Hace unos meses, entró una compañera nueva a mi trabajo. Empecé a tratar más con ella porque vivía de camino a mi casa y compartíamos la caminata de retorno. Joana su nombre, madre soltera, 30 años, con mucho lío familiar; pero de esas madres que dan todo por el hijo, y no aparentaba nada más que eso.
Una noche, en una juntada de compañeras de trabajo (y luego de varios gin tonic bastante cargaditos), empezamos a hablar de sexo. El tema de la noche fue: frecuencia del acto. En el grupo había de todo: Cami (mi amiga del cole), casada. Yo, chongo fijo. Otra de novia. Un par solteras (una de ellas, Joa). Cuando me tocó a mi, medio inocentemente (realmente no me di cuenta), dije la verdad: le damos con todo los fines de semana y después en la semana tranqui... porque a veces me cuesta recuperarme.
Empezaron todas a reirse, onda "tanto le van a dar"... Camila, que conoce el "dote" de Lucas, aclaró la situación.
- El problema es el tamaño... - dijo mi amiga para terminar de enterrarme. Todas se quedaron mirandome, como esperando que lo confirme. Solo me encogí de hombros, dando a entender que era cierto.
- Pero pará... tamaño de cuanto estamos hablando? - se animó a preguntar una.
- Serán unos... 21 cm mas o menos...pero el problema es el ancho... como así de gorda - hice la seña con la mano del diámetro (sin llegar a tocarme la punta de los dedos) que ya lo conozco de memoria.
- Ah mierda... Me tocaron todos pito corto en la vida!! - se quejó una para descontracturar un poco la charla.
- Eso es del chico que te fue a buscar el otro día? - acotó Joana, que lo había conocido unos días atrás cuando Lucas me pasó a buscar por el trabajo.
- Ese mismo
- Ahhh mirala a Julieta, lindo chico y bien dotado... compartí con las que pasamos hambre! - el comentario me descolocó , y sin saber que responder lo dejé pasar...
- Uy Juli ojo que esta te quiere robar el chongo! - metió cizaña otra
- Pero nooo! ni loca... Solo estuve con uno, el padre de mi nene... - dijo haciendo señas de "chiquitito" - me agarra todo eso y me destruye. Además, estoy en otra etapa de mi vida... - ese comentario me hizo un poco de ruido y se me bajó toda la borrachera de golpe... a que se refería con "otra etapa?". Porque yo también considero que estoy en "otra etapa" de mi vida, después de lo que pasó con mi mejor amiga.
La noche siguió por otros caminos, y cada una a su casa. Los días siguieron normales y esa charla como que quedó en el olvido. Hasta una noche que nos juntamos a hacer after. Yo me senté al lado de Joana. Como la música estaba bastante fuerte, no se podía hablar mucho con las que estaban lejos y quedé con ella charlando. El bar estaba lleno, había un par de mesas de chicos cerca nuestro y pasaban desfilando bastante cerca nuestro. Joana miraba disimuladamente a todos. De un momento a otro, me tira:
- Estoy re alzada, Juli...
- Hace mucho que no... - le pregunté, terminando la frase haciendo la seña de garchar con las manos...
- Desde que me separé, antes de la cuarentena - quise disimular mi cara de asombro, pero se ve que no pude - si, boluda, un montón... pero bueno, con un hijo es más difícil, viste? No todas tenemos la suerte que tenés vos, que te atiendan... como corresponde! y con todo eso ja - medio en joda medio en serio... mucho no me estaba gustando para estaba llevando la charla.
- En eso soy egoísta... no comparto a mi chico... salvo que yo esté presente - me jugué y se la tiré... si ella me iba a tirar todos esos dardos, yo no me iba a quedar atrás. Porque encima, me estaba dando ganas. Por un instante se quedó mirándome sorprendida, hasta que me susurró al oído:
- No me provoques, que estoy con ganas de probar cosas nuevas.
Mis ojos se abrieron de par en par. Me quedé helada. Ella me sonrió, se levantó y se fue al baño. Yo me quedé paralizada. Cuando volvió, como si nada se puso a charlar con las otras chicas. Al otro día, en la vuelta al trabajo las dos juntas, ella volvió a sacar el tema, pero para aclarar. Me pidió perdón si se había sobrepasado, que no era intención de ella incomodarme ni nada de eso. Disculpas aceptadas... pero mi cabeza empezó a maquinar... y no hubo retorno.
Empecé a fantasear hacer un trio con ella y Lucas. Y no había forma de sacármelo de la cabeza. Estaba segura que esas "cosas nuevas" que buscaba era estar con otra mujer. No se si era intuición o qué... pero tenía la certeza que por ahí venía la cosa. El problema era que no sabía como encararla.
Hasta que llegó la fiesta de fin de año del sanatorio. Me puse fecha límite esa noche. Iba a hacer todo lo posible para irme con ella, a la cama de Lucas. Empecé a tomar de temprano, para juntar todo el coraje que pudiera. En un momento, le pido que me acompañe al baño. Mi corazón latía a mil, no recuerdo haber estado tan nerviosa por una situación así. Antes de salir, me acerco y la arrincono contra una de las puertas:
- Qué es lo nuevo que estás buscando? -
- Algo distinto... - respondió un poco sorprendida por mi pregunta de la nada
- Distinto... como qué... - insistí yo
Se empezó a reir sin saber qué decir. Se colgó de mis hombros (las dos estábamos media borrachas a esa altura) y me susurró:
- Ni idea Juli... quiero probar cosas nuevas. Siempre fue todo muy automático, aburrido. Quiero probar... - y se calló.
- Mirá... no se qué es lo distinto que querés probar. Yo estoy en una etapa parecida a vos... me gustan cosas distintas. Si querés probar algo nuevo, te presto a mi chico. Pero yo tengo que estar presente. Y me gusta participar. Después de la fiesta, me vuelvo a su casa. Estás invitada. - por un momento se quedó pensando, queriendo procesar lo que había escuchado. Mi corazón latía a mil. No sabía si me iba a mandar a la mierda o iba a aceptar.
- Si... no se... ya fue. Vamos. Pero, tu novio sabe de esto?
- Pensás que va a poner alguna objeción? - ninguna dijo más nada, pero era lógica la respuesta. Le tiré un pico en la boca y me fui porque estaba por explotar de los nervios.
Desde ese momento, me fui mentalmente de la fiesta. Cuando mi cuerpo no dio más, le dije que me iba. No dudó un instante y se vino conmigo, nos escapamos casi sin saludar a nadie. Nos subimos a un taxi y en silencio fuimos hasta el departamento de Lucas. Cuando entramos, él ya estaba durmiendo (yo le había dicho que iba a dormir, pero sin el detalle de volver acompañada). "Esperame acá", le dije señalándole la puerta de la habitación. Me metí en la cama, casi tirándome arriba. "Hola amor", le dije besándolo y metiendo mano en la verga. Él se despertó y respondió a mi beso agarrándome instintivamente el culo. "No vine sola", le dije y su cara de dormido se transformó en perversión. "Te presento a una compañera de trabajo. Joana. Él es Lucas".
Mi chico se sentó en la cama con cara mezcla de dormido y sorpresa, mientras Joana se acercaba a nosotros. Ella se sentó a mi lado, y también se la notaba nerviosa. Yo le acariciaba los muslos a ella con una mano, y con la otra la pija. La sonrisa en el rostro de Lucas era como si aún estuviera soñando. Me arrodillé a sus pies y le bajé el boxer dejando la verga colgando entre sus piernas. Aun no estaba del todo dura, pero ya se notaba enorme.
La agarré con una mano mostrándosela a Joa, que tenía los ojitos desorbitados. La punta de la pija colgaba porque aún estaba blandita. Empecé a chuparla ante la mirada de ella. Lucas, que ya está un poco más canchero en esta onda de tríos, la agarró de la mano y la acercó a él. La besó mientras yo seguía arrodillada a sus pies chupándole la verga, que se terminó de endurecer cuando Joa le comió la boca.
La invité a arrodillarse conmigo. "Era posta que es enorme" susurró cuando la tuvo en frente. Se la hice agarrar, le faltaba bastante para que los dedos lleguen a rodearla. Le até el pelo en una cola con mis manos y empujé su cara contra la poronga. No metía más que la punta. "Abrí bien", le decía mientras le apretaba la mandíbula.
Salió ahogada de tanta pija que se había tragado. Ahí aproveché yo: me puse en frente, la agarré y le pregunté qué era lo nuevo que tanto buscaba... Se la notaba nerviosa. Evidentemente, nunca había estado en esa situación. Pero yo ya no tenía dudas a qué se refería.
La abracé desde el cuello atrayendo su cara a la mía y le comí la boca. Primero le mordí los labios. Le pasé la lengua rodeando su boca. Ella se dejaba hacer. Solo disfrutaba y largaba suspiros desesperados de aceptación. Hasta que abrí mi boca y enterré la lengua en la suya. Joa se dejó llevar y terminamos abrazadas en el piso chapando como dos adolescentes.
Luego de un rato, nos paramos y empezamos a desvestirnos. Me sorprendí de como engaña el uniforme del trabajo: terrible lomazo tenía la guacha. Unas tetas firmes envidia de cualquiera, y un culo fibroso y parado. No me aguanté y la empecé a manosear entera, no pude evitar terminar chupándole las tetas desesperada mientras la tiraba en la cama. Mientras yo estaba en sus pechos, Lucas se arrodilló sobre su cara y le metió la verga en la boca.
Fui bajando hasta llegar a su concha. Solita abrió sus piernas y dejó que me metiera a chupársela. Sus gemidos se ahogaban con el trozo de carne de Lucas en su boca. Le enterré dos dedos sin dejar de golpear su clítoris con mi lengua. Estaba empapada la guacha, se sentía como mis dedos estaban en un mar de flujos dentro de su concha. Dos movimientos y explotó. Soltó la pija y con las dos manos se aferró de mis pelos para hundirme la cara en su concha.
Por la presión los dedos se enterraron más. "Ay siii siiii que hermoso no pares" gritaba ella, mezclando gemidos y alaridos de placer. Realmente estaba muy alzada la mina. El orgasmo fue acompañado de convulsiones en todo el cuerpo. Su boca se abrió como para gritar pero no salía sonido. Hasta que se calmó, su cuerpo cayó contra el colchón nuevamente y me apartó de la concha.
Joa quedó tirada agarrándose la cabeza recuperando el aliento. "Ay nena que bien la chupás" me decía mientras yo me acercaba a chuparle las tetas. Sus muslos estaban empapados de la chorreada que había tenido. "Y no sabés como te va a garchar él" le dije mientras Lucas apuntaba la verga durísima contra su concha. Ella solo atinó a pedir que le diera despacio.
Si sabrá Lucas lo que es entrar en una concha cerrada. Él no solo fue uno de mis primeros garches (el segundo, pero por tamaño... creo que me desvirgó él), sino que con paciencia hasta logró desvirgarme el culo... así que sabía bien cómo hacer. Mientras yo la besaba y le manoseaba las tetas y la panza, él avanzaba con su poronga dentro de la concha cerrada de Joa.
Cuando fue acostumbrandose, empezó a meter y sacar la verga cada vez con mayor velocidad. "Uff se siente... muy adentro..." decía ella cada vez que Lucas la enterraba casi por completo. Cuando estuvo por acabar, la sacó y apuntando a las tetas empezó a pajearse. Yo puse mi cara sobre el pecho de ella y esperé la descarga. El primer chorro me pegó en la cara y el resto fue cayendo sobre la panza de mi amiga. Lucas le fue desparramando la leche desde el abdomen hasta las tetas y ahí la metía en mi boca. Luego, seguí chupándole las tetas enlechadas.
La dejé a Joa recuperarse, chorreando leche y recuperando el aliento, y me fui con mi macho. Su verga seguía tiesa. Lo acosté y me senté encima enterrándola completa. Yo también estaba re caliente, para qué negarlo. Lo cabalgué desesperada, mirando hacia el costado donde estaba ella. Joa empezó a pajearse mirando como me garchaba a Lucas. Me encantó esa imagen, y empecé a cabalgar aún más fuerte. Subía sacándola casi por completo y me dejaba caer hasta que me destrozaba entera lo más adentro que podía.
Joa se levantó y se sentó al lado mio. Se la notaba más suelta, más tranquila. Mientras yo movía mi cuerpo hacia adelante y atrás refregando mi clítoris sobre la piel de Lucas, ella se puso a hablarme.
- Sabés que me gusta... que se lo pedía siempre al boludo de mi ex, y ahora me doy cuenta que no se lo merecía... - mientras me hablaba, la guacha me manoseaba las tetas y besaba el cuello y me hacía delirar - pero esa pija... sin dudas que si... me gusta que tragarme toda la leche. Que me acaben en la boca. - Yo no podía creer lo que estaba escuchando, mientras me movía arriba del vergón de Lucas. Me mordí los labios y empecé a cabalgar más fuerte. Las manos de Lucas y Joa amasaban mis tetas y la verga la sentí hincharse más adentro mío al escuchar a la zorra de mi amiga hablar.
Cuando me hizo una seña que estaba por acabar, me levanté y haciéndola arrodillar, le apunté la verga a la cara. Porque si quería tomar la lechita de mi macho, lo iba a hacer como una puta esclava tirada en el piso. Ella sin problemas abrió la boca y cerró los ojos. Yo lo pajeaba rápido, escupiendo en el tronco para que lubricara más.
Hasta que la respiración de Lucas empezó a acelerarse y le largó dos lechazos intensos sobre la cara y el resto yo le coloqué la punta de la verga en la lengua. Desesperada, iba metiendo la lengua adentro de la boca para tragar, dejando que el resto del semen chorreara por la pera. Volvía a sacar la lengua, juntaba leche y tragaba. Así hasta que no salió más nada.
Yo agarré la verga de Lucas y la limpié metiéndomela en la boca. Ella se refregó la cara con las manos, desparramando toda la guasca en sus mejillas, bajó por el cuello hasta su pecho y se dejó caer rendida al piso. Le pregunté si quería ir a bañarse. "No, dejame asi... me encanta estar toda guasqueada". No podía creerlo. Se había liberado de una forma que nunca me hubiese imaginado. La imagen de madre se había transformado en la de una puta petera sucia sedienta de leche.
La llevé a la cama y volvimos a lo "nuevo". Chapamos mientras nos pajeábamos. Me acordaba de las técnicas que usábamos con Agustina, pero me pareció mucho para la primera vez (si, espero que haya otras más). Lucas se tiró entre mis piernas y me la chupó hasta hacerme acabar. Luego, se puso al lado de Joana (quedando ella en el medio) y le chupamos las tetas y la pajeamos entre los dos. "Me van hacer explotar de nuevo" gritaba ella.
Pero esa explosión no llegó. Lucas la puso en 4, no dudaba que iba a querer cogersela asi porque tenía un lomazo la guacha. La hizo abrirse bien y la empezó a taladrar. Ahora ya más acostumbrada, se bancó un polvazo intenso de Lucas que le empezó a dar sin asco agarrándose fuerte de su cintura.
Yo al lado, solo miraba. Me generaba un morbo raro. No era Agustina la que estaba ahí, era otra... El amor de mi vida se estaba cogiendo una cualquiera. Y me gustaba. Empecé a pajearme y cuando Lucas me vio, me hizo acercar. Me puse en 4, al lado de ella. Se empezó a turnar. Me cogía a mi con la verga y los dedos a ella. Luego al revés. Conmigo empezó a jugar en la cola.
"Le vas a mostrar a tu amiga como te la bancas por el culo" dijo Lucas mientras el segundo dedo se abría paso. "Siii" exclamé yo que a esa altura estaba re caliente, chapando con Joana mientras nos cogía a su gusto. Sin mucha preparación, sacó la verga y me la metió de una por el culo. Tiré la cabeza contra la sábana y mordí la almohada.
Mi amiga se movió para ver el espectáculo. Lucas escupiendome el orto para lubricar el pijón que poco a poco seguía enterrándose en mi colita. Ella se pajeaba mientras a mi me culeaban. Cuando no pude más, Lucas se acostó y nos tiramos las dos desesperadas sobre la verga. Empezamos a chuparla entre las dos, desde las bolas hasta la punta, ida y vuelta, arriba y abajo. Yo bajé más, y casi le lamía el culo mientras ella se metía la puntita en la boca.
No aguantó mucho y acabó, otra vez en la boca de Joa. Pero esta vez dejó la cabeza de la poronga dentro de su boca y acumuló todo el semen. Cuando terminó, mostró toda la guasca en la boca, la tragó y volvió a mostrar que no tenía nada. Lucas se agarraba la cabeza sin poder creer lo que estaba pasando. Yo le comí la boca desesperada para sentír el gustito a la leche de mi chico. Cuando soltamos el chape, se tiró en la cama y suspirando se rindió. "No me da más la concha", dijo y la entendí por todo lo que había contado.
La invitamos a quedarse, pero insistió en que le pidamos un taxi. "Dejate de joder, Juli... sigan garchando ustedes, yo me voy a dormir a mi casa. No doy más, estoy fuera de estado" me decía riéndose. Bajé a abrirle, y a diferencia de lo que pasaba con Agus (que cualquier momento a solas lo usabamos para chapar como adolescentes alzadas), con ella fue todo más formal. Salvo la despedida que amagó con saludarme onda beso en la mejilla y yo le corrí la cara para darle un pico. "Sos trola eh" me dijo riéndose y se fue.
Cuando me metí en la cama de nuevo, lo abracé a Lucas y empecé a besarlo como si nada hubiese pasado.
- Esto... - empezó a decir él
- Mañana hablamos. Cogeme de nuevo - le dije, re caliente y sin ganas de dar explicaciones obvias. Me pegó una garchada terrible, esta vez más liberado, hasta que me dejó la concha rebalsando de leche.
El lunes venía la parte más difícil: volver a encontrarme a Joana en el trabajo. Pero fue todo mucho más natural de lo que pensaba. No tocamos más el tema. Y por suerte, nadie se dio cuenta que a las dos nos costaba movernos del dolor que teníamos de tanto pijazo.
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Indice
Una noche, en una juntada de compañeras de trabajo (y luego de varios gin tonic bastante cargaditos), empezamos a hablar de sexo. El tema de la noche fue: frecuencia del acto. En el grupo había de todo: Cami (mi amiga del cole), casada. Yo, chongo fijo. Otra de novia. Un par solteras (una de ellas, Joa). Cuando me tocó a mi, medio inocentemente (realmente no me di cuenta), dije la verdad: le damos con todo los fines de semana y después en la semana tranqui... porque a veces me cuesta recuperarme.
Empezaron todas a reirse, onda "tanto le van a dar"... Camila, que conoce el "dote" de Lucas, aclaró la situación.
- El problema es el tamaño... - dijo mi amiga para terminar de enterrarme. Todas se quedaron mirandome, como esperando que lo confirme. Solo me encogí de hombros, dando a entender que era cierto.
- Pero pará... tamaño de cuanto estamos hablando? - se animó a preguntar una.
- Serán unos... 21 cm mas o menos...pero el problema es el ancho... como así de gorda - hice la seña con la mano del diámetro (sin llegar a tocarme la punta de los dedos) que ya lo conozco de memoria.
- Ah mierda... Me tocaron todos pito corto en la vida!! - se quejó una para descontracturar un poco la charla.
- Eso es del chico que te fue a buscar el otro día? - acotó Joana, que lo había conocido unos días atrás cuando Lucas me pasó a buscar por el trabajo.
- Ese mismo
- Ahhh mirala a Julieta, lindo chico y bien dotado... compartí con las que pasamos hambre! - el comentario me descolocó , y sin saber que responder lo dejé pasar...
- Uy Juli ojo que esta te quiere robar el chongo! - metió cizaña otra
- Pero nooo! ni loca... Solo estuve con uno, el padre de mi nene... - dijo haciendo señas de "chiquitito" - me agarra todo eso y me destruye. Además, estoy en otra etapa de mi vida... - ese comentario me hizo un poco de ruido y se me bajó toda la borrachera de golpe... a que se refería con "otra etapa?". Porque yo también considero que estoy en "otra etapa" de mi vida, después de lo que pasó con mi mejor amiga.
La noche siguió por otros caminos, y cada una a su casa. Los días siguieron normales y esa charla como que quedó en el olvido. Hasta una noche que nos juntamos a hacer after. Yo me senté al lado de Joana. Como la música estaba bastante fuerte, no se podía hablar mucho con las que estaban lejos y quedé con ella charlando. El bar estaba lleno, había un par de mesas de chicos cerca nuestro y pasaban desfilando bastante cerca nuestro. Joana miraba disimuladamente a todos. De un momento a otro, me tira:
- Estoy re alzada, Juli...
- Hace mucho que no... - le pregunté, terminando la frase haciendo la seña de garchar con las manos...
- Desde que me separé, antes de la cuarentena - quise disimular mi cara de asombro, pero se ve que no pude - si, boluda, un montón... pero bueno, con un hijo es más difícil, viste? No todas tenemos la suerte que tenés vos, que te atiendan... como corresponde! y con todo eso ja - medio en joda medio en serio... mucho no me estaba gustando para estaba llevando la charla.
- En eso soy egoísta... no comparto a mi chico... salvo que yo esté presente - me jugué y se la tiré... si ella me iba a tirar todos esos dardos, yo no me iba a quedar atrás. Porque encima, me estaba dando ganas. Por un instante se quedó mirándome sorprendida, hasta que me susurró al oído:
- No me provoques, que estoy con ganas de probar cosas nuevas.
Mis ojos se abrieron de par en par. Me quedé helada. Ella me sonrió, se levantó y se fue al baño. Yo me quedé paralizada. Cuando volvió, como si nada se puso a charlar con las otras chicas. Al otro día, en la vuelta al trabajo las dos juntas, ella volvió a sacar el tema, pero para aclarar. Me pidió perdón si se había sobrepasado, que no era intención de ella incomodarme ni nada de eso. Disculpas aceptadas... pero mi cabeza empezó a maquinar... y no hubo retorno.
Empecé a fantasear hacer un trio con ella y Lucas. Y no había forma de sacármelo de la cabeza. Estaba segura que esas "cosas nuevas" que buscaba era estar con otra mujer. No se si era intuición o qué... pero tenía la certeza que por ahí venía la cosa. El problema era que no sabía como encararla.
Hasta que llegó la fiesta de fin de año del sanatorio. Me puse fecha límite esa noche. Iba a hacer todo lo posible para irme con ella, a la cama de Lucas. Empecé a tomar de temprano, para juntar todo el coraje que pudiera. En un momento, le pido que me acompañe al baño. Mi corazón latía a mil, no recuerdo haber estado tan nerviosa por una situación así. Antes de salir, me acerco y la arrincono contra una de las puertas:
- Qué es lo nuevo que estás buscando? -
- Algo distinto... - respondió un poco sorprendida por mi pregunta de la nada
- Distinto... como qué... - insistí yo
Se empezó a reir sin saber qué decir. Se colgó de mis hombros (las dos estábamos media borrachas a esa altura) y me susurró:
- Ni idea Juli... quiero probar cosas nuevas. Siempre fue todo muy automático, aburrido. Quiero probar... - y se calló.
- Mirá... no se qué es lo distinto que querés probar. Yo estoy en una etapa parecida a vos... me gustan cosas distintas. Si querés probar algo nuevo, te presto a mi chico. Pero yo tengo que estar presente. Y me gusta participar. Después de la fiesta, me vuelvo a su casa. Estás invitada. - por un momento se quedó pensando, queriendo procesar lo que había escuchado. Mi corazón latía a mil. No sabía si me iba a mandar a la mierda o iba a aceptar.
- Si... no se... ya fue. Vamos. Pero, tu novio sabe de esto?
- Pensás que va a poner alguna objeción? - ninguna dijo más nada, pero era lógica la respuesta. Le tiré un pico en la boca y me fui porque estaba por explotar de los nervios.
Desde ese momento, me fui mentalmente de la fiesta. Cuando mi cuerpo no dio más, le dije que me iba. No dudó un instante y se vino conmigo, nos escapamos casi sin saludar a nadie. Nos subimos a un taxi y en silencio fuimos hasta el departamento de Lucas. Cuando entramos, él ya estaba durmiendo (yo le había dicho que iba a dormir, pero sin el detalle de volver acompañada). "Esperame acá", le dije señalándole la puerta de la habitación. Me metí en la cama, casi tirándome arriba. "Hola amor", le dije besándolo y metiendo mano en la verga. Él se despertó y respondió a mi beso agarrándome instintivamente el culo. "No vine sola", le dije y su cara de dormido se transformó en perversión. "Te presento a una compañera de trabajo. Joana. Él es Lucas".
Mi chico se sentó en la cama con cara mezcla de dormido y sorpresa, mientras Joana se acercaba a nosotros. Ella se sentó a mi lado, y también se la notaba nerviosa. Yo le acariciaba los muslos a ella con una mano, y con la otra la pija. La sonrisa en el rostro de Lucas era como si aún estuviera soñando. Me arrodillé a sus pies y le bajé el boxer dejando la verga colgando entre sus piernas. Aun no estaba del todo dura, pero ya se notaba enorme.
La agarré con una mano mostrándosela a Joa, que tenía los ojitos desorbitados. La punta de la pija colgaba porque aún estaba blandita. Empecé a chuparla ante la mirada de ella. Lucas, que ya está un poco más canchero en esta onda de tríos, la agarró de la mano y la acercó a él. La besó mientras yo seguía arrodillada a sus pies chupándole la verga, que se terminó de endurecer cuando Joa le comió la boca.
La invité a arrodillarse conmigo. "Era posta que es enorme" susurró cuando la tuvo en frente. Se la hice agarrar, le faltaba bastante para que los dedos lleguen a rodearla. Le até el pelo en una cola con mis manos y empujé su cara contra la poronga. No metía más que la punta. "Abrí bien", le decía mientras le apretaba la mandíbula.
Salió ahogada de tanta pija que se había tragado. Ahí aproveché yo: me puse en frente, la agarré y le pregunté qué era lo nuevo que tanto buscaba... Se la notaba nerviosa. Evidentemente, nunca había estado en esa situación. Pero yo ya no tenía dudas a qué se refería.
La abracé desde el cuello atrayendo su cara a la mía y le comí la boca. Primero le mordí los labios. Le pasé la lengua rodeando su boca. Ella se dejaba hacer. Solo disfrutaba y largaba suspiros desesperados de aceptación. Hasta que abrí mi boca y enterré la lengua en la suya. Joa se dejó llevar y terminamos abrazadas en el piso chapando como dos adolescentes.
Luego de un rato, nos paramos y empezamos a desvestirnos. Me sorprendí de como engaña el uniforme del trabajo: terrible lomazo tenía la guacha. Unas tetas firmes envidia de cualquiera, y un culo fibroso y parado. No me aguanté y la empecé a manosear entera, no pude evitar terminar chupándole las tetas desesperada mientras la tiraba en la cama. Mientras yo estaba en sus pechos, Lucas se arrodilló sobre su cara y le metió la verga en la boca.
Fui bajando hasta llegar a su concha. Solita abrió sus piernas y dejó que me metiera a chupársela. Sus gemidos se ahogaban con el trozo de carne de Lucas en su boca. Le enterré dos dedos sin dejar de golpear su clítoris con mi lengua. Estaba empapada la guacha, se sentía como mis dedos estaban en un mar de flujos dentro de su concha. Dos movimientos y explotó. Soltó la pija y con las dos manos se aferró de mis pelos para hundirme la cara en su concha.
Por la presión los dedos se enterraron más. "Ay siii siiii que hermoso no pares" gritaba ella, mezclando gemidos y alaridos de placer. Realmente estaba muy alzada la mina. El orgasmo fue acompañado de convulsiones en todo el cuerpo. Su boca se abrió como para gritar pero no salía sonido. Hasta que se calmó, su cuerpo cayó contra el colchón nuevamente y me apartó de la concha.
Joa quedó tirada agarrándose la cabeza recuperando el aliento. "Ay nena que bien la chupás" me decía mientras yo me acercaba a chuparle las tetas. Sus muslos estaban empapados de la chorreada que había tenido. "Y no sabés como te va a garchar él" le dije mientras Lucas apuntaba la verga durísima contra su concha. Ella solo atinó a pedir que le diera despacio.
Si sabrá Lucas lo que es entrar en una concha cerrada. Él no solo fue uno de mis primeros garches (el segundo, pero por tamaño... creo que me desvirgó él), sino que con paciencia hasta logró desvirgarme el culo... así que sabía bien cómo hacer. Mientras yo la besaba y le manoseaba las tetas y la panza, él avanzaba con su poronga dentro de la concha cerrada de Joa.
Cuando fue acostumbrandose, empezó a meter y sacar la verga cada vez con mayor velocidad. "Uff se siente... muy adentro..." decía ella cada vez que Lucas la enterraba casi por completo. Cuando estuvo por acabar, la sacó y apuntando a las tetas empezó a pajearse. Yo puse mi cara sobre el pecho de ella y esperé la descarga. El primer chorro me pegó en la cara y el resto fue cayendo sobre la panza de mi amiga. Lucas le fue desparramando la leche desde el abdomen hasta las tetas y ahí la metía en mi boca. Luego, seguí chupándole las tetas enlechadas.
La dejé a Joa recuperarse, chorreando leche y recuperando el aliento, y me fui con mi macho. Su verga seguía tiesa. Lo acosté y me senté encima enterrándola completa. Yo también estaba re caliente, para qué negarlo. Lo cabalgué desesperada, mirando hacia el costado donde estaba ella. Joa empezó a pajearse mirando como me garchaba a Lucas. Me encantó esa imagen, y empecé a cabalgar aún más fuerte. Subía sacándola casi por completo y me dejaba caer hasta que me destrozaba entera lo más adentro que podía.
Joa se levantó y se sentó al lado mio. Se la notaba más suelta, más tranquila. Mientras yo movía mi cuerpo hacia adelante y atrás refregando mi clítoris sobre la piel de Lucas, ella se puso a hablarme.
- Sabés que me gusta... que se lo pedía siempre al boludo de mi ex, y ahora me doy cuenta que no se lo merecía... - mientras me hablaba, la guacha me manoseaba las tetas y besaba el cuello y me hacía delirar - pero esa pija... sin dudas que si... me gusta que tragarme toda la leche. Que me acaben en la boca. - Yo no podía creer lo que estaba escuchando, mientras me movía arriba del vergón de Lucas. Me mordí los labios y empecé a cabalgar más fuerte. Las manos de Lucas y Joa amasaban mis tetas y la verga la sentí hincharse más adentro mío al escuchar a la zorra de mi amiga hablar.
Cuando me hizo una seña que estaba por acabar, me levanté y haciéndola arrodillar, le apunté la verga a la cara. Porque si quería tomar la lechita de mi macho, lo iba a hacer como una puta esclava tirada en el piso. Ella sin problemas abrió la boca y cerró los ojos. Yo lo pajeaba rápido, escupiendo en el tronco para que lubricara más.
Hasta que la respiración de Lucas empezó a acelerarse y le largó dos lechazos intensos sobre la cara y el resto yo le coloqué la punta de la verga en la lengua. Desesperada, iba metiendo la lengua adentro de la boca para tragar, dejando que el resto del semen chorreara por la pera. Volvía a sacar la lengua, juntaba leche y tragaba. Así hasta que no salió más nada.
Yo agarré la verga de Lucas y la limpié metiéndomela en la boca. Ella se refregó la cara con las manos, desparramando toda la guasca en sus mejillas, bajó por el cuello hasta su pecho y se dejó caer rendida al piso. Le pregunté si quería ir a bañarse. "No, dejame asi... me encanta estar toda guasqueada". No podía creerlo. Se había liberado de una forma que nunca me hubiese imaginado. La imagen de madre se había transformado en la de una puta petera sucia sedienta de leche.
La llevé a la cama y volvimos a lo "nuevo". Chapamos mientras nos pajeábamos. Me acordaba de las técnicas que usábamos con Agustina, pero me pareció mucho para la primera vez (si, espero que haya otras más). Lucas se tiró entre mis piernas y me la chupó hasta hacerme acabar. Luego, se puso al lado de Joana (quedando ella en el medio) y le chupamos las tetas y la pajeamos entre los dos. "Me van hacer explotar de nuevo" gritaba ella.
Pero esa explosión no llegó. Lucas la puso en 4, no dudaba que iba a querer cogersela asi porque tenía un lomazo la guacha. La hizo abrirse bien y la empezó a taladrar. Ahora ya más acostumbrada, se bancó un polvazo intenso de Lucas que le empezó a dar sin asco agarrándose fuerte de su cintura.
Yo al lado, solo miraba. Me generaba un morbo raro. No era Agustina la que estaba ahí, era otra... El amor de mi vida se estaba cogiendo una cualquiera. Y me gustaba. Empecé a pajearme y cuando Lucas me vio, me hizo acercar. Me puse en 4, al lado de ella. Se empezó a turnar. Me cogía a mi con la verga y los dedos a ella. Luego al revés. Conmigo empezó a jugar en la cola.
"Le vas a mostrar a tu amiga como te la bancas por el culo" dijo Lucas mientras el segundo dedo se abría paso. "Siii" exclamé yo que a esa altura estaba re caliente, chapando con Joana mientras nos cogía a su gusto. Sin mucha preparación, sacó la verga y me la metió de una por el culo. Tiré la cabeza contra la sábana y mordí la almohada.
Mi amiga se movió para ver el espectáculo. Lucas escupiendome el orto para lubricar el pijón que poco a poco seguía enterrándose en mi colita. Ella se pajeaba mientras a mi me culeaban. Cuando no pude más, Lucas se acostó y nos tiramos las dos desesperadas sobre la verga. Empezamos a chuparla entre las dos, desde las bolas hasta la punta, ida y vuelta, arriba y abajo. Yo bajé más, y casi le lamía el culo mientras ella se metía la puntita en la boca.
No aguantó mucho y acabó, otra vez en la boca de Joa. Pero esta vez dejó la cabeza de la poronga dentro de su boca y acumuló todo el semen. Cuando terminó, mostró toda la guasca en la boca, la tragó y volvió a mostrar que no tenía nada. Lucas se agarraba la cabeza sin poder creer lo que estaba pasando. Yo le comí la boca desesperada para sentír el gustito a la leche de mi chico. Cuando soltamos el chape, se tiró en la cama y suspirando se rindió. "No me da más la concha", dijo y la entendí por todo lo que había contado.
La invitamos a quedarse, pero insistió en que le pidamos un taxi. "Dejate de joder, Juli... sigan garchando ustedes, yo me voy a dormir a mi casa. No doy más, estoy fuera de estado" me decía riéndose. Bajé a abrirle, y a diferencia de lo que pasaba con Agus (que cualquier momento a solas lo usabamos para chapar como adolescentes alzadas), con ella fue todo más formal. Salvo la despedida que amagó con saludarme onda beso en la mejilla y yo le corrí la cara para darle un pico. "Sos trola eh" me dijo riéndose y se fue.
Cuando me metí en la cama de nuevo, lo abracé a Lucas y empecé a besarlo como si nada hubiese pasado.
- Esto... - empezó a decir él
- Mañana hablamos. Cogeme de nuevo - le dije, re caliente y sin ganas de dar explicaciones obvias. Me pegó una garchada terrible, esta vez más liberado, hasta que me dejó la concha rebalsando de leche.
El lunes venía la parte más difícil: volver a encontrarme a Joana en el trabajo. Pero fue todo mucho más natural de lo que pensaba. No tocamos más el tema. Y por suerte, nadie se dio cuenta que a las dos nos costaba movernos del dolor que teníamos de tanto pijazo.
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27 comentarios - Nuevas experiencias
gracias por compartir!
gracias por comentar siempre y seguirme desde tanto tiempo!
me gusta que todas las veces es service completo, despues de Messi, Lucas es mi segundo ídolo 😂😅
gracias por comentar!
post solo con fotos no hice, ni voy a hacer. no me interesa
gracias por comentar
resultó muy guarra joa
gracias por comentar!
gracias por comentar!
solo una vez lucas le acabó sin forro en el culo a agustina. pero bueno.. hay otra confianza ahi
ya no subo tantos relatos aca, ahora hago short stories en instagram con algunas situaciones que voy contando. podes seguirme juuli88p