatro con la intención de darle una buena lamida ella se puso de rodillas y empezó a acercarse hacia mi pene y con una meneadita sensual se introdujo mi miembro y empezamos el ritmo. Variamos posiciones unas cuantas veces hasta que después de un buen rato ya no aguanté y me descargué dentro de ella. Estaba tan exitado que sentía que ya no me quedaba leche para el segundo round, pero no podía dejar a mi chica sin terminar así que la empecé a besar, lamer y acariciar para ponerla bien caliente otra vez. Cuando me dirigía hacia su concha para chuparsela (cosa a la que ya le tenía muchas ganas) veo que el semen todavía se le está escurriendo así que cambie de opinión, no me animaba a tanto aún. La empecé a masturbar con 2 dedos y en cuestión de minutos ella también terminó. Nos quedamos abrazados y esa noche nuestro tema de conversación fue el sexo. Entre otras cosas ambos coincidimos en que lo guarro, lo sucio nos atraía en cierta medida y que quizás de a poco y con más confianza probaríamos cosas nuevas.
El miércoles como siempre llegué a las 17 del trabajo y entre a ducharme. Ella no estaba, ya me había dicho que los miércoles intensifica más en con sus ejercicios así que llegaría media hora después que yo.
Yo me prepare un jugo y me senté en la cama a ver la tele cuando ella llegó, yo estaba solo con un short deportivo, sin bóxer y sin remera ya que no tenía planeado salir. Ella llego toda sudada aún con una calza negra bien ajustada y una remerita que si le quedaba un poco más flojo. Se sacó las zapatillas y se sentó en mi regazo, nos dimos un largo beso y le invite con mi jugo.
Como es obvió con la ropa liviana que tenía yo más ella sentada casi sobre mi miembro la erección era inevitable. Ella apenas lo sintió me miró de forma pícara y entre risas nos dimos otro beso mucho más apasionado lo que fue suficiente para detonarnos otra vez.
Lo primero que hice fue dejarla completamente desnuda de la cintura para arriba y la empecé a manosear y a besar, poco después ella se levantó y me estiro de la mano, me sacó la bermuda y me dijo: "Vamos a la ducha ".
Como yo ya me había duchado no sentí la necesidad asi que estuve a punto de decirle que se duche rápido mientras la esperaba en la cama. Pero la calentura y el morbo del momento me dieron otra idea.
Le dije "No quiero que te duches todavía ". Y de vuelta intercambiamos miradas morbosas. "Estas seguro? Mira que sudé mucho" dijo.
Esas palabras solo me exitaron más y la tire a la cama, le abrí las piernas y me asomé en medio de ellas mientras me miraba con una sonrisa comí diciendo: "Se animará?".
Sin mucho más juego le estire la calza ya con la ropa interior y con mis manos puestas en sus rodillas le abrí bastante de piernas. No hay forma discreta de describir esto así que seré explícito tratando de describir el momento.
Quedé con el rostro a unos escasos 20 centímetros de esa hermosa, abierta, sudada y olorosa concha. El olor me resultaba tan exitante, afrodisíaco, que hasta acerqué más la nariz y aspire ese aroma tan intenso y a la vez rico. Nos miramos y ambos soltamos una risa.
"Lista?" le pregunto y ella asiente con la cabeza. Empiezo a pasar la lengua por la parte de arriba y hacia los costados hasta que con los dedos ella se abre la vagina y me deja introducir la lengua y disfrutar de ese flujo mezclado con sudor y a la vez un poco de orina (advertí que seria explícito).
Entre otras cosas comprobé que la comparación que se suele hacer con la vagina y el olor a pescado tiene mucha razón jaja y a mi el pescado me encanta.
Estuve más de 5 minutos chupando y lamiendole la concha mientras ella se retorcía de placer hasta que de pronto me ataja la cabeza, sorprendido por que pensé que no querría que pare hasta que terminé me quedo mirándola y veo que se da la vuelta y se me queda de espaldas, empieza a levantar la colita acercandola a mi mientras se ríe esta vez ya con mucha más picardia.
Quizás pensó ella que a eso ya no me atrevería. Yo lo único que pensaba era en lo afortunado que era de haberme conseguido una novia tan puta y dispuesta a innovar. No dude ni tarde mucho, "que rico" le dije mientras le abría esas carnosas nalgas y quedaba a mi vista ese ano apretadito un poco mojado con los flujos que se habían escurrido hasta ahí.
En ese momento no pensé en el olor ni nada, la calentura y la excitación me impulsaron a besarle todo ese agujerito y hasta hacia fuerza con la lengua tratando de que entrará al menos un poco. Bese ese culo al estilo de un beso francés y fue tan rico! La verdad no tenía ningún olor extraño, era solamente sudor y ese rico jugo que soltaba prueba de su excitación . Pude haber estado así toda la noche, me encantaba pero ella no pudo más y soltó su orgasmo a chorros sobre mi rostro.
Fue nuestra primera guarrada y no parábamos de expresar excitación mientras nos dirigíamos a la ducha.
Ahora me tocaba a mi poner a prueba su límite de atrevimiento y no iba a desaprovechar nada...
Fin...?
5 comentarios - Después del gym (Relato un poco largo pero vale la pena)