Una competencia inesperada
Nos fuimos a nuestra habitación. Era muy temprano y no había internet en las cabañas. Mis hermanos decidieron explorar el entorno mientras yo aprovechaba a bañarme. Me quedé en ropa interior esperando que volvieran. Al poco tiempo llegaron con varias cervezas y botellitas de alcohol.
S- Saqueamos un minibar de una cabaña abierta.
Yo- Es lo mejor que hiciste en este viaje!
D- Jajaja es cierto!
Salvador abrió una cerveza y nos propuso un juego de preguntas donde el que perdía o no contestaba tenía que tomar un buen trago.
Todo iba bien hasta que las preguntas se pusieron sexuales.
Media hora después estaba un poco ebria y mis hermanos ya sabían que no era virgen y que sabía chupar un pito. Yo también supe que Salva había estado con dos mujeres a la vez y que Diego había hecho sexo anal con su novia. En ese momento se me ocurrió una pregunta genial.
Yo- Cual de los dos tiene la pija más grande?
Los dos tomaron un trago.
Yo- Ey no mientan jaja!
S- Yo la tengo más grande seguro!
D- Yo creo que te equivocás hermano!
Yo- Esto solo se resuelve de una manera... saquen las bestiaaaass!
Salvador se paró y empezó a sacarse el pantalón. Diego dudó un momento, pero luego lo imitó.
Yo- Ustedes muestren y yo les digo... mmm así es difícil saber, tendrían que tenerla parada.
S- Yo si no veo nada que me guste no funciona.
Yo- Bueno, ya que les estoy mirando la pija...
Me di vuelta arrodillada en el piso y les mostré mi culo. Me puse en cuatro y me bajé la bombacha hasta la mitad. Miré y vi que había funcionado con Salva.
D- Jaja se te paró mirando a tu hermana, pajero!
S- Ey, un buen culo es un buen culo!
Yo- Gracias Salva! Que pasa Diego, no te gusta mi cola?
Me acerqué a Diego que la tenía baja aún y le pasé un dedo a lo largo. Apenas la toque 2 segundos, pero hice magia. Se le paró instantáneamente. Admito que si no fuera porque estaba borracha no hubiera tenido el coraje de hacer estas cosas. Soy zarpada y directa, pero nunca había calentado a mis hermanos ni tocado sus pijas.
Una vez que las vi paradas me recorrió una electricidad por la espalda. Jamás imaginé tener dos pijas duras tan cerca de mi cara, mucho menos fantasearía con las de mis hermanos. Pero tengo que admitir que no sentí rechazo en ningún momento.
S- Y señora jueza? Cual es más grande?
D- Habría que medirlas...
S- Ah sí? Con que?
Yo- Con dedos de largo...
Se miraron sin entender. Los hombres son tan lentos a veces...
Yo- Los míos.
D- ahh....
S- Ah bueno!
Empecé por Salvador, que estaba menos incómodo con la idea. Fui poniendo mis manos alrededor del tronco hasta llegar a la punta.
Yo- 10 dedos! A ver Dieguito!
Diego me miraba como un perrito esperando una recompensa pacientemente. Sus ojos me atraparon hipnóticamente mientras medía su tronco. Quedé en blanco unos segundos.
S- Y?
Yo- Ehh... 9 dedos!
S- Ja. Gané. Tenés que tomarte un shot de whisky, hermano!
Yo- Pará un momentito! La tuya es más larga, pero la de Diego es más gruesa... mmm que difícil...
D- Y si me soltás?
No había dado cuenta que seguía apretando la pija de Diego. Lo miré a los ojos y luego su punta. Una gota brillosa salía de ahí... esto estaba empezando a ponerse hot!
S- Que pasa Meli? Se la vas a chupar? Yo también quiero ehh! Jajaja
D- No te pases boludo!
Yo- En realidad... no es taaann mala idea! Jaja
D- Qué??
S- Epa hermanita... no te hacía tan...
Yo- Puta? No te confundas! Esto es solo para resolver una dis-puta! Vengan los dos y quedense quietos. El que no aguanta pierde...
D- El que no aguanta que?
Empecé por Diego. Le pasé la lengua por el glande como si fuera un helado en verano. Me llevé esa gotita que me estaba poniendo nerviosa y mi concha se mojó automáticamente.
D- Aahh... Meli!
S- Shhh! Me toca!
Salva estaba muy emocionado. Repetí los lengüetazos en él. Me estaba costando controlarme. El sabor y el olor me resultaban demasiado agradables como para pensar en lo mal que estaba esta situación.
Golpeé ese bastón de carne contra mi lengua un par de veces y lo miré a los ojos. La sonrisa degenerada de Salva me provocó...
Nos fuimos a nuestra habitación. Era muy temprano y no había internet en las cabañas. Mis hermanos decidieron explorar el entorno mientras yo aprovechaba a bañarme. Me quedé en ropa interior esperando que volvieran. Al poco tiempo llegaron con varias cervezas y botellitas de alcohol.
S- Saqueamos un minibar de una cabaña abierta.
Yo- Es lo mejor que hiciste en este viaje!
D- Jajaja es cierto!
Salvador abrió una cerveza y nos propuso un juego de preguntas donde el que perdía o no contestaba tenía que tomar un buen trago.
Todo iba bien hasta que las preguntas se pusieron sexuales.
Media hora después estaba un poco ebria y mis hermanos ya sabían que no era virgen y que sabía chupar un pito. Yo también supe que Salva había estado con dos mujeres a la vez y que Diego había hecho sexo anal con su novia. En ese momento se me ocurrió una pregunta genial.
Yo- Cual de los dos tiene la pija más grande?
Los dos tomaron un trago.
Yo- Ey no mientan jaja!
S- Yo la tengo más grande seguro!
D- Yo creo que te equivocás hermano!
Yo- Esto solo se resuelve de una manera... saquen las bestiaaaass!
Salvador se paró y empezó a sacarse el pantalón. Diego dudó un momento, pero luego lo imitó.
Yo- Ustedes muestren y yo les digo... mmm así es difícil saber, tendrían que tenerla parada.
S- Yo si no veo nada que me guste no funciona.
Yo- Bueno, ya que les estoy mirando la pija...
Me di vuelta arrodillada en el piso y les mostré mi culo. Me puse en cuatro y me bajé la bombacha hasta la mitad. Miré y vi que había funcionado con Salva.
D- Jaja se te paró mirando a tu hermana, pajero!
S- Ey, un buen culo es un buen culo!
Yo- Gracias Salva! Que pasa Diego, no te gusta mi cola?
Me acerqué a Diego que la tenía baja aún y le pasé un dedo a lo largo. Apenas la toque 2 segundos, pero hice magia. Se le paró instantáneamente. Admito que si no fuera porque estaba borracha no hubiera tenido el coraje de hacer estas cosas. Soy zarpada y directa, pero nunca había calentado a mis hermanos ni tocado sus pijas.
Una vez que las vi paradas me recorrió una electricidad por la espalda. Jamás imaginé tener dos pijas duras tan cerca de mi cara, mucho menos fantasearía con las de mis hermanos. Pero tengo que admitir que no sentí rechazo en ningún momento.
S- Y señora jueza? Cual es más grande?
D- Habría que medirlas...
S- Ah sí? Con que?
Yo- Con dedos de largo...
Se miraron sin entender. Los hombres son tan lentos a veces...
Yo- Los míos.
D- ahh....
S- Ah bueno!
Empecé por Salvador, que estaba menos incómodo con la idea. Fui poniendo mis manos alrededor del tronco hasta llegar a la punta.
Yo- 10 dedos! A ver Dieguito!
Diego me miraba como un perrito esperando una recompensa pacientemente. Sus ojos me atraparon hipnóticamente mientras medía su tronco. Quedé en blanco unos segundos.
S- Y?
Yo- Ehh... 9 dedos!
S- Ja. Gané. Tenés que tomarte un shot de whisky, hermano!
Yo- Pará un momentito! La tuya es más larga, pero la de Diego es más gruesa... mmm que difícil...
D- Y si me soltás?
No había dado cuenta que seguía apretando la pija de Diego. Lo miré a los ojos y luego su punta. Una gota brillosa salía de ahí... esto estaba empezando a ponerse hot!
S- Que pasa Meli? Se la vas a chupar? Yo también quiero ehh! Jajaja
D- No te pases boludo!
Yo- En realidad... no es taaann mala idea! Jaja
D- Qué??
S- Epa hermanita... no te hacía tan...
Yo- Puta? No te confundas! Esto es solo para resolver una dis-puta! Vengan los dos y quedense quietos. El que no aguanta pierde...
D- El que no aguanta que?
Empecé por Diego. Le pasé la lengua por el glande como si fuera un helado en verano. Me llevé esa gotita que me estaba poniendo nerviosa y mi concha se mojó automáticamente.
D- Aahh... Meli!
S- Shhh! Me toca!
Salva estaba muy emocionado. Repetí los lengüetazos en él. Me estaba costando controlarme. El sabor y el olor me resultaban demasiado agradables como para pensar en lo mal que estaba esta situación.
Golpeé ese bastón de carne contra mi lengua un par de veces y lo miré a los ojos. La sonrisa degenerada de Salva me provocó...
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