UNA MANADA BRUTAL
Un caso de la vida real
Al cumplirse el primer mes de trabajar en la empresa, Sandy recibió una invitación de sus compañeros de trabajo para festejarla. Ella, que sintió desde el principio que la trataban como una reina, aceptó gustosa. La fiesta se llevó a cabo en una finca de su jefe, dueño de la empresa, dedicada a la construcción.
El día de la fiesta, se vistió con un hermoso vestido entallado de color rosa. Quería agradecer con su belleza la cortesía y el cariño que le manifestaban su jefe y sus compañeros de trabajo, la mayoría de los cuáles eran albañiles, además del jefe de obras, un par de ingenieros y un arquitecto.
Al llegar a la fiesta se dio cuenta de que era la única mujer. Eso, en lugar de cohibirla, la halago. Después de una deliciosa comida, pusieron música. Ella bailó con todos y bebió todo lo que le ofrecían. Pero era la primera vez que tomaba.
Al poco rato de estar bailando, notó como las manos de cada una de sus parejas recorrían su espalda hasta su trasero mientra la apretsbsn contra ellos, masajeaban y apretaba sus nalgas. Ella sintió un creciente calor quela invadía, que un torbellino se firmaba en su cabeza y que su cuerpo se rendía a la fuerza de los deseos masculinos.
El patrón se la llevó a su recámara. Fue el primero en gozar de ella. Afuera, aguardaban en fila todos los demás. Al salir, el patrón les advirtió a todos que solo podían gozarla por el ano. No querían que la perjudicaran sembrándole en la barriga un chamaco. Le ordenó que esperaran en la terraza y entrarán por orden de apellido. Todos obecedieron y siguieron cheleando.
A todos les llegó su turno y todos repitieron plato. La carne bien formada de Sandy era un manjar exquisito. Le hicieron todo lo imaginable, excepto introducirle el miembro en la vulva. Todos disfrutaron de los exquisitos pechos de Sandy masajeándolos, restregándose su pito en ellos, chupándole las tetas y algunos cabrones las mordieron, lo que sólo provocó leves quejidos de Sandy, que de tanto alcohol está prácticamente anestesiada.
Unos frotaron su miembro en todo el cuerpo de Sandy, algunos sólo en sus torneadas piernas. Hubo uno que como loco pegó su verga a una de las pantorrillas de Sandy y se puso a restregarle frenéticamente hasta derramar su atole en la piel de Sandy. Salió feliz. Aquel era el sueño realizado de toda su vida.
La mayoría froto la punta de su miembro durante mucho rato en su ano. Esta fue la caricia más común. Luego de un rato comenzaba un metisaca cada vez más acelerada hasta vomitar todo el veneno almacenado en sus testículos dentro del intestino de Sandy. Muchos habían aguardando desde el primer día en que la vieron sin tocarse ni vaciarse esperando una oportunidad para gozar las exuberantes carnes de su nueva compañera de trabajo, por lo que su jugo viril estaba muy espeso y rancio.
De tanto culearla el recto de Sandy se rajó y comenzó a sangrar, pero aún se la continuaron culeando. Tan rico era sentir la verga apretada por el estrecho túnel anal de Sandy. Se habían convertido en una manada brutal que querían consumir aquella carne para darle a sus vergas intensos placeres.
Al amanecer, el patrón le hizo hacer un juramento de lealtady secrecia. Todos se fueron a sus casas en sus carros.
El jefe se que con Sandy. Espero a que despertará, lo que ocurrió a mediodía. Ella está adolorida,mareada y asqueada por olores. En cuanto se despertó, el patrón la puso bocaabajo y se puso a culearla. Del ano de Sandy brotaba una espesa y a abundante mezcla de excrementos batidos mezclados con todo el esperma, ya pudriéndose,que le habían inyectado los diez puercos humanos que se la estuvieron culeando, y con sangre, que manaba de las paredes rajadas de su recto.
En cuanto Sandy sintio la monstruosa verga de su patrón entrando en ella, comenzó a menearse con desesperación para sacarla y a chillar como marrana a la que estuvieran degollando. Pero su jefe la tenía bien sujetada y gozaba enloquecido el metisaca en el tubo anal que aquella jovencita que había contratado como secretaria rxclusivamente por el deseo de poseer su cuerpo sensacional. Se chorreó como marrano mientras Sandy, de puro desangrarse,agonizaba.
Después de haber satisfecho sus instintos bestiales, y viendo a Sandy inerte, se levantó, vistió, tomó su dinero y su pasaporte para irse del país.
Sandy fue encontrada varias horas después por las autoridades, que vieron su hermoso cuerpo desnudo e inerte y su hermoso agujero anal abierto, del cual aún manaba aquel atole de muerte que su violacion colectiva y continuada había dejado.
Secretamente, los policías pensaron en que les hubiera gustado ser uno de los victimarios que habían gozado esas exquisitas carnes mientras sentían como al contemplar aquellos aún hermosos y excitantes restos su verga se paraba. Lo único malo es que se les había pasado la mano, pensaron.
Del patrón nada se volvió a saber. Pero todos sus trabajadores fueron puestos tras las rejas, en la sección de violadores, para darles una sopa de su propio chocolate. El juez era un hombre recto, que no le gustaba que les dieran a las mujeres por el recto sin su consentimiento. Justicia poética al final de cuentas, puesn.
Esta historia ocurrió en Tlajomulco, Jalisco.
Un caso de la vida real
Al cumplirse el primer mes de trabajar en la empresa, Sandy recibió una invitación de sus compañeros de trabajo para festejarla. Ella, que sintió desde el principio que la trataban como una reina, aceptó gustosa. La fiesta se llevó a cabo en una finca de su jefe, dueño de la empresa, dedicada a la construcción.
El día de la fiesta, se vistió con un hermoso vestido entallado de color rosa. Quería agradecer con su belleza la cortesía y el cariño que le manifestaban su jefe y sus compañeros de trabajo, la mayoría de los cuáles eran albañiles, además del jefe de obras, un par de ingenieros y un arquitecto.
Al llegar a la fiesta se dio cuenta de que era la única mujer. Eso, en lugar de cohibirla, la halago. Después de una deliciosa comida, pusieron música. Ella bailó con todos y bebió todo lo que le ofrecían. Pero era la primera vez que tomaba.
Al poco rato de estar bailando, notó como las manos de cada una de sus parejas recorrían su espalda hasta su trasero mientra la apretsbsn contra ellos, masajeaban y apretaba sus nalgas. Ella sintió un creciente calor quela invadía, que un torbellino se firmaba en su cabeza y que su cuerpo se rendía a la fuerza de los deseos masculinos.
El patrón se la llevó a su recámara. Fue el primero en gozar de ella. Afuera, aguardaban en fila todos los demás. Al salir, el patrón les advirtió a todos que solo podían gozarla por el ano. No querían que la perjudicaran sembrándole en la barriga un chamaco. Le ordenó que esperaran en la terraza y entrarán por orden de apellido. Todos obecedieron y siguieron cheleando.
A todos les llegó su turno y todos repitieron plato. La carne bien formada de Sandy era un manjar exquisito. Le hicieron todo lo imaginable, excepto introducirle el miembro en la vulva. Todos disfrutaron de los exquisitos pechos de Sandy masajeándolos, restregándose su pito en ellos, chupándole las tetas y algunos cabrones las mordieron, lo que sólo provocó leves quejidos de Sandy, que de tanto alcohol está prácticamente anestesiada.
Unos frotaron su miembro en todo el cuerpo de Sandy, algunos sólo en sus torneadas piernas. Hubo uno que como loco pegó su verga a una de las pantorrillas de Sandy y se puso a restregarle frenéticamente hasta derramar su atole en la piel de Sandy. Salió feliz. Aquel era el sueño realizado de toda su vida.
La mayoría froto la punta de su miembro durante mucho rato en su ano. Esta fue la caricia más común. Luego de un rato comenzaba un metisaca cada vez más acelerada hasta vomitar todo el veneno almacenado en sus testículos dentro del intestino de Sandy. Muchos habían aguardando desde el primer día en que la vieron sin tocarse ni vaciarse esperando una oportunidad para gozar las exuberantes carnes de su nueva compañera de trabajo, por lo que su jugo viril estaba muy espeso y rancio.
De tanto culearla el recto de Sandy se rajó y comenzó a sangrar, pero aún se la continuaron culeando. Tan rico era sentir la verga apretada por el estrecho túnel anal de Sandy. Se habían convertido en una manada brutal que querían consumir aquella carne para darle a sus vergas intensos placeres.
Al amanecer, el patrón le hizo hacer un juramento de lealtady secrecia. Todos se fueron a sus casas en sus carros.
El jefe se que con Sandy. Espero a que despertará, lo que ocurrió a mediodía. Ella está adolorida,mareada y asqueada por olores. En cuanto se despertó, el patrón la puso bocaabajo y se puso a culearla. Del ano de Sandy brotaba una espesa y a abundante mezcla de excrementos batidos mezclados con todo el esperma, ya pudriéndose,que le habían inyectado los diez puercos humanos que se la estuvieron culeando, y con sangre, que manaba de las paredes rajadas de su recto.
En cuanto Sandy sintio la monstruosa verga de su patrón entrando en ella, comenzó a menearse con desesperación para sacarla y a chillar como marrana a la que estuvieran degollando. Pero su jefe la tenía bien sujetada y gozaba enloquecido el metisaca en el tubo anal que aquella jovencita que había contratado como secretaria rxclusivamente por el deseo de poseer su cuerpo sensacional. Se chorreó como marrano mientras Sandy, de puro desangrarse,agonizaba.
Después de haber satisfecho sus instintos bestiales, y viendo a Sandy inerte, se levantó, vistió, tomó su dinero y su pasaporte para irse del país.
Sandy fue encontrada varias horas después por las autoridades, que vieron su hermoso cuerpo desnudo e inerte y su hermoso agujero anal abierto, del cual aún manaba aquel atole de muerte que su violacion colectiva y continuada había dejado.
Secretamente, los policías pensaron en que les hubiera gustado ser uno de los victimarios que habían gozado esas exquisitas carnes mientras sentían como al contemplar aquellos aún hermosos y excitantes restos su verga se paraba. Lo único malo es que se les había pasado la mano, pensaron.
Del patrón nada se volvió a saber. Pero todos sus trabajadores fueron puestos tras las rejas, en la sección de violadores, para darles una sopa de su propio chocolate. El juez era un hombre recto, que no le gustaba que les dieran a las mujeres por el recto sin su consentimiento. Justicia poética al final de cuentas, puesn.
Esta historia ocurrió en Tlajomulco, Jalisco.
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