Mi comadre Alba, me contaba " en confianza" como tenía la verga su marido.
Mi compadre se llamaba Juan N. , Trabajaba en la Palmar de Laferrere, era un Correntino morocho, de estatura media y bien fachero, aparte de bien dotado.
"El Negro" era un semental moreno y peludo con un pedazo de carne terrible entre las piernas.
Yo ya era un putito grande y elegía presas de caza mayor, Juan era un trofeo dorado en mi imaginación.
Más de una vez lo había espiado mientras se duchaba y había visto todo ése pijote de señor de barrio, una verga curtida y negra, cabezuda.
La verga de un laburante. El día de la final de México 86, cumpliendo su promesa, se tomó una botella de tequila de alegría por el festejo; quedó borracho de contento tirado en el sillón del comedor; el resto de la familia se fue al "Obelisco". Después de tantos meses, ésa era la oportunidad perfecta para "comerme" la pija de mi compadre que estaba borracho y exitado por la emoción del triunfo.
En la casa habíamos quedado solo él y yo, lo tenía borracho delirante y entre dormido. Entre delirio y delirio, me pidió que lo llevara al baño, se quería duchar para ver si se le pasaba "el pedo".
Mi compadre se llamaba Juan N. , Trabajaba en la Palmar de Laferrere, era un Correntino morocho, de estatura media y bien fachero, aparte de bien dotado.
"El Negro" era un semental moreno y peludo con un pedazo de carne terrible entre las piernas.
Yo ya era un putito grande y elegía presas de caza mayor, Juan era un trofeo dorado en mi imaginación.
Más de una vez lo había espiado mientras se duchaba y había visto todo ése pijote de señor de barrio, una verga curtida y negra, cabezuda.
La verga de un laburante. El día de la final de México 86, cumpliendo su promesa, se tomó una botella de tequila de alegría por el festejo; quedó borracho de contento tirado en el sillón del comedor; el resto de la familia se fue al "Obelisco". Después de tantos meses, ésa era la oportunidad perfecta para "comerme" la pija de mi compadre que estaba borracho y exitado por la emoción del triunfo.
En la casa habíamos quedado solo él y yo, lo tenía borracho delirante y entre dormido. Entre delirio y delirio, me pidió que lo llevara al baño, se quería duchar para ver si se le pasaba "el pedo".
4 comentarios - "La mano de Dios y La verga de mi compadre"