Pijas con cuero, pijas con prepúcio... Capullos de carne viva con sabor a hombre, no eran bisexuales ni nada de eso, eran tipos grandes con ganas de coger. Te entregaban la verga con ganas de más si "la hacías bien y eras discreto".
Tipos que se bajaban el calzoncillo si la cosa "valía la pena ". Así que me veía en la obligación de convertirlos a la nueva religión ; dónde el putito los bautizaba en saliva y leche, tragando hasta la última gota de sémen.
Pijas con prepúcio, capullos de carne viva y mojada, garchas gruesas y cabezudas que me ofrecían saborear su semen después de haber ordeñado ésa tranca con pasión.
Recuerdo cómo me exitaba saborear con adoración ésas trancas hermosas y curtidas, hacerlos sentir un placer extremo cercano a la convulsión; sentir el pulsar de sus sexos adultos escupiendo chorros de leche caliente dentro de mi boca, mientras tragaba ésa leche caliente.
Les lamía el sexo, les descapullaba la cabeza de la pija con deleite, les hacía conocer el placer intenso y profundo qué provocaba tener esas pijas para gozar.
Me retorcía enrollado por la boca a esas trancas hermosas y curtidas con sabor y olor a hombre; adoraba ser sometido por esos adultos mayores que me cogían "sin querer queriendo" . Yo, con una malicia endiablada, me aferraba a esas trancas hermosas con pasión y con una intensidad feróz que los convencía en probar una y otra vez mi arte chupapija
Tipos que se bajaban el calzoncillo si la cosa "valía la pena ". Así que me veía en la obligación de convertirlos a la nueva religión ; dónde el putito los bautizaba en saliva y leche, tragando hasta la última gota de sémen.
Pijas con prepúcio, capullos de carne viva y mojada, garchas gruesas y cabezudas que me ofrecían saborear su semen después de haber ordeñado ésa tranca con pasión.
Recuerdo cómo me exitaba saborear con adoración ésas trancas hermosas y curtidas, hacerlos sentir un placer extremo cercano a la convulsión; sentir el pulsar de sus sexos adultos escupiendo chorros de leche caliente dentro de mi boca, mientras tragaba ésa leche caliente.
Les lamía el sexo, les descapullaba la cabeza de la pija con deleite, les hacía conocer el placer intenso y profundo qué provocaba tener esas pijas para gozar.
Me retorcía enrollado por la boca a esas trancas hermosas y curtidas con sabor y olor a hombre; adoraba ser sometido por esos adultos mayores que me cogían "sin querer queriendo" . Yo, con una malicia endiablada, me aferraba a esas trancas hermosas con pasión y con una intensidad feróz que los convencía en probar una y otra vez mi arte chupapija
1 comentarios - "Yo tuve la mejor flor, la mejor de la planta más dulc