Durante el fin de semana había estado tomando unos mates junto con mi marido y su amigo Sebastian. La idea era irnos el fin de semana siguiente, que era largo por un feriado, a la costa aprovechando de que aún quedaban días de calor.
Para los que no saben, con Sebastian tenemos ya varios encuentros que incluyen intercambios y/o tríos, por lo que la confianza que tenemos con él es absoluta.
Quedamos en que íbamos a ver durante la semana que decía el pronóstico, y en base a eso el día jueves definíamos si nos íbamos o no.
Durante la semana empezaron las típicas bromas por Skype. Ellos dos siempre me incluyen en alguna conversación y empiezan a decirme todo tipo de guarangadas o las cosas que me iban a hacer. Esa semana empezaron a decirme que el objetivo de este viaje era “novia de dos”. Eso significaba que durante lo que durase el viaje, o sea desde que nos subíamos al auto, hasta que volvíamos, yo no tenía marido sino que era novia de los dos.
Desde un principio me gustó la idea, porque era una manera de cortar con cualquier prejuicio o duda que hubiese. Es que Sebastian es muy respetuoso y casi nunca da un paso adelante sin el guiño de mi marido o el mío. Y yo muchas veces tengo ganas de avanzar pero sin ese guiño tampoco me animo. Esto genera que siempre el que maneja las situaciones sea mi marido. Bueno, el lema de este viaje era justamente terminar un poco con eso. Si yo tenía ganas de chupársela a Sebas en la playa, tenía el visto bueno, si Sebas quería meterse en la ducha conmigo, tenía el visto bueno. Y así en todo sentido.
La verdad es que enseguida empezamos a fantasear con mi marido y tuvimos una semana de sexo a pleno. Llego el día jueves y había que tomar una decisión. El clima para el fin de semana no parecía ser el ideal, pero así y toda la decisión fue irnos.
Esa noche armamos los bolsos. Sin decirle nada a mí marido, incluí en el vestuario un disfraz de colegiala que tengo y que tantas veces use con mi marido. Es noche antes de acostarnos y durante el sexo correspondiente mi marido me volvió a recordar que ni bien nos subíamos al auto, me transformaba en “novia de dos”.
Ese viernes nos levantamos a las 04:30hs, ya que queríamos salir bien temprano para aprovechar todo el día en la costa. La distancia que hay desde donde vivimos hasta el balneario es de 400 kms aprox, por lo que tendríamos alrededor de 4 a 5 hs de viaje.
Para viajar opte por ropa cómoda. Me puse una pollerita de algodón con unas ojotas, y arriba una musculosa. Debajo la bikini. Como todavía estaba fresco me puse un buzo.
Subimos al auto, y mientras íbamos a buscar a Sebastian le pregunte a mi marido si ya estaba en vigencia el reglamento.
El reglamento era lo que les comente más arriba. Cada uno de ellos dos podía tener sexo conmigo cuando quisiera, y lo mismo yo. No era necesario esperar a la noche, o a que se generara la situación. Podía ser durante el día, en cualquier momento que sintiéramos ganas. Y todo estaba permitido.
Mi marido mientras manejaba me dijo que si, que ya estaba en vigencia el reglamento.
Ni bien se subió Seba me pase para atrás así mi marido y su amigo iban charlando tranquilos adelante. Yo me tire en el asiento de atrás y enseguida me dormí. Cuando me despierto recién íbamos por la mitad del viaje, por lo que comienzo a preparar unos mates para que el viaje sea más ameno. En eso mi marido decide parar para comprar algo para comer junto con el mate, por lo que aprovechamos para estirar las piernas y pasar por el baño. El sol ya estaba asomando, y aparentemente el día iba a estar mucho mejor que lo que nos había anticipado el pronóstico.
Al regreso del baño me quedo esperando a los chicos dentro del auto, y en eso veo que vuelven riéndose ambos. Mi sorpresa fue cuando Sebastian en lugar de sentarse adelante se sienta atrás, obligándome a correrme para la izquierda. Mi marido se sienta adelante solo y antes de que arranque amago a pasarme adelante con él. En eso mi marido me dice que no, que mejor vaya cebando mates atrás.
Ahí entendí de que se reian cuando venían para el auto. Probablemente venían hablando de esto.
Mientras mi marido maneja, y yo estaba cebando mates, Seba me dice que le de el termo y el mate que el iba a cebar. Le paso los elementos y en eso veo que bajo su pantalón de jogging se notaba una tremenda erección. No digo nada, pero evidentemente en algo estaba pensando. Pasaron los minutos, que también en este caso eran kilómetros y seguimos sin que pasara nada. Hasta que en un momento mi marido dice sin ningún filtro, “che, yo solo acá me estoy aburriendo, si no se la vas a chupar alguno de los dos venga para adelante así por lo menos me da charla”. Me sonó bastante frio y no me gusto demasiado como encaro la situación, pero en realidad era un poco a lo que veníamos a jugar. Lo que pasa es que tanto yo como Sebastian, por lo general no hacíamos nada si no era mi marido el que daba el primer paso. Me acorde de lo que habíamos hablado en casa y sobre el reglamento del “viaje”, por lo que sin dar muchas vueltas le pregunte a Seba, “por eso te sentaste atrás?, porque no me lo dijiste antes..”, y enseguida puse una mano sobre su bulto, que al estar en pantalón de jogging se notaba a la perfección. Estaba semi erecto, pero enseguida al notar mi mano se endureció. Estuve masajeando esa pija durante un par de minutos, mientras charlábamos como si nada y tomábamos mate. En un momento meto mi mano por debajo del pantalón. Su pija se sentía calentita dura. Yo tenía las manos frías y note la diferencia de temperatura enseguida. Comencé a masturbarlo lentamente mientras todos charlábamos. Con un poco de ayuda la deje al descubierto, por lo que masturbarlo fue más fácil. En ese momento nos habíamos quedado sin agua en el termo, por lo que Seba tenía ambas manos libres. Con uno de sus brazos me tomo por el cuello y suavemente me inclino para que comenzara a chupársela. Era evidente de que tanto el como yo habíamos perdido la vergüenza a tomar la iniciativa, lo que podía garantizarnos un fin de semana de mucho sexo.
Se la fui chupando durante un rato largo, hasta que mi marido nos interrumpe porque había un control policial más adelante. Me paso para adelante rápidamente, y al tener una pollera corta Seba puede ver nítidamente la tanga de mi bikini haciendo un comentario al respecto.
Pasamos el control sin que siquiera nos miraran, por lo que bromeamos sobre que podría haber seguido haciendo lo que estaba haciendo hasta unos minutos antes. Obviamente me ofrezco a pasarme detrás, pero mi marido me frena y me dice que “ahora me toca a mí”. Y con una mano deja su pija dura al aire. Era obvio que la situación lo tenía más que excitado. Me acomodo y empiezo a chupársela con ganas. Yo también estaba excitada. Por un momento me sinti en mi adolescencia, cuando tenía sexo en el auto. Esto era igual, pero con dos hombres!!. En eso siento como Seba empieza a tocarme las tetas por entre medio de los asientos. Era todo muy incómodo, pero muy excitante. Mi marido mientras se la chupaba me decía, “como te vamos a coger todo el fin de semana putita”, y cosas por el estilo. En un momento lo miro a los ojos y le digo, “me encanta, y quiero que me cojan”. No termino de decirle esto que siento que empieza a acabar. Con el codo me sostiene la cabeza de manera de que no me pueda zafar, por lo que todo su semen termina en mi boca. Cuando puedo me acomodo y mirándolo a Seba y con mi mejor cara de puta le muestro la boca llena de semen de Julian y le digo, “me queres dar un besito?”. Obviamente después de tragarme esa asquerosidad que tenía en la boca empezamos a reírnos los tres. Por suerte tenía una botellita de coca cola y unos chicles.
El resto del viaje fue sin más novedades. Solo bromeábamos sobre lo que íbamos a hacer y los tres hablábamos o proponíamos cosas sin ningún tipo de vergüenza.
A eso de las 10 AM llegamos a la casa, que es de los padres de Sebastian y ya fuimos varias veces, y nos acomodamos. Como el día estaba muy bueno, decidimos dejar todo como estaba y salir para la playa. Teníamos una herederita, por lo que antes de llegar a la playa compramos unas latas de cerveza, un poco de fiambre y pan para hacernos unos sanguchitos. Por lo gral vamos a unas playas que están un poco alejadas, de manera de que nadie nos moleste. Esta vez hicimos lo mismo, pero al llegar al lugar donde siempre estacionábamos veo que mi marido sigue manejando un par de kms más. En eso estaciona y siguiendo un sendero llegamos a una playa bastante amplia y donde no había casi gente. A esa hora de la mañana habría 50 personas en total, pero la más cercana estaría a no menos de 30 mts aprox. Nos acomodamos arriba, lejos de la orilla ya que ahí hace más calor y estamos aún más separados de la gente. Es que los que pasan caminando siempre lo hacen por la orilla. En ese momento estaríamos a unos 25 o 30 mts del agua.
Tiramos las lonas, la reposera, y nos pusimos a tomar sol. Seba ya me conoce en bikini, por lo que no hubo nada nuevo para ver. Yo llevaba puesto una bikini cola less como siempre uso color blanca. La parte de arriba es desmontable, y aprovecho siempre para sacarle las tiritas para quemarme sin marcas. En casa, en la terraza, siempre hago topless, ya que no me gusta tener marcas. Pero en mi país, en la playa, el topless es casi inexistente.
Estuvimos tomando sol un rato y en un momento le pido a Seba que me alcance el protector. Cuando se acerca para dármelo me dice, “queres que te ponga?”. Lo miro por debajo de los anteojos de sol y le dijo, “dale”. Ahí estaba yo acostada boca abajo, mostrándole el culo al amigo de mi marido, y este empieza a ponerme protector por las piernas. Cuando llega al borde del culo, y sin ningún tipo de disimulo, sigue aplicándomelo como si nada. Esta manoseándome el culo por unos instantes hasta que sube y comienza por la espalda. En eso dice, “para que te desabrocho esto así me es más fácil”, y tirando del nudo de la bikini me desata la misma. Empieza a aplicarme protector por la espalda dándome un suave masaje. Lo estaba disfrutando y en algún momento hasta casi me quedo dormida. Podía notar como cuando me ponía por el costado aprovechaba y con parte de sus dedos me tocaba el costado de la teta, que al estar acostada boca abajo, explotaban para los costados. En eso termina, se levanta y se va al lado de Julian. Me quedo ahí tomando sol y sin darme cuenta me duermo.
Me despierto al rato y los veo a ambos en la orilla. Estaban charlando. En eso me levanto y me doy cuenta de que estoy en tetas ya que Seba nunca me había vuelto a atar la bikini y yo al dormirme me había olvidado de ese detalle. Como no había nadie cerca difícilmente alguien se haya dado cuenta.
Me acomodo y cuando me ven sentada vienen hacia mí. Eran ya las 2 de la tarde y no solo tenía mucho calor, sino que también hambre. Les propongo que empiecen a preparar los sanchuches mientras yo me iba a refrescar al mar.
Cuando vuelvo ya habían preparado todo y me quedo parada al lado esperando a secarme. Mi marido mitad en broma mitad en serio me pregunta si la bikini era transparente a propósito. Me miro y noto que apenas se me transparentaban un poquito los pezones. Le digo que era sin querer, pero que igual no había nadie ni era nada que el o Sebastian no conocieran. Entonces me dice, “y si es asi entonces podes hacer topless”. Obviamente le dije que me encantaría, pero que no sabía si estaba permitido y que además no había nadie haciendo. Y ahí empezaron ambos a joderme con ese tema, que no me animaba, que era una cagona, que esto, que aquellos, hasta que producto de tanta insistencia y de la cerveza que estaba tomando les digo, “después de comer, y si no hay nadie cerca, me pongo a tomar sol en topless”. Esto pareció calmarlos, así que pudimos comer en paz.
Nos habremos tomado 3 latas de cerveza cada uno, y yo ya estaba un poco mareada. En eso Seba dice, “bueno, ahora viene el topless?”. Lo miro, miro a mi marido, y sin decir nada me desato el corpiño y lo dejo a mi lado. Me acuesto en la lona para tomar sol de frente, pero antes de acostarme le digo a Seba, “no queres volver a ponerme protector?”. Seba sin dudarlo lo agarra y comienza a ponerme por todos lados. Cuando llega a mis tetas empieza a masajearlas como desparramando la crema, pero en realidad me estaba tocando las tetas con ganas. Por suerte no tengo casi marcas, ya que siempre tomo sol en topless en casa y me sirve para que en estas ocasiones, mis tetas no se vean blancas a 200 mts. Eso me paso la primera vez que hice topless en México. Los primeros días todos podían decir, “ahí va la nueva”… jaja
Me quede acostada hasta que no soporte más el sol. Había mucho calor y ahí arriba no corría nada de viento. Cuando me siento como para ponerme el corpiño, no logro encontrarlo por ningún lado. Me tapo con un brazo mientras busco entre las lonas y no logro ubicarlo. En eso veo que los chicos me miran desde el agua y levantando los brazos mi novio me muestra que lo tiene el. Era evidente de que me estaban desafiando. Como no me gusta perder en nada, tome coraje, me pare y me fui trotando al agua. En eso veo que los que estaban más o menos cerca me empiezan a mirar. Se ve que en algún momento se habían percatado de mi topless y estaban pendientes de que haría. Llego al agua y una vez dentro, con la misma hasta el cuello me empiezo a pelear con mi marido y Sebastian. Después de un rato logro que me den el corpiño pero sin ayudarme a colocármelo, lo que dentro del agua era imposible. No me queda otra que salir un poco del mar como para poder acomodármelo y atármelo, por lo que los que estaban cerca tuvieron un buen espectáculo.
Ya estábamos cansados, por lo que alrededor de las 17hs decidimos irnos a la casa.
Me dejan sola mientras ellos aprovechan para ir a comprar la cena y demás cosas para la heladera ya que habíamos llegado y nos habíamos ido directo a la playa.
Me pego una ducha increíble para poder sacarme la arena. Cuando salgo del baño Juli y Seba estaban guardando las cosas en la heladera. Me encierro en la habitación para cambiarme y decidir que me iba a poner. Sabía que por más que estuviésemos cansados, en la primer noche algo iba a pasar. Decido ponerme unas calzas con una musculosa verde. Solo con la tanga, sin corpiño.
Cuando salgo de la habitación Seba se estaba bañando y Juli había ido a prender el fuego para el asado. La parrilla está en la terraza.
Mi cepillo de pelo estaba en el baño donde se estaba bañando Seba, pero no me importo y entre de una. La sorpresa de Seba fue grande cuando noto mi decisión, pero sin darle chances a nada solo agarre el cepillo, le guiñe el ojo mirándole la pija, y sali. Sabía que esta actitud lo haría excitar.
Me fui arriba con Juli a hacerle compañía mientras preparaba el asado. Subi dos cervezas y mientras disfrutábamos de una noche espectacular charlamos un rato. La noche era bárbara, pero como siempre, a esa hora se pone fresco. Yo estaba solo con una musculosa por lo que mis pezones se veían a kilómetros. Juli riéndose me hizo un par de comentarios. Yo dentro de mí quería que subiera Seba para que me los viese así.
Me apoye en la baranda que da a la calle, y desde donde se logra ver el mar, mientras disfrutaba de un cigarrillo. En eso escucho que sube Seba quien estaba trayendo otra cerveza y una picada para comer mientras se hacia el asado. Nos sentamos en la mesa de la terraza y enseguida note como Seba me miraba las tetas, hasta que no pude más y le dije que me las iba a ojear. A lo que me respondió, “ y vos me vas a sacar un ojo”. Los tres nos reímos y quedo ahí.
Seba bajo y subió con un vino y un buzo para mí. Le agradecí y me lo puse. Si bien me gusta que me miren las tetas, me estaba congelando.
Empezamos a tomar vino y en eso Seba propone salir a bailar esa noche. Juli y yo le dijimos que no, pero que a la noche siguiente podíamos ir.
La cena transcurrió sin ningún tipo de sorpresas. Más allá de algún chiste doble sentido, se habló de todo. Desde política, hasta deporte, y de la novia de Sebastian. Cuando estábamos por tomar la tercer botella de vino, y donde yo ya estaba más que mareada, decidimos ir abajo ya que en la terraza comenzaba a ponerse frio de verdad.
Nos sentamos en el living y seguimos charlando. Yo me tire en el sillón y me quede dormida. Aunque no lo crean en la primera noche no hubo sexo. Les había arruinado la noche. Me despierto a eso de las 4 AM. Estaba tirada en el sillón tapada con una frazada. Se ve que alguno de los chicos me había tapado. Voy al baño y cuando salgo me asomo y veo que Sebastian estaba durmiendo en su habitación. Supuse que mi marido en la otra que nos correspondía a nosotros. Aún estaba un poco mareada y realmente me excito ver a Seba durmiendo en esa cama. Dude un instante y encaro para la habitación nuestra. Cuando llego abro la puerta y lo veo a Juli durmiendo. Me quedo contemplándolo y me doy cuenta de que quería sexo. Dudo un instante y abriendo la puerta de par en par decido enfilar nuevamente hacia la habitación de Sebastian.
Me saco el buzo, las calzas y me quedo solo con la musculosa y la tanga. Me meto en la cama al lado de el y empiezo a tocarle la pija. En eso parece despertarse y darse cuenta de lo que pasaba. Bajo la cabeza y empiezo a chupársela. Enseguida se le endurece y sigo así un rato. Me acomodo de manera de que mi vagina quede a la altura de su cara, por lo que el comienzo a tocarme, y corriéndome la tanga empieza a chupármela. Estábamos haciendo un 69. Yo estaba realmente excitada. La sensación de estar garchando con el amigo de mi marido en la habitación de al lado, mientras este dormía, me excitaba muchísimo. Después de estar un rato así Seba me trae y quedo encima de él, me saco la musculosa y comienza a chuparme las tetas y a decirme que le encantan. Que siempre le gustaron mis tetas. En eso se la agarro y de logro que me penetre. Empieza a bombearme y yo acabo enseguida. Pero el sigue y yo no paro de saltar arriba de el. En un momento me da vuelta y me pone boca abajo. Acomoda una almohada debajo de mi pelvis de manera de que mi culo quede levantado y empieza a penetrarme nuevamente. Yo vuelvo a acabar y me doy cuenta de que el está también acabando cuando empiezo a sentir como su semen cae en mi espalda. Parece que tenía reservas porque dura bastante y noto el calor de su semen en mi espalda.
Me caigo acostada al lado de él. Y el sin decir nada al lado mío. Estamos así unos instantes hasta que se levanta y va al baño. Yo me quedo ahí esperando a ver si cuando vuelve quiere más. Vuelve y se acuesta al lado mío. Yo inmóvil esperando su próximo movimiento. Pasan los minutos y me doy cuenta de que está durmiendo…….
Me quedo dormida también.
Lo siguiente que recuerdo es escuchar ruido en la cocina. Seba no estaba más al lado mío, por lo que supuse que estarían desayunando. Me levanto y cuando llego a la cocina los veo a ambos tomando unos mates y charlando como si nada. Juli me mira y guiñándome el ojo me pregunta que quiero desayunar. Voy para el baño y me doy cuenta de que estoy en tanga y en musculosa. En el baño me lavo la cara y reacciono un poco. Vuelvo a la cocina y me siento a desayunar. Nadie dice nada de la noche anterior, pero era obvio que yo había amanecido en una cama que no era la de mi marido.
El día estaba horrible. Llovía bastante fuerte y estaba fresco. No había muchas alternativas para hacer.
Cuando me voy a cambiar siento el semen de Seba seco en mi espalda. Así que decido bañarme. Supuse que todo un día encerrado en la casa, probablemente se prestara para el sexo. Asi que me puse de nuevo las calzas, una remera suelta sin corpiño, y unas zapatillas.
Cuando salgo de la habitación Seba se había ido a comprar algo para el almuerzo y mi marido estaba mirando la tele en el living. En seguida me pregunta como lo estaba pasando. Después de decirle que bien me pregunta, “y anoche como lo pasaste?”. Riéndome le digo que bien, y me subo encima de el para comenzar a besarlo. Empezamos a besarnos y con una mano logro desabrocharle la bermuda dejando su pija al aire. Me arrodillo en el piso y empiezo a chupársela, pero enseguida me sube y me pone de espaldas en el sillón. Me baja la calza y la tanga, y de un empujón empieza a penetrarme. Me encantaba, pocas veces tenia sexo con mi marido de esa forma. Estuvimos así unos minutos que para mí fueron gloriosos, y en donde tuve un orgasmo más que intenso. En eso se abre la puerta y era Seba que venía de hacer las compras. Saludo y como si nada fue a la cocina. Yo me sentía la más puta pero no me importaba, al contrario, me generaba morbo. En eso siento que mi marido empieza a acabar. Me deja todo adentro por lo que no manchamos nada. Ni bien termina de acabar ambos nos quedamos en el sillón. Me acomodo la ropa y Juli también.
La tarde lluviosa no nos permitía salir, así que el día se hizo bastante largo. En un momento nos pusimos a planificar la noche. La idea era ir a bailar a un boliche que nosotros conocíamos. La sola idea de ir a bailar con ellos dos solos, en una ciudad bastante lejos de casa ya me parecía super excitante. Durante la tarde Juli y Seba se pusieron a mirar un partido de futbol por TV sentados en el sillón. Juli me llamo y sin decirme nada me pidió que se las empezara a chupar. De nuevo me pareció chocante como me lo pidió, pero era parte del juego. Agarre un almohadón, lo puse en el piso y me arrodille sobre él. Empecé a chupárselas alternadamente durante casi media hora. Podría haber seguido un rato más o hacerlos acabar, pero quería dejarlos bien calientes para la tarde. Ellos miraban el partido como si yo no estuviese ahí. Es más, en un momento a Sebastian lo llamo la novia y hablo con ella mientras yo se la chupaba. Nuevamente me sentí la más puta. Cuando termino el partido pensé que me iban a coger entre los dos, pero no.
Esa noche compramos unas pizzas para cenar. De pronto no llovía más, y decidimos comer en la terraza. Estaba fresco, pero se podía estar afuera tranquilamente. Volvimos a tomar unas cervezas y a charlar de cualquier cosa. Obviamente el tema sexo siempre está dando vueltas.
En un momento ya me sentía bastante mareada, pero aún era temprano para ir al boliche. Mi marido va abajo a buscar una nueva cerveza y yo me quedo sola con Sebastian arriba. Me voy a la baranda a fumar un cigarrillo y en eso siento que me agarran por la cintura. Era Sebastian que me estaba pegando una terrible apoyada. En eso me da vuelta y sin que pueda decir nada empieza a besarme. Mientras me besa comienza a tocarme la vagina por arriba de la calza. Obviamente que era casi como no tener nada. Sube Julian y se sienta en la silla disfrutando del espectáculo. En eso me vuelve a dar vuelta dejándome de frente a la calle. Me baja un poco la calza y comienza a masturbarme. Ahí estaba yo. Mirando a la calle mientras me fumaba un cigarrillo, y el amigo de mi marido masturbándome. Estuvimos un rato así pero sin lograr acabar. Esto me dejo recontra caliente. Se hizo la hora de ir a bailar, y los chicos se fueron a cambiar, por lo que yo hice lo mismo.
Una de las charlas que habíamos tenido durante la cena era que yo tenía que vestirme lo más atrevida posible y dejarme manosear por ellos en el boliche.
Decidí ponerme una pollera de jean corta. Por arriba de las rodillas, y arriba una musculosa negra sin corpiño, pero que al estirarse dejaba ver la sombra de mis pezones. Debajo me puse una tanga hilo dental en Y unas sandalias. Una campera de jean para abrigarme. Salimos para el boliche y enseguida logramos entrar ya que era medio temprano. Nos pedimos unas bebidas en la barrar y en poco tiempo empezó a llegar gente. Enseguida me puse a bailar tanto con Seba como con Julian. La idea era ir calentándolos a los dos y que la gente también nos viera. Iba y me frotaba con uno, cambiaba y me frotaba con el otro. Así estuvimos un rato largo. La gente nos miraba porque no entendía lo que pasaba. Era evidente de que todos nos estábamos calentando. La noche transcurrió así. En un momento ninguno de los tres podíamos más de la calentura y decidimos volvernos a la casa.
Ya en el auto vinimos franeleando. Seba y Juli venían adelante, Juli manejando. Yo iba atrás, en el medio, y los iba manoseando como podía. El boliche estaba cerca de casa asi que enseguida llegamos.
Ni bien entramos nos fuimos directo a la cama. Empecé chupándosela a Julian mientras Seba me chupaba a mí. Asi fuimos rotando. En un momento Seba me penetro y por mis fluidos pareciera que quedaba grande. Yo seguía chupándosela a Juli. Luego cambiaron la posición y mientras se la chupaba a Seba Juli me penetraba. En un momento siento que Juli empieza a jugar con mi culo. Primero un dedo, luego dos. Hasta ese momento no necesitaba lubricación extra. Bastaba con mi propia lubricación. Un rato después, y en esta misma posición Seba empieza a acabar. Mitad en mi cara, mitad en mi boca. Se va al baño y Juli sigue dilatándome el culo mientras me penetra. Yo creo que acabe como 2 veces, pero pierdo la cuenta. Estoy muy mareada. Me doy cuenta de que Julian está penetrándome analmente porque le cuesta. Pero yo trato de ayudarlo. En eso la siento completamente adentro. Empieza a bombearme con fuerza mientras yo me toco la vagina. En eso aparece Seba de nuevo. La tiene flácida y le digo que venga para ver si lo ayudo a endurecérsela. Se la empiezo a chupar y tocar, pero parece que no se despierta. En eso mi marido le pregunta si quiere metérmela por la cola, a lo que Seba responde que si. Lentamente empieza a endurecérsele la pija y la vuelvo a chupar. Cuando está lo suficientemente dura le digo, “ya está Seba, cambia con Juli”. Juli sale solo y Seba ocupa su lugar. Empieza a metérmela por el orto con fuerza y yo a gritar como una bestia. Juli se pone delante mío y se la empiezo a chupar. En eso siento que esta por acabar. No quiero que me acabe en la boca, sino en la cara. La saco y me la empiezo a refregar por la carga mientras acaba. Tengo semen de ambos en la cara y en el pelo. Juli se queda tirado en la cama. En eso empiezo a moverme con fuerza y mirando por sobre mi hombro le digo a Seba, “te gusta mi culito?”. Seba me responde, “me vuelve loco pendeja”. Y acto seguido empieza a acabar dentro de mi culo. Nos quedamos los tres tirados en la cama. Yo siento que el techo da vueltas. No hay mucho más. Trato de acariciar esas dos pijas para ver si alguna se despertaba, pero era evidente de que el alcohol y el cansancio ya habían decretado el fin. Me quedo con las ganas de la doble penetración.
Me despierto nuevamente sola en la cama. Tengo aun el gusto a semen en mi boca y la cara y el pelo duros.
Me noto desnuda. Me pongo una remera de Juli y voy al baño. Escucho que ambos están en la cocina charlando. Tengo una resaca tremenda. Me duele la cabeza.
Voy al la cocina y la situación es similar a la de la mañana anterior. Ninguno de los dos hace mención a la noche. Me ofrecen el desayuno el cual acepto con ganas.
El dia sigue horrible y me dicen que están viendo de volvernos después de almorzar. Yo ni fuerzas de decir nada tengo asi que solo asiento con la cabeza.
Ese mismo medio dia nos volvemos. Yo duermo todo el viaje desde que me subi al auto hasta que Juli me despierta en casa. Antes habíamos dejado a Seba en su casa y yo ni siquiera me había enterado.
3 comentarios - Amante de mi marido y del amigo por natalia.