You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Sometiendo a mis hermanas (IV)

Sometiendo a mis hermanas

Capítulo IV. De viajes imprevistos y semicadencias.

Sometiendo a mis hermanas (IV)

Jueves 12:00 PM


—¡(…) ya es tarde, despierta!

Mierda, con lo intenso que fue el día de ayer caí dormido en profundidad y ahora mamá me está gritando.

—Ya voy, ya voy, sólo me baño y ya.

—¡Dale, que tu papá nos espera!

—¿Ya está aquí? ¿Qué no estaba fuera de la ciudad?

—¿Te sientes bien? ¡Claro que aún no termina! ¡Pero iremos a visitarlo!

—¿Cuándo? ¿Ahorita? ¡Espera! ¿También Lina y Sila van?

—No, no. ¿Qué no ves que Lina tiene trabajo que hacer? Solamente iremos, Sila, tú y yo.

Mierda ¡Yo quería probar hoy los labios de Lina! Ahora tendré que comportarme como un hermano normal con Sila mientras ella me querrá matar por lo de anoche.

Eso me pasa por confiarme de mi situación.



Jueves 2:00 PM

Cómo son de aburridos los viajes. Normalmente aprovecharía para escuchar música o leer algún libro durante el trayecto a la ciudad en la que está residiendo mi padre, pero este no es un día normal. No sabía nada del viaje así que mi teléfono no tiene batería, con las prisas no saqué ningún libro. Sólo queda silencio incómodo, mamá manejando, Sila ignorándome mientras escucha música y ve el paisaje por la ventana de un lado.

¿Platicar con mamá? Nah, eso sería muy extraño. Aparte de eso, ella es súper nerviosa y se desespera si le comenzamos a hablar mientras conduce.

¿Debería intentar conversar con Sila? No… Ella aún no asimila bien su papel de perrita, debe sentirse ofendida o algo así.

¿Qué tipo de relación tendremos en su cabeza? ¿Pensará que es un simple juego de roles entre dos amantes que destilan azúcar con la ropa puesta, pero en el dormitorio se disfrazan de maestro y esclava? Qué tontería. Culpo a Wattpad por inculcarle ese tipo de ideas a las jóvenes. Sila realmente es…

¿Qué es realmente Sila para mí?

Mientras pienso esto, volteo a verla, se comienza a dejar vencer por el sueño, sus ojos entrecerrados se ven cada vez más perdidos. ¡Los ha abierto mientras la observaba!

Sila me queda mirando de frente, me muestra una sonrisa súper tierna y vuelve a tratar de descansar la vista.

Puta madre, Sila ¿Cómo puedes ser tan linda?

Pero lo linda no te quita lo perrilla, y lo sabes.

Mamá se concentra en su camino, los árboles nos dejan atrás a velocidad constante.

¿Qué es realmente Sila para mí? ¿Realmente la veo como una perra? Tendré que castigarla por hacerme dudar de eso ¡Claro que es una perra! ¡Es mi perra!

Volteo nueva mente hacia el espejo retrovisor y noto cómo mamá sigue concentrada en el camino. Regreso la vista a mi hermana… Sila ahora duerme, la sonrisa que anteriormente mostraba ha sido alterada por la falta de voluntad propia del sueño. Su blusa tiene una combinación de colores rosa con negro. Su pantalón, negro también, es bastante ajustado por lo que sus piernas se ven súper bien aun cuando está sentada. Esa es mi perrita, sentadita ahí, disponible para mí. ¿Debería aprovechar que está ahí? Chingue su madre, no quiero que mamá me vea hacer algo raro, solamente tomaré esas piernas como almohadas por ahora.

Me acuesto poniendo mi cabeza sobre las piernas de mi hermana y encojo las rodillas para poder caber en el asiento trasero del auto. Así es, ambos vamos atrás puesto que mamá prefiere eso a que alguien vaya adelante distrayéndola.

Desde aquí tengo una vista distinta de mi hermana, puedo ver su busto, su abdomen. Me encanta. No es una modelo, como Lina, pero tiene su encanto. Aun con su tamaño despierta mi libido igual de fácil que cualquier sex symbol que puedas imaginar. Por ahora me conformaré con sentir su calor un rato y tratar de dormir.



Jueves 5:00 PM

Tras algunas horas de viaje, muchos cambios de posición y cero palabras con mi hermana, finalmente nos detenemos frente a una gasolinera a descansar, cargar gasolina y a comer algo. Maldita gasolinera, está llena de tráileres, tendremos que esperar un muy largo rato para poder cargar el combustible (Que cada día está más pinches caro, no mamen). Mi mamá preparó unos sándwiches antes de salir de casa y eso es lo que nos está repartiendo para comer. Mientras esperamos en la inmensa fila para cargar gas Mamá termina por romper el silencio.

—¿Cómo sintieron el viaje? ¿Ya se cansaron?

—Ay, sí. Mi teléfono ya casi se queda sin batería y aún falta largo rato para llegar. ¿No podemos pasar a comprar un cargador de auto en la tienda de la gasolinera?

—¿Qué pasó con el que tenías?

—Lo olvidé por salir a las prisas…

—Entonces no te vas a comprar otro, no hace falta.

—¿Bromeas? ¡Pero no lo traje porque nos hiciste salir a las prisas! ¡Y, aparte, lo voy a comprar con mi dinero!

—Sila tiene razón, mamá. Es su dinero, no puedes prohibirle usarlo… Aparte de que yo también necesito poner a cargar mi teléfono.

—De verdad que con ustedes dos no se puede. Vayan, pues, yo me quedaré aquí cuidando las cosas.

—¿Vayan? —Pregunté confundido.

—Sí, vayan —Respondió mi mamá— No vas a dejar a tu hermana ir sola a la tienda de esta gasolinera que está llena de esos conductores de tráileres que saber si no hasta drogados están. Ve y cuídala, yo seguiré esperando para poder cargar gasolina.

Finalmente, accedo. Al menos le puedo sacar algo de provecho a eso de quedar a solas con Sila.

Ambos nos dirigimos a la tienda la cual se encuentra en un costado de la gasolinera, lo cual dificulta la visión a mamá, así que creo que podré tener algo de diversión finalmente.

—Sila —Le digo al oído a mi hermanita.

—¿Qué pasa, te puedo ayudar en algo? —Responde Sila con tono dulce. Joder, cómo cambió su forma de tratarme desde que se volvió mi perrita.

Acto seguido, le agarro por la mejilla y le veo a los ojos. Joder, olvidé que esos ojos eran tan peligrosos. ¡¿Por qué tienen que ser tan lindos los ojos de una perra?! Maldita sea.

Carajo, no puedo evitarlo. Me acerco a ella hasta sentir la humedad de sus labios con los míos. Qué bueno que venía sin maquillaje ni labial, de lo contrario iba a ser difícil ocultar la evidencia de un beso con mi hermana.

Sila es tan buen besando, Dios mío, es ella la que empieza a jugar con mi lengua esta vez. Quisiera quedarme así para siempre. Mi mano libre ya se posa en su cintura. Y más atrás, y más abajo. Ahora puedo sentir el culito de mi hermanita a través del pantalón que tan bien le sienta.

Mi amiguito se ha comenzado a despertar, sería muy incómodo entrar así a la tienda… ¿Pero qué cojones digo? ¡Si tengo a mi perrita! Pero no… Nos tomaría demasiado tiempo, mamá se preocuparía y es capaz de dejar el auto vacío por venir a buscarnos. Separo mi cara de ella, noto cómo su expresión facial ha cambiado, pasó de linda y súper tierna a una especie de seriedad que ya he comenzado a identificar como una señal de que está bastante prendida y quiere algo más que besos. Le doy una nalgada y me acerco a su oído.

—Ahorita no te puedo usar, perrita. Ya sé que quieres ser usada, pero tendrás que esperar un poco más, recuerda que mamá nos espera.

—Tú dale, úsame como quieras. Soy tu perrita, para eso estoy. Ya después le inventamos que había mucha fila o no decidíamos cuál cargador comprar, pero tú dale que tu perrita ya quiere llegar a algo más contigo.

Joder, nunca había escuchado a Sila así. ¿Qué pasó con su coraje de anoche? No entiendo un carajo, pero no puedo desaprovechar esta oportunidad.

Tomo a Sila del brazo y me la llevo para la parte de atrás de la gasolinera, convenientemente no hay nadie por ahí, pero las personas que vengan por la carretera sí podrían vernos… Bueno, es momento de probar cuán dispuesta está mi perrita a servirme.

Pongo a mi hermana frente a la pared trasera de la tienda y me coloco detrás de ella abriéndole un poco las piernas. Empiezo a acariciar su culito sobre el pantalón, no olvidando también prestarle atención a su entrepierna. Paso mis manos alrededor de su cintura mientras beso su cuello, desabotono su pantalón y comienzo a meter mis manos por ahí. La respiración de Sila comienza a acelerarse poco a poco. Comienzo a bajar poco a poco el pantalón que se encuentra ahora estorbando mis movimientos sobre la entrepierna de mi perrita. Ella no luce preocupada por ser vista, volteo un momento a los alrededores, sigue sin haber nadie por ahí, los carros pasan por la carretera haciendo algo de ruido ¿Nos estarán viendo? Yo espero que sí. Continúo bajando ese pantalón. Ahora está visible para mí el culito de Sila en bragas. Me decepciona un poco el saber que no venía en tanga.

—¿Qué pasó, perrita? ¿Por qué no traes ropa de perra?

—… No creí que hubiera posibilidad de que me utilizaras… Pero ya estamos aquí, ya puedes hacerlo, por favor.

—No, no, no. No te voy a usar así, no te lo mereces. Es más, te mereces un castigo.

—¿Otro castigo? ¿Tan mala soy como perra?

—Parece que tengo que entrenarte mejor.

—¿Y qué tengo que hacer entonces?

—Te vas a quitar esas bragas, se las vas a dar de regalo a alguno de los traileros que estén en la tienda.

—¿Así, sin más? ¿Y si intentan violarme?

—Eres mi perra, nadie más te usara.

Pude ver los ojos de mi perrita sonreír cuando dije eso último.

—Al menos no sin mi consentimiento.

Los ojos que hace un momento sonreían ahora se oscurecen. Ja, ja, ja. La perrita creyó que sentía algo especial por ella más que deseo.

—Ahora andando, quítate esas bragas que ya tardamos mucho.

Sila hace lo que le ordené. Se quita el pantalón, luego las bragas y vuelve a ponerse el pantalón ahora sin nada debajo. Sólo espero que no tenga alguna infección o algo. Yo quiero probar pronto su vagina, sería malo tener que abstenerme de eso por alguna clase de enfermedad.
exhibicionismo

Tras esto, nos besamos una vez más por unos cuantos minutos.

Caminamos de regreso a la tienda y, en el camino, nos encontramos a uno de esos conductores de tráiler fumando un cigarro. Creí que Sila le regalaría a él sus bragas, pero parece que no se animó. Tendrá que animarse antes de que volvamos si no quiere un castigo peor.

Entramos a la tienda, checamos los cargadores y escogemos uno adecuado para la carga rápida de nuestros teléfonos. Sila lo paga y salimos. Al salir, el señor que estaba fumando ya no se encuentra sólo, ahora está acompañado de otros dos tipos iguales de altos y robustos. Sila se acerca a ellos, su cara está roja como un tomate, extiende su mano derecha como para saludar y, en lo que uno de ellos extiende su mano para recibirle el saludo, ella, con rapidez, utiliza su mano izquierda para poner en la mano del trailero las bragas que se acababa de quitar. Acto seguido, ella sale corriendo, yo la sigo. Espero que los traileros no nos sigan o no sabremos qué excusa ponerle a mamá. Volteo hacia atrás y los tipos esos siguen confundidos por lo que acaba de pasar.

Finalmente llegamos con mamá.

—¿Y ahora? ¿Por qué se tardaron tanto? Ya cargué gasolina, pero me muero de ganas de ir al baño. ¿Alguno de ustedes quiere ir? Para dejar cerrado el carro con llave.

—No, mami, yo estoy bien. —Dice Sila, recuperando el tono de voz tierno de varios minutos atrás.

—Yo tampoco.

Siempre he sido de pocas palabras cuando hablo en voz alta, siento que si dijera todo lo que pienso terminaría funado.

—Oh, entonces espérenme aquí los dos.

Tras decir eso, mamá se va.

—¿Sabes qué, Sila? Creo que te ganaste un premio por lo de hace rato.

—¿Un premio? ¿Qué premio me gané? —Preguntó Sila aún con su voz tierna mientras conectaba el cargador de auto y se disponía a cargar su teléfono.

Enseguida me puse frente a ella, ya estando dentro del auto, y le volví a bajar los pantalones donde estaba sentada. Como puedo, comienzo a acariciarla. Ya estaba muy mojada mi hermanita, era obvio después de lo de la tienda. Mientras le meto dedos, de la manera más discreta posible, ella comienza a besarme el cuello. Si alguien se asoma y nos ve, ahora sí será difícil que no se den cuenta de lo que hacemos.

—Creo que no vas a poder terminar antes de que venga mamá así que pospondremos esto para cuando haya posibilidad.

Le digo eso mientras me alejo de ella y llevo mis dedos a su boca. Ella, bastante sumisa, comienza a saborear sus propios jugos. Siento su lengua pasando alrededor de mis dedos, enredándose en ellos. Siento cómo los succiona y, finalmente, los retiro. Ella trata de seguirlos con un movimiento de su cabeza, pero le planto un beso cortito, ahí nada más, siento el sabor dulce de la saliva de mi hermana combinado con el peculiar sabor de sus jugos. ¿Cómo se sentirá probar esos jugos directo de la fuente? Pinche intriga.

De cualquier forma, tras eso, vuelvo a acomodarme bien en el asiento, lo mismo hace Sila quien no tiene forma de ocultar lo rojo de su rostro. ¿Me veré yo igual? También quedé bastante prendido por esto. Joder.

Mamá ha vuelto, parece que tendremos que aventarnos un par de horas más de viaje. Al menos podré cargar mi teléfono una vez que Sila cargue el suyo. Necesito hablar con Lina, asegurarme de que se una lo antes posible al negocio que tenemos con Sila. Así luego será más fácil todo con ella también.

----------------------------------------------------------
Fin.
Si te gustan mis relatos, por favor, considera apoyarme invitándome un café desde 1USD en ko-fi
https://ko-fi.com/madsea
También puedes apoyarme entrando a mi blog desde aquí.

¡Ya está disponible el capítulo V desde mi blog!
Puedes acceder desde aquí.

(El capítulo V será publicado aquí entre el domingo y el lunes)

Si quieres estar enterado de mis publicaciones, también puedes seguirme en Twitter donde aparezco como @MadSeaRelatos.

También aclaro que, como son las fiestas patrias en México, estaré fuera del lugar en que vivo y quizás me retrase un poco escribiendo, la semana que viene tal vez no salga ningún capítulo, pero a partir de la siguiente continuaremos con el ritmo de dos capítulos a la semana.
---------------------------------------------------------
¡Muchas gracias por leer!

6 comentarios - Sometiendo a mis hermanas (IV)

panzerkrieg +1
Seguí así que está muy bueno!! El desarrollo de la historia lleva sus tiempos y formas. Dejó puntos
Shadowkrim +1
Cuando la continuación 🙌🙌🙌 está muy bueno
MadSea
Ahí está el enlace para ver el capítulo V con anticipación. ¡Es gratis!
lobo189 +1
El hermano estaba haciendo las cosas bien y luego se comporta como un idiota al hacerle eso a Sila. Está bien ese trato de amo en la intimidad (con momentos románticos) pero no mandarla a hacer cosas con otros tipos.
Debería de tratar a sus hermanas como sus princesas y en la intimidad como sus putas pero sin pasarse.
Monstruo0501
Hey lobo, ezpero que todo este bien. Esperabso x que continúes la saga. Saludos
Chilenuevoo
Muy buen relato espero continúe, data de la chica de la primer foto esta buenisima, pedazo de culo que se carga.