Habla pasado más de dos años espiando a mis mayores; mi papá, mis tres tíos, mi padrino y al "novio de mi abuela" .
Desde los 1doce2 a los 1quince5, había mirado, visto y estudiado todos sus placeres, sus formas de coger, cuando y cómo gozarlos.
Ellos no sabían, ni se lo imaginaban; nunca hubieran esperado éso de mi.
Los había visto coger, pajearse; los había tocado mientras dormían la borrachera...
o "jugando a la luchita", tratando de probar la "resistencia" haciéndome el tonto mientras les manoteaba la verga.
Había acumulado una calentura feróz, casi rabiosa; Ya no me aguantaba el deseo incestuoso de hacerme mujer con la pija hermosa de mi padrino, ese padrillo entrerriano rubio y perfecto al que deseaba mostrarle que yo si era capaz de enfundar todo ése pijote duro y sensible que las mujeres a veces rechazaban o "desperdiciaban".
Ya estaba en tiempo de experimentar a pleno como era tener una de esas pijas en las entrañas... Y ya había elegido que mi primer iniciador sería mi padrino El Payo
El más descomunal de esos cuatro tipos grandes que me rodeaban, el tipo cuya verga tremenda me encendía, el tipo que me se apoderaba de todo mi ser con el solo hecho de verlo caminar desnudo por la habitación. Ése varón que tenía una pija en forma de gancho, dibujaba una curva de carne fibrosa y robusta, tan bien endurecida que se podía admirar en todo su vigor.
Los huevos, la "panza" de la verga, la dureza de un miembro machazo y contundente. La pija de un tipo que a sí mismo se consideraba "normal" , pero que se "sabía bueno y bien dotado". Con casi 1quince5 añitos ya tenía un deseo exitante de ser poseído por mi padrino.
Su miembro enorme no cabía entre mis manos pequeñas y torpes que más de una vez lo habían manoseado mientras dormía.
La cabeza grosa y chata color carne y lo rico y delicioso que olía esa entrepierna fuerte. Yo era un niño travieso y promiscuo con un despertar prematuro que a esa edad entendía muy bien todo, ya idealizada como iba a ser "mi primera vez" y sobre todo, con quién.
Estaba enamorado y a la vez exitado, afiebrado por el placer incestuoso de reemplazar a mi papá en la figura y el cuerpo de ése varón que era familiar, el mejor amigo de mi viejo, y el hijo "adoptivo" de mi abuela.
La primera vez que lo penetre con la cola, pude sentir como me golpeaban los primeros tres chorros de leche caliente que escupía dentro mío;
Yo me lo cogí a él, yo decididamente puse la cabeza de ésa tranca en el agujero virgo de mi culo y empujé hasta sentir como ésa fresa de carne se "abotonaba" encajando sus bordes gruesos y bien carnosos en el interior de mi esfinter anal, que sentía la presión y el ardor exitante de ésa pija con una fiebre, babosa y durísima
Desde los 1doce2 a los 1quince5, había mirado, visto y estudiado todos sus placeres, sus formas de coger, cuando y cómo gozarlos.
Ellos no sabían, ni se lo imaginaban; nunca hubieran esperado éso de mi.
Los había visto coger, pajearse; los había tocado mientras dormían la borrachera...
o "jugando a la luchita", tratando de probar la "resistencia" haciéndome el tonto mientras les manoteaba la verga.
Había acumulado una calentura feróz, casi rabiosa; Ya no me aguantaba el deseo incestuoso de hacerme mujer con la pija hermosa de mi padrino, ese padrillo entrerriano rubio y perfecto al que deseaba mostrarle que yo si era capaz de enfundar todo ése pijote duro y sensible que las mujeres a veces rechazaban o "desperdiciaban".
Ya estaba en tiempo de experimentar a pleno como era tener una de esas pijas en las entrañas... Y ya había elegido que mi primer iniciador sería mi padrino El Payo
El más descomunal de esos cuatro tipos grandes que me rodeaban, el tipo cuya verga tremenda me encendía, el tipo que me se apoderaba de todo mi ser con el solo hecho de verlo caminar desnudo por la habitación. Ése varón que tenía una pija en forma de gancho, dibujaba una curva de carne fibrosa y robusta, tan bien endurecida que se podía admirar en todo su vigor.
Los huevos, la "panza" de la verga, la dureza de un miembro machazo y contundente. La pija de un tipo que a sí mismo se consideraba "normal" , pero que se "sabía bueno y bien dotado". Con casi 1quince5 añitos ya tenía un deseo exitante de ser poseído por mi padrino.
Su miembro enorme no cabía entre mis manos pequeñas y torpes que más de una vez lo habían manoseado mientras dormía.
La cabeza grosa y chata color carne y lo rico y delicioso que olía esa entrepierna fuerte. Yo era un niño travieso y promiscuo con un despertar prematuro que a esa edad entendía muy bien todo, ya idealizada como iba a ser "mi primera vez" y sobre todo, con quién.
Estaba enamorado y a la vez exitado, afiebrado por el placer incestuoso de reemplazar a mi papá en la figura y el cuerpo de ése varón que era familiar, el mejor amigo de mi viejo, y el hijo "adoptivo" de mi abuela.
La primera vez que lo penetre con la cola, pude sentir como me golpeaban los primeros tres chorros de leche caliente que escupía dentro mío;
Yo me lo cogí a él, yo decididamente puse la cabeza de ésa tranca en el agujero virgo de mi culo y empujé hasta sentir como ésa fresa de carne se "abotonaba" encajando sus bordes gruesos y bien carnosos en el interior de mi esfinter anal, que sentía la presión y el ardor exitante de ésa pija con una fiebre, babosa y durísima
0 comentarios - Hora de ser poseído