¡Hola, compañeros poringeros! Hoy les voy a relatar algo que me enteré hace unos días por una foto que encontré de mi señora y que evidentemente no se había sacado ella. Al preguntarle no me quería contar quien se la había sacado, pero, después de un rato me lo confesó y realmente me calentó muchísimo. Fue una metida de cuernos de mi mujer con nuestro médico clínico. Creo que un buen tipo, aunque se culeó a mi mujer sin mi consentimiento, ¡si me hubiera pedido permiso no se lo negaba! ¡jaja! y excelente profesional, del cual tenemos que lamentar su prematura muerte por una enfermedad terminal.
Esto que les voy a contar sucedió en el 2006. La relación con mi mujer estaba en su punto más bajo por motivos que no vienen al caso, y yo salía con una mina de vez en cuando, una morocha correntina que era un tornado en la cama. De más está decir que casi no teníamos sexo con mi esposa.
La cosa que me contó que una tarde cuando yo estaba en el trabajo fue al médico, que tenía el consultorio a una cuadra de casa, no se sentía bien y quería que le diera algo para levantarse un poco.
El la conocía de muchos años y había gran confianza, más allá de la relación médico paciente, por lo que mi mujer se puso a contarle lo que le pasaba, los problemas de pareja, que no teníamos relaciones y demás. La cosa que una cosa trajo a la otra y cuando se estaba por retirar del consultorio él la apoyo contra la puerta del consultorio y le susurro al oído: “¿Si yo te agarro así, vos que hacés?”. En este momento ella se quedó helada, pero le recalentó la situación y pensando en que yo andaba con otra mina, con mucha bronca lo abrazó y le comió la boca a besos. Ella sentía la dura verga del médico bajo la ropa refregándose contra ella y eso la calentaba más. Enseguida se arrodillo, le bajó el pantalón y le saco la pija, cuando se le vió quedó sorprendida. No era muy larga, ella calcula unos 17/18cm y con la cabeza chica pero el tronco tan grueso que no le entraba en la boca. Le dijo “¡Que hermosa pija tenías escondida!” y se la empezó a chupar con furia. Después de unos pocos minutos él le dijo que la quería coger, entonces ella se paró, se bajó la calza y la tanguita, se recostó conta la camilla, se separó los cachetes y le dijo: “¡No me vas a coger porque me a culear!”.
El médico se quedó mirándole el culo tocándose la verga, agarro el celular y le saco una foto, (que más tarde le envío a mi mujer y que pongo abajo) y le dice que espere que se iba a poner un forro, pero ella le dijo: ”¡Dejate de joder la quiero sentir así!¡Mirá lo que te vas a comer!” y se separó más los cachetes. Enseguida él se acercó, se escupió la mano, le lubrico bien el culo con su saliva y la empezó a puertear. Le metió el cabeza, que entró fácil, y se quedó un momento así para que se le vaya dilatando el culo, pero mi mujer le dijo “¡Dale, dale!¡Culeáme!¡Dámela toda!” entonces él la embistió con fuerza y se la enterró de golpe hasta el fondo. Mi señora solo atino a pegar un grito ahogado que el tipo alcanzó a disimular poniéndole la mano en la boca para que no grite y escuchen fuera del consultorio. Ella me dijo que sintió como si le metieran una botella en el orto de golpe. El médico ya con su verga bien adentro, le empezó a dar con todo, un mete saca fuertísimo. Con una mano le tapaba la boca y con la otra la agarraba de los pelos. Siguió bombeándola con fuerza hasta que en un momento se la enterró bien profundo y se quedó quieto con su pija bien ensartada en el culo de mi mujer, estaba acabando. En ese momento ella me dijo que sintió que se le ponía como un fierro, cosa que le hizo doler mucho, tanto que cuando se la sacó chorreando sintió un gran alivio, aunque le quedó todo abierto.
Me contó que se acomodaron la ropa rápido, porque se habían demorado más de la cuenta y había pacientes esperando, ella le dio un corto beso en la boca y se fue.
La idea de ella era volver, pero por una cosa u otra no pudo repetir más.
Espero que los haya calentado tanto como a mí cuando me lo conto. ¡Saludos a todos!
Esto que les voy a contar sucedió en el 2006. La relación con mi mujer estaba en su punto más bajo por motivos que no vienen al caso, y yo salía con una mina de vez en cuando, una morocha correntina que era un tornado en la cama. De más está decir que casi no teníamos sexo con mi esposa.
La cosa que me contó que una tarde cuando yo estaba en el trabajo fue al médico, que tenía el consultorio a una cuadra de casa, no se sentía bien y quería que le diera algo para levantarse un poco.
El la conocía de muchos años y había gran confianza, más allá de la relación médico paciente, por lo que mi mujer se puso a contarle lo que le pasaba, los problemas de pareja, que no teníamos relaciones y demás. La cosa que una cosa trajo a la otra y cuando se estaba por retirar del consultorio él la apoyo contra la puerta del consultorio y le susurro al oído: “¿Si yo te agarro así, vos que hacés?”. En este momento ella se quedó helada, pero le recalentó la situación y pensando en que yo andaba con otra mina, con mucha bronca lo abrazó y le comió la boca a besos. Ella sentía la dura verga del médico bajo la ropa refregándose contra ella y eso la calentaba más. Enseguida se arrodillo, le bajó el pantalón y le saco la pija, cuando se le vió quedó sorprendida. No era muy larga, ella calcula unos 17/18cm y con la cabeza chica pero el tronco tan grueso que no le entraba en la boca. Le dijo “¡Que hermosa pija tenías escondida!” y se la empezó a chupar con furia. Después de unos pocos minutos él le dijo que la quería coger, entonces ella se paró, se bajó la calza y la tanguita, se recostó conta la camilla, se separó los cachetes y le dijo: “¡No me vas a coger porque me a culear!”.
El médico se quedó mirándole el culo tocándose la verga, agarro el celular y le saco una foto, (que más tarde le envío a mi mujer y que pongo abajo) y le dice que espere que se iba a poner un forro, pero ella le dijo: ”¡Dejate de joder la quiero sentir así!¡Mirá lo que te vas a comer!” y se separó más los cachetes. Enseguida él se acercó, se escupió la mano, le lubrico bien el culo con su saliva y la empezó a puertear. Le metió el cabeza, que entró fácil, y se quedó un momento así para que se le vaya dilatando el culo, pero mi mujer le dijo “¡Dale, dale!¡Culeáme!¡Dámela toda!” entonces él la embistió con fuerza y se la enterró de golpe hasta el fondo. Mi señora solo atino a pegar un grito ahogado que el tipo alcanzó a disimular poniéndole la mano en la boca para que no grite y escuchen fuera del consultorio. Ella me dijo que sintió como si le metieran una botella en el orto de golpe. El médico ya con su verga bien adentro, le empezó a dar con todo, un mete saca fuertísimo. Con una mano le tapaba la boca y con la otra la agarraba de los pelos. Siguió bombeándola con fuerza hasta que en un momento se la enterró bien profundo y se quedó quieto con su pija bien ensartada en el culo de mi mujer, estaba acabando. En ese momento ella me dijo que sintió que se le ponía como un fierro, cosa que le hizo doler mucho, tanto que cuando se la sacó chorreando sintió un gran alivio, aunque le quedó todo abierto.
Me contó que se acomodaron la ropa rápido, porque se habían demorado más de la cuenta y había pacientes esperando, ella le dio un corto beso en la boca y se fue.
La idea de ella era volver, pero por una cosa u otra no pudo repetir más.
Espero que los haya calentado tanto como a mí cuando me lo conto. ¡Saludos a todos!
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