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La fiesta privada y la putita de siempre.

Con el paso del tiempo, de los días, de losmeses, se terminó haciendo una relación de a tres en donde mi chico seguía dandolas órdenes y yo seguía sometida a él, pero su amigo comenzaba poco a poco a adquirirpoder sobre mí también, un poder otorgado. A veces teníamos sexo los tres, aveces solo yo con mi chico y otras veces yo con su amigo, el punto en común siempreera mi cuerpo y yo siempre era la mujer, el pasivo sumiso de la relación, esono se negociaba, yo no tenía poder de negociación alguno.


Un día viernes como cualquier otro llegaron detrabajar (trabajaban juntos) y me dijeron que me tenía que preparar porque nos habíaninvitado a una fiesta.


Me dijeron como vestirme, querían que fuera sunena, una calza rosada engomada y una remera blanca larga, una tanga roja yalgo de maquillaje en mi rostro, incluso me dieron dinero para que me fuera ahacer las uñas, realmente parecía una princesita, todo acompañado de un perfumeque para mis chicos al parecer resultaba hipnótico.


La fiesta privada y la putita de siempre.


Llegamos a la fiesta, parecíamos los invitadosde honor, todo el mundo se acercaba a saludarnos, a mirarme, demasiado por momentos,pero estaba bien, se sentía lindo, la música y la barra libre para nosotrostres coronaba la situación mientras nos ubicaban en un hermoso sillón VIP enuna esquina del lugar que, dicho sea de paso, era enorme. Los accesos estabanvigilados y los ventanales eran polarizados por lo que lo que pasaba adentroquedaba en los asistentes al evento que promediaban las 3000 personasaproximadamente.


Yo no me oponía a nada, comimos algo liviano ytomamos mucho, todo el tiempo nos traían algo más y cuando los efectos delalcohol ya habían comenzado a sentirse en mi cuerpo los besos de mis hombres sehacían más que necesarios y yo los buscaba, ellos me buscaban a mí y pormomentos me olvidaba en donde estábamos, solo quería besarlos, comérmelos a losdos y sé que ellos estaban iguales porque me tocaban cada vez que podían, cadavez con menos pudor y cuidado, a mí no me importaba.


Metieron la mano en mi culo mientras mebesaban, una falange se deslizo dentro mío y mi pene pasivo comenzó areaccionar, no era la gran cosa pero si era un indicador, sin dejar de besarmeme levantaron del asiento en donde estábamos y comenzaron a desnudarme mientrasnos aproximábamos a la pista y los gritos de la gente eufórica se ibanincrementando todos con la vista puesta en nosotros, al centro de la pista yallegue completamente desnudo y mis hombres sin sus camisas, me arrodille enfrente de ellos, de mi chico mientras su amigo me lamia el culo y yo bajaba lospantalones que tenía en frente de mí y metía su verga en mi boca, suave, de apoco primero chupando su cabeza, lamiendo el tronco, intentando que sus huevosentren a mi boca y luego metiéndome todo su pene en mi boca hasta elahogamiento, la arcada. Sus fluidos comenzaban a escucharse en mi gargantacuando sentí que el pene del otro hombre entraba en mí, completamente erecto ycon fuerza me destrozo el ano por dentro, grite, pero el sonido apagado por elpene en mi boca y la música hizo que pasara desapercibido. Los chicos animabana la gente para que se acerca a mí, me tiraban alcohol, me escupían, me mirabana los ojos mientras los otros dos me cogían violentamente y se reían, micerebro estaba en modo disfrute, nada me importaba y mi cuerpo iba perdiendofuerzas con cada embestida, solo quería complacerlos y por eso me movía cuandose intercambiaban mi cuerpo entre ellos dos. Se la chupaba a uno mientras elotro me la ponía y así siempre.


Sexo anal


Al rato y casi al borde del desmayo, marcado,con moretones, sangre, sudor y saliva por todos lados me ordenaron que me arrodilléante ellos y los dos me acabaron juntos en la boca combinando sus fluidos en migarganta, luego de eso, cuando ya no quedaba más nada de mi me alzaron en susbrazos y me llevaron a la habitación del lugar, me bañaron y me acosté cuandolos aplausos de todos los concurrentes al lugar todavía se escuchaban de fondo. 


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