Ese día en la tarde desde el asiento demis huevos me llegó esa sensación a la cual uno no puede negarse de querercoger, coger y coger. Y a media tarde me puse a buscar con quien en el efeb. Ahíencontré su perfil. Y la imagen que me trasladó el muro me encendió mucho más.Un par de nalgas cuya raya apenas tapaba la escasa tela que lo cubría, lo cuala mis ansias resultaron suficientes, deliciosas, cogibles, recogibles.
Vi que se llamaba Mario. De una le mandéinvitación de amigos, y no deje de escribir en los comentarios a la imagen: quieroesas tus nalgas así frente a mí.
En la noche que volví a entrar al efeb, vique me había respondido, no solo un cuando quieras papi a mi mensaje a laimagen, sino que además me había enviado un vídeo donde se mostraba con un trajede baño, se ponía en cuatro y estiraba la tela de su traje de modo que se lehundía en la raya. Madre mía, así con la tela toda estirada entre sus nalgas sela corrió a un lado y mostró un anito limpio, con unos pocos pelos que lorodeaban. Dios santo, la verga se me puso dura dura, y solo pensé: mario,mario, te tengo que coger.
Repetí varias veces el vídeo, sintiendoque cada vez mis ganas por cogerlo aumentaban exponencialmente mientras sentíacomo mi verga empezaba a fluir jugos seminales. Ahí mismo me desnudé, y le hiceun pequeño vídeo de respuesta. Lo que mostraba en el vídeo eran las ganas queme había despertado de cogerlo, se lo dije mientras me masturbaba con el anilloque hice con mi dedo índice y pulgar, y de vez en vez untaba mis dedos con misjugos y me los llevaba a la boca, mientras decía: te quiero coger, te quierocoger, te quiero cogeeerrrr.
Como a los 15 min recibí otro video. Elchico desnudo y en cuatro sobre la cama, enseñándome sus ricas nalgas y de vez abriéndoselasy permitiéndome la riquísima entrada de su culo. Le escribí, le dije que loquería coger, si nos hacíamos una videollamada por el whats con en cuatro y yome masturbaba sobre la pantalla imaginando que me lo cogía. Me dijo que si, queeso sería genial y me mandó su número.
Un minuto después tenía su culo en lapantalla del whats. Lo cual coloqué sobre la cama y empecé a masturbarmemientras le pedía que hiciera ese movimiento de ir y venir con su colita, comoque estuviera recibiendo verga. El chico respondía moviéndose y de vez abriendosus nalgas y volviéndome loco con la entrada de su culo.
Después de unos 5 minutos así, yo estaba quereventaba. Sentía mi verga redura, redura, destilando mis fluidos, y conaquella sensación de que ya me vengo, que ya me vengo, que ya me vengo. Peguéun estertor de esos que se echa uno cuando se viene, mientras sentía como de miinterior iba saliendo toda mi lechita como extraída por el bombeo de mis dedosy la peli en mi cabeza de que era el culito de Mario. Acabé efectivamente,puta, cuanta leche le entregué a su culito. Las nalgas de Mario se mancharon enla pantalla de mi cel, el piso se manchó igual, pero yo estaba satisfecho yagradecido con Mario que me había ayudado esa noche a sacarme la lujuria.
Vi que se llamaba Mario. De una le mandéinvitación de amigos, y no deje de escribir en los comentarios a la imagen: quieroesas tus nalgas así frente a mí.
En la noche que volví a entrar al efeb, vique me había respondido, no solo un cuando quieras papi a mi mensaje a laimagen, sino que además me había enviado un vídeo donde se mostraba con un trajede baño, se ponía en cuatro y estiraba la tela de su traje de modo que se lehundía en la raya. Madre mía, así con la tela toda estirada entre sus nalgas sela corrió a un lado y mostró un anito limpio, con unos pocos pelos que lorodeaban. Dios santo, la verga se me puso dura dura, y solo pensé: mario,mario, te tengo que coger.
Repetí varias veces el vídeo, sintiendoque cada vez mis ganas por cogerlo aumentaban exponencialmente mientras sentíacomo mi verga empezaba a fluir jugos seminales. Ahí mismo me desnudé, y le hiceun pequeño vídeo de respuesta. Lo que mostraba en el vídeo eran las ganas queme había despertado de cogerlo, se lo dije mientras me masturbaba con el anilloque hice con mi dedo índice y pulgar, y de vez en vez untaba mis dedos con misjugos y me los llevaba a la boca, mientras decía: te quiero coger, te quierocoger, te quiero cogeeerrrr.
Como a los 15 min recibí otro video. Elchico desnudo y en cuatro sobre la cama, enseñándome sus ricas nalgas y de vez abriéndoselasy permitiéndome la riquísima entrada de su culo. Le escribí, le dije que loquería coger, si nos hacíamos una videollamada por el whats con en cuatro y yome masturbaba sobre la pantalla imaginando que me lo cogía. Me dijo que si, queeso sería genial y me mandó su número.
Un minuto después tenía su culo en lapantalla del whats. Lo cual coloqué sobre la cama y empecé a masturbarmemientras le pedía que hiciera ese movimiento de ir y venir con su colita, comoque estuviera recibiendo verga. El chico respondía moviéndose y de vez abriendosus nalgas y volviéndome loco con la entrada de su culo.
Después de unos 5 minutos así, yo estaba quereventaba. Sentía mi verga redura, redura, destilando mis fluidos, y conaquella sensación de que ya me vengo, que ya me vengo, que ya me vengo. Peguéun estertor de esos que se echa uno cuando se viene, mientras sentía como de miinterior iba saliendo toda mi lechita como extraída por el bombeo de mis dedosy la peli en mi cabeza de que era el culito de Mario. Acabé efectivamente,puta, cuanta leche le entregué a su culito. Las nalgas de Mario se mancharon enla pantalla de mi cel, el piso se manchó igual, pero yo estaba satisfecho yagradecido con Mario que me había ayudado esa noche a sacarme la lujuria.
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