Corrían los años 70's y la sociedad era bien careta, la moralina social dejaba todo "lo prohibido" a la promiscuidad. Pasaba de todo, pero en silencio y "a escondidas".
Yo, con 1quince5 añitos era ya un putito promiscuo, pajero y experto en el sexo oral, un chupapija insaciable pero discreto; trataba de no llamar la atención ni de dejar pistas; Y así me ganaba la confianza de ésos chabones adultos del barrio que se iban pasando " el chisme " de boca en boca, contándose de que manera tan intensa les mamaba la verga hasta tragarles la leche caliente.
De qué forma la gozaban cuando me ponía "como loquita" succionando ésas trancas s endurecidas y venosas, qué; de morcillonas y gomosas se iban hinchando con las caricias de mi lengua hambrienta que se enroscaba al contorno dulce de las pijas maduras y sensibles que me ofrecían con un deseo delirante.
Un placer exquisito y eléctrico atravesaba mi cuerpo mientras me dejaba llevar sintiendo el sabor a macho de esos hombres brutales qué, conmigo y a la hora de coger; se ponían dóciles y cuidadosos;
Unos tipos bien cojudos que no eran bisexuales ni gays, solo cogedores pampa, listos para la acción y el placer, y si te "portabas bien" te convertias en "la novia" de fin de semana. Tipos con unas chotas negras y cabezudas, grosas y pesadas que no cabían enteras en mi boca.
Cada fin de semana, en el pastizal del potrero, le comía la pija a cada uno de esos varónes que después de un par de vinos se ponían generosos de verga y jugaban a comprobar si era cierto que les podía comer la entrepierna hasta acabarme en la boca....
Yo, con 1quince5 añitos era ya un putito promiscuo, pajero y experto en el sexo oral, un chupapija insaciable pero discreto; trataba de no llamar la atención ni de dejar pistas; Y así me ganaba la confianza de ésos chabones adultos del barrio que se iban pasando " el chisme " de boca en boca, contándose de que manera tan intensa les mamaba la verga hasta tragarles la leche caliente.
De qué forma la gozaban cuando me ponía "como loquita" succionando ésas trancas s endurecidas y venosas, qué; de morcillonas y gomosas se iban hinchando con las caricias de mi lengua hambrienta que se enroscaba al contorno dulce de las pijas maduras y sensibles que me ofrecían con un deseo delirante.
Un placer exquisito y eléctrico atravesaba mi cuerpo mientras me dejaba llevar sintiendo el sabor a macho de esos hombres brutales qué, conmigo y a la hora de coger; se ponían dóciles y cuidadosos;
Unos tipos bien cojudos que no eran bisexuales ni gays, solo cogedores pampa, listos para la acción y el placer, y si te "portabas bien" te convertias en "la novia" de fin de semana. Tipos con unas chotas negras y cabezudas, grosas y pesadas que no cabían enteras en mi boca.
Cada fin de semana, en el pastizal del potrero, le comía la pija a cada uno de esos varónes que después de un par de vinos se ponían generosos de verga y jugaban a comprobar si era cierto que les podía comer la entrepierna hasta acabarme en la boca....
1 comentarios - Pija de algarrobo! Cojudos Pampas