Vinimos a nuestro club swinger favorito. Nos acomodamos en uno de los amplios sillones de cuatro plazas del cuarto obscuro principal y viendo las actividades que se están dando al interior del mismo, empezamos a besarnos, a darnos algunas caricias, mientras vamos comentando lo que va sucediendo a nuestro alrededor. Hay algo de voyeurs en nosotros y nos gusta ver personas en plena cogida, así como que nos vean coger.
Hay quienes ya están más entrados en materia. Algunos, ubicados en las camas del centro de la gran habitación, intercambian caricias y algunos besos con las otras parejas cercanas. Vamos retirando nuestras ropas poco a poco y quedamos prácticamente desnudos. Quedas sentada a mi lado y eso nos permite acariciarnos y seguir los eventos que se van dando. Me masturbas rico, llegando ocasionalmente a mamar mi pene que está más que dispuesto a la acción y nos besamos rico.
Por mi parte, disfruto de acariciar con una de mis manos tu espalda y bajar a tu cadera, y con mi otra mano, tocar tu cara, tus senos y tu sexo, perdiendo eventualmente mis dedos en tu vagina, comprobando lo excitada que ya te encuentras también. Podemos observar algunos hombres pasar frente a nosotros con sus miembros erectos, desnudos -algunos llaman tu atención-. Así como a varias mujeres mostrando sus bellos cuerpos, derrochando sensualidad a su paso, algunas transitan con una blusa traslúcida que resalta sus cuerpos y otras simplemente caminan desnudas. Parejas que pasan por allí nos observan y llegamos a tener contacto visual con algunas.
De hecho, una pareja se para al lado del marco de una puerta que da acceso a un privado con vidrio junto a nosotros a no más de un metro de distancia, nos ven desde mi lado izquierdo. Se besan y acarician mientras nos observan y los miramos a ellos. Por cómo están parados, él ligeramente detrás de ella, la vemos masturbar a su pareja mostrando sus caricias, y a él tocar delicadamente los senos de ella, tocar su entrepierna con sutileza, con el toque y ritmo necesarios para hacer que ella abra sus piernas y disfrute de las caricias que recibe.
Eso nos excita, les muestras mi pene, la forma que me tocas, recorriéndolo con tu mano, hasta que te inclinas para chuparlo rico, asegurando que te vean hacerlo. Desplazas tu lengua y labios acariciando con ellos desde la punta, a todo lo largo y hasta llegar a mis testículos, que lames desde la base y luego metes uno a la vez en tu boca, chupándolo en forma tal que me haces gemir muy excitante, mientras sujetas mi pene con una de tus manos.
Ellos no pierden detalle y ven como disfrutas al hacerlo. Regresas a meter la mayor parte de mi pene en tu boca, jugando con tu lengua en mi punta y el resto del tronco, dejándolo muy mojado de tu saliva. Me masturbas un poco más, lo sientes duro y grueso, y decides subirte en mí, colocando tus piernas alrededor de mi cuerpo, para ensartarte en él. No pierden de vista la forma que te colocas, tomas mi verga muy erecta con una de tus manos, la paseas entre tu clítoris, la entrada de tu vagina y tu culito. Juegas con ella un poco, y puedo ver la excitación en tus senos hinchados, con tus pezones erectos. Los volteas a ver y observas como ella le masturba con mayor intensidad y él ya mete sus dedos en su vagina, sin perder detalle de lo que haces. Te miran a la cara y sonríes hacia ellos en forma muy sensual, muerdes tu labio superior en señal de que estas disfrutando todos, sabiendo lo rico que estas tocándote con mi pene muy mojado.
Ellos sonríen también, se besan, y él le dice algo que no alcanzamos a escuchar, pero ella asiente. Yo puedo sentir la punta como se va impregnando de tus líquidos, producto de tu excitación, siento el roce con tu clítoris, con tus labios vaginales y tu culito rico, a través del movimiento que haces con tu mano llevando mi pene a lo largo de tu entrepierna. Desde mi posición, sentado en el sillón, tus senos me quedan justo a la altura de mi cara y ocasionalmente llegan a rozarme con tus pezones. Es muy excitante.
Entonces colocas la punta en la entrada de tu vagina y vas moviendo tu cadera ligeramente para permitir el paso de mi rígido miembro en tu cuerpo. Con lo excitada que estás, se desplaza sin problema y poco a poco lo tienes todo en ti. Tu cara muestra el deseo de sentir esa penetración inicial por mi pene, llenándote toda, sintiendo cómo te toca tu interior y cómo se acomoda en ti. Vemos como él saca sus dedos de la vagina de ella y se los da a chupar, para volverlos a meter profundamente y no quitan la mirada de nosotros.
Te inclinas hacia mi y nos besamos, mientras me dices lo rico que lo sientes tenerlo completamente dentro de ti. Poco a poco, comienzas a mover tu cadera hacia adelante y atrás, cogiéndote mi verga y frotando tu pubis contra mi cuerpo. Eso te permite experimentar ricas sensaciones en tu clítoris y acelera tu excitación, lo que confirmo con la forma que mojas mi verga y mis testículos en cada movimiento. Tu cuerpo está incorporado, y eso hace que la penetración sea más profunda al descansar tu cadera en mis muslos.
Te ves hermosa, concentrada en disfrutar de este momento. Tus ojos cerrados, toda tu expresión facial muestra como estás ocupada en sentirte cogiendo mi pene. Desplazarlo dentro de ti y que roce las paredes interiores de tu cuerpo te excita y lo disfrutas mucho. Ella lleva su mano a la boca, la moja y vuelve a masturbar a su compañero sin perder detalle de cómo te coges mi pene. Entonces, ella se separa, lo hace apoyar su espalda en el marco, y se pone en cuclillas. Toma sus testículos con una mano, te hago una señal para que voltees a verlos, y nos muestra la ya importante erección de su pareja. La masturba con la otra mano y va acercando la punta a su boca.
Se aprecia un pene duro, largo, la punta gruesa y pronto sus labios se posan en ella. Abre ligeramente la boca para recibirlo y, una vez que tiene la punta dentro, abre un poco más y con su lengua lame toda la punta, dejándola mojada de su saliva. Ella lo disfruta y el gime con esas caricias. Te sigues moviendo sin dejar de verla y sé que te excita eso. Toco tus pezones y los siento duros e hinchados rico. Podemos ver como ella va avanzando en introducirse el pene de su pareja, sin soltarle los testículos, que masajea continuamente. Ella se concentra en darle placer y también recibir placer al tener esa verga en su boca. Verlos te excita y mi pene recibe otra descarga de tu corrida que moja mis testículos y muslos, volviendo a comenzar tus movimientos apenas termina este otro orgasmo.
Entonces ella incrementa el ritmo de la mamada, desplazando su cabeza con mayor velocidad en cada movimiento. Él solo arquea su espalda para buscar acompañar los movimientos de ella. Es excitante verlos.
Ocasionalmente ella saca ese pene de la boca y lo masturba, dejándonos ver su tamaño y lo mojado que está, para volverlo a cubrir con sus labios e insertarlo en su boca de nuevo. Las manos de ella se sujetan de la cadera de él y eso le ayuda a llevar un mejor ritmo a sus caricias orales. Podemos ver que ella lleva una mano a su entrepierna, se frota un poco y lleva a su boca sus dedos, que se aprecian mojados, para probarlos. Tú sigues cogiéndote mi verga con un ritmo ligeramente mayor que antes, mientras los vemos en plena acción.
Él voltea a verte, y cuando tiene tu atención, estira su brazo y alcanza a rozar tu hombro con el torso de su mano. Tú no le quitas la mirada y él continua sus caricias hacia tu cuello, mientras ella sigue chupándolo, pero no deja de ver sus movimientos. Ese acercamiento a tu cuello te hace girar tu cabeza y cierras tus ojos en señal de aprobación, mostrando que siga con sus caricias. En pocos momentos ya acaricia tu cabello y llega a tu mejilla que le aproximas para que te acaricie. Su mano es de tamaño regular a grande, sientes su torso recorrer hacia tu mentón y parte del cuello. Sube su mano de nuevo a tu barbilla y pasa más cerca de la comisura de tus labios, rozando accidentalmente uno de tus labios con su dedo. Esto se eriza la piel.
Te ves deseosa, sensible y excitada. Voltea su mano y ahora con la palma te acaricia igual, tus hombros, tus pechos sin llegar a tus senos y sube a acariciar tu cuello y barbilla. Allí se detiene un poco y pasa un par de dedos por tu mejilla y en un movimiento circular los desplaza hacia tus labios, rozándolos un poco más. Te dejas acariciar y no sabemos qué más puede pasar. Vuelve a acariciar tu mejilla, tu cara ya está vuelta hacia él, y ahora posa sus dedos en tus labios y los desplaza en forma longitudinal. A lo que tú los separas ligeramente y con tu lengua le acaricias la punta de sus dedos que entra en contacto con tu boca. Tu lengua los lame, saboreándolos. Es muy excitante y él retira su mano, después de sentir tu boca succionar ligeramente sus falanges.
Todo ello hace que me vuelvas a mojar con una corrida que acompañas con ligeros temblores de tu cuerpo, mientras ella acelera su mamada al duro miembro de él. No sabemos si eyacula en su boca, pero la vemos incorporarse para besarle intensamente. Se despiden en forma discreta y los vemos perderse entre los demás asistentes, mientras seguimos cogiendo, tú montada en mi, mojándome con frecuencia, tu cuerpo descansando en el mío. Tu cara apoyada en mi hombro izquierdo.
Observamos a otras personas que pasan frente a nosotros y comentamos brevemente lo rico que estuvo. Deseamos más y sabemos que aún pueden darse otras cosas.
No tarda en acercarse un hombre de edad similar a la nuestra. De buen ver, ya desnudo, que deja ver un pene de buen tamaño, aún semi erecto. Se para del lado contrario a donde estás volteando y nos observa como sigues cogiendo mi verga despacio, rico, a un ritmo pausado, como restriegas tus senos en mi pecho y sintiendo todas las sensaciones del momento.
Se sienta en el mismo sillón que estamos nosotros, no tan cerca, y puedo ver como lleva sus manos a su pene y, sin dejar de observarnos, se comienza a masturbar y tocar sus testículos. Levantas tu cara para besarnos y te digo que tenemos un acompañante a nuestro lado que ya presenta una verga erecta y de buen tamaño. No volteas y sólo nos besamos, mientras sigues cogiéndote rico mi pene, subiendo y bajando tu cadera para que entre y salga de tu vagina, así como moviéndola al frente y atrás, mojándome constantemente.
Tomo tu mano izquierda, entrelazo mis dedos con los tuyos y despacio la voy separando de nuestros cuerpos, la muevo en dirección hacia nuestro compañero de asiento, hasta llevar tu palma a su verga, colocándola en la punta, qué rodeas con tus dedos casi instintivamente y puedes sentirla lo erecta y gruesa que ya está. Entonces, desplazas tu mano a lo largo de ese interesante miembro y bajas a tocar sus testículos, que rozas ligeramente, regresas por ese tronco hasta la punta y recorres el abdomen algo trabajado de nuestro ocasional compañero.
Es cuando decides voltear a verle e incorporas tu cuerpo un poco para poder observarlo de mejor manera. Lo observas con ojos de deseo y mientras regresas a tocar su erecto pene, mientras él te mira detenidamente, dejándose tocar y esperándote a cual será el siguiente movimiento. Todo ello te hace mojarte más y recibo tus fluidos en mi cuerpo. Tu mano lo masturba despacio, lo tocas y sientes como su excitación va creciendo en respuesta a tus caricias, mientras regresas a besarme y sigues moviendo tu cadera, frotando tu pubis contra mi cuerpo con mi pene dentro de ti. Tu mirada está concentrada en mis ojos, y cierras los tuyos en clara muestra de excitación, deseo y lujuria. Él pone su mano sobre la tuya y te marca un nuevo ritmo de la masturbación intensificando todo.
Entonces, detienes tu movimiento y lo jalas de la cadera hacia nosotros para que quede junto a mi. Nosotros nos seguimos besando, y siento tu excitación creciente. Entonces, tomas mi mano y la llevas junto con la tuya a que sienta el pene de nuestro vecino de asiento. Ya logró un tamaño interesante.
Te incorporas sin salirte de mi, él también. Las caras están cerca y él acaricia tu mejilla, retirando parte de tu cabello, llevándolo detrás de tu oreja. Las miradas se mantienen en los ojos del otro, los rostros se acercan lo suficiente, las narices se rozan y sus labios se besan, mientras tú sigues tocando su pene, que ya acusa la humedad causada por varias gotas de líquido preseminal que ha asomado por la punta y que esparces con tus dedos.
Después de besarse, haces que se pare del asiento y tomas su verga para llevarla a tu boca. Disfrutas de chupar una buena verga y quieres sentir ésta entre tus labios. Sin quitar la vista de mis ojos, me muestras cómo lo vas metiendo en tu boca y juegas con tu lengua en su punta antes de introducirlo de lleno. Es claro tu deseo por ese pene que te excita tenerlo en tu boca. Lo chupas y lames por unos minutos, cierras tus ojos y acaricias sus testículos, apretándose ocasionalmente. Se lo dejas muy mojado de tu saliva y volteas a besarme intensamente, sin soltarle su duro miembro. Yo te digo que te lo cojas y eso te estremece, corriéndote otra vez más, mientras nos besamos de nueva cuenta.
Lo haces sentarse en el sillón a nuestro lado. Sacas mi pene de tu cuerpo, que está chorreando de tus jugos. Pones tus rodillas a los lados de su cintura, tomas su pene con tu mano y la llevas a tu ya muy mojada vagina para restregarla en tu entrada. Le pides un condón, que rápido colocas en su pene. Lo vuelves a tomar con tu mano, lo llevas a tu entrada para irte ensartando en él, clavándotelo profundamente. Tu cara denota el momento de sentirte invadida y el deseo satisfecho de tener su verga erecta y gruesa toda dentro de ti. Tu cuerpo incorporado, deja apreciar los senos hinchados y tus pezones erectos completamente.
Pasando unos momentos, comienzas a moverte con él completamente dentro de ti. Apoyas una mano en su hombro para desplazar mejor tu cadera y con la otra, volteas a verme y tomas mi pene para masturbarme mientras te lo coges. Entonces me jalas hacia ustedes y haces que me pare, y acercas mi pene a tu boca, para chuparlo rico mientras lo coges a él. Hay caricias entre todos, besos entre tú y él y regresas a chupar mi pene. Entonces lo llevas a su boca y lo pones sobre sus labios. El abre su boca y entre los dos me lo chupan, jugando con sus lenguas.
Desde mi posición, puedo ver cómo él te va tocando tu culito y llega a meter una falange en él, lo que te excita y siguen alternando besos y caricias a mi pene.
Después de cogértelo así unos minutos, te incorporas y te pones en 4 puntos en el sillón. Lo tomas de la mano y lo llevas detrás de ti. Rápido se acomoda y se prepara para cogerte en esa forma por detrás. Te roza con su verga tu entrada y te ensarta de golpe, profundamente, lo que te hace gemir rico.
Nuestro amigo te comienza a coger con fuerza, intensamente, sujetándose de tu cadera. Tomas mi pene y eso me hace sentir más los embates de su miembro en tu vagina. Tu excitación sube y te mojadas rico. Él te coge profundo, fuerte, rápido. Decides sujetarte del respaldo del sillón con tus manos y empezabas a empujar hacia él para hacer mayores las sensaciones de la rica cogida. Inevitablemente ya los dos sudan, y tu excitación hace que te corras repetidamente.
Hay quienes ya están más entrados en materia. Algunos, ubicados en las camas del centro de la gran habitación, intercambian caricias y algunos besos con las otras parejas cercanas. Vamos retirando nuestras ropas poco a poco y quedamos prácticamente desnudos. Quedas sentada a mi lado y eso nos permite acariciarnos y seguir los eventos que se van dando. Me masturbas rico, llegando ocasionalmente a mamar mi pene que está más que dispuesto a la acción y nos besamos rico.
Por mi parte, disfruto de acariciar con una de mis manos tu espalda y bajar a tu cadera, y con mi otra mano, tocar tu cara, tus senos y tu sexo, perdiendo eventualmente mis dedos en tu vagina, comprobando lo excitada que ya te encuentras también. Podemos observar algunos hombres pasar frente a nosotros con sus miembros erectos, desnudos -algunos llaman tu atención-. Así como a varias mujeres mostrando sus bellos cuerpos, derrochando sensualidad a su paso, algunas transitan con una blusa traslúcida que resalta sus cuerpos y otras simplemente caminan desnudas. Parejas que pasan por allí nos observan y llegamos a tener contacto visual con algunas.
De hecho, una pareja se para al lado del marco de una puerta que da acceso a un privado con vidrio junto a nosotros a no más de un metro de distancia, nos ven desde mi lado izquierdo. Se besan y acarician mientras nos observan y los miramos a ellos. Por cómo están parados, él ligeramente detrás de ella, la vemos masturbar a su pareja mostrando sus caricias, y a él tocar delicadamente los senos de ella, tocar su entrepierna con sutileza, con el toque y ritmo necesarios para hacer que ella abra sus piernas y disfrute de las caricias que recibe.
Eso nos excita, les muestras mi pene, la forma que me tocas, recorriéndolo con tu mano, hasta que te inclinas para chuparlo rico, asegurando que te vean hacerlo. Desplazas tu lengua y labios acariciando con ellos desde la punta, a todo lo largo y hasta llegar a mis testículos, que lames desde la base y luego metes uno a la vez en tu boca, chupándolo en forma tal que me haces gemir muy excitante, mientras sujetas mi pene con una de tus manos.
Ellos no pierden detalle y ven como disfrutas al hacerlo. Regresas a meter la mayor parte de mi pene en tu boca, jugando con tu lengua en mi punta y el resto del tronco, dejándolo muy mojado de tu saliva. Me masturbas un poco más, lo sientes duro y grueso, y decides subirte en mí, colocando tus piernas alrededor de mi cuerpo, para ensartarte en él. No pierden de vista la forma que te colocas, tomas mi verga muy erecta con una de tus manos, la paseas entre tu clítoris, la entrada de tu vagina y tu culito. Juegas con ella un poco, y puedo ver la excitación en tus senos hinchados, con tus pezones erectos. Los volteas a ver y observas como ella le masturba con mayor intensidad y él ya mete sus dedos en su vagina, sin perder detalle de lo que haces. Te miran a la cara y sonríes hacia ellos en forma muy sensual, muerdes tu labio superior en señal de que estas disfrutando todos, sabiendo lo rico que estas tocándote con mi pene muy mojado.
Ellos sonríen también, se besan, y él le dice algo que no alcanzamos a escuchar, pero ella asiente. Yo puedo sentir la punta como se va impregnando de tus líquidos, producto de tu excitación, siento el roce con tu clítoris, con tus labios vaginales y tu culito rico, a través del movimiento que haces con tu mano llevando mi pene a lo largo de tu entrepierna. Desde mi posición, sentado en el sillón, tus senos me quedan justo a la altura de mi cara y ocasionalmente llegan a rozarme con tus pezones. Es muy excitante.
Entonces colocas la punta en la entrada de tu vagina y vas moviendo tu cadera ligeramente para permitir el paso de mi rígido miembro en tu cuerpo. Con lo excitada que estás, se desplaza sin problema y poco a poco lo tienes todo en ti. Tu cara muestra el deseo de sentir esa penetración inicial por mi pene, llenándote toda, sintiendo cómo te toca tu interior y cómo se acomoda en ti. Vemos como él saca sus dedos de la vagina de ella y se los da a chupar, para volverlos a meter profundamente y no quitan la mirada de nosotros.
Te inclinas hacia mi y nos besamos, mientras me dices lo rico que lo sientes tenerlo completamente dentro de ti. Poco a poco, comienzas a mover tu cadera hacia adelante y atrás, cogiéndote mi verga y frotando tu pubis contra mi cuerpo. Eso te permite experimentar ricas sensaciones en tu clítoris y acelera tu excitación, lo que confirmo con la forma que mojas mi verga y mis testículos en cada movimiento. Tu cuerpo está incorporado, y eso hace que la penetración sea más profunda al descansar tu cadera en mis muslos.
Te ves hermosa, concentrada en disfrutar de este momento. Tus ojos cerrados, toda tu expresión facial muestra como estás ocupada en sentirte cogiendo mi pene. Desplazarlo dentro de ti y que roce las paredes interiores de tu cuerpo te excita y lo disfrutas mucho. Ella lleva su mano a la boca, la moja y vuelve a masturbar a su compañero sin perder detalle de cómo te coges mi pene. Entonces, ella se separa, lo hace apoyar su espalda en el marco, y se pone en cuclillas. Toma sus testículos con una mano, te hago una señal para que voltees a verlos, y nos muestra la ya importante erección de su pareja. La masturba con la otra mano y va acercando la punta a su boca.
Se aprecia un pene duro, largo, la punta gruesa y pronto sus labios se posan en ella. Abre ligeramente la boca para recibirlo y, una vez que tiene la punta dentro, abre un poco más y con su lengua lame toda la punta, dejándola mojada de su saliva. Ella lo disfruta y el gime con esas caricias. Te sigues moviendo sin dejar de verla y sé que te excita eso. Toco tus pezones y los siento duros e hinchados rico. Podemos ver como ella va avanzando en introducirse el pene de su pareja, sin soltarle los testículos, que masajea continuamente. Ella se concentra en darle placer y también recibir placer al tener esa verga en su boca. Verlos te excita y mi pene recibe otra descarga de tu corrida que moja mis testículos y muslos, volviendo a comenzar tus movimientos apenas termina este otro orgasmo.
Entonces ella incrementa el ritmo de la mamada, desplazando su cabeza con mayor velocidad en cada movimiento. Él solo arquea su espalda para buscar acompañar los movimientos de ella. Es excitante verlos.
Ocasionalmente ella saca ese pene de la boca y lo masturba, dejándonos ver su tamaño y lo mojado que está, para volverlo a cubrir con sus labios e insertarlo en su boca de nuevo. Las manos de ella se sujetan de la cadera de él y eso le ayuda a llevar un mejor ritmo a sus caricias orales. Podemos ver que ella lleva una mano a su entrepierna, se frota un poco y lleva a su boca sus dedos, que se aprecian mojados, para probarlos. Tú sigues cogiéndote mi verga con un ritmo ligeramente mayor que antes, mientras los vemos en plena acción.
Él voltea a verte, y cuando tiene tu atención, estira su brazo y alcanza a rozar tu hombro con el torso de su mano. Tú no le quitas la mirada y él continua sus caricias hacia tu cuello, mientras ella sigue chupándolo, pero no deja de ver sus movimientos. Ese acercamiento a tu cuello te hace girar tu cabeza y cierras tus ojos en señal de aprobación, mostrando que siga con sus caricias. En pocos momentos ya acaricia tu cabello y llega a tu mejilla que le aproximas para que te acaricie. Su mano es de tamaño regular a grande, sientes su torso recorrer hacia tu mentón y parte del cuello. Sube su mano de nuevo a tu barbilla y pasa más cerca de la comisura de tus labios, rozando accidentalmente uno de tus labios con su dedo. Esto se eriza la piel.
Te ves deseosa, sensible y excitada. Voltea su mano y ahora con la palma te acaricia igual, tus hombros, tus pechos sin llegar a tus senos y sube a acariciar tu cuello y barbilla. Allí se detiene un poco y pasa un par de dedos por tu mejilla y en un movimiento circular los desplaza hacia tus labios, rozándolos un poco más. Te dejas acariciar y no sabemos qué más puede pasar. Vuelve a acariciar tu mejilla, tu cara ya está vuelta hacia él, y ahora posa sus dedos en tus labios y los desplaza en forma longitudinal. A lo que tú los separas ligeramente y con tu lengua le acaricias la punta de sus dedos que entra en contacto con tu boca. Tu lengua los lame, saboreándolos. Es muy excitante y él retira su mano, después de sentir tu boca succionar ligeramente sus falanges.
Todo ello hace que me vuelvas a mojar con una corrida que acompañas con ligeros temblores de tu cuerpo, mientras ella acelera su mamada al duro miembro de él. No sabemos si eyacula en su boca, pero la vemos incorporarse para besarle intensamente. Se despiden en forma discreta y los vemos perderse entre los demás asistentes, mientras seguimos cogiendo, tú montada en mi, mojándome con frecuencia, tu cuerpo descansando en el mío. Tu cara apoyada en mi hombro izquierdo.
Observamos a otras personas que pasan frente a nosotros y comentamos brevemente lo rico que estuvo. Deseamos más y sabemos que aún pueden darse otras cosas.
No tarda en acercarse un hombre de edad similar a la nuestra. De buen ver, ya desnudo, que deja ver un pene de buen tamaño, aún semi erecto. Se para del lado contrario a donde estás volteando y nos observa como sigues cogiendo mi verga despacio, rico, a un ritmo pausado, como restriegas tus senos en mi pecho y sintiendo todas las sensaciones del momento.
Se sienta en el mismo sillón que estamos nosotros, no tan cerca, y puedo ver como lleva sus manos a su pene y, sin dejar de observarnos, se comienza a masturbar y tocar sus testículos. Levantas tu cara para besarnos y te digo que tenemos un acompañante a nuestro lado que ya presenta una verga erecta y de buen tamaño. No volteas y sólo nos besamos, mientras sigues cogiéndote rico mi pene, subiendo y bajando tu cadera para que entre y salga de tu vagina, así como moviéndola al frente y atrás, mojándome constantemente.
Tomo tu mano izquierda, entrelazo mis dedos con los tuyos y despacio la voy separando de nuestros cuerpos, la muevo en dirección hacia nuestro compañero de asiento, hasta llevar tu palma a su verga, colocándola en la punta, qué rodeas con tus dedos casi instintivamente y puedes sentirla lo erecta y gruesa que ya está. Entonces, desplazas tu mano a lo largo de ese interesante miembro y bajas a tocar sus testículos, que rozas ligeramente, regresas por ese tronco hasta la punta y recorres el abdomen algo trabajado de nuestro ocasional compañero.
Es cuando decides voltear a verle e incorporas tu cuerpo un poco para poder observarlo de mejor manera. Lo observas con ojos de deseo y mientras regresas a tocar su erecto pene, mientras él te mira detenidamente, dejándose tocar y esperándote a cual será el siguiente movimiento. Todo ello te hace mojarte más y recibo tus fluidos en mi cuerpo. Tu mano lo masturba despacio, lo tocas y sientes como su excitación va creciendo en respuesta a tus caricias, mientras regresas a besarme y sigues moviendo tu cadera, frotando tu pubis contra mi cuerpo con mi pene dentro de ti. Tu mirada está concentrada en mis ojos, y cierras los tuyos en clara muestra de excitación, deseo y lujuria. Él pone su mano sobre la tuya y te marca un nuevo ritmo de la masturbación intensificando todo.
Entonces, detienes tu movimiento y lo jalas de la cadera hacia nosotros para que quede junto a mi. Nosotros nos seguimos besando, y siento tu excitación creciente. Entonces, tomas mi mano y la llevas junto con la tuya a que sienta el pene de nuestro vecino de asiento. Ya logró un tamaño interesante.
Te incorporas sin salirte de mi, él también. Las caras están cerca y él acaricia tu mejilla, retirando parte de tu cabello, llevándolo detrás de tu oreja. Las miradas se mantienen en los ojos del otro, los rostros se acercan lo suficiente, las narices se rozan y sus labios se besan, mientras tú sigues tocando su pene, que ya acusa la humedad causada por varias gotas de líquido preseminal que ha asomado por la punta y que esparces con tus dedos.
Después de besarse, haces que se pare del asiento y tomas su verga para llevarla a tu boca. Disfrutas de chupar una buena verga y quieres sentir ésta entre tus labios. Sin quitar la vista de mis ojos, me muestras cómo lo vas metiendo en tu boca y juegas con tu lengua en su punta antes de introducirlo de lleno. Es claro tu deseo por ese pene que te excita tenerlo en tu boca. Lo chupas y lames por unos minutos, cierras tus ojos y acaricias sus testículos, apretándose ocasionalmente. Se lo dejas muy mojado de tu saliva y volteas a besarme intensamente, sin soltarle su duro miembro. Yo te digo que te lo cojas y eso te estremece, corriéndote otra vez más, mientras nos besamos de nueva cuenta.
Lo haces sentarse en el sillón a nuestro lado. Sacas mi pene de tu cuerpo, que está chorreando de tus jugos. Pones tus rodillas a los lados de su cintura, tomas su pene con tu mano y la llevas a tu ya muy mojada vagina para restregarla en tu entrada. Le pides un condón, que rápido colocas en su pene. Lo vuelves a tomar con tu mano, lo llevas a tu entrada para irte ensartando en él, clavándotelo profundamente. Tu cara denota el momento de sentirte invadida y el deseo satisfecho de tener su verga erecta y gruesa toda dentro de ti. Tu cuerpo incorporado, deja apreciar los senos hinchados y tus pezones erectos completamente.
Pasando unos momentos, comienzas a moverte con él completamente dentro de ti. Apoyas una mano en su hombro para desplazar mejor tu cadera y con la otra, volteas a verme y tomas mi pene para masturbarme mientras te lo coges. Entonces me jalas hacia ustedes y haces que me pare, y acercas mi pene a tu boca, para chuparlo rico mientras lo coges a él. Hay caricias entre todos, besos entre tú y él y regresas a chupar mi pene. Entonces lo llevas a su boca y lo pones sobre sus labios. El abre su boca y entre los dos me lo chupan, jugando con sus lenguas.
Desde mi posición, puedo ver cómo él te va tocando tu culito y llega a meter una falange en él, lo que te excita y siguen alternando besos y caricias a mi pene.
Después de cogértelo así unos minutos, te incorporas y te pones en 4 puntos en el sillón. Lo tomas de la mano y lo llevas detrás de ti. Rápido se acomoda y se prepara para cogerte en esa forma por detrás. Te roza con su verga tu entrada y te ensarta de golpe, profundamente, lo que te hace gemir rico.
Nuestro amigo te comienza a coger con fuerza, intensamente, sujetándose de tu cadera. Tomas mi pene y eso me hace sentir más los embates de su miembro en tu vagina. Tu excitación sube y te mojadas rico. Él te coge profundo, fuerte, rápido. Decides sujetarte del respaldo del sillón con tus manos y empezabas a empujar hacia él para hacer mayores las sensaciones de la rica cogida. Inevitablemente ya los dos sudan, y tu excitación hace que te corras repetidamente.
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