Claramente las últimas experiencias que estabateniendo estaban despertando algo en mí, algo que nacía de la dominación porparte de mis hombres, pero también del placer de complacerlos en todo lo que mepedían. No había un momento del día en que yo no estuviera completamentesometido a ellos de alguna u otra manera y eso literalmente me encantaba, eramás fuerte que yo, casi una necesidad de que así sucediera, no quiero mentir,pero con el simple hecho de verlos y que me dieran una orden simple comenzaba asalir de un modo muy extraño. Por otro lado, ellos me disfrutaban siempre,constantemente y habíamos llegado a un punto de sincronización y entendimientoque pocas palabras bastaban para saber qué es lo que ellos necesitaban de mí,además de eso habíamos quedado en que íbamos a valorizar la libertad individualy no tener celos, lo cual yo a esas alturas necesitaba porque realmente queríacomportarme como una puta aunque en realidad no supiera bien cómo hacerlo,desde hacía poco tiempo había dejado de tomar pastillas para el dolor porque loque me provocaba el sexo con ellos era eso pero poco a poco ibaacostumbrándome, lo cual a la vez despertaba en mi la necesidad de más.
Yo ya había asumido que la necesidad de sexo seapoderaba de mí y no iba a reprimir eso porque mis hombres se pelearan,lamentablemente esto pasaba mucho por celos dado que uno me quería sacar apasear y el otro no quería o viceversa, uno quería estar conmigo a solas y elotro no estaba de acuerdo teniendo en cuenta de que había ya en ese momento unadisputa de poderes bastante más pareja en realidad.
Un día los deje peleando solos en casa y me vestíde tal modo de que me miraran y no me dejaran ir, pero eso no funciono, estabantan entusiasmados con la pelea que no me dieron mayor importancia por lo que meenoje y me prometí que iba a engañarlos antes de volver a casa con el primeroque me haga una propuesta interesante, entonces me fui a las carreras decaballos que quedaban cerca de casa y que se hacían en ese momento, íbamos a irjuntos porque nos habían invitado de antemano pero eso no funciono y cuandollegue al lugar me recibieron como si solo me esperaran a mí y no a ellos, locual me hizo sentir poderosa también en ese momento.
Se acercó a mí y alguien grito “Caballo loco”,su cuerpo era realmente enorme en relación al mío, de una tez de color negro,dientes brillantes y con el cuerpo muy marcado por todos lados, de aspecto muydistinguido pero a la vez muy salvaje y se notaba que entre sus piernas su peneerecto comenzaba a crecer descomunalmente al mismo tiempo que sus ganasirrefrenables por el coito, parecía estar en celo como un verdadero animal, mellevo pegado al cuerpo hacia uno de los establos del lugar y nos escondimos enuno de los pocos lugares que estaba vacío de caballos y en donde el olor aheces, a decir verdad, se sentía más pronunciadamente.
Intento besarme, pero para serles sincero su desesperaciónno permitió más que solo babearme toda la cara y parte de la espalda, lamia mispechos mientras intentaba desnudarme en su terrible tosquedad hasta que no tuvemás remedio que a medio vestir ayudarlo bajándome las calzas que traía puestasdado que ni siquiera me dio tiempo a desnudarme por completo.
Por momentos sentí que había alguien másmirando esa escena, controlándolo todo, pero tampoco es que me dediquédemasiado a pensar en eso, intente lamer su verga para lubricarla, meterla en miboca entera pero no pude, era demasiado grande y su sabor era demasiado fuertee intenso, me gustaba porque parecía que hubiese estado juntando suciedad ysudor durante mucho tiempo antes de estar por poseerme, por eso mismo mehubiese gustado disfrutarla más, tragármela entera.
Me puse de espaldas, él lo intento, peroliteralmente estaba fuera de sí, hecho un animal, cuando entro en mi a pelo porprimera vez lloré y hasta sentí por un segundo que me iba a desmayar del dolor,lo sentía en todo mi cuerpo haciendo tope con mis órganos y sé que era solo unasensación, pero era tal el dolor que de casualidad podía mantenerme en pie.
Solo pudimos estar un rato en esa posición porqueliteralmente yo me iba a desmayar y era tal su estado que golpeaba todo lo queestaba a mi alrededor con sus puños, a patadas también por lo que luego deacabar por primera vez, ya mucha gente de los alrededores empezó a sentirruidos extraños y ponerse en alerta, aunque nunca nos descubrieron. Acabo muchoy acabo todo dentro de mí, era tanto que no podía evitar que chorreara porfuera de mi ano más allá de que yo ya no tenía fuerzas para nada. Entre lapaja, el semen, la caca tuve que irme a la casa de una amiga que vivía cerca abañarme y descansar, de todos modos, yo sabía que en ese lugar siempre lo iba apoder encontrar.
Yo ya había asumido que la necesidad de sexo seapoderaba de mí y no iba a reprimir eso porque mis hombres se pelearan,lamentablemente esto pasaba mucho por celos dado que uno me quería sacar apasear y el otro no quería o viceversa, uno quería estar conmigo a solas y elotro no estaba de acuerdo teniendo en cuenta de que había ya en ese momento unadisputa de poderes bastante más pareja en realidad.
Un día los deje peleando solos en casa y me vestíde tal modo de que me miraran y no me dejaran ir, pero eso no funciono, estabantan entusiasmados con la pelea que no me dieron mayor importancia por lo que meenoje y me prometí que iba a engañarlos antes de volver a casa con el primeroque me haga una propuesta interesante, entonces me fui a las carreras decaballos que quedaban cerca de casa y que se hacían en ese momento, íbamos a irjuntos porque nos habían invitado de antemano pero eso no funciono y cuandollegue al lugar me recibieron como si solo me esperaran a mí y no a ellos, locual me hizo sentir poderosa también en ese momento.
Se acercó a mí y alguien grito “Caballo loco”,su cuerpo era realmente enorme en relación al mío, de una tez de color negro,dientes brillantes y con el cuerpo muy marcado por todos lados, de aspecto muydistinguido pero a la vez muy salvaje y se notaba que entre sus piernas su peneerecto comenzaba a crecer descomunalmente al mismo tiempo que sus ganasirrefrenables por el coito, parecía estar en celo como un verdadero animal, mellevo pegado al cuerpo hacia uno de los establos del lugar y nos escondimos enuno de los pocos lugares que estaba vacío de caballos y en donde el olor aheces, a decir verdad, se sentía más pronunciadamente.
Intento besarme, pero para serles sincero su desesperaciónno permitió más que solo babearme toda la cara y parte de la espalda, lamia mispechos mientras intentaba desnudarme en su terrible tosquedad hasta que no tuvemás remedio que a medio vestir ayudarlo bajándome las calzas que traía puestasdado que ni siquiera me dio tiempo a desnudarme por completo.
Por momentos sentí que había alguien másmirando esa escena, controlándolo todo, pero tampoco es que me dediquédemasiado a pensar en eso, intente lamer su verga para lubricarla, meterla en miboca entera pero no pude, era demasiado grande y su sabor era demasiado fuertee intenso, me gustaba porque parecía que hubiese estado juntando suciedad ysudor durante mucho tiempo antes de estar por poseerme, por eso mismo mehubiese gustado disfrutarla más, tragármela entera.
Me puse de espaldas, él lo intento, peroliteralmente estaba fuera de sí, hecho un animal, cuando entro en mi a pelo porprimera vez lloré y hasta sentí por un segundo que me iba a desmayar del dolor,lo sentía en todo mi cuerpo haciendo tope con mis órganos y sé que era solo unasensación, pero era tal el dolor que de casualidad podía mantenerme en pie.
Solo pudimos estar un rato en esa posición porqueliteralmente yo me iba a desmayar y era tal su estado que golpeaba todo lo queestaba a mi alrededor con sus puños, a patadas también por lo que luego deacabar por primera vez, ya mucha gente de los alrededores empezó a sentirruidos extraños y ponerse en alerta, aunque nunca nos descubrieron. Acabo muchoy acabo todo dentro de mí, era tanto que no podía evitar que chorreara porfuera de mi ano más allá de que yo ya no tenía fuerzas para nada. Entre lapaja, el semen, la caca tuve que irme a la casa de una amiga que vivía cerca abañarme y descansar, de todos modos, yo sabía que en ese lugar siempre lo iba apoder encontrar.
3 comentarios - El caballo loco