Esa noche me masturbé recordando lo sucedido. Había tenido desnuda a la mujer que es mi madre y que genera este deseo prohibido en mí. Ella me la había chupado...
Aunque estuviera ebria, debía recordar muy bien lo que pasó. Ella también sentía deseo por mí. No me importaba que fuera su hijo biológico, nunca me comporté como tal y no pensaba hacerlo. Pero debía encontrar la forma de hacer que ella se deje llevar por el deseo también.
Le propuse un plan de sábado a la noche. Ir al cine y luego a comer algo a un bar de la zona. Mabel aceptó.
Fuimos a ver una película de amor dramático que tuvo algunas escenas tristes, pero también algunas un tanto eróticas. En ambas situaciones ella se apretaba contra mi brazo.
Luego fuimos a un lindo bar a comer pizza y beber cerveza. Ella estaba hermosa. En un momento dado, dos hombres se acercaron a hablarle. Solo con verlos me di cuenta que estaban borrachos. Mabel estaba molesta. No dudé un segundo.
- Disculpame, cualquier cosa que le quieras que decir a mi novia me la podés decir a mí!
- Eeh... no te pongas ashíii... que no la vamo a morderr...
- Vayanse tranquilos a casa. Acá ya se les terminó la noche.
Me paré en mi pose más amenazante. Le sacaba media cabeza a uno y estaba en mejor estado físico que los dos. El menos borracho de los dos entendió. Se fueron murmurando incoherencias.
- Guau... Que hombre es mi novio!
Me senté sonriendo todo colorado. Ella estaba colorada también, pero por otra razón. Me besó fuerte, sujetándome los pelos de la nuca. Me produjo una erección terrible.
- Ejem... y eso?
- El beso de una novia que se siente protegida Tiene que resultar creíble no?
- Fue muy creíble para mí!
Su sonrisa fue devastadora. Era conocedora del efecto que provocaba en mí. Era hora de hacer un movimiento.
- Me gustaría poder hablar mejor, sin tener que gritar... Podríamos ir a un café...
- A esta hora? Estarán todos cerrados...
- Y a mi casa? Tengo unas cápsulas que me gustaría probar con vos.
De nuevo su rostro se iluminó.
Nos levantamos, antes de salir me agarró de la cintura y volvió a besarme lenta y largamente.
- Por si le quedaban dudas a alguien... Sos mi hombre y yo tu mujer!
Sus palabras aflojaron mis piernas y endurecieron otra vez mi entrepierna.
Caminamos las pocas cuadras que nos separaban de mi departamento abrazados como enamorados. Antes de llegar, la detuve contra una pared y levantándola un poco del culo la besé yo. Nuestras lenguas se buscaron y el pecho se nos agitó a los dos. Ella me apretó contra sus tetas. Yo respondí apretando su culo más fuerte contra mi bulto. Tembló un poco.
- Mmm... Por favoorr... Subamos...
- Ya mismo... mi amor!
No hubo más palabras, no hacían falta. En la entrada al edificio le apreté una nalga. En el ascensor ella manoseó descaradamente mi paquete. Al abrir la puerta, ella fue derecho a la habitación desnudándose en el camino. La seguí haciendo lo mismo. Se sacó su tanga de espladas a mí. La visión de ese culo y su concha en todo su esplendor hubiera sido suficiente para eyacular, pero tenía un plan y pensaba llegar hasta el final.
Se sentó en la cama y se abalanzó sobre mi pija. Me la chupaba con ganas y habilidad. Deseaba esa pija para ella. Yo la miraba hacer parado. Cada tanto nuestros ojos se cruzaban, ocasionándome un toque eléctrico en toda la espina dorsal. No soporté más. La tomé de la boca, la besé y la recosté. Me tiré a comer sus tetas y acariciar todo su cuerpo. Su concha estaba llena de fluidos. Metí un dedo y salió empapado, lo froté sobre su clítoris.
- Aaah... mmm... Metémela!
Apunté la cabeza de mi pija y presioné un poco. Busqué su mirada. Se mordía el labio y levantaba las caderas. La penetré de una vez.
- Aaaahhh... Siiii! Cogeme!
Me moví acelerando mi ritmo de a poco. En 2 minutos ya estaba taladrando su concha. No podía aguantar el calor y lo apretada que era. Iba a acabar en cualquier momento y no estaba usando preservativo. Mabel debió darse cuenta que estaba cerca, porque me gritó:
- Acabame en la boca!
Me arrodillé frente a su cara y solté mi carga en su lengua, nariz, mejillas.
Me desplomé a su lado.
- Aaaaahh... uufff...
- Aay siii... mmm... me enchastraste! Jaja
- Nada mal para nuestra primera vez!
- Primera?
- La noche es joven y no pienso dejarte ir a ningún lado!
Volví a besar su boca y sus tetas, mientras mis manos estimulaban todo lo que podían. Usando sus propios jugos como lubricante la masturbé como supe y pude. Guiado por sus gemidos fui adivinando como mover mis dedos. Cuando succioné uno de sus pezones acabó con un suave grito alargado.
- Aaaaaahhhhh!
Nos besamos y acariciamos un poco más. Yo estaba duro de nuevo. Ella sonreía con cara pícara.
Se subió arriba y se la clavó toda.
- Aaah... La mejor pija de mi vida! Y es toda mía!
Empezó a cabalgar lenta y profundamente.
- Siii... soy todo tuyo!
- Aaah... al fin te recuperé, mi vida!
- Nunca más me voy a alejar de vos!
Ella seguía cabalgando cada vez más rápido y mejor.
- Mi hijo es mi hombre! Como puedo ser tan puta? Aaah!
La agarré del culo y la bajé hacia mí. Nos comimos la boca a lengüetazos y mordiscos.
- No me importa si salí de adentro tuyo, sos mi mujer ahora y siempre!
Su cuerpo, el morbo, el deseo... todo aumentaba nuestra excitación. Quería acabar dentro suyo.
- Voy a acabaar!
- Aay sii! Dame duro! Llená la concha de la que saliste!
Tomé sus palabras como un gesto de aprobación. Se la metí hasta el fondo, bombeé duro un par de veces y me quedé hasta acabar la última gota ahí.
- Aaahh... Te siento... como vibra, como me llena...
Nos quedamos así abrazados. Descansando, con suaves besos.
- Sos todo lo que siempre quise! Mi hijo es el hombre que necesitaba!
- Pero podemos seguir así, no? Nadie sabe que soy tu hijo...
- Es verdad! Cualquiera que me conozca creerá que sos mi novio! Podemos ser una pareja que se ama con locura y nadie sospecharía nada! Que alegría!
Se puso cariñosa otra vez. Besó y lamió todo mi cuerpo hasta llegar a mi pija. La chupó succionando el glande y metiéndola hasta la garganta. Me tenía listo otra vez.
- Quiero más! Me cogés de nuevo?
Fin parte 4
Aunque estuviera ebria, debía recordar muy bien lo que pasó. Ella también sentía deseo por mí. No me importaba que fuera su hijo biológico, nunca me comporté como tal y no pensaba hacerlo. Pero debía encontrar la forma de hacer que ella se deje llevar por el deseo también.
Le propuse un plan de sábado a la noche. Ir al cine y luego a comer algo a un bar de la zona. Mabel aceptó.
Fuimos a ver una película de amor dramático que tuvo algunas escenas tristes, pero también algunas un tanto eróticas. En ambas situaciones ella se apretaba contra mi brazo.
Luego fuimos a un lindo bar a comer pizza y beber cerveza. Ella estaba hermosa. En un momento dado, dos hombres se acercaron a hablarle. Solo con verlos me di cuenta que estaban borrachos. Mabel estaba molesta. No dudé un segundo.
- Disculpame, cualquier cosa que le quieras que decir a mi novia me la podés decir a mí!
- Eeh... no te pongas ashíii... que no la vamo a morderr...
- Vayanse tranquilos a casa. Acá ya se les terminó la noche.
Me paré en mi pose más amenazante. Le sacaba media cabeza a uno y estaba en mejor estado físico que los dos. El menos borracho de los dos entendió. Se fueron murmurando incoherencias.
- Guau... Que hombre es mi novio!
Me senté sonriendo todo colorado. Ella estaba colorada también, pero por otra razón. Me besó fuerte, sujetándome los pelos de la nuca. Me produjo una erección terrible.
- Ejem... y eso?
- El beso de una novia que se siente protegida Tiene que resultar creíble no?
- Fue muy creíble para mí!
Su sonrisa fue devastadora. Era conocedora del efecto que provocaba en mí. Era hora de hacer un movimiento.
- Me gustaría poder hablar mejor, sin tener que gritar... Podríamos ir a un café...
- A esta hora? Estarán todos cerrados...
- Y a mi casa? Tengo unas cápsulas que me gustaría probar con vos.
De nuevo su rostro se iluminó.
Nos levantamos, antes de salir me agarró de la cintura y volvió a besarme lenta y largamente.
- Por si le quedaban dudas a alguien... Sos mi hombre y yo tu mujer!
Sus palabras aflojaron mis piernas y endurecieron otra vez mi entrepierna.
Caminamos las pocas cuadras que nos separaban de mi departamento abrazados como enamorados. Antes de llegar, la detuve contra una pared y levantándola un poco del culo la besé yo. Nuestras lenguas se buscaron y el pecho se nos agitó a los dos. Ella me apretó contra sus tetas. Yo respondí apretando su culo más fuerte contra mi bulto. Tembló un poco.
- Mmm... Por favoorr... Subamos...
- Ya mismo... mi amor!
No hubo más palabras, no hacían falta. En la entrada al edificio le apreté una nalga. En el ascensor ella manoseó descaradamente mi paquete. Al abrir la puerta, ella fue derecho a la habitación desnudándose en el camino. La seguí haciendo lo mismo. Se sacó su tanga de espladas a mí. La visión de ese culo y su concha en todo su esplendor hubiera sido suficiente para eyacular, pero tenía un plan y pensaba llegar hasta el final.
Se sentó en la cama y se abalanzó sobre mi pija. Me la chupaba con ganas y habilidad. Deseaba esa pija para ella. Yo la miraba hacer parado. Cada tanto nuestros ojos se cruzaban, ocasionándome un toque eléctrico en toda la espina dorsal. No soporté más. La tomé de la boca, la besé y la recosté. Me tiré a comer sus tetas y acariciar todo su cuerpo. Su concha estaba llena de fluidos. Metí un dedo y salió empapado, lo froté sobre su clítoris.
- Aaah... mmm... Metémela!
Apunté la cabeza de mi pija y presioné un poco. Busqué su mirada. Se mordía el labio y levantaba las caderas. La penetré de una vez.
- Aaaahhh... Siiii! Cogeme!
Me moví acelerando mi ritmo de a poco. En 2 minutos ya estaba taladrando su concha. No podía aguantar el calor y lo apretada que era. Iba a acabar en cualquier momento y no estaba usando preservativo. Mabel debió darse cuenta que estaba cerca, porque me gritó:
- Acabame en la boca!
Me arrodillé frente a su cara y solté mi carga en su lengua, nariz, mejillas.
Me desplomé a su lado.
- Aaaaahh... uufff...
- Aay siii... mmm... me enchastraste! Jaja
- Nada mal para nuestra primera vez!
- Primera?
- La noche es joven y no pienso dejarte ir a ningún lado!
Volví a besar su boca y sus tetas, mientras mis manos estimulaban todo lo que podían. Usando sus propios jugos como lubricante la masturbé como supe y pude. Guiado por sus gemidos fui adivinando como mover mis dedos. Cuando succioné uno de sus pezones acabó con un suave grito alargado.
- Aaaaaahhhhh!
Nos besamos y acariciamos un poco más. Yo estaba duro de nuevo. Ella sonreía con cara pícara.
Se subió arriba y se la clavó toda.
- Aaah... La mejor pija de mi vida! Y es toda mía!
Empezó a cabalgar lenta y profundamente.
- Siii... soy todo tuyo!
- Aaah... al fin te recuperé, mi vida!
- Nunca más me voy a alejar de vos!
Ella seguía cabalgando cada vez más rápido y mejor.
- Mi hijo es mi hombre! Como puedo ser tan puta? Aaah!
La agarré del culo y la bajé hacia mí. Nos comimos la boca a lengüetazos y mordiscos.
- No me importa si salí de adentro tuyo, sos mi mujer ahora y siempre!
Su cuerpo, el morbo, el deseo... todo aumentaba nuestra excitación. Quería acabar dentro suyo.
- Voy a acabaar!
- Aay sii! Dame duro! Llená la concha de la que saliste!
Tomé sus palabras como un gesto de aprobación. Se la metí hasta el fondo, bombeé duro un par de veces y me quedé hasta acabar la última gota ahí.
- Aaahh... Te siento... como vibra, como me llena...
Nos quedamos así abrazados. Descansando, con suaves besos.
- Sos todo lo que siempre quise! Mi hijo es el hombre que necesitaba!
- Pero podemos seguir así, no? Nadie sabe que soy tu hijo...
- Es verdad! Cualquiera que me conozca creerá que sos mi novio! Podemos ser una pareja que se ama con locura y nadie sospecharía nada! Que alegría!
Se puso cariñosa otra vez. Besó y lamió todo mi cuerpo hasta llegar a mi pija. La chupó succionando el glande y metiéndola hasta la garganta. Me tenía listo otra vez.
- Quiero más! Me cogés de nuevo?
Fin parte 4
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