POILER
SPOILER
SPOILER
hiphop911ok
Si no leíste "Mi prima, Mara: El camino de la tentación" no sigas adelante...
Dejo el undécimo capítulo completo de la tercera parte de la historia. Siempre estará sujeto a alguna revisión final, por lo que puede que tenga algún agregado posteriormente y correcciones.
Aunque la idea principal del capítulo está ahí.
Saludos!!
CAPITULO XI
CAPÍTULO XI
No sé por qué, pero mi corazón comenzó a latir fuerte.
Me encontraba sobre ella, entre sus piernas con todo su aroma descompaginando mi sistema nervioso.
Lo disfrutaba.
Tan rico…
Quería hacerlo con ella.
La miraba a los ojos mientras me acariciaba el torso, de costado.
MAR: No pienses… Solo hagámoslo…- Pareció expresar con sentimiento.
De fondo, la música seguía haciendo de las suyas, brindándonos un ambiente propicio para que suceda.
Esta vez, con “Lamento boliviano”.
No pensé.
Tomé el vestido y terminé de sacarselo para abajo.
Que hermosa que se veía.
Dios…
¿Qué me pasaba?
Sus piernas, lisas y suaves eran una delicia para mis palmas, que las abrazaban.
MAR: Aaaa…
Su diminuta tanga, pedía a gritos que se la arrancara.
Me agaché un poco y besé la piel de sus tetas, que lucían blancas y con cierto tono rojizo.
Le agarré una con una mano y la sujete firmemente.
Ella suspiró otra vez.
Dios…
Lentamente pasé mis labios por ella y le pegué tal beso que me encantó.
“Chuik chuik”
Mi verga latía dentro de mi pantalón.
Comencé a besarla desde las tetas hacia abajo.
Muy despacio y como si fuera un sendero, continué por su pancita hasta su vientre. Era muy rico el calorcito que me acompañaba en la travesía.
MAR: Aaww…
La temperatura de su piel era la ideal. Bien calentita, hacía regocijar a mi boca.
Seguí hasta llegar a la tela de su tanga.
Ella apoyó su mano sobre mi cara, hasta que se le hizo imposible llegar a tocarla.
Tomé su prenda de los costados y la bajé hasta sus muslos.
Ella cerró sus piernas, no sin antes dejarme ver un segundo sus labios vaginales rosaditos.
Ella estaba violeta, muy tímida.
Con mi palma, acaricié su cola, llegando hasta el muslo.
De costado a ella, levanté sus piernas para quitarle la tanga.
Que fina se veía Mara en esa pose.
Arrodillado en la cama, se las separé.
Muy colorada, lo permitió.
Uff…
Tenía la conchita toda depilada, a excepción de una delgada línea de pelos hacia arriba, en forma de rayita.
Hermosa...
Sus labios vaginales estaban muy rosas y cerraditos.
Le di unos besitos en los muslos, que me llamaron en una suerte de atracción gravitatoria. Depositar mi boca en el calor de su piel fue espectacular. Luego, me acerqué a su vagina.
Apoyé suavemente mis labios sobre su vulva.
Ella gimió.
Que rico olorcito a concha… Hermoso…
Luego saqué mi lengua y muy lentamente se la pasé desde abajo hacia arriba, vulnerando la resistencia que sus bellos labios oponían.
MAR: Aaaa…- Gritó.
Un sabor delicioso ingresó en mis papilas gustativas…
Estaba mojada. Bastante en realidad.
Y con la punta de la lengua, llegué a su clítoris.
Todo en la misma pasada.
Dejé mucha saliva en el camino.
Luego, subí a besarla en la boca.
Ya respiraba mucho más agitada.
Me agarró bruscamente del rostro y me estampó un terrible beso, con sus ojos cerrados y su ceño fruncido.
“Haaa” me hizo.
Me mató.
Era demasiado cálido el ambiente. Perfecto.
Recuerdo que me tomó del cinturón y comenzó a desabrocharlo.
Ninguno de los dos hablaba demasiado.
Expresamos con gestos y suspiros lo que sentíamos.
MAR: No aguanto más, amor… haa…- Me decía dentro de la boca, mandandome lengua hasta la garganta.
La ayudé, bajándome el lompa hasta abajo.
Ni bien tuvo la oportunidad, me agarró la verga por fuera del bóxer.
Ufff…
Que placer….
Yo necesitaba liberarla y ahora me separaba de ella, la delgada tela del calzoncillo.
Volví a besarla.
MAR: Uumm… mmm… aaaa.- Gemía tocándome.
Yo igual.
No podía más.
YO: Ohh.. aaa… Hermosa…-
Metió su mano dentro de mi prenda.
Su calor fue como una brasa que me acogió.
Me agarró la pija bien del tronco, como si fuera suya. De su propiedad.
Abrió la boca de placer al hacerlo, mientras yo le comía el cuello.
Me subió y bajó la piel una veces, provocando un estado de locura caliente en mí.
Dios… Qué bien se sentía…
Yo también ya suspiraba sin poder parar.
Ella contribuía haciendo lo propio y sosteniendo fuertemente mi verga desde el tronco.
Supongo que algo de líquido preseminal cayó sobre su mano, ya que comenzaba a sentirla un poco lubricada.
YO: Ooohh…
Ella tenía los ojos cerrados y fruncía el ceño.
Después de meses, otra vez tomaba contacto conmigo.
La forma suave que me tocaba, me estaba poniendo en demasiada desventaja.
Mucho placer estaba sintiendo.
Demasiado.
No me salió otra que besarla apasionadamente en la boca.
MAR: Aaawww… Amor…. oohh…- Exclamó muy excitada.
Ambos nos encontrábamos en el cielo.
Pero no dejaba de succionar mis labios.
Estaba implorando que la penetrara.
Noté sus ganas cuando me apretó bien fuerte la pija.
Suspiré fuerte…
Como loco, me acomodé para hacerlo.
Completamente fuera de sí por el deseo, se mordió y me agarró de la cara. Más precisamente de las mejillas.
Abrió sus ojos y me miró profundamente.
El color rojizo había tomado por completo la superficie de su hermoso rostro.
Era ahora…
Apoyado en uno de mis brazos, me agarré la verga para llevarla a su conchita.
Su corazón latía más fuerte que el mío, que venía averiado.
Tenía sus ojos, algo vidriosos. No dejaba de parpadear.
En ese momento sentí como sus labios vaginales recibían a mi miembro, calientes y mojados.
Pensé que me iba ahí mismo.
Un calor enorme me invadió de cuerpo entero.
La empujé…
Mara pegó un grito, acompañado de un suspiro y una mueca.
MAR: Aawww…. Haaaa…- Mientras me sostenía de la cara.
Un grito tremendo…
Le metí la verga, en su calentita conchita.
Gemí dentro de su boca.
Y lo hice sin preservativo. No iba a cuidarme. No con ella.
MAR: Aii.. haaa…- Emitió agarrandome fuerte.
YO: ¿Te dolió, hermosa?
MAR: No, no… aaa….- Expresaba como si le doliera, pero producto de la calentura que cargamos y el deseo que nos dominaba.
Me costó bastante meterle media pija.
Estaba demasiado estrecha. Hasta me dolió un poco.
Si no hubiera sido por la buena lubricación, nos hubiéramos lastimado.
MAR: Haa… Haa…
La temperatura de su vagina era zarpada…
Me comprimía el miembro de una manera descomunal.
Una vez dentro, continuamos comiéndonos la boca.
Estábamos cogiendo, después de tanto tiempo…
Comencé a moverme lentamente de atrás hacia adelante.
MAR: Ohh… Oooohh… Ommm.- Gemía besándome.
Me encantó sentir su conchita tan apretada.
Iba a acabar en cualquier momento. Con muchísimas ganas de ella estaba.
Me acariciaba las mejillas y luego pasaba a mi espalda.
Resfregaba toda su mano por ella.
Me tocaba con mucha dulzura.
MAR: Hermoso… aaa…- Decía con la voz forzada.
YO: Vos sos hermosa…
Increíblemente estaba por acabar.
Sus gestos me doblaban a la mitad. Esa piel, esos rasgos preciosos.
Hacían todo tipo de movimientos por el placer que estaban gozando.
YO: ¿Seguís tomando las pastillas?.- Le dije muy caliente…
MAR: Aaaa ajam...a… aaaaa… Amor… aaa.- Exclamaba como si no pudiera contenerlo más. Me rompió la cabeza.
Realmente.
YO: ¿Qué bombón? Ohhh…
MAR: No puedo más… aaa… No puedo…
Estaba haciendo fuerza para no acabar.
Y yo también…
YO: Yo tampoco… Aahh…
MAR: Aaaai aaa…
YO: Aaaahhhhhhhhh… Ooohhh….- Grité de forma salvaje, haciéndole saber que acababa como el mejor.
Eso la hizo explotar.
MAR: Aaaaaa… Aaaa… ¡Te amo!.... Aaaaaaaa.- Estalló en un orgasmo eterno.
Al mismo tiempo, todo mi esperma fluía dentro de su apretada y caliente vagina.
Ella respiraba muy agitada, totalmente ruborizada y con algunas gotitas que emanaban de sus ojos.
Sin sacarsela de adentro, me puse sobre ella y la miré.
Terrible orgasmo… Zarpado…
Ella, recuperando el aliento, también me miró.
Esos momentos en que ocurrían esos intercambios de miradas, me hacían poner algo nervioso.
Quería decirle algo, pero no sabía qué ni cómo. De verdad no lo sabía.
De todas formas, ambos nos manteníamos así, observándonos.
Me sentí un poco fatigado, pero seguí en esa posición.
Quería besarla otra vez. Era una suerte de atracción magnética que me dominaba.
Ella me sonreía tímidamente.
¿De qué se trataba todo esto?
Me hizo querer devorarla otra vez.
Mara recibió con ansias un nuevo ósculo. Creo que sentía lo mismo que yo. Esa fuerza incontrolable que emanaba desde nuestro interior.
“Mmm… Chhuuiik…”
Podía percibir una gran cantidad de semen dentro de ella, que comenzaba a chorrearse.
Pero mi verga aún no quería saber nada con terminar el acto.
MAR: Lindo…- Me dijo, cómo contenta.
Le sonreí…
Nos besamos de verdad, como siempre lo hicimos. Como si nada hubiera pasado. Estaba a gusto con ella.
Estuvimos unos minutos sin decir nada, solo chocando nuestros labios y lenguas como antes. Aún tenía la pija erecta dentro de ella, pero el enchastre era demasiado grande.
MAR: Me quedaría toda la noche así, pero hicimos chanchadas jeje
YO: Ooomm jaja ¡sí!..
MAR: Umm… Salió mucho parece jeje…
Hablábamos con las bocas unidas. Ninguno quería despegarse del otro.
No sé por qué me pasaba esto ahora. No me había sentido así en mucho tiempo.
Y además, no pensaba en otra cosa.
Estaba ella en mi cabeza. Nada más…
Me dominaba su olor, su hermosura… Como antaño…
Miré un segundo a su conchita, penetrada por mi verga y me di cuenta de la dimensión de la situación. No solo ella estaba cubierta de semen, gran parte de la cama y mis piernas, también.
Posta que era demasiado.
YO: Bueno… Vamos a tener que limpiarnos un poco, je…
MAR: Mal jaja.- Sonreía de oreja a oreja.
Se veía divina con ese corpiño.
Le saqué la verga despacio para que se levantara. El gesto que hizo con sus labios cuando realicé ese movimiento fue tremendo. Hasta se tentó por eso.
Se puso en cuclillas en la cama y medio un pico, tomándome de la cara. Luego, se levantó para ir al baño. Fue cuando vi su tremenda cola y piernas caminar hacia la puerta.
Impresionante… Una diosa total.
Me levanté rápidamente antes de que saliera y la tomé del brazo.
MAR: ¿Qué? jeje.- Expresó con sorpresa.
La miré con locura una vez más y la apoyé contra el espejo que había en la pared.
La besé con mucha pasión.
Hasta burdo, fue el movimiento de mi lengua entrando en su boca.
La acaricié desde la cintura hasta las gomas, con mucha locura.
Estaba sediento por más de su piel.
MAR: Umm… haa…
Le encantó mi beso.
No comprendía por qué estaba tan ruborizada. Me hizo recordar a las primeras veces que estábamos juntos.
Luego, dejé que se fuera.
Desconocía de dónde provenían esas ganas incontrolables de estar con Mara.
No me sentía así hacía mucho tiempo.
De todas formas, evitaba pensar y trataba de disfrutar ese momento.
Estaba bien… A gusto.
Limpié un poco la chanchada de la cama y la de mis piernas.
Creo que ella se pegó una pequeña ducha.
Yo aproveché y fui para la cocina para servirnos algo fresco.
Nos habíamos deshidratado a besos, la verdad.
Lo único aceptable que tenía era jugo de naranja, je.
No hacía mucho que me había mudado…
Yo me quedé solo en bóxer.
Mientras terminaba de servir, ella apareció desde atrás, apoyando su cabeza en mi hombro y sujetándome con sus brazos.
Estaba en bombacha y corpiño.
Una bomba.
MAR: ¡Jugo! Tengo una sed jeje
YO: Sí, yo también jaja
Me giré, quedando de frente a ella, cuando le pasé el vaso frío.
Ambos nos lo tomamos de un saque.
YO: ¿Queres más?
MAR: A amm… ¡De vos quiero más!.- Expresó mordiendo su labio inferior y viniendo hacia mí.
Su manera de sonreír…
Me agarró de la nuca y se pegó a mi cuerpo otra vez.
La abracé por la espalda baja.
Yo también estaba listo para más.
Pasé mi palma por los cachetes de su cola.
Me mataba los movimientos que hacían. Firmes, suaves, voluptuosos…
Ella seguía mandando lengua como de costumbre.
Mi miembro yacía duro, contra su pancita.
Por supuesto que fuimos una vez más para la habitación.
Lo hicimos sin dejar de besarnos y llevándonos puestas todas las paredes que se nos cruzaban. Claro, sin golpearnos demasiado.
Al llegar, fui yo el que se acostó.
Mara, acomodándose el pelito de costado, se colocó sobre mí, con cara de loba.
Eran evidentes las ganas que aún teníamos, ya que ni siquiera desperdiciamos un segundo en frases.
Era beso tras beso, caricia tras caricia…
Le desabroché el corpiño.
Ufff…
Casi muero cuando sus gomas se mecieron por sobre mí.
Quedé embobado.
Ella me sonrió, dándose cuenta de mi reacción.
Qué hermosa que se veía…
Siguió el turno de su tanga.
Se la empecé a bajar.
Uff…
Mara levantó de a una sus piernas para que se la sacara, quedando en cuatro cerca de mi verga.
¡Cómo se movían esas tetas!
Deseaba con toda el alma, que me las trajera para chuparlas.
Tenía la pija encarpada bajo el bóxer y ella mirándome con cara de timidez.
Con su mano comenzó acariciarmela por encima de la tela.
Suspiré.
Se acercó a mí y cachondamente me besó en la boca.
Fue un pico “chuuuik” sonó.
Siguió tocándome.
Me preguntaba qué iba a hacer.
Me dieron ganas de que me la chupara… Pero era distinta esta ocasión. No se lo iba a pedir y arruinar el momento.
Comenzó a bajar lentamente por mi torso.
Me sorprendí de que lo hiciera pero, aún así, me elevó muchísimo.
Su mano seguía por fuera del bóxer. Yo deseaba que la metiera dentro.
Me besó el pecho y el resto del camino de piel, muy despacio.
Me gustaron mucho esos besos. Hasta que llegó a mi pubis.
Moría por saber si lo haría. Era tremendo cómo se oían nuestras respiraciones.
Yo no dejaba de gozarlo. Mal.
Suavemente, apoyó sus labios en el tronco de mi verga, pero sobre el bóxer. Su largo pelo yacía sobre mí.
Me miró y sonrió, toda roja.
Yo no daba más. Quería que lo hiciera ya. Entonces, puso sus manos en la tela y me lo bajó. No del todo. Solo un poco.
Para luego hacer algo terrible, que casi me vuela la tapa del cráneo.
Le metió un lengüetazo a toda la verga.
Uffff… Dios. ¡Lo que fue eso!
Como antes lo había hecho yo con ella, sentí la humedad de su lengua en toda la piel de mi uretra.
Luego me sonrió y vino hacia mí.
Levantó una pierna y luego la otra, para quedar encima mío.
Mientras me besaba, con todo el pelo, liso hacia un costado, yo la agarraba de la cola.
Quería acomodarla para penetrarla otra vez.
Imploraba con todo mi ser ponersela. Es indescriptible eso que se siente cuando la piel de tu verga toma contacto e ingresa dentro una hermosa conchita…
La levanté un poco. Eso hizo que se mordiera mirándome.
La punta de mi verga, rozó sus labios.
Ufff..
Moría por el calorcito de su canal vaginal.
Y pasó.
Fue una locura.
Al mismo tiempo que le calcé la pija dentro de la conchita, me metí una teta en la boca.
MAR: Aaaaawww.- Exclamó cerrando los ojos.
Aquí vamos de nuevo.
Bien apretadita y caliente. Recordé cuánto me volvía loco…
Me perdí como por tres minutos, sobando sus ricas tetas, a la vez que ella se movía sobre mí.
Cuando abrí los ojos, ví lo babeadas y coloradas que se las había dejado.
Mara estaba muy concentrada, cabalgando sobre mi verga, a cable pelado. Tenía sus ojos cerrados y emitía un gemido bajito constante “aa aa aa aa”, sin parar.
Me cuestioné a mí mismo, cómo pude estar tanto tiempo sin ella. Sin sus besos, sin hacerle el amor.
Ahora, no quería que la noche terminara.
Deseaba desmayarme cogiendo con ella.
Sentía como sus juguitos vaginales envolvían mi miembro de una forma muy cachonda. Deliciosa.
Muy dura la seguía teniendo. Y a Mara eso le encantaba. Podía ver como cada determinado tiempo, se le dibujaban sonrisas en el rostro.
Me recosté.
Uff…
Ahora sentía que se la metía más adentro. Ella colocó sus brazos hacia adelante, apoyándolos en el respaldo de la cama. Y comenzó a hacer sus movimientos asesinos.
Dios… Me había elevado a un punto inimaginable en estos tiempos.
Cabalgó muy rico sobre mi verga, mirándome directo a los ojos.
Me había vuelto a estupidizar.
No tiene descripción posible lo salvaje que se mecían esas tetas sobre mi cara.
Quería morderlas, besarlas, chuparlas.
Tenerlas dentro de mi boca todo el tiempo.
Volví a sentir en carne propia, el sueño de mujer que era Mara.
Y aunque me resultaba extraño que así fuera, me gustaba mucho.
No podía dejar de querer sentir el contacto con ella.
Sin dudas que era algo totalmente impensado para mí.
Esa cinturita perfecta...
YO: Hermosa… Me encantas…- Se me escapó y le dije. Me salió de adentro.
Ella sonrió. Lo era más aún, cuando lo hacía.
Definitivamente ya no la veía de forma superficial como en los últimos tiempos.
Al menos no esa noche.
MAR: Lindo mío…- Exclamó tiernamente y bajó hasta mi boca.
YO: Haaa… ummm
MAR: No sabes lo que es vivir sin tus besos… Aaaww…- Dijo con cierta emoción en el tono de voz.
“Ommm mmmm ummm” se oía constantemente a causa de nuestros besos.
No podía ser real…
Los jadeos deberían de escucharse hasta la calle. Pero ¿qué importaba?
Nosotros no dejábamos de friccionarnos el uno al otro.
Tomé sus tetas con mis manos y las lamí.
Nadie se cansaría de hacerlo…
Qué contundentes se sentían. Grandes y deliciosas. Un auténtico manjar.
MAR: Mmm me gusta que hagas eso… Aaaaa…- Exclamó mirándome.
Yo también lo hacía, pero con uno de sus pechos en mi boca.
Parecía un recién nacido prendido a su busto.
Observándola, movía mi lengua por todo su pezón, haciendo que ella se mordiera toda.
Lo que era esa piel...
Le causaba mucho placer a ella que se las chupara así…
Y su cabalgata sobre mi verga, hacía que me encendiera cada vez más.
MAR: Como extrañaba esto… Aaaa…- Suspiraba
YO: Yo también… Oohhh…
Era único tenerla saltando así por encima de mí.
La forma en que los cachetes de su cola, pegaban contra mis piernas, hacían que me inflara cada vez más.
Mara se daba cuenta de lo dura que la tenía y eso era una demostración de las ganas que poseía de estar con ella.
En sus gestos lo notaba.
Se tiró un poco para atrás y le besé la pancita.
Esa noche, Mara se había vuelto un imán para mis labios.
Me tomó fuertemente de la cabeza y gimiendo “awwww”.
La abracé por la cintura y de la calentura que sentía, la empecé a llevar contra mi verga, para metersela bien adentro.
YO: Aah… aaa…- Gemí con fuerza.
MAR: Aaaai.. ooo…
Parecía que la estaba sintiendo fuerte dentro de su conchita.
Fue algo bruto de mi parte.
Pero eso no fue obstáculo para que se empezara a retorcer otra vez.
Se vino hacia adelante, suspirando muy fuerte y forzado.
Me abrazó, quedando prendida a mí, mientras yo se la ponía y sacaba rápidamente de la conchita.
Lo hacía ferozmente.
“Plaf plaf plaf” se escuchaba por mis movimientos de cintura.
Le abrí bien la cola con las manos. Sentí toda su carne entre mis dedos.
Mara gimió.
Me encontraba completamente en llamas.
Con desesperación, me besó en la boca, emitiendo un gemido tremendo dentro.
“Ooooohhmhm” me hizo.
MAR: No pares, no pares… aaaa...
Fue demasiado para mí.
Ambos estábamos en el éxtasis.
Comiendonos la boca bruscamente y metiendo y sacando la pija de adentro de su vagina.
Era brusco el movimiento. Tanto que mis huevos pegaban contra su cola.
No pude más.
Acabé de tal forma que no pude evitar gritar dentro de su boca.
Fue tremendo.
Ella al oírme, también se entregó al orgasmo, mordiéndome el labio con sus dientes.
MAR: Aaaaa… Te amo… aaaaa.- Volvió a decirme.
Y fue tan grande el polvo que se había pegado, que se dejó llevar al morderme, provocandome un feo dolor en el labio.
Cayó rendida sobre mí y la contuve con mis brazos.
Estaba exhausto. Pero plenamente complacido.
Dios…
¿Cómo pasó eso?
Mara, toda sudada, me daba besitos en la boca. Respiraba muy agitada.
Fue ahí que sentí que sentí un gusto raro.
Abrí los ojos, fusilado y vi que tenía manchado de sangre la boca.
YO: ¡Tenes sangre!.- Le dije
Ella volvió en sí de repente y me miró.
MAR: ¡Uy, perdoname!
YO: ¿Qué pasó?.- Le dije extrañado.
Puso una cara de culpa tremenda.
MAR: ¡Te lastimé la boca!
Me toqué con la mano y corroboré que era cierto.
Estaba toda manchada de sangre. Y bastante.
Ese era el dolor que había sentido…
Se quería morir.
YO: Jaja no pasa nada…- Le contesté acariciando su mejilla. Yo también estaba que sudaba.
MAR: ¡Soy una boluda!
YO: Na… Me gustó esa mordida jeje..
MAR: ¡Pero mirá como te sangra!
Sentía que me chorreaba un poquito la boca.
Me tenía que ir a lavar.
YO: No es nada… ¿Vos estas bien? Me cebé un poquito…
Era verdad.
Le había dado bruscamente antes de acabar.
MAR: Sí, sí… Vamos a limpiarte…
Tremendo había sido.
Nos levantamos todos transpirados y fuimos para el baño a limpiarme la sangre de la cara.
Hasta el momento, no presenté ningún tipo de problema respecto a mi otra afección. Solo un poco de cansancio, pero supongo que era por la jornada de sexo que estábamos teniendo, sumado a la fiesta y el poco descanso de ese día.
Estábamos en bolas en el baño.
Ella me limpiaba con alcohol.
Me miraba y sonreía.
Estaba a gusto conmigo.
YO: La primera vez que me sacas sangre jeje
MAR: Ay, no me digas eso jaja
YO: Jajaja.- La acaricié en la cintura y cola.
Tenía su cara de concentración justo en frente mío.
Me tenté y le di un beso.
Se puso algo colorada.
YO: Perdón, me tenté jaja
MAR: Jeje, quedate quieto, pavo…- Exclamó
Ya no me sangraba más. Pero sentía hinchado un poco el labio.
La agarré de golpe, tomándola de la cola y la besé, despacio.
Ella se dejó, sujetando mi rostro.
Se estaba volviendo una costumbre para ella, hacerlo de esa forma.
Luego, me soltó y se apoyó en mi pecho, suspirando.
Era una noche especial para ambos. No cabía duda.
No quería pensar más allá y que ocurriera algo. Trataba de concentrarme en el momento y nada más.
Ella se volvió a bañar y después lo hice yo.
Fue así que en un momento nos volvimos a acostar.
No se puso la ropa interior. Se metió dentro de la cama, desnudita.
Imposible no seguir deseándola.
Se recostó sobre mi pecho, como siempre lo hacía, no sin antes darme un beso en la boca. Uno que duró unos minutos y fue muy rico.
Me gustaba abrir los ojos y ver los de ella, cerrados, conjuntamente con sus pecas. El rubor que las acompañaba la volvían una mujer de ensueño.
El gusto de su boca, había copado todo mi sistema. Todo me olía a ella.
Apoyó su cabeza sobre mi pecho, sin decir nada y se quedó así.
Yo pasé un brazo por detrás de ella y la abracé. No había que hablar…
Estaba cómodo y me dormí acariciándola.
Lo hice por un buen rato. Recordé lo que era mimar la suavidad de su piel.
Lo habíamos hecho. Otra vez.
Fue una noche única, la verdad. Sin peros ni sobresaltos. Sin malas intenciones.
Pero no todo podía ser de color de rosas. Por supuesto…
Esa noche, desperté como a las 6 am.
Ella aún reposaba desnuda sobre mi pecho, ligeramente cubierta por la sábana de la cama.
Lucía en calma, descansando.
Mi brazo derecho, la cobijaba.
Aún estaba oscuro afuera y la luz de los faroles de la calle se reflejaban en el vidrio.
Malos recuerdos invadieron mi cabeza.
¡Otra vez, no! pensé.
Las cosas con Mara venían bien.
Por supuesto que no estaba nada arreglado ni olvidado, pero habíamos pasado una muy linda noche juntos, en la que ninguno pensó más allá de nosotros.
¡Otra vez esas malditas imágenes!
¿Cuándo se iban a ir?
Comencé a revivir en mi cabeza, todo eso que había hecho a un lado ese rato que estuve con Mara.
¿Por qué?
¿Cuál era el problema?
Una vez más, mi inconsciente me jugaba una mala pasada.
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Si no leíste "Mi prima, Mara: El camino de la tentación" no sigas adelante...
Dejo el undécimo capítulo completo de la tercera parte de la historia. Siempre estará sujeto a alguna revisión final, por lo que puede que tenga algún agregado posteriormente y correcciones.
Aunque la idea principal del capítulo está ahí.
Saludos!!
CAPITULO XI
CAPÍTULO XI
No sé por qué, pero mi corazón comenzó a latir fuerte.
Me encontraba sobre ella, entre sus piernas con todo su aroma descompaginando mi sistema nervioso.
Lo disfrutaba.
Tan rico…
Quería hacerlo con ella.
La miraba a los ojos mientras me acariciaba el torso, de costado.
MAR: No pienses… Solo hagámoslo…- Pareció expresar con sentimiento.
De fondo, la música seguía haciendo de las suyas, brindándonos un ambiente propicio para que suceda.
Esta vez, con “Lamento boliviano”.
No pensé.
Tomé el vestido y terminé de sacarselo para abajo.
Que hermosa que se veía.
Dios…
¿Qué me pasaba?
Sus piernas, lisas y suaves eran una delicia para mis palmas, que las abrazaban.
MAR: Aaaa…
Su diminuta tanga, pedía a gritos que se la arrancara.
Me agaché un poco y besé la piel de sus tetas, que lucían blancas y con cierto tono rojizo.
Le agarré una con una mano y la sujete firmemente.
Ella suspiró otra vez.
Dios…
Lentamente pasé mis labios por ella y le pegué tal beso que me encantó.
“Chuik chuik”
Mi verga latía dentro de mi pantalón.
Comencé a besarla desde las tetas hacia abajo.
Muy despacio y como si fuera un sendero, continué por su pancita hasta su vientre. Era muy rico el calorcito que me acompañaba en la travesía.
MAR: Aaww…
La temperatura de su piel era la ideal. Bien calentita, hacía regocijar a mi boca.
Seguí hasta llegar a la tela de su tanga.
Ella apoyó su mano sobre mi cara, hasta que se le hizo imposible llegar a tocarla.
Tomé su prenda de los costados y la bajé hasta sus muslos.
Ella cerró sus piernas, no sin antes dejarme ver un segundo sus labios vaginales rosaditos.
Ella estaba violeta, muy tímida.
Con mi palma, acaricié su cola, llegando hasta el muslo.
De costado a ella, levanté sus piernas para quitarle la tanga.
Que fina se veía Mara en esa pose.
Arrodillado en la cama, se las separé.
Muy colorada, lo permitió.
Uff…
Tenía la conchita toda depilada, a excepción de una delgada línea de pelos hacia arriba, en forma de rayita.
Hermosa...
Sus labios vaginales estaban muy rosas y cerraditos.
Le di unos besitos en los muslos, que me llamaron en una suerte de atracción gravitatoria. Depositar mi boca en el calor de su piel fue espectacular. Luego, me acerqué a su vagina.
Apoyé suavemente mis labios sobre su vulva.
Ella gimió.
Que rico olorcito a concha… Hermoso…
Luego saqué mi lengua y muy lentamente se la pasé desde abajo hacia arriba, vulnerando la resistencia que sus bellos labios oponían.
MAR: Aaaa…- Gritó.
Un sabor delicioso ingresó en mis papilas gustativas…
Estaba mojada. Bastante en realidad.
Y con la punta de la lengua, llegué a su clítoris.
Todo en la misma pasada.
Dejé mucha saliva en el camino.
Luego, subí a besarla en la boca.
Ya respiraba mucho más agitada.
Me agarró bruscamente del rostro y me estampó un terrible beso, con sus ojos cerrados y su ceño fruncido.
“Haaa” me hizo.
Me mató.
Era demasiado cálido el ambiente. Perfecto.
Recuerdo que me tomó del cinturón y comenzó a desabrocharlo.
Ninguno de los dos hablaba demasiado.
Expresamos con gestos y suspiros lo que sentíamos.
MAR: No aguanto más, amor… haa…- Me decía dentro de la boca, mandandome lengua hasta la garganta.
La ayudé, bajándome el lompa hasta abajo.
Ni bien tuvo la oportunidad, me agarró la verga por fuera del bóxer.
Ufff…
Que placer….
Yo necesitaba liberarla y ahora me separaba de ella, la delgada tela del calzoncillo.
Volví a besarla.
MAR: Uumm… mmm… aaaa.- Gemía tocándome.
Yo igual.
No podía más.
YO: Ohh.. aaa… Hermosa…-
Metió su mano dentro de mi prenda.
Su calor fue como una brasa que me acogió.
Me agarró la pija bien del tronco, como si fuera suya. De su propiedad.
Abrió la boca de placer al hacerlo, mientras yo le comía el cuello.
Me subió y bajó la piel una veces, provocando un estado de locura caliente en mí.
Dios… Qué bien se sentía…
Yo también ya suspiraba sin poder parar.
Ella contribuía haciendo lo propio y sosteniendo fuertemente mi verga desde el tronco.
Supongo que algo de líquido preseminal cayó sobre su mano, ya que comenzaba a sentirla un poco lubricada.
YO: Ooohh…
Ella tenía los ojos cerrados y fruncía el ceño.
Después de meses, otra vez tomaba contacto conmigo.
La forma suave que me tocaba, me estaba poniendo en demasiada desventaja.
Mucho placer estaba sintiendo.
Demasiado.
No me salió otra que besarla apasionadamente en la boca.
MAR: Aaawww… Amor…. oohh…- Exclamó muy excitada.
Ambos nos encontrábamos en el cielo.
Pero no dejaba de succionar mis labios.
Estaba implorando que la penetrara.
Noté sus ganas cuando me apretó bien fuerte la pija.
Suspiré fuerte…
Como loco, me acomodé para hacerlo.
Completamente fuera de sí por el deseo, se mordió y me agarró de la cara. Más precisamente de las mejillas.
Abrió sus ojos y me miró profundamente.
El color rojizo había tomado por completo la superficie de su hermoso rostro.
Era ahora…
Apoyado en uno de mis brazos, me agarré la verga para llevarla a su conchita.
Su corazón latía más fuerte que el mío, que venía averiado.
Tenía sus ojos, algo vidriosos. No dejaba de parpadear.
En ese momento sentí como sus labios vaginales recibían a mi miembro, calientes y mojados.
Pensé que me iba ahí mismo.
Un calor enorme me invadió de cuerpo entero.
La empujé…
Mara pegó un grito, acompañado de un suspiro y una mueca.
MAR: Aawww…. Haaaa…- Mientras me sostenía de la cara.
Un grito tremendo…
Le metí la verga, en su calentita conchita.
Gemí dentro de su boca.
Y lo hice sin preservativo. No iba a cuidarme. No con ella.
MAR: Aii.. haaa…- Emitió agarrandome fuerte.
YO: ¿Te dolió, hermosa?
MAR: No, no… aaa….- Expresaba como si le doliera, pero producto de la calentura que cargamos y el deseo que nos dominaba.
Me costó bastante meterle media pija.
Estaba demasiado estrecha. Hasta me dolió un poco.
Si no hubiera sido por la buena lubricación, nos hubiéramos lastimado.
MAR: Haa… Haa…
La temperatura de su vagina era zarpada…
Me comprimía el miembro de una manera descomunal.
Una vez dentro, continuamos comiéndonos la boca.
Estábamos cogiendo, después de tanto tiempo…
Comencé a moverme lentamente de atrás hacia adelante.
MAR: Ohh… Oooohh… Ommm.- Gemía besándome.
Me encantó sentir su conchita tan apretada.
Iba a acabar en cualquier momento. Con muchísimas ganas de ella estaba.
Me acariciaba las mejillas y luego pasaba a mi espalda.
Resfregaba toda su mano por ella.
Me tocaba con mucha dulzura.
MAR: Hermoso… aaa…- Decía con la voz forzada.
YO: Vos sos hermosa…
Increíblemente estaba por acabar.
Sus gestos me doblaban a la mitad. Esa piel, esos rasgos preciosos.
Hacían todo tipo de movimientos por el placer que estaban gozando.
YO: ¿Seguís tomando las pastillas?.- Le dije muy caliente…
MAR: Aaaa ajam...a… aaaaa… Amor… aaa.- Exclamaba como si no pudiera contenerlo más. Me rompió la cabeza.
Realmente.
YO: ¿Qué bombón? Ohhh…
MAR: No puedo más… aaa… No puedo…
Estaba haciendo fuerza para no acabar.
Y yo también…
YO: Yo tampoco… Aahh…
MAR: Aaaai aaa…
YO: Aaaahhhhhhhhh… Ooohhh….- Grité de forma salvaje, haciéndole saber que acababa como el mejor.
Eso la hizo explotar.
MAR: Aaaaaa… Aaaa… ¡Te amo!.... Aaaaaaaa.- Estalló en un orgasmo eterno.
Al mismo tiempo, todo mi esperma fluía dentro de su apretada y caliente vagina.
Ella respiraba muy agitada, totalmente ruborizada y con algunas gotitas que emanaban de sus ojos.
Sin sacarsela de adentro, me puse sobre ella y la miré.
Terrible orgasmo… Zarpado…
Ella, recuperando el aliento, también me miró.
Esos momentos en que ocurrían esos intercambios de miradas, me hacían poner algo nervioso.
Quería decirle algo, pero no sabía qué ni cómo. De verdad no lo sabía.
De todas formas, ambos nos manteníamos así, observándonos.
Me sentí un poco fatigado, pero seguí en esa posición.
Quería besarla otra vez. Era una suerte de atracción magnética que me dominaba.
Ella me sonreía tímidamente.
¿De qué se trataba todo esto?
Me hizo querer devorarla otra vez.
Mara recibió con ansias un nuevo ósculo. Creo que sentía lo mismo que yo. Esa fuerza incontrolable que emanaba desde nuestro interior.
“Mmm… Chhuuiik…”
Podía percibir una gran cantidad de semen dentro de ella, que comenzaba a chorrearse.
Pero mi verga aún no quería saber nada con terminar el acto.
MAR: Lindo…- Me dijo, cómo contenta.
Le sonreí…
Nos besamos de verdad, como siempre lo hicimos. Como si nada hubiera pasado. Estaba a gusto con ella.
Estuvimos unos minutos sin decir nada, solo chocando nuestros labios y lenguas como antes. Aún tenía la pija erecta dentro de ella, pero el enchastre era demasiado grande.
MAR: Me quedaría toda la noche así, pero hicimos chanchadas jeje
YO: Ooomm jaja ¡sí!..
MAR: Umm… Salió mucho parece jeje…
Hablábamos con las bocas unidas. Ninguno quería despegarse del otro.
No sé por qué me pasaba esto ahora. No me había sentido así en mucho tiempo.
Y además, no pensaba en otra cosa.
Estaba ella en mi cabeza. Nada más…
Me dominaba su olor, su hermosura… Como antaño…
Miré un segundo a su conchita, penetrada por mi verga y me di cuenta de la dimensión de la situación. No solo ella estaba cubierta de semen, gran parte de la cama y mis piernas, también.
Posta que era demasiado.
YO: Bueno… Vamos a tener que limpiarnos un poco, je…
MAR: Mal jaja.- Sonreía de oreja a oreja.
Se veía divina con ese corpiño.
Le saqué la verga despacio para que se levantara. El gesto que hizo con sus labios cuando realicé ese movimiento fue tremendo. Hasta se tentó por eso.
Se puso en cuclillas en la cama y medio un pico, tomándome de la cara. Luego, se levantó para ir al baño. Fue cuando vi su tremenda cola y piernas caminar hacia la puerta.
Impresionante… Una diosa total.
Me levanté rápidamente antes de que saliera y la tomé del brazo.
MAR: ¿Qué? jeje.- Expresó con sorpresa.
La miré con locura una vez más y la apoyé contra el espejo que había en la pared.
La besé con mucha pasión.
Hasta burdo, fue el movimiento de mi lengua entrando en su boca.
La acaricié desde la cintura hasta las gomas, con mucha locura.
Estaba sediento por más de su piel.
MAR: Umm… haa…
Le encantó mi beso.
No comprendía por qué estaba tan ruborizada. Me hizo recordar a las primeras veces que estábamos juntos.
Luego, dejé que se fuera.
Desconocía de dónde provenían esas ganas incontrolables de estar con Mara.
No me sentía así hacía mucho tiempo.
De todas formas, evitaba pensar y trataba de disfrutar ese momento.
Estaba bien… A gusto.
Limpié un poco la chanchada de la cama y la de mis piernas.
Creo que ella se pegó una pequeña ducha.
Yo aproveché y fui para la cocina para servirnos algo fresco.
Nos habíamos deshidratado a besos, la verdad.
Lo único aceptable que tenía era jugo de naranja, je.
No hacía mucho que me había mudado…
Yo me quedé solo en bóxer.
Mientras terminaba de servir, ella apareció desde atrás, apoyando su cabeza en mi hombro y sujetándome con sus brazos.
Estaba en bombacha y corpiño.
Una bomba.
MAR: ¡Jugo! Tengo una sed jeje
YO: Sí, yo también jaja
Me giré, quedando de frente a ella, cuando le pasé el vaso frío.
Ambos nos lo tomamos de un saque.
YO: ¿Queres más?
MAR: A amm… ¡De vos quiero más!.- Expresó mordiendo su labio inferior y viniendo hacia mí.
Su manera de sonreír…
Me agarró de la nuca y se pegó a mi cuerpo otra vez.
La abracé por la espalda baja.
Yo también estaba listo para más.
Pasé mi palma por los cachetes de su cola.
Me mataba los movimientos que hacían. Firmes, suaves, voluptuosos…
Ella seguía mandando lengua como de costumbre.
Mi miembro yacía duro, contra su pancita.
Por supuesto que fuimos una vez más para la habitación.
Lo hicimos sin dejar de besarnos y llevándonos puestas todas las paredes que se nos cruzaban. Claro, sin golpearnos demasiado.
Al llegar, fui yo el que se acostó.
Mara, acomodándose el pelito de costado, se colocó sobre mí, con cara de loba.
Eran evidentes las ganas que aún teníamos, ya que ni siquiera desperdiciamos un segundo en frases.
Era beso tras beso, caricia tras caricia…
Le desabroché el corpiño.
Ufff…
Casi muero cuando sus gomas se mecieron por sobre mí.
Quedé embobado.
Ella me sonrió, dándose cuenta de mi reacción.
Qué hermosa que se veía…
Siguió el turno de su tanga.
Se la empecé a bajar.
Uff…
Mara levantó de a una sus piernas para que se la sacara, quedando en cuatro cerca de mi verga.
¡Cómo se movían esas tetas!
Deseaba con toda el alma, que me las trajera para chuparlas.
Tenía la pija encarpada bajo el bóxer y ella mirándome con cara de timidez.
Con su mano comenzó acariciarmela por encima de la tela.
Suspiré.
Se acercó a mí y cachondamente me besó en la boca.
Fue un pico “chuuuik” sonó.
Siguió tocándome.
Me preguntaba qué iba a hacer.
Me dieron ganas de que me la chupara… Pero era distinta esta ocasión. No se lo iba a pedir y arruinar el momento.
Comenzó a bajar lentamente por mi torso.
Me sorprendí de que lo hiciera pero, aún así, me elevó muchísimo.
Su mano seguía por fuera del bóxer. Yo deseaba que la metiera dentro.
Me besó el pecho y el resto del camino de piel, muy despacio.
Me gustaron mucho esos besos. Hasta que llegó a mi pubis.
Moría por saber si lo haría. Era tremendo cómo se oían nuestras respiraciones.
Yo no dejaba de gozarlo. Mal.
Suavemente, apoyó sus labios en el tronco de mi verga, pero sobre el bóxer. Su largo pelo yacía sobre mí.
Me miró y sonrió, toda roja.
Yo no daba más. Quería que lo hiciera ya. Entonces, puso sus manos en la tela y me lo bajó. No del todo. Solo un poco.
Para luego hacer algo terrible, que casi me vuela la tapa del cráneo.
Le metió un lengüetazo a toda la verga.
Uffff… Dios. ¡Lo que fue eso!
Como antes lo había hecho yo con ella, sentí la humedad de su lengua en toda la piel de mi uretra.
Luego me sonrió y vino hacia mí.
Levantó una pierna y luego la otra, para quedar encima mío.
Mientras me besaba, con todo el pelo, liso hacia un costado, yo la agarraba de la cola.
Quería acomodarla para penetrarla otra vez.
Imploraba con todo mi ser ponersela. Es indescriptible eso que se siente cuando la piel de tu verga toma contacto e ingresa dentro una hermosa conchita…
La levanté un poco. Eso hizo que se mordiera mirándome.
La punta de mi verga, rozó sus labios.
Ufff..
Moría por el calorcito de su canal vaginal.
Y pasó.
Fue una locura.
Al mismo tiempo que le calcé la pija dentro de la conchita, me metí una teta en la boca.
MAR: Aaaaawww.- Exclamó cerrando los ojos.
Aquí vamos de nuevo.
Bien apretadita y caliente. Recordé cuánto me volvía loco…
Me perdí como por tres minutos, sobando sus ricas tetas, a la vez que ella se movía sobre mí.
Cuando abrí los ojos, ví lo babeadas y coloradas que se las había dejado.
Mara estaba muy concentrada, cabalgando sobre mi verga, a cable pelado. Tenía sus ojos cerrados y emitía un gemido bajito constante “aa aa aa aa”, sin parar.
Me cuestioné a mí mismo, cómo pude estar tanto tiempo sin ella. Sin sus besos, sin hacerle el amor.
Ahora, no quería que la noche terminara.
Deseaba desmayarme cogiendo con ella.
Sentía como sus juguitos vaginales envolvían mi miembro de una forma muy cachonda. Deliciosa.
Muy dura la seguía teniendo. Y a Mara eso le encantaba. Podía ver como cada determinado tiempo, se le dibujaban sonrisas en el rostro.
Me recosté.
Uff…
Ahora sentía que se la metía más adentro. Ella colocó sus brazos hacia adelante, apoyándolos en el respaldo de la cama. Y comenzó a hacer sus movimientos asesinos.
Dios… Me había elevado a un punto inimaginable en estos tiempos.
Cabalgó muy rico sobre mi verga, mirándome directo a los ojos.
Me había vuelto a estupidizar.
No tiene descripción posible lo salvaje que se mecían esas tetas sobre mi cara.
Quería morderlas, besarlas, chuparlas.
Tenerlas dentro de mi boca todo el tiempo.
Volví a sentir en carne propia, el sueño de mujer que era Mara.
Y aunque me resultaba extraño que así fuera, me gustaba mucho.
No podía dejar de querer sentir el contacto con ella.
Sin dudas que era algo totalmente impensado para mí.
Esa cinturita perfecta...
YO: Hermosa… Me encantas…- Se me escapó y le dije. Me salió de adentro.
Ella sonrió. Lo era más aún, cuando lo hacía.
Definitivamente ya no la veía de forma superficial como en los últimos tiempos.
Al menos no esa noche.
MAR: Lindo mío…- Exclamó tiernamente y bajó hasta mi boca.
YO: Haaa… ummm
MAR: No sabes lo que es vivir sin tus besos… Aaaww…- Dijo con cierta emoción en el tono de voz.
“Ommm mmmm ummm” se oía constantemente a causa de nuestros besos.
No podía ser real…
Los jadeos deberían de escucharse hasta la calle. Pero ¿qué importaba?
Nosotros no dejábamos de friccionarnos el uno al otro.
Tomé sus tetas con mis manos y las lamí.
Nadie se cansaría de hacerlo…
Qué contundentes se sentían. Grandes y deliciosas. Un auténtico manjar.
MAR: Mmm me gusta que hagas eso… Aaaaa…- Exclamó mirándome.
Yo también lo hacía, pero con uno de sus pechos en mi boca.
Parecía un recién nacido prendido a su busto.
Observándola, movía mi lengua por todo su pezón, haciendo que ella se mordiera toda.
Lo que era esa piel...
Le causaba mucho placer a ella que se las chupara así…
Y su cabalgata sobre mi verga, hacía que me encendiera cada vez más.
MAR: Como extrañaba esto… Aaaa…- Suspiraba
YO: Yo también… Oohhh…
Era único tenerla saltando así por encima de mí.
La forma en que los cachetes de su cola, pegaban contra mis piernas, hacían que me inflara cada vez más.
Mara se daba cuenta de lo dura que la tenía y eso era una demostración de las ganas que poseía de estar con ella.
En sus gestos lo notaba.
Se tiró un poco para atrás y le besé la pancita.
Esa noche, Mara se había vuelto un imán para mis labios.
Me tomó fuertemente de la cabeza y gimiendo “awwww”.
La abracé por la cintura y de la calentura que sentía, la empecé a llevar contra mi verga, para metersela bien adentro.
YO: Aah… aaa…- Gemí con fuerza.
MAR: Aaaai.. ooo…
Parecía que la estaba sintiendo fuerte dentro de su conchita.
Fue algo bruto de mi parte.
Pero eso no fue obstáculo para que se empezara a retorcer otra vez.
Se vino hacia adelante, suspirando muy fuerte y forzado.
Me abrazó, quedando prendida a mí, mientras yo se la ponía y sacaba rápidamente de la conchita.
Lo hacía ferozmente.
“Plaf plaf plaf” se escuchaba por mis movimientos de cintura.
Le abrí bien la cola con las manos. Sentí toda su carne entre mis dedos.
Mara gimió.
Me encontraba completamente en llamas.
Con desesperación, me besó en la boca, emitiendo un gemido tremendo dentro.
“Ooooohhmhm” me hizo.
MAR: No pares, no pares… aaaa...
Fue demasiado para mí.
Ambos estábamos en el éxtasis.
Comiendonos la boca bruscamente y metiendo y sacando la pija de adentro de su vagina.
Era brusco el movimiento. Tanto que mis huevos pegaban contra su cola.
No pude más.
Acabé de tal forma que no pude evitar gritar dentro de su boca.
Fue tremendo.
Ella al oírme, también se entregó al orgasmo, mordiéndome el labio con sus dientes.
MAR: Aaaaa… Te amo… aaaaa.- Volvió a decirme.
Y fue tan grande el polvo que se había pegado, que se dejó llevar al morderme, provocandome un feo dolor en el labio.
Cayó rendida sobre mí y la contuve con mis brazos.
Estaba exhausto. Pero plenamente complacido.
Dios…
¿Cómo pasó eso?
Mara, toda sudada, me daba besitos en la boca. Respiraba muy agitada.
Fue ahí que sentí que sentí un gusto raro.
Abrí los ojos, fusilado y vi que tenía manchado de sangre la boca.
YO: ¡Tenes sangre!.- Le dije
Ella volvió en sí de repente y me miró.
MAR: ¡Uy, perdoname!
YO: ¿Qué pasó?.- Le dije extrañado.
Puso una cara de culpa tremenda.
MAR: ¡Te lastimé la boca!
Me toqué con la mano y corroboré que era cierto.
Estaba toda manchada de sangre. Y bastante.
Ese era el dolor que había sentido…
Se quería morir.
YO: Jaja no pasa nada…- Le contesté acariciando su mejilla. Yo también estaba que sudaba.
MAR: ¡Soy una boluda!
YO: Na… Me gustó esa mordida jeje..
MAR: ¡Pero mirá como te sangra!
Sentía que me chorreaba un poquito la boca.
Me tenía que ir a lavar.
YO: No es nada… ¿Vos estas bien? Me cebé un poquito…
Era verdad.
Le había dado bruscamente antes de acabar.
MAR: Sí, sí… Vamos a limpiarte…
Tremendo había sido.
Nos levantamos todos transpirados y fuimos para el baño a limpiarme la sangre de la cara.
Hasta el momento, no presenté ningún tipo de problema respecto a mi otra afección. Solo un poco de cansancio, pero supongo que era por la jornada de sexo que estábamos teniendo, sumado a la fiesta y el poco descanso de ese día.
Estábamos en bolas en el baño.
Ella me limpiaba con alcohol.
Me miraba y sonreía.
Estaba a gusto conmigo.
YO: La primera vez que me sacas sangre jeje
MAR: Ay, no me digas eso jaja
YO: Jajaja.- La acaricié en la cintura y cola.
Tenía su cara de concentración justo en frente mío.
Me tenté y le di un beso.
Se puso algo colorada.
YO: Perdón, me tenté jaja
MAR: Jeje, quedate quieto, pavo…- Exclamó
Ya no me sangraba más. Pero sentía hinchado un poco el labio.
La agarré de golpe, tomándola de la cola y la besé, despacio.
Ella se dejó, sujetando mi rostro.
Se estaba volviendo una costumbre para ella, hacerlo de esa forma.
Luego, me soltó y se apoyó en mi pecho, suspirando.
Era una noche especial para ambos. No cabía duda.
No quería pensar más allá y que ocurriera algo. Trataba de concentrarme en el momento y nada más.
Ella se volvió a bañar y después lo hice yo.
Fue así que en un momento nos volvimos a acostar.
No se puso la ropa interior. Se metió dentro de la cama, desnudita.
Imposible no seguir deseándola.
Se recostó sobre mi pecho, como siempre lo hacía, no sin antes darme un beso en la boca. Uno que duró unos minutos y fue muy rico.
Me gustaba abrir los ojos y ver los de ella, cerrados, conjuntamente con sus pecas. El rubor que las acompañaba la volvían una mujer de ensueño.
El gusto de su boca, había copado todo mi sistema. Todo me olía a ella.
Apoyó su cabeza sobre mi pecho, sin decir nada y se quedó así.
Yo pasé un brazo por detrás de ella y la abracé. No había que hablar…
Estaba cómodo y me dormí acariciándola.
Lo hice por un buen rato. Recordé lo que era mimar la suavidad de su piel.
Lo habíamos hecho. Otra vez.
Fue una noche única, la verdad. Sin peros ni sobresaltos. Sin malas intenciones.
Pero no todo podía ser de color de rosas. Por supuesto…
Esa noche, desperté como a las 6 am.
Ella aún reposaba desnuda sobre mi pecho, ligeramente cubierta por la sábana de la cama.
Lucía en calma, descansando.
Mi brazo derecho, la cobijaba.
Aún estaba oscuro afuera y la luz de los faroles de la calle se reflejaban en el vidrio.
Malos recuerdos invadieron mi cabeza.
¡Otra vez, no! pensé.
Las cosas con Mara venían bien.
Por supuesto que no estaba nada arreglado ni olvidado, pero habíamos pasado una muy linda noche juntos, en la que ninguno pensó más allá de nosotros.
¡Otra vez esas malditas imágenes!
¿Cuándo se iban a ir?
Comencé a revivir en mi cabeza, todo eso que había hecho a un lado ese rato que estuve con Mara.
¿Por qué?
¿Cuál era el problema?
Una vez más, mi inconsciente me jugaba una mala pasada.
9 comentarios - Capítulo 11 Mi prima, Mara 3
A pesar de todo esto yo sigo pensando que está difícil que todo se arregle así como así. Estos 2 capítulos tan "relajados / Happy" me generan una sensación de que todo se va a complicar en los proximos, quizás esta ves sea Jonás el que ve un mensaje que le llegue a Mara,o que otra vez Mara vea un mensaje en el telefono de Jonás que Lorena le escriba, o de estaa chama, Sofia creo que es que se llama...
Toca esperar si @hiphop911 sube otro capítulo o toca esperar a que salga el libro...
será este el famoso garche de reconciliación o en el próximo capítulo Jonas se despierta en la oscuridad siendo todo un mero sueño...
por lo pronto te dejo puntos!!
la otra mitad quiere queremos saber de la hiphopneta 😜🤣🤣
nuestro estado de animo depende de la relacion mara - jonas