Su joven hija estaba de pie frente a él con las bragas bajadas y la concha afeitada.
"Uh, nena, vos... tenés que subirte las bragas... uhh, antes de que tu madre entre y te vea parada frente a tu papá así".
Seguía mirando por encima del hombro hacia la cocina, esperando que en cualquier momento entrara su esposa y pensara lo peor.
“No te preocupes, papá, mamá salió de compras con las damas de la iglesia y no volverá hasta esta noche”.
Se movió incómodo en su asiento, sus ojos no podían apartarse de la vista de la pequeña concha sin pelo de su bebé.
“Por favor, papá, decime… ¿se ve divertido sin pelo?”
"Uh... nena... vos, realmente no deberías mostrarle a papá tu conchita... eh, me refiero a tu vagina".
“¿Por qué no, papá? No es como si pudiera preguntarle a alguien más, además confío en ti.”
Estaba tan mal seguir mirando su pequeña concha. Se le estaba haciendo agua la boca. Fue tan bonito. Apuesto a que sabía tan bien, pensó él.
Maldita sea, su pija palpitaba.
“Porque, nena, yo… Yo podré ser tu papá, pero todavía soy un hombre y no demasiado viejo para mostrarme tu pequeña vagina. Ahora súbete las bragas.
“Solo decímelo, papá, y luego las levantaré y me iré”, se quejó. "Si no me quito la remera, fijate que estoy sin sujetador", mostró amenazante.
Su respiración se volvió áspera.
Juró que podía oler su pequeña concha. Se lamió los labios y deseó estar lamiéndola a ella. Se movió en su asiento de nuevo, gimiendo cuando su pene rozó contra el borde de sus jeans.
"Se ve bien, nena", casi le gruñó. "Ahora, subite las bragas y deja a papá en paz".
"¿Me castigas? Esperaba que se viera bonito, papá —dijo ella, bajando la mano entre sus piernas y frotándose los labios, separándolos lo suficiente para que él pudiera ver su pequeño clítoris.
Sus jeans iban a estrangular su pija de lo mucho que se hinchaba dentro de ellos.
"Bebé, no hagas que papá haga algo de lo que se arrepienta", dijo, incapaz de evitar que su mano frotara su abultada poronga detrás de su bragueta mientras sus ojos estaban fijos en el dulce y pequeño agujero de su hija.
Observó su dedo índice deslizarse entre los labios y frotar su clítoris, pareciendo coincidir con la forma en que él frotaba su mano sobre su entrepierna. Su mente se deslizaba sobre esa línea cada vez más. Papá bueno/Papá malo. Cuando se bajó la cremallera y se sacó la picha y las pelotas, supo que Papá Malo había ganado.
Su pequeña niña se quedó sin aliento al ver su poronga y él no pudo evitar reírse suavemente cuando ella miró sorprendida su carne por primera vez.
"Niña, mira lo que tu linda conchita le ha hecho a papá", le dijo, moviendo las caderas mientras se acariciaba frente a su hija.
“Hiciste que la pija de papá fuera muy grande y muy, muy dura para tu linda vulvita”.
Su hija ya no tocaba su concha. Ella estaba estupefacta. Sus labios estaban separados y sus ojos fijos en su pene, observándolo lentamente, muy lentamente acariciando su pene, hasta que explotó.
"Vamos a sacarte estas pequeñas bragas, niña, no sirve de nada mantenerlas puestas ya sucias, ya que papá ha visto tu pequeña concha pelada, y ahora están ahí restos de la excitación".
Ella no pareció darse cuenta cuando él las deslizó fácilmente por sus piernas y, sin siquiera pedírselo, se las quitó.
"Ven, siéntate en el regazo de papá, niña", dijo mientras tomaba su mano y la atraía hacia él. Con las manos en sus caderas, la guió hacia abajo, presionando su cachucha contra la parte inferior de su eje.
"Oh, cariño, tu conchita, mmmm, ese lindo y calvo orificio se siente tan bien contra la verga de papá".
"Papá", gimió, mirando hacia abajo entre ellos. Él acarició sus caderas y se movió lentamente hasta tener su trasero entre sus manos. Con cuidado, la mueve contra su pija, frotando su pequeña vagina contra su chota.
[b]"Oooohhh, papi", dejó escapar con un suspiro ahogado.
"¿Te gusta eso, niña, te gusta que te froten tu pequeño clítoris calvo en la chaucha de papá?" preguntó, su propia voz se volvió áspera mientras la miraba deslizarse contra su eje.
“Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Agarró su culo con más fuerza, moviéndola arriba y abajo por todo su eje, separando los labios de su pequeña vulva y estimulando y provocando su clítoris.
"Papá... Papá quiere hacer que te corras, nena", gruñó cuando su pequeño clítoris se frotó contra la cabeza de su chota.
"¿Ha tenido mi bebé un orgasmo antes?" preguntó, moviéndola más rápido mientras su pequeño conchita esparcía jugos en su eje.
Levantó la vista y descubrió que tenía la cabeza echada hacia atrás y el labio inferior atrapado entre los dientes. Su mano estaba sobre su propio pequeño pecho apretándolo con fuerza y él supo en ese momento, sin que ella respondiera, que su pequeña niña sabía cómo darse placer a sí misma lo suficiente como para haber tenido un orgasmo.
"Córrete para papá, nena... Mm, haz que esa conchita bonita se corra en la poronga de papá", le gruñó, con los ojos mirando de un lado a otro entre su cara y su pequeña vulva. Luego sintió que ella se tensaba bajo su agarre y la apretó más fuerte contra su eje, gimiendo cuando su gemido atravesó la habitación.
“¡Papiyyyy!”
No esperó a que ella bajara. Quería mezclar el placer de su orgasmo con la toma de su virginidad, esperando que disminuiría el dolor de la experiencia. Él la acostó de espaldas y llevó su pija a su pequeño agujero y tiró de ella hacia abajo.
“Uggghhhh… ¡Papiiiiiii!”
Él la sujetó con fuerza, un brazo alrededor de su cintura y el otro alrededor de su hombro sujetándola sobre su polla mientras ella trataba de levantarse de él.
"No, no, nena, quédate quieta... oh Dios, tan apretado... tu pequeño coño está tan apretado". Él gimió en su cuello mientras trataba de mantenerla quieta en su regazo, mientras su pequeño coño se apretaba alrededor de su polla, en parte orgasmo y en parte dolor, haciéndola acariciarlo dentro de ella.
“Papá… sácalo… sácalo, por favor…. Papá, me duele.
"Papá lo hará mejor... mucho mejor", susurró, "metiendo la mano entre ellos y encontrando su clítoris". Suavemente la acarició. Bromeó y sintió que comenzaba a crecer bajo su toque y sus caderas comenzaron a deslizar su vulva sobre su chota.
"Eso es, nena... lentamente, deslízate lentamente sobre la pija de papá". Besó su cuello una y otra vez mientras continuaba jugando con su clítoris, gimiendo mientras ella daba caricias más profundas en su pija.
"¿Puedes sentirlo, niña? Siente cuánto ama papá tu pequeño coño sin pelo", le preguntó, moviendo suavemente sus caderas para encontrarse con su embestida hacia abajo, sonriendo mientras ella jadeaba cuando él se deslizaba más profundamente dentro de ella.
Ella gimió y él sintió las vibraciones en toda su verga mientras la garchaba con más fuerza. Su pequeña concha se estaba poniendo más apretada y más húmeda, él sabía que se estaba preparando para correrse en su pija. Frotó su clítoris caliente e hinchado más rápido, gimiendo cuando su vaina se apretó alrededor de él más rápido.
“Papi, papi, papi”. Ella gimió cada vez más rápido, haciéndose más fuerte a medida que su pequeña vulva se apretaba más de lo que su puño podría sobre su pija. Luego, el pequeño cuerpo de su bebé se aplastó contra su poronga mientras se corría, cubriendo su chota y sus bolas con crema caliente mientras sacudía sus caderas con cada ola de su orgasmo.
"Mm, haz palpitar a papá... pequeña vagina tan apretada... joder a papá", gimió, abrazándola fuerte y bombeando su palpitante picha dentro de su agujero de succión. Él gruñó y embistió su palo cada vez más rápido en su pequeña pelvis calva, las bolas golpeando su piel húmeda y cubierta de crema.
"¡Papá!" Ella gritó, su agarre se clavó con fuerza en sus caderas mientras penetraba su verga, tirando de ella hacia abajo más y más rápido hasta que explotó dentro de su pequeño coño.
"Diossss sí... pequeña cajeta sin pelo... chupa a papá hasta dejarlo seco", gruñó, tirando de ella hacia arriba y hacia abajo sobre su chota con cada chorro de su semen caliente.
Ella yacía encima de él, ambos jadeando y sudando. La crema de pija y el jugo de la concha se filtran alrededor de su pinga atrapada en sus jeans, empapándolo.
Él frotó sus manos sobre su espalda, abrazándola fuerte. Él gruñó cuando su chucha abrazó su pene.
"¿Estás bien, niña?" preguntó, sus manos arrastrándose hacia abajo sobre su pequeño y apretado culo, tirando de ella contra su entrepierna, tratando de mantener su suave pija dentro de su pequeño agujero tanto tiempo como pudiera.
"Ajá, estoy bien, papá", murmuró, acurrucándose contra su pecho.
"Ahora que he tenido ese pequeño agujero calvo en mi poronga, nena, papá querrá garcharte cada vez que pueda", dijo, envolviendo sus brazos alrededor de ella y besando la parte superior de su cabeza.
"De verdad, ¿te gusta tanto mi conchita?" ella levantó la cabeza, luciendo sorprendida y emocionada.
"Papá ama tu linda vulvita", se inclinó y la besó lentamente, lamiendo sus labios. Sacó con cuidado de su vagina, echando de menos su calor húmedo.
"Ahora, vamos arriba y tomemos un baño antes de que tu madre llegue a casa, papá hizo un gran lío con ese lindo agyjerito". Él se rió cuando ella salió corriendo riendo tontamente, su pequeño trasero le dio una sacudida a su pija.
"Y tal vez papá le dé otro servicio a tu culito antes de ese baño", murmuró, mientras recogía sus bragas del suelo y la seguía.
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