Series de Relatos Publicados (Click en el link)
Capítulo 12.
Traidora.
Xamira sabía que había llegado demasiado lejos con Dalma y Emilia. Nunca se imaginó que terminaría chupando concha. ¿Acaso podría decir que esta es su primera experiencia lésbica? ¿Ella, viviendo experiencias lésbicas? No podía ser. Si nunca le interesaron las mujeres en ese sentido. “No, lo que en realidad busco es llegar al fondo del asunto de las fotos”, se dijo.
―¿Ahora sí me van a contar qué pasó durante las sesiones? ―Preguntó. En su boca sentía un fuerte sabor a jugos vaginales. Era extraño y a la vez embriagante. Su corazón se aceleró y ni siquiera entendió por qué.
―Vos seguí y yo te cuento todo ―dijo Emilia, presionando levemente la cabeza de Xamira. Ésta no tuvo más alternativa que volver a pegar su boca a esos labios vaginales―. Así… con ganas y sin miedo. Sé que al principio no es fácil, pero ya vas a ver cómo te acostumbrás. ¿Qué era lo que querías saber? Ah, sí… ¿cómo fue que terminamos con vergas en la boca. Como bien había dicho Dalma, la primera en probar eso fui yo. Ese chico, Alexis, parecía de lo más simpático y cuando vio que estábamos dispuestas a hacer una sesión de fotos más… interesante, nos ofreció su verga, para que pudiéramos posar un poquito. Dalma se asustó, claro, es entendible que una chica virgen reaccione de esa manera al ver una verga erecta de cerca… en especial de ese tamaño. Ahí me puse a pensar que quizás ella era demasiado temerosa con esto. Entiendo que una chica debe reservarse virgen para el día de su casamiento, sin embargo no es cuestión de tenerle miedo a una verga. ¿No te parece? ―Xamira no pudo responder, su lengua estaba dentro de la concha de Emilia―. Así que le di permiso, de madre a hija. Le dije: “Probá un poquito, hacete unas lindas fotos con la verga en la boca”.
―Y lo hice, justamente porque ella me lo pidió ―dijo Dalma―. No fue fácil. Lo primero que pensé fue si con esto le estaba siendo infiel a mi novio. Pero después de analizarlo un poco llegué a la conclusión de que no era más que una sesión de fotos que tenía como única finalidad lograr una conexión más fuerte con mi mamá. Así que… agarré la verga de Alexis y me la metí en la boca. Tengo que admitir que la sensación fue mucho más agradable de lo que me había imaginado.
―Eso lo entiendo ―dijo Xamira, quien detuvo su acto lésbico por un momento―. Yo también le comí la pija a Alexis. ―Se sorprendió más a si misma al escucharse decir esas palabras.
―¿Qué? ¿De verdad? ―Preguntó Dalma, incrédula.
―Sí, de verdad. No les voy a contar todos los detalles de cómo llegué a eso, porque ahora mismo no vienen al caso. Lo importante es que… yo también tuve esa pija en la boca. Hasta me hizo algunas fotos.
―¿Están en tu celu? ¿Las puedo ver?
―Em… sí, algunas están en mi celular.
Xamira buscó las fotos y se detuvo en una que la mostraba con la cara roja y la verga metida hasta el fondo de la garganta, los ojos le lagrimeaban.
―Ay nena ―dijo Emilia―. Sí que te la hicieron comer todita… estás preciosa.
―Y mirá… hasta le dieron de tomar la lechita ―dijo Dalma, señalando otra foto, una en la que Xamira tenía la cara bien cubierta de semen.
―Entonces, ahora vas a poder entender mejor por qué Dalma y yo disfrutamos tanto de esa sesión. Para que sepas, cuando Dalma se metió la verga en la boca… no se quedó muy quieta que digamos. ―Su hija soltó una risita picarona―. Empezó a lamerla toda y Alexis la animó a que siguiera con eso, porque las fotos estaban quedando de maravilla. Y bueno, yo no me quería quedar sin darle otra probadita, así que en un momento se la quité y… bueno… acá tenés la foto que muestra lo que pasó.
Emilia tomó una de las fotos del sobre en la que se la mostraba en una situación bastante parecida a la de Xamira, con la verga bien metida en la boca y una mirada que solo podía significar: “Me la voy a comer toda”.
―Pero… ¿se la chuparon o solo la tuvieron metida en la boca? ―Quiso saber Xamira.
―Al principio fue solo tenerla en la boca ―aseguró Dalma―, pero después de que mi mamá la agarró por segunda vez… bueno, empezó a ser una chupada.
―Así que chuparon una pija entre las dos ―dijo Xamira, con los ojos brillosos. No sabía por qué esa idea le resultaba tan atractiva.
―Se podría decir que sí ―dijo Emilia―. Acá se puede ver cómo Dalma se comía la cabeza de la verga, mientras yo le chupaba los huevos… así lo hicimos durante un buen rato. No te voy a negar, me generó mucha ternura estar presente durante el primer pete de mi hija. Y vos dirás que una madre como yo nunca debería permitir que su hija ande chupando pijas por ahí, porque esa no es la crianza que le dí.
―Sí, de verdad me estaba preguntando eso. Me cuesta entender cómo fue que accediste a que Dalma hiciera esto.
―A ver, sé que eso de chupar pijas no está bien, no es propio de una dama. Y no te enojes conmigo, Xami, pero creo que vos no deberías haberlo hecho. Aunque no te estoy juzgando, porque desconozco cómo fue la situación. En fin, ¿por qué accedí? La misma Dalma te respondió a esa pregunta. Entendí que esto era un acto para abrirnos la una a la otra, para acercarnos más, para romper algunos límites y poder conocernos más a fondo. Por eso decidí que por esta vez estaba bien, por esta vez Dalma se podía comer una pija… y yo también.
―Hasta terminamos las dos con la carita llena de leche ―dijo Dalma.
Mostró una de esas fotos que Xamira no se había atrevido a mirar cuando tuvo el sobre en su poder. Madre e hija aparecían muy sonrientes con la verga erecta justo delante de sus caras y gruesas líneas de semen las decoraban.
―¿Solo por fuera de la cara? ―Preguntó Xamira.
―No… a ver… después de estar un buen rato chupando ―comentó Dalma―, me dio curiosidad. Le dije a mi mamá que no tenía ni idea de qué sabor tenía el semen ni de cómo se sentía dentro de la boca. Entonces ella me alentó a probarlo.
―Me pareció bien que lo hiciera en ese momento ―acotó Emilia―, porque sé que Dalma a veces puede ser un poquito curiosa… no quería que anduviera chupando vergas por ahí para sacarse la duda.
―Así es ―continuó Dalma―. Y la verdad es que me gustó la experiencia. Los primeros chorros de leche cayeron dentro de mi boca… y no sé, sentí algo raro dentro de mí… como una vocecita pidiéndome más. Así que después de esta foto, le pasé la lengua por la cara a mi mamá… y ella hizo lo mismo conmigo.
De esta escena había una foto que mostraba a Emilia limpiando con la lengua el semen que había en la cara de su hija.
―No las culpo por esto ―aseguró Xamira―. Yo también probé la leche de Alexis ―les mostró en su celular la foto que reflejaba ese momento―. Y al igual que vos, Dalma, pude escuchar esa vocecita interna pidiéndome más. Creo que es porque no estamos habituadas a hacer cosas como esta. Yo no ando chupando vergas por ahí… de hecho, solo una vez hice algo como esto… y no es que esté muy orgullosa de lo que pasó. Al menos ustedes tienen una linda historia para poner la situación en contexto. Lo que me pasó a mí fue muy diferente.
―Algún día tenés que contarme eso, amiga.
―Te prometo que te lo voy a contar… pero antes, quiero saber más de ustedes, porque sé que hubo más de una sesión de fotos. Es decir… mirá esto… esta no es la verga de Alexis.
La foto que señaló mostraba a Emilia abierta de piernas recibiendo una gruesa y venosa verga en su concha, mientras tanto Dalma parecía muy concentrada en jugar con el clítoris de su madre, usando la lengua.
―Eso pasó unos días después ―dijo Emilia―. Y a decir verdad, esta vez fui yo la que le pidió a Dalma que participáramos en otra sesión más, porque por fin empecé a entender lo que ella quería decirme. Entendí lo importante que era para nosotras generar esta confianza mutua y derribar algunos tabúes…
―Claro, porque nosotras no lo hacíamos en un sentido pornográfico ―explicó Dalma―. Acá no hay nada porno. Nuestra intención es buscar el punto más puro en cada uno de estos actos. Queremos verlos sin los filtros obscenos que le pone la sociedad. ¿Me entendés, amiga?
―Em… creo que sí. Creo que ya voy entendiendo ―Xamira sonrió―. Y reconozco que la foto es muy linda. Me provoca… ternura ver cómo le lamés el clítoris a tu mamá mientras a ella se la meten.
―Ese chico es un modelo que trabaja con Alexis, ―dijo Dalma―. Sinceramente no me acuerdo de su nombre. Pero Alexis entendió que nosotras estábamos dispuestas a probar más cosas en esta sesión y para poder tomar fotos con más soltura, llamó a un modelo.
―Hay que reconocer que son chicos super amables, en ningún momento nos faltaron el respeto ―aseguró Emilia.
Xamira recordó cuántas veces le dijo puta Alexis mientras ella estaba de rodillas… y en contra de todo pronóstico, en lugar de molestarle, esto la excitó todavía más. Tanto que le hizo señas a Dalma para que se acercara a chuparle la concha. Ella accedió, con una radiante sonrisa. Xamira se sentó con la espalda contra la pared, separó las piernas y permitió que su amiga le diera un rico tratamiento lésbico. Quizás si seguían haciendo esto podría entender mejor esa conexión y esa pureza de la que tanto hablaba Dalma.
―Me acuerdo que esa sesión empezó con algunos toqueteos bastante cariñosos ―dijo Emilia―. Después Dalma me la chupó un ratito, como para ir entrando en clima. Y a ver, entiendo todo eso de quitarle lo obsceno a la situación, lo que no le puedo quitar es la excitación. Eso se produce de forma natural… por eso no te sientas culpable si disfrutás de lo que está haciendo Dalma ahora mismo. Es inevitable, en especial porque ella sabe exactamente dónde están los puntos más sensibles del sexo femenino. Conmigo tuvo bastante tiempo para practicar.
Emilia tenía razón, Dalma sabía muy bien lo que estaba haciendo. Su lengua se movía con maestría y hacía que Xamira se retorciera de placer.
―Cuando el modelo sacó su verga ―continuó Emilia―, Dalma insistió con que quería verla dentro de mí… quería ser testigo de una penetración. Yo no suelo buscar tipos para que me penetren, pero no te voy a negar que cuando Dalma planteó esa idea no miré la verga con un poquito de ganas. ¿Alguna vez te cogieron con una pija como esta, Xamira?
―Sí… ya me metieron una así de grande…
―Entonces podrás entender perfectamente lo que sentí yo. Obsceno o no, es sumamente placentero. Y más si mientras te la meten tenés a tu hija lamiéndote el clítoris. Para colmo Dalma le dio algunos buenos chupones a la verga y… que se yo… es una chica preciosa, la verdad es que se la ve linda cuando chupa una verga.
―Es cierto ―aseguró Xamira―. Tiene mucho encanto. Cuando Alexis me hizo tragar su pija, en mí se vio muy… pornográfico. Lo sé. Pero con Dalma es distinto. Ella sigue pareciendo un angelito… aunque le llenen la cara de leche.
―Lo mismo pienso yo ―dijo Emilia―, y se lo comenté en más de una ocasión. Si hay alguien que puede quitarle lo obsceno al acto sexual, esa es Dalma.
Xamira soltó un gemido cuando su amiga le dio un fuerte chupón en el clítoris. Estrujó las sábanas y vio como Emilia había comenzado a masturbarse sin ningún tipo de vergüenza. Se frotaba la concha con total libertad y no tenía problema a la hora de meterse los dedos por el agujero.
―Están muy hermosas ―dijo Emilia, mientras jadeaba―. Dan ganas de comérselas… a las dos. Solo con mirarles las conchas ya me mojo toda. Ahora no me siento tan culpable de mirarte el orto cada vez que venís a casa, Xami. Tenés un culo precioso.
El corazón de Xamira dio un vuelco. Nunca se imaginó que escucharía a la madre de su mejor amiga diciendo una cosa así. Sí, notó las miradas, sin embargo creyó que era un vistazo sin importancia. Más de una vez Emilia elogió el esfuerzo que Xamira dedicaba a ejercitarse y como esto repercute en su anatomía.
―Muchas gracias, Emilia.
En ese instante el teléfono de Xamira comenzó a sonar, era una llamada entrante de Erika. Atendió por puro instinto y luego se arrepintió. Tuvo que contenerse para no gemir durante la llamada.
―Hola, Erika ¿qué pasa?
―Tenés que mirar Twitter… ya.
―Sí, ya me habías dicho eso. Vi las fotos que subió Dalma, ya hablé con ella sobre ese tema y…
―No me refiero a las fotos de Dalma. Acaban de subir otra cosa relacionada a ella… y tenés que verlo. Aparentemente es un nuevo fragmento del video porno… el primero.
―Ahora lo miro, pero sinceramente esos videos no nos están sirviendo para aclarar las cosas.
―Este fragmento sí que va a aclarar muchas cosas. Miralo, por favor. Después llamame.
―Está bien… te llamo más tarde.
―¿Esa era una de tus amigas del club? ―Preguntó Dalma.
―Sí, Erika. Me pidió que mire Twitter otra vez… y creo que vos deberías hacer lo mismo.
Dalma asintió y fue en busca de su celular. Cuando entró en la red social entendió por qué Erika había insistido tanto. Como Dalma es su mejor amiga, Xamira suele seguir sus publicaciones en Twitter y éstas le salen entre las primeras. Si bien esta nueva publicación no había sido generada por la cuenta de Dalma, sí la mencionaban.
“¡Traidora hija de puta. Me mentiste! ¡Sos una puta barata! ¡Yegua! ¡Encima subiste a Twitter fotos mostrando la concha!”
Todo esto escrito por Tomás, el novio de Dalma. Al mensaje se adjuntaba un video. Xamira lo reprodujo y supo que su amiga estaba haciendo lo mismo en su celular. Al igual que los fragmentos anteriores, este también aparecía con una numeración en la esquina, decía 1/7. A Xamira se le subió el corazón a la boca al ver, desde el primer momento, la cara de Dalma en ese video. Ella sonreía plácidamente y vestía una de sus pulcras camisas blancas. Llevaba el pelo rubio recogido en una cola de caballo y sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas. Estaba sentada en una silla. Parecía una muñeca.
―¿No querés probar un poquito? ―Decía una voz masculina.
―No, gracias ―respondió Dalma―. Aunque es muy linda, no te lo voy a negar.
―¿En serio? ¿Ni un poquito la vas a probar?
Una gruesa verga apareció en pantalla, era la misma que había visto momentos antes dentro de la concha de Emilia, estaba segura de eso. La madre se acercó a su hija y juntas miraron el video. Xamira mantuvo la cabeza gacha y se centró en su pantalla.
―Es muy linda ―repitió Dalma―. Pero no está bien que haga estas cosas. Tengo novio.
Una segunda verga erecta apareció, era la del tipo que sostenía la cámara… no podía ser otro que Alexis.
―La última vez no te importó mucho eso de tener novio ―dijo Alexis, mientras sacudía su miembro a centímetros de la cara de Dalma.
―Esa vez fue distinta. Ahora me da mucha vergüenza.
―A mí me parece que vos viniste buscando esto ¿no es cierto, Walter? ―Preguntó Alexis.
―Sí, es cierto ―respondió el hombre a su lado―. ¿Sino por qué otra cosa iba a venir?
―Ya les dije, vine a buscar las fotos que les encargó mi mamá. No sabía que ya se las habían dado.
―No me resulta muy convincente ―insistió Alexis, y esta vez su verga pasó por la mejilla izquierda de Dalma. Al mismo tiempo Walter acarició la otra mejilla con su glande. Dalma se rió con timidez y se puso aún más roja.
―No, chicos, en serio. No vine por esto. ―Una de las vergas se frotó sobre sus labios, pero ellas los mantuvo cerrados, aunque no borró su sonrisa―. Tengo novio y yo no ando haciendo estas co… ―el glande de Walter se metió por un segundo dentro de su boca, ella se apartó rápidamente―. Ustedes saben la clase de educación que tengo yo.
―Lo que sé es que te quedaste con ganas de volver a probarlas ―dijo Alexis.
Esta vez fue su verga la que entró, por apenas unos instantes, dentro de la boca de Dalma. Un espectador atento habrá notado, al igual que lo hizo Xamira, que Dalma movió la lengua persiguiendo esa verga justo antes de que ésta abandonara su boca.
―No, no… vine por las fotos de mi mamá. Es más, ya tendría que irme, sino ella se va a preocupar.
―Dale una probadita rápida y podés irte ―dijo Walter, mientras le daba pequeños golpecitos con la verga en la cara.
―Mmm… pero solo un poquito ―dijo Dalma.
La verga de Walter volvió a entrar en su boca y ella no la rechazó. Cerró sus labios, movió un poco la cabeza de atrás hacia adelante un par de veces y la soltó. Estuvo a punto de decir algo, pero Alexis aprovechó para meter su verga. Una vez más Dalma se dio a la tarea de darle una corta chupadita y la soltó.
―Bueno, creo que con eso ya tienen suficiente. Me tengo que ir… ―Una verga dentro de la boca. La chupó por un segundo y la soltó―. Les agradezco por las fotos, estoy segura de que quedaron de maravilla. ―Otra verga, otra chupada de no más de un segundo―. Si conozco a alguien que quiera sacarse fotos como esas, los voy a recomendar. ―Walter arrimó su pija al interior de la boca de Dalma, fue más lejos que antes, ella tuvo que abrir más su mandíbula. Esta vez el tipo sostuvo la cabeza de la chica para que ella no pudiera soltarla tan rápido. Se quedó allí unos diez segundos y luego se apartó―. Este… em… bueno, me voy… son muy simpáticos los dos, me caen bien, pero tengo nov… ―Llegó el turno de Alexis, hizo lo mismo que su compañero. Clavó su verga casi hasta la mitad y aprovechó que tenía sujeta a Dalma para darle algunos pijazos hasta el fondo de la garganta. Xamira se estremeció al ver esto, le trajo muchos recuerdos―. Muy rica… de verdad. Tienen pijas preciosas. ―Volvió a recibir la de Walter dentro de la boca, se podía notar que Dalma cada vez se resistía menos, como si estuviera siendo sedada. La chupó un poquito y luego siguió hablando―. No debería estar haciendo esto. Mi mamá se va a enojar… ―La verga de Alexis entró casi hasta el fondo. Ni siquiera tuvo que sostener la cabeza de Dalma, ella se quedó quieta mientras recibía las embestidas. Cuando él se apartó, dijo―. Mi novio no la tiene así de grande. Una vez me la mostró y no me pareció gran cosa. ―Recibió la pija de Walter una vez más. En esta ocasión ella la agarró con una mano y movió la cabeza para poder tragar más―. Me parece que ustedes están intentando que no me vaya. ―Alexis tomó la cabeza de Dalma y la guió hacia su verga. Ella reaccionó de la misma manera que con Walter. La agarró y buscó tragarla todo lo que pudo―. Em… yo… este… mejor… me… voy… ―Cada vez que intentó hablar, alguno de los dos glandes se le metió en la boca por un breve instante.
Dalma agarró la verga de Alexis una vez más y fue como si su fuerza de voluntad hubiera quedado destruída. Empezó a chuparla con ganas mientras con la otra mano masturbaba a Walter. Cuando le ofrecieron la segunda verga, ella no opuso ninguna resistencia, se la llevó a la boca y movió su lengua. La saliva comenzó a chorrear por la comisura de sus labios. Los dos tipos aprovecharon para manosearle las tetas por encima de la camisa y ella, sin dejar de chupar, la desabotono. Sus blancos pechos quedaron a la vista y fueron estrujados por las fuertes manos de Walter y Alexis.
Dalma abandonó la silla y se colocó de rodillas frente a los dos tipos. Siguió turnándose para chupar primero una verga y luego la otra. Ya estaba perdida en ese acto. Era evidente que ya no le importaba lo que pudiera pensar su madre o el hecho de tener novio. Ella estaba ensimismada en la tarea y lo estuvo durante un buen rato.
A Xamira le dio la impresión de que el video fue editado y que en realidad no mostraba todo el tiempo que debió pasar Dalma chupando esas pijas. Pasó directo al final, cuando ella ya estaba despeinada y su cabeza se movía frenéticamente mientras las pijas se le enterraban hasta el fondo de la garganta.
El semen de Walter comenzó a saltar y casi al instante la pija de Alexis también explotó. Dalma sonrió y abrió la boca para recibir esas potentes descargas. Su lengua quedó totalmente cubierta de ese líquido blanco y espeso. Por toda su cara había líneas irregulares que le daban toda la apariencia de una actriz porno.
Dalma mostró la lengua, cerró la boca, tragó el semen y volvió a abrirla, para mostrar que se había tomado hasta la última gota. Con la carita aún llena de leche, sonrió y saludó a la cámara. Allí el video terminó abruptamente.
Xamira no lo podía creer. Su corazón latía tan rápido como cuando Alexis la sometió. ¿De verdad esta era la primera parte de la secuencia que habían visto? ¿De verdad la chica que cogía con tres tipos era Dalma? Miró a su amiga, confundida, y le preguntó con la voz quebrada:
―¿Te dejaste coger por tres tipos?
―¿Eh? No, no…
―No mientas, Dalma ―intervino Emilia―. ¿O vas a decir que este video es falso?
―No es falso, pero… eso no significa que la chica de los otros videos sea yo. Creo que alguien lo hizo a propósito, para perjudicarme. No sé quién…
―¿Tu novio? ―Preguntó Xamira―. Tomi parece muy enojado.
―No lo creo… pero evidentemente alguien le pasó este video… pido perdón. Es cierto que le chupé la verga a Walter y a Alexis… no lo pude evitar. Perdí la cabeza. Ni siquiera pude pensar con claridad. Pero después de hacer eso, me fui… ni siquiera me saqué la ropa. Fue un error, lo admito. Sé que estuve mal… pero no soy una puta.
Xamira se lanzó sobre su amiga, la abrazó con fuerza y la besó en la boca, como si fueran viejas amantes.
―Yo te creo ―le dijo―. Y me duele mucho que el pelotudo de tu novio haya publicado esto…
―No es más mi novio… esto no se lo voy a perdonar nunca.
―Ni yo ―aseguró Emilia―. Si ese pelotudo se acerca a mi casa, lo saco a escobazos. No lo quiero ver ni en fotos. ¿Cómo puede ser tan basura? ¿Acaso no se da cuenta que al publicar esto arruinó por completo tu imágen? Yo también te creo, hija… pero todo el mundo va a pensar que sos una puta.
―Así es ―dijo Xamira―. Y que hayas publicado fotos desnuda no ayuda mucho. Ahora todo el mundo te conoce la concha y además saben que anduviste chupando vergas.
Dalma se encogió de hombros.
―Eso sinceramente ya no me importa. Llevan tanto tiempo diciéndome barbaridades que ya no me duelen. Tampoco me molesta que la gente me vea desnuda. Es mi cuerpo, no hay nada de malo en ello. Sé que mucha gente solo ve el lado obsceno de estas cosas, pero yo lo veo de otra manera.
―Quizás… si les explicás como lo ves vos… ―sugirió Xamira―. No sé si funcionará, pero al menos lo podés intentar.
Dalma miró a su madre. Emilia dudó unos instantes y luego asintió con la cabeza.
―Deberías intentarlo ―le dijo―. No perdés nada al hacerlo. Estoy muy dolida, hija. Como madre me molesta muchísimo que estés expuesta en internet de esta forma, pero yo siempre te voy a apoyar. Yo entiendo cómo ves las cosas.
―Gracias a las dos… de verdad. Las quiero mucho.
Después de estas palabras, Xamira se lanzó a chupar la concha de su amiga, sellando así un lazo de confianza irrompible. Emilia miró la escena mientras acariciaba la espalda y las nalgas de Xamira. No pasó mucho tiempo hasta que Dalma tuvo un potente orgasmo y sus jugos vaginales fueron a dar justo dentro de la boca de su mejor amiga.
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Cuando Oriana vio el video de Dalma chupando dos pijas, su necesidad de justicia se incrementó.
―Tengo una teoría ―le dijo a Erika y a Siara. Las tres estaban reunidas en la sede del club Veritas Sectatores―. ¿Y si Dalma hizo todo esto porque su madre la obligó?
―Obligar es una palabra muy fuerte ―dijo Erika.
―Bien, sí, tenés razón. Digamos la persuadió para que se sacara las fotos que encontró Xamira… y luego la llevó a participar de ese video porno. Quizás hasta estuvo presente todo el tiempo.
―Emilia no estuvo presente ―dijo Siara―. Dalma habla de su madre como si ella no estuviera allí. Pero eso no quita que haya sido idea de Emilia que su hija se reuniera con Walter y Alexis.
―Entiendo que esa mujer puede estar involucrada en la contratación de actrices porno en el instituto ―dijo Erika―, quizás lo haga para ganar dinero… o solo por morbo. No lo sé. Pero de eso a entregar a su propia hija… hay mucho trecho.
―Xamira no quiso mostrarnos todas las fotos ―continuó Siara―, y sé que hay más para ver en ellas. Sospecho que la relación entre Dalma y su madre es… em… ¿cómo decirlo?
―¿Demasiado cercana? ―Preguntó Oriana. Sintió escalofríos, la sola idea de que una madre y su hija pudieran tener ese tipo de relación le ponía los nervios de punta. Ella jamás podría mirar a su madre con otros ojos que no fueran los de una hija.
―Exacto ―asintió Siara―. Vamos a tener que presionar un poco a Xamira, para que nos cuente más sobre este asunto. Si bien existe la ligera posibilidad de que alguien le haya puesto la numeración a este video de Dalma y que la chica que está cogiendo con tres no sea ella… las chances de que eso sea cierto son mínimas. A mí ya no me quedan dudas de que es Dalma. Pero eso no significa que el caso esté cerrado. Lo que más importa ahora es el asunto de las becas.
―¿Pudimos hacer un avance con eso? ―Preguntó Oriana.
―Bueno, vos nos ayudaste muchísimo aportándonos el dato de que la hija del decano está involucrada ―dijo Siara―. Si conseguís acercarte a ella, de buena manera, y ganarte su confianza, quizás puedas averiguar algo importante. ¿Creés que podés hacerlo?
―Eso depende de Mariela. Le puedo decir que me la presente.
―Bien, eso nos da un camino a seguir. Por otro lado, ya tengo la lista de las chicas becadas, me interesa especialmente las que recibieron la beca de Emilia.
―Chicas, si les soy sincera, no tenemos pruebas de que las becas estén directamente relacionadas con las actrices porno ―comentó Erika―. Ustedes mismas lo dijeron: hasta la hija del decano está metida. Ella no necesita ninguna beca.
―Sí, lo sé ―asintió Siara―. Eso me confundió bastante. Va en contra de nuestra teoría, pero aún así, que a Oriana le haya ofrecido “trabajo” la misma Emilia, es algo que me hace sospechar mucho de ella. Quizás no todas las chicas que terminan siendo actrices porno lo hacen por el temita de las becas, pero no se puede negar que algunas sí.
―Todo esto es muy turbio ―dijo Oriana―. ¿Alguna sabe dónde está Xamira?
―Le pedí que viniera ―respondió Erika―. Ya tendría que estar por llegar.
―Acá estoy.
La aludida asomó su cabeza en el interior de la sede del club, desde el interior Erika, Siara y Oriana, la miraron como quien mira a alguien que acaba de sufrir un duro accidente.
―Creo que ya no quedan muchas dudas de que la chica del video es Dalma ―dijo Erika.
―Técnicamente no lo demostramos todavía ―intervino Siara―, pero las probabilidades de que se trate de ella son demasiado altas.
―No me importa ―dijo Xamira desde la puerta―. Creo que deberían dar el caso por concluido. ―Las tres chicas se miraron unas a las otras, desorientadas―. Solo vine para agradecerles por todo lo que hicieron y para comunicarles que ya no voy a seguir en el Club. Espero que puedan encontrar a un cuarto miembro pronto.
―Pero… estamos tan cerca de… ―Erika parecía dolida.
―Lo siento, es una decisión tomada. Hay cosas que es mejor no saberlas. Prefiero cuidar mi amistad con Dalma.
―¿Y no te preocupa el asunto de las becas y las actrices porno? ―Preguntó Oriana.
―No, ya no me importa. Perdón, sé que te dije que íbamos a ir juntas la próxima vez, pero sinceramente ya no me interesa seguir formando parte de esto. Los últimos días fueron muy estresantes… me llevaron a hacer cosas de las cuales me arrepiento. No quiero que mi vida se vaya al carajo por esto. Además… Emilia es una excelente persona. Dudo mucho que ella tenga algún tipo de relación con todo este asunto de las actrices porno. A Emilia también la considero una amiga y no quiero que esto termine generando una brecha entre nosotras. Les deseo lo mejor con el club. Espero que lo disfruten. Les sugiero que se busquen un nuevo caso, porque este, para mí, ya se terminó.
―No te ofendas, Xamira ―dijo Siara―, puede que para vos se haya terminado, pero no para nosotras. Esto va mucho más allá de Dalma. Si ella es la chica del video o no, a esta altura me importa poco. Lo que quiero saber es qué ocurre con el asunto de las becas, las actrices porno y quiénes están involucrados. Las tres buscamos eso. ―Oriana y Erika asintieron―. No vamos a parar.
―Está bien, me parece perfecto. Pero no esperen contar con mucha colaboración de mi parte… ni tampoco de Emilia y Dalma. Estoy segura de que ellas no hicieron nada malo y solo buscan que las dejen en paz. Hasta luego, que les vaya bien.
Xamira giró sobre sus talones y se alejó del salón dejando a las otras tres integrantes del Club con una gran incertidumbre y la fuerte sensación de que fueron traicionadas.
―Bueno, esto se pone cada vez peor ―dijo Siara―. Ahora perdimos a la persona que más nos podía ayudar a acercarnos a Emilia… y para colmo yo sigo sintiendo que no estamos haciendo nada. No avanzamos prácticamente nada.
―¿Cómo que no? ―Preguntó Erika―. Si vimos el video de Dalma en Twitter y…
―Sí, pero nosotras no tuvimos nada que ver con eso. Fue… un evento aleatorio que nos favoreció. A mí no me gusta eso. Por el honor del club, quiero lograr un avance por mí misma.
―Ya te dije que a mí no me importa cómo consigamos la información, lo importante es conseguirla. Si fue aleatorio, bien… nos favoreció.
―Comparto la opinión de Erika ―dijo Oriana―. A mí tampoco me importa que el azar nos de una mano de vez en cuando.
―No gastemos saliva ―dijo Erika―, no la vamos a convencer. Es muy testaruda. Un día de estos va a hacer una locura, solo para demostrar que logró un avance importante en un caso.
―¡Ya sé! ―Exclamó Siara, poniéndose de pie. Sus grandes tetas rebotaron. De haber tenido un escote pronunciado, hubieran saltado hacia afuera.
―Ay, no… ya está pasando ―se lamentó Erika.
―Es curioso ―dijo Oriana―. Pensé que la que amaba las locuras eras vos.
―Puede ser, pero mis locuras son inofensivas ―aseguró Erika―. Las de Siara son peligrosas, porque nacen de la desesperación.
―¿Van a escuchar mi idea o van a seguir con el psicoanálisis?
―Te escuchamos ―dijo Oriana.
―Bien. Antes que nada, tus locuras no son inofensivas, Erika. A veces podés ser más peligrosa que yo. Y segundo, puede que este plan presente ciertos riesgos, pero… el que no arriesga, no gana. Vamos a hacer nuestra propia película porno.
―¿Qué? ¿Te volviste loca? ―Preguntó Erika―. Vos dijiste que no nos íbamos a meter de actrices porno…
―Nosotras no vamos a ser las actrices. Vamos a ser las productoras. Necesitamos algunas cámaras, un lugar que poder usar de estudio y… actrices. Podemos contratar a Mariela y le preguntamos si se le ocurre sumar a alguien más.
―Ajá, sí, puede ser ―dijo Oriana―. Si la paga es buena, no creo que Mariela se niegue… siempre y cuando su video no termine en internet.
―No vamos a subir el video a ningún lado. Les vamos a decir que es un proyecto privado… como el de la web en la que ella trabaja.
―Todo muy lindo, nena ―dijo Erika―. ¿Pero de qué carajo nos va a servir hacer nuestra propia película porno? ¿Qué ganamos con eso?
―Ahí es donde entra el riesgo. Tenemos que hacer que se corra un poquito el rumor de que alguien está produciendo porno en el instituto. Lo cual ya ocurre, y estoy segura de que también hay rumores sobre eso. Mi intención es poner en alerta a las personas involucradas en la productora porno… para que crean que tienen competencia. Cuando empiecen a sentirse amenazados, van a salir de sus escondites.
―Es muy arriesgado ―dijo Oriana―, pero si lo organizamos bien, creo que puede funcionar. Es una buena idea. Esta gente tiene un servicio muy exclusivo, no les va a gustar nada que alguien les haga la competencia.
―¿Y vos qué opinás, Erika? ―Preguntó Siara―. ¿Te sumás al proyecto?
―Y sí, ya fue… hagamos nuestra propia película porno.
Capítulo 12.
Traidora.
Xamira sabía que había llegado demasiado lejos con Dalma y Emilia. Nunca se imaginó que terminaría chupando concha. ¿Acaso podría decir que esta es su primera experiencia lésbica? ¿Ella, viviendo experiencias lésbicas? No podía ser. Si nunca le interesaron las mujeres en ese sentido. “No, lo que en realidad busco es llegar al fondo del asunto de las fotos”, se dijo.
―¿Ahora sí me van a contar qué pasó durante las sesiones? ―Preguntó. En su boca sentía un fuerte sabor a jugos vaginales. Era extraño y a la vez embriagante. Su corazón se aceleró y ni siquiera entendió por qué.
―Vos seguí y yo te cuento todo ―dijo Emilia, presionando levemente la cabeza de Xamira. Ésta no tuvo más alternativa que volver a pegar su boca a esos labios vaginales―. Así… con ganas y sin miedo. Sé que al principio no es fácil, pero ya vas a ver cómo te acostumbrás. ¿Qué era lo que querías saber? Ah, sí… ¿cómo fue que terminamos con vergas en la boca. Como bien había dicho Dalma, la primera en probar eso fui yo. Ese chico, Alexis, parecía de lo más simpático y cuando vio que estábamos dispuestas a hacer una sesión de fotos más… interesante, nos ofreció su verga, para que pudiéramos posar un poquito. Dalma se asustó, claro, es entendible que una chica virgen reaccione de esa manera al ver una verga erecta de cerca… en especial de ese tamaño. Ahí me puse a pensar que quizás ella era demasiado temerosa con esto. Entiendo que una chica debe reservarse virgen para el día de su casamiento, sin embargo no es cuestión de tenerle miedo a una verga. ¿No te parece? ―Xamira no pudo responder, su lengua estaba dentro de la concha de Emilia―. Así que le di permiso, de madre a hija. Le dije: “Probá un poquito, hacete unas lindas fotos con la verga en la boca”.
―Y lo hice, justamente porque ella me lo pidió ―dijo Dalma―. No fue fácil. Lo primero que pensé fue si con esto le estaba siendo infiel a mi novio. Pero después de analizarlo un poco llegué a la conclusión de que no era más que una sesión de fotos que tenía como única finalidad lograr una conexión más fuerte con mi mamá. Así que… agarré la verga de Alexis y me la metí en la boca. Tengo que admitir que la sensación fue mucho más agradable de lo que me había imaginado.
―Eso lo entiendo ―dijo Xamira, quien detuvo su acto lésbico por un momento―. Yo también le comí la pija a Alexis. ―Se sorprendió más a si misma al escucharse decir esas palabras.
―¿Qué? ¿De verdad? ―Preguntó Dalma, incrédula.
―Sí, de verdad. No les voy a contar todos los detalles de cómo llegué a eso, porque ahora mismo no vienen al caso. Lo importante es que… yo también tuve esa pija en la boca. Hasta me hizo algunas fotos.
―¿Están en tu celu? ¿Las puedo ver?
―Em… sí, algunas están en mi celular.
Xamira buscó las fotos y se detuvo en una que la mostraba con la cara roja y la verga metida hasta el fondo de la garganta, los ojos le lagrimeaban.
―Ay nena ―dijo Emilia―. Sí que te la hicieron comer todita… estás preciosa.
―Y mirá… hasta le dieron de tomar la lechita ―dijo Dalma, señalando otra foto, una en la que Xamira tenía la cara bien cubierta de semen.
―Entonces, ahora vas a poder entender mejor por qué Dalma y yo disfrutamos tanto de esa sesión. Para que sepas, cuando Dalma se metió la verga en la boca… no se quedó muy quieta que digamos. ―Su hija soltó una risita picarona―. Empezó a lamerla toda y Alexis la animó a que siguiera con eso, porque las fotos estaban quedando de maravilla. Y bueno, yo no me quería quedar sin darle otra probadita, así que en un momento se la quité y… bueno… acá tenés la foto que muestra lo que pasó.
Emilia tomó una de las fotos del sobre en la que se la mostraba en una situación bastante parecida a la de Xamira, con la verga bien metida en la boca y una mirada que solo podía significar: “Me la voy a comer toda”.
―Pero… ¿se la chuparon o solo la tuvieron metida en la boca? ―Quiso saber Xamira.
―Al principio fue solo tenerla en la boca ―aseguró Dalma―, pero después de que mi mamá la agarró por segunda vez… bueno, empezó a ser una chupada.
―Así que chuparon una pija entre las dos ―dijo Xamira, con los ojos brillosos. No sabía por qué esa idea le resultaba tan atractiva.
―Se podría decir que sí ―dijo Emilia―. Acá se puede ver cómo Dalma se comía la cabeza de la verga, mientras yo le chupaba los huevos… así lo hicimos durante un buen rato. No te voy a negar, me generó mucha ternura estar presente durante el primer pete de mi hija. Y vos dirás que una madre como yo nunca debería permitir que su hija ande chupando pijas por ahí, porque esa no es la crianza que le dí.
―Sí, de verdad me estaba preguntando eso. Me cuesta entender cómo fue que accediste a que Dalma hiciera esto.
―A ver, sé que eso de chupar pijas no está bien, no es propio de una dama. Y no te enojes conmigo, Xami, pero creo que vos no deberías haberlo hecho. Aunque no te estoy juzgando, porque desconozco cómo fue la situación. En fin, ¿por qué accedí? La misma Dalma te respondió a esa pregunta. Entendí que esto era un acto para abrirnos la una a la otra, para acercarnos más, para romper algunos límites y poder conocernos más a fondo. Por eso decidí que por esta vez estaba bien, por esta vez Dalma se podía comer una pija… y yo también.
―Hasta terminamos las dos con la carita llena de leche ―dijo Dalma.
Mostró una de esas fotos que Xamira no se había atrevido a mirar cuando tuvo el sobre en su poder. Madre e hija aparecían muy sonrientes con la verga erecta justo delante de sus caras y gruesas líneas de semen las decoraban.
―¿Solo por fuera de la cara? ―Preguntó Xamira.
―No… a ver… después de estar un buen rato chupando ―comentó Dalma―, me dio curiosidad. Le dije a mi mamá que no tenía ni idea de qué sabor tenía el semen ni de cómo se sentía dentro de la boca. Entonces ella me alentó a probarlo.
―Me pareció bien que lo hiciera en ese momento ―acotó Emilia―, porque sé que Dalma a veces puede ser un poquito curiosa… no quería que anduviera chupando vergas por ahí para sacarse la duda.
―Así es ―continuó Dalma―. Y la verdad es que me gustó la experiencia. Los primeros chorros de leche cayeron dentro de mi boca… y no sé, sentí algo raro dentro de mí… como una vocecita pidiéndome más. Así que después de esta foto, le pasé la lengua por la cara a mi mamá… y ella hizo lo mismo conmigo.
De esta escena había una foto que mostraba a Emilia limpiando con la lengua el semen que había en la cara de su hija.
―No las culpo por esto ―aseguró Xamira―. Yo también probé la leche de Alexis ―les mostró en su celular la foto que reflejaba ese momento―. Y al igual que vos, Dalma, pude escuchar esa vocecita interna pidiéndome más. Creo que es porque no estamos habituadas a hacer cosas como esta. Yo no ando chupando vergas por ahí… de hecho, solo una vez hice algo como esto… y no es que esté muy orgullosa de lo que pasó. Al menos ustedes tienen una linda historia para poner la situación en contexto. Lo que me pasó a mí fue muy diferente.
―Algún día tenés que contarme eso, amiga.
―Te prometo que te lo voy a contar… pero antes, quiero saber más de ustedes, porque sé que hubo más de una sesión de fotos. Es decir… mirá esto… esta no es la verga de Alexis.
La foto que señaló mostraba a Emilia abierta de piernas recibiendo una gruesa y venosa verga en su concha, mientras tanto Dalma parecía muy concentrada en jugar con el clítoris de su madre, usando la lengua.
―Eso pasó unos días después ―dijo Emilia―. Y a decir verdad, esta vez fui yo la que le pidió a Dalma que participáramos en otra sesión más, porque por fin empecé a entender lo que ella quería decirme. Entendí lo importante que era para nosotras generar esta confianza mutua y derribar algunos tabúes…
―Claro, porque nosotras no lo hacíamos en un sentido pornográfico ―explicó Dalma―. Acá no hay nada porno. Nuestra intención es buscar el punto más puro en cada uno de estos actos. Queremos verlos sin los filtros obscenos que le pone la sociedad. ¿Me entendés, amiga?
―Em… creo que sí. Creo que ya voy entendiendo ―Xamira sonrió―. Y reconozco que la foto es muy linda. Me provoca… ternura ver cómo le lamés el clítoris a tu mamá mientras a ella se la meten.
―Ese chico es un modelo que trabaja con Alexis, ―dijo Dalma―. Sinceramente no me acuerdo de su nombre. Pero Alexis entendió que nosotras estábamos dispuestas a probar más cosas en esta sesión y para poder tomar fotos con más soltura, llamó a un modelo.
―Hay que reconocer que son chicos super amables, en ningún momento nos faltaron el respeto ―aseguró Emilia.
Xamira recordó cuántas veces le dijo puta Alexis mientras ella estaba de rodillas… y en contra de todo pronóstico, en lugar de molestarle, esto la excitó todavía más. Tanto que le hizo señas a Dalma para que se acercara a chuparle la concha. Ella accedió, con una radiante sonrisa. Xamira se sentó con la espalda contra la pared, separó las piernas y permitió que su amiga le diera un rico tratamiento lésbico. Quizás si seguían haciendo esto podría entender mejor esa conexión y esa pureza de la que tanto hablaba Dalma.
―Me acuerdo que esa sesión empezó con algunos toqueteos bastante cariñosos ―dijo Emilia―. Después Dalma me la chupó un ratito, como para ir entrando en clima. Y a ver, entiendo todo eso de quitarle lo obsceno a la situación, lo que no le puedo quitar es la excitación. Eso se produce de forma natural… por eso no te sientas culpable si disfrutás de lo que está haciendo Dalma ahora mismo. Es inevitable, en especial porque ella sabe exactamente dónde están los puntos más sensibles del sexo femenino. Conmigo tuvo bastante tiempo para practicar.
Emilia tenía razón, Dalma sabía muy bien lo que estaba haciendo. Su lengua se movía con maestría y hacía que Xamira se retorciera de placer.
―Cuando el modelo sacó su verga ―continuó Emilia―, Dalma insistió con que quería verla dentro de mí… quería ser testigo de una penetración. Yo no suelo buscar tipos para que me penetren, pero no te voy a negar que cuando Dalma planteó esa idea no miré la verga con un poquito de ganas. ¿Alguna vez te cogieron con una pija como esta, Xamira?
―Sí… ya me metieron una así de grande…
―Entonces podrás entender perfectamente lo que sentí yo. Obsceno o no, es sumamente placentero. Y más si mientras te la meten tenés a tu hija lamiéndote el clítoris. Para colmo Dalma le dio algunos buenos chupones a la verga y… que se yo… es una chica preciosa, la verdad es que se la ve linda cuando chupa una verga.
―Es cierto ―aseguró Xamira―. Tiene mucho encanto. Cuando Alexis me hizo tragar su pija, en mí se vio muy… pornográfico. Lo sé. Pero con Dalma es distinto. Ella sigue pareciendo un angelito… aunque le llenen la cara de leche.
―Lo mismo pienso yo ―dijo Emilia―, y se lo comenté en más de una ocasión. Si hay alguien que puede quitarle lo obsceno al acto sexual, esa es Dalma.
Xamira soltó un gemido cuando su amiga le dio un fuerte chupón en el clítoris. Estrujó las sábanas y vio como Emilia había comenzado a masturbarse sin ningún tipo de vergüenza. Se frotaba la concha con total libertad y no tenía problema a la hora de meterse los dedos por el agujero.
―Están muy hermosas ―dijo Emilia, mientras jadeaba―. Dan ganas de comérselas… a las dos. Solo con mirarles las conchas ya me mojo toda. Ahora no me siento tan culpable de mirarte el orto cada vez que venís a casa, Xami. Tenés un culo precioso.
El corazón de Xamira dio un vuelco. Nunca se imaginó que escucharía a la madre de su mejor amiga diciendo una cosa así. Sí, notó las miradas, sin embargo creyó que era un vistazo sin importancia. Más de una vez Emilia elogió el esfuerzo que Xamira dedicaba a ejercitarse y como esto repercute en su anatomía.
―Muchas gracias, Emilia.
En ese instante el teléfono de Xamira comenzó a sonar, era una llamada entrante de Erika. Atendió por puro instinto y luego se arrepintió. Tuvo que contenerse para no gemir durante la llamada.
―Hola, Erika ¿qué pasa?
―Tenés que mirar Twitter… ya.
―Sí, ya me habías dicho eso. Vi las fotos que subió Dalma, ya hablé con ella sobre ese tema y…
―No me refiero a las fotos de Dalma. Acaban de subir otra cosa relacionada a ella… y tenés que verlo. Aparentemente es un nuevo fragmento del video porno… el primero.
―Ahora lo miro, pero sinceramente esos videos no nos están sirviendo para aclarar las cosas.
―Este fragmento sí que va a aclarar muchas cosas. Miralo, por favor. Después llamame.
―Está bien… te llamo más tarde.
―¿Esa era una de tus amigas del club? ―Preguntó Dalma.
―Sí, Erika. Me pidió que mire Twitter otra vez… y creo que vos deberías hacer lo mismo.
Dalma asintió y fue en busca de su celular. Cuando entró en la red social entendió por qué Erika había insistido tanto. Como Dalma es su mejor amiga, Xamira suele seguir sus publicaciones en Twitter y éstas le salen entre las primeras. Si bien esta nueva publicación no había sido generada por la cuenta de Dalma, sí la mencionaban.
“¡Traidora hija de puta. Me mentiste! ¡Sos una puta barata! ¡Yegua! ¡Encima subiste a Twitter fotos mostrando la concha!”
Todo esto escrito por Tomás, el novio de Dalma. Al mensaje se adjuntaba un video. Xamira lo reprodujo y supo que su amiga estaba haciendo lo mismo en su celular. Al igual que los fragmentos anteriores, este también aparecía con una numeración en la esquina, decía 1/7. A Xamira se le subió el corazón a la boca al ver, desde el primer momento, la cara de Dalma en ese video. Ella sonreía plácidamente y vestía una de sus pulcras camisas blancas. Llevaba el pelo rubio recogido en una cola de caballo y sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas. Estaba sentada en una silla. Parecía una muñeca.
―¿No querés probar un poquito? ―Decía una voz masculina.
―No, gracias ―respondió Dalma―. Aunque es muy linda, no te lo voy a negar.
―¿En serio? ¿Ni un poquito la vas a probar?
Una gruesa verga apareció en pantalla, era la misma que había visto momentos antes dentro de la concha de Emilia, estaba segura de eso. La madre se acercó a su hija y juntas miraron el video. Xamira mantuvo la cabeza gacha y se centró en su pantalla.
―Es muy linda ―repitió Dalma―. Pero no está bien que haga estas cosas. Tengo novio.
Una segunda verga erecta apareció, era la del tipo que sostenía la cámara… no podía ser otro que Alexis.
―La última vez no te importó mucho eso de tener novio ―dijo Alexis, mientras sacudía su miembro a centímetros de la cara de Dalma.
―Esa vez fue distinta. Ahora me da mucha vergüenza.
―A mí me parece que vos viniste buscando esto ¿no es cierto, Walter? ―Preguntó Alexis.
―Sí, es cierto ―respondió el hombre a su lado―. ¿Sino por qué otra cosa iba a venir?
―Ya les dije, vine a buscar las fotos que les encargó mi mamá. No sabía que ya se las habían dado.
―No me resulta muy convincente ―insistió Alexis, y esta vez su verga pasó por la mejilla izquierda de Dalma. Al mismo tiempo Walter acarició la otra mejilla con su glande. Dalma se rió con timidez y se puso aún más roja.
―No, chicos, en serio. No vine por esto. ―Una de las vergas se frotó sobre sus labios, pero ellas los mantuvo cerrados, aunque no borró su sonrisa―. Tengo novio y yo no ando haciendo estas co… ―el glande de Walter se metió por un segundo dentro de su boca, ella se apartó rápidamente―. Ustedes saben la clase de educación que tengo yo.
―Lo que sé es que te quedaste con ganas de volver a probarlas ―dijo Alexis.
Esta vez fue su verga la que entró, por apenas unos instantes, dentro de la boca de Dalma. Un espectador atento habrá notado, al igual que lo hizo Xamira, que Dalma movió la lengua persiguiendo esa verga justo antes de que ésta abandonara su boca.
―No, no… vine por las fotos de mi mamá. Es más, ya tendría que irme, sino ella se va a preocupar.
―Dale una probadita rápida y podés irte ―dijo Walter, mientras le daba pequeños golpecitos con la verga en la cara.
―Mmm… pero solo un poquito ―dijo Dalma.
La verga de Walter volvió a entrar en su boca y ella no la rechazó. Cerró sus labios, movió un poco la cabeza de atrás hacia adelante un par de veces y la soltó. Estuvo a punto de decir algo, pero Alexis aprovechó para meter su verga. Una vez más Dalma se dio a la tarea de darle una corta chupadita y la soltó.
―Bueno, creo que con eso ya tienen suficiente. Me tengo que ir… ―Una verga dentro de la boca. La chupó por un segundo y la soltó―. Les agradezco por las fotos, estoy segura de que quedaron de maravilla. ―Otra verga, otra chupada de no más de un segundo―. Si conozco a alguien que quiera sacarse fotos como esas, los voy a recomendar. ―Walter arrimó su pija al interior de la boca de Dalma, fue más lejos que antes, ella tuvo que abrir más su mandíbula. Esta vez el tipo sostuvo la cabeza de la chica para que ella no pudiera soltarla tan rápido. Se quedó allí unos diez segundos y luego se apartó―. Este… em… bueno, me voy… son muy simpáticos los dos, me caen bien, pero tengo nov… ―Llegó el turno de Alexis, hizo lo mismo que su compañero. Clavó su verga casi hasta la mitad y aprovechó que tenía sujeta a Dalma para darle algunos pijazos hasta el fondo de la garganta. Xamira se estremeció al ver esto, le trajo muchos recuerdos―. Muy rica… de verdad. Tienen pijas preciosas. ―Volvió a recibir la de Walter dentro de la boca, se podía notar que Dalma cada vez se resistía menos, como si estuviera siendo sedada. La chupó un poquito y luego siguió hablando―. No debería estar haciendo esto. Mi mamá se va a enojar… ―La verga de Alexis entró casi hasta el fondo. Ni siquiera tuvo que sostener la cabeza de Dalma, ella se quedó quieta mientras recibía las embestidas. Cuando él se apartó, dijo―. Mi novio no la tiene así de grande. Una vez me la mostró y no me pareció gran cosa. ―Recibió la pija de Walter una vez más. En esta ocasión ella la agarró con una mano y movió la cabeza para poder tragar más―. Me parece que ustedes están intentando que no me vaya. ―Alexis tomó la cabeza de Dalma y la guió hacia su verga. Ella reaccionó de la misma manera que con Walter. La agarró y buscó tragarla todo lo que pudo―. Em… yo… este… mejor… me… voy… ―Cada vez que intentó hablar, alguno de los dos glandes se le metió en la boca por un breve instante.
Dalma agarró la verga de Alexis una vez más y fue como si su fuerza de voluntad hubiera quedado destruída. Empezó a chuparla con ganas mientras con la otra mano masturbaba a Walter. Cuando le ofrecieron la segunda verga, ella no opuso ninguna resistencia, se la llevó a la boca y movió su lengua. La saliva comenzó a chorrear por la comisura de sus labios. Los dos tipos aprovecharon para manosearle las tetas por encima de la camisa y ella, sin dejar de chupar, la desabotono. Sus blancos pechos quedaron a la vista y fueron estrujados por las fuertes manos de Walter y Alexis.
Dalma abandonó la silla y se colocó de rodillas frente a los dos tipos. Siguió turnándose para chupar primero una verga y luego la otra. Ya estaba perdida en ese acto. Era evidente que ya no le importaba lo que pudiera pensar su madre o el hecho de tener novio. Ella estaba ensimismada en la tarea y lo estuvo durante un buen rato.
A Xamira le dio la impresión de que el video fue editado y que en realidad no mostraba todo el tiempo que debió pasar Dalma chupando esas pijas. Pasó directo al final, cuando ella ya estaba despeinada y su cabeza se movía frenéticamente mientras las pijas se le enterraban hasta el fondo de la garganta.
El semen de Walter comenzó a saltar y casi al instante la pija de Alexis también explotó. Dalma sonrió y abrió la boca para recibir esas potentes descargas. Su lengua quedó totalmente cubierta de ese líquido blanco y espeso. Por toda su cara había líneas irregulares que le daban toda la apariencia de una actriz porno.
Dalma mostró la lengua, cerró la boca, tragó el semen y volvió a abrirla, para mostrar que se había tomado hasta la última gota. Con la carita aún llena de leche, sonrió y saludó a la cámara. Allí el video terminó abruptamente.
Xamira no lo podía creer. Su corazón latía tan rápido como cuando Alexis la sometió. ¿De verdad esta era la primera parte de la secuencia que habían visto? ¿De verdad la chica que cogía con tres tipos era Dalma? Miró a su amiga, confundida, y le preguntó con la voz quebrada:
―¿Te dejaste coger por tres tipos?
―¿Eh? No, no…
―No mientas, Dalma ―intervino Emilia―. ¿O vas a decir que este video es falso?
―No es falso, pero… eso no significa que la chica de los otros videos sea yo. Creo que alguien lo hizo a propósito, para perjudicarme. No sé quién…
―¿Tu novio? ―Preguntó Xamira―. Tomi parece muy enojado.
―No lo creo… pero evidentemente alguien le pasó este video… pido perdón. Es cierto que le chupé la verga a Walter y a Alexis… no lo pude evitar. Perdí la cabeza. Ni siquiera pude pensar con claridad. Pero después de hacer eso, me fui… ni siquiera me saqué la ropa. Fue un error, lo admito. Sé que estuve mal… pero no soy una puta.
Xamira se lanzó sobre su amiga, la abrazó con fuerza y la besó en la boca, como si fueran viejas amantes.
―Yo te creo ―le dijo―. Y me duele mucho que el pelotudo de tu novio haya publicado esto…
―No es más mi novio… esto no se lo voy a perdonar nunca.
―Ni yo ―aseguró Emilia―. Si ese pelotudo se acerca a mi casa, lo saco a escobazos. No lo quiero ver ni en fotos. ¿Cómo puede ser tan basura? ¿Acaso no se da cuenta que al publicar esto arruinó por completo tu imágen? Yo también te creo, hija… pero todo el mundo va a pensar que sos una puta.
―Así es ―dijo Xamira―. Y que hayas publicado fotos desnuda no ayuda mucho. Ahora todo el mundo te conoce la concha y además saben que anduviste chupando vergas.
Dalma se encogió de hombros.
―Eso sinceramente ya no me importa. Llevan tanto tiempo diciéndome barbaridades que ya no me duelen. Tampoco me molesta que la gente me vea desnuda. Es mi cuerpo, no hay nada de malo en ello. Sé que mucha gente solo ve el lado obsceno de estas cosas, pero yo lo veo de otra manera.
―Quizás… si les explicás como lo ves vos… ―sugirió Xamira―. No sé si funcionará, pero al menos lo podés intentar.
Dalma miró a su madre. Emilia dudó unos instantes y luego asintió con la cabeza.
―Deberías intentarlo ―le dijo―. No perdés nada al hacerlo. Estoy muy dolida, hija. Como madre me molesta muchísimo que estés expuesta en internet de esta forma, pero yo siempre te voy a apoyar. Yo entiendo cómo ves las cosas.
―Gracias a las dos… de verdad. Las quiero mucho.
Después de estas palabras, Xamira se lanzó a chupar la concha de su amiga, sellando así un lazo de confianza irrompible. Emilia miró la escena mientras acariciaba la espalda y las nalgas de Xamira. No pasó mucho tiempo hasta que Dalma tuvo un potente orgasmo y sus jugos vaginales fueron a dar justo dentro de la boca de su mejor amiga.
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Cuando Oriana vio el video de Dalma chupando dos pijas, su necesidad de justicia se incrementó.
―Tengo una teoría ―le dijo a Erika y a Siara. Las tres estaban reunidas en la sede del club Veritas Sectatores―. ¿Y si Dalma hizo todo esto porque su madre la obligó?
―Obligar es una palabra muy fuerte ―dijo Erika.
―Bien, sí, tenés razón. Digamos la persuadió para que se sacara las fotos que encontró Xamira… y luego la llevó a participar de ese video porno. Quizás hasta estuvo presente todo el tiempo.
―Emilia no estuvo presente ―dijo Siara―. Dalma habla de su madre como si ella no estuviera allí. Pero eso no quita que haya sido idea de Emilia que su hija se reuniera con Walter y Alexis.
―Entiendo que esa mujer puede estar involucrada en la contratación de actrices porno en el instituto ―dijo Erika―, quizás lo haga para ganar dinero… o solo por morbo. No lo sé. Pero de eso a entregar a su propia hija… hay mucho trecho.
―Xamira no quiso mostrarnos todas las fotos ―continuó Siara―, y sé que hay más para ver en ellas. Sospecho que la relación entre Dalma y su madre es… em… ¿cómo decirlo?
―¿Demasiado cercana? ―Preguntó Oriana. Sintió escalofríos, la sola idea de que una madre y su hija pudieran tener ese tipo de relación le ponía los nervios de punta. Ella jamás podría mirar a su madre con otros ojos que no fueran los de una hija.
―Exacto ―asintió Siara―. Vamos a tener que presionar un poco a Xamira, para que nos cuente más sobre este asunto. Si bien existe la ligera posibilidad de que alguien le haya puesto la numeración a este video de Dalma y que la chica que está cogiendo con tres no sea ella… las chances de que eso sea cierto son mínimas. A mí ya no me quedan dudas de que es Dalma. Pero eso no significa que el caso esté cerrado. Lo que más importa ahora es el asunto de las becas.
―¿Pudimos hacer un avance con eso? ―Preguntó Oriana.
―Bueno, vos nos ayudaste muchísimo aportándonos el dato de que la hija del decano está involucrada ―dijo Siara―. Si conseguís acercarte a ella, de buena manera, y ganarte su confianza, quizás puedas averiguar algo importante. ¿Creés que podés hacerlo?
―Eso depende de Mariela. Le puedo decir que me la presente.
―Bien, eso nos da un camino a seguir. Por otro lado, ya tengo la lista de las chicas becadas, me interesa especialmente las que recibieron la beca de Emilia.
―Chicas, si les soy sincera, no tenemos pruebas de que las becas estén directamente relacionadas con las actrices porno ―comentó Erika―. Ustedes mismas lo dijeron: hasta la hija del decano está metida. Ella no necesita ninguna beca.
―Sí, lo sé ―asintió Siara―. Eso me confundió bastante. Va en contra de nuestra teoría, pero aún así, que a Oriana le haya ofrecido “trabajo” la misma Emilia, es algo que me hace sospechar mucho de ella. Quizás no todas las chicas que terminan siendo actrices porno lo hacen por el temita de las becas, pero no se puede negar que algunas sí.
―Todo esto es muy turbio ―dijo Oriana―. ¿Alguna sabe dónde está Xamira?
―Le pedí que viniera ―respondió Erika―. Ya tendría que estar por llegar.
―Acá estoy.
La aludida asomó su cabeza en el interior de la sede del club, desde el interior Erika, Siara y Oriana, la miraron como quien mira a alguien que acaba de sufrir un duro accidente.
―Creo que ya no quedan muchas dudas de que la chica del video es Dalma ―dijo Erika.
―Técnicamente no lo demostramos todavía ―intervino Siara―, pero las probabilidades de que se trate de ella son demasiado altas.
―No me importa ―dijo Xamira desde la puerta―. Creo que deberían dar el caso por concluido. ―Las tres chicas se miraron unas a las otras, desorientadas―. Solo vine para agradecerles por todo lo que hicieron y para comunicarles que ya no voy a seguir en el Club. Espero que puedan encontrar a un cuarto miembro pronto.
―Pero… estamos tan cerca de… ―Erika parecía dolida.
―Lo siento, es una decisión tomada. Hay cosas que es mejor no saberlas. Prefiero cuidar mi amistad con Dalma.
―¿Y no te preocupa el asunto de las becas y las actrices porno? ―Preguntó Oriana.
―No, ya no me importa. Perdón, sé que te dije que íbamos a ir juntas la próxima vez, pero sinceramente ya no me interesa seguir formando parte de esto. Los últimos días fueron muy estresantes… me llevaron a hacer cosas de las cuales me arrepiento. No quiero que mi vida se vaya al carajo por esto. Además… Emilia es una excelente persona. Dudo mucho que ella tenga algún tipo de relación con todo este asunto de las actrices porno. A Emilia también la considero una amiga y no quiero que esto termine generando una brecha entre nosotras. Les deseo lo mejor con el club. Espero que lo disfruten. Les sugiero que se busquen un nuevo caso, porque este, para mí, ya se terminó.
―No te ofendas, Xamira ―dijo Siara―, puede que para vos se haya terminado, pero no para nosotras. Esto va mucho más allá de Dalma. Si ella es la chica del video o no, a esta altura me importa poco. Lo que quiero saber es qué ocurre con el asunto de las becas, las actrices porno y quiénes están involucrados. Las tres buscamos eso. ―Oriana y Erika asintieron―. No vamos a parar.
―Está bien, me parece perfecto. Pero no esperen contar con mucha colaboración de mi parte… ni tampoco de Emilia y Dalma. Estoy segura de que ellas no hicieron nada malo y solo buscan que las dejen en paz. Hasta luego, que les vaya bien.
Xamira giró sobre sus talones y se alejó del salón dejando a las otras tres integrantes del Club con una gran incertidumbre y la fuerte sensación de que fueron traicionadas.
―Bueno, esto se pone cada vez peor ―dijo Siara―. Ahora perdimos a la persona que más nos podía ayudar a acercarnos a Emilia… y para colmo yo sigo sintiendo que no estamos haciendo nada. No avanzamos prácticamente nada.
―¿Cómo que no? ―Preguntó Erika―. Si vimos el video de Dalma en Twitter y…
―Sí, pero nosotras no tuvimos nada que ver con eso. Fue… un evento aleatorio que nos favoreció. A mí no me gusta eso. Por el honor del club, quiero lograr un avance por mí misma.
―Ya te dije que a mí no me importa cómo consigamos la información, lo importante es conseguirla. Si fue aleatorio, bien… nos favoreció.
―Comparto la opinión de Erika ―dijo Oriana―. A mí tampoco me importa que el azar nos de una mano de vez en cuando.
―No gastemos saliva ―dijo Erika―, no la vamos a convencer. Es muy testaruda. Un día de estos va a hacer una locura, solo para demostrar que logró un avance importante en un caso.
―¡Ya sé! ―Exclamó Siara, poniéndose de pie. Sus grandes tetas rebotaron. De haber tenido un escote pronunciado, hubieran saltado hacia afuera.
―Ay, no… ya está pasando ―se lamentó Erika.
―Es curioso ―dijo Oriana―. Pensé que la que amaba las locuras eras vos.
―Puede ser, pero mis locuras son inofensivas ―aseguró Erika―. Las de Siara son peligrosas, porque nacen de la desesperación.
―¿Van a escuchar mi idea o van a seguir con el psicoanálisis?
―Te escuchamos ―dijo Oriana.
―Bien. Antes que nada, tus locuras no son inofensivas, Erika. A veces podés ser más peligrosa que yo. Y segundo, puede que este plan presente ciertos riesgos, pero… el que no arriesga, no gana. Vamos a hacer nuestra propia película porno.
―¿Qué? ¿Te volviste loca? ―Preguntó Erika―. Vos dijiste que no nos íbamos a meter de actrices porno…
―Nosotras no vamos a ser las actrices. Vamos a ser las productoras. Necesitamos algunas cámaras, un lugar que poder usar de estudio y… actrices. Podemos contratar a Mariela y le preguntamos si se le ocurre sumar a alguien más.
―Ajá, sí, puede ser ―dijo Oriana―. Si la paga es buena, no creo que Mariela se niegue… siempre y cuando su video no termine en internet.
―No vamos a subir el video a ningún lado. Les vamos a decir que es un proyecto privado… como el de la web en la que ella trabaja.
―Todo muy lindo, nena ―dijo Erika―. ¿Pero de qué carajo nos va a servir hacer nuestra propia película porno? ¿Qué ganamos con eso?
―Ahí es donde entra el riesgo. Tenemos que hacer que se corra un poquito el rumor de que alguien está produciendo porno en el instituto. Lo cual ya ocurre, y estoy segura de que también hay rumores sobre eso. Mi intención es poner en alerta a las personas involucradas en la productora porno… para que crean que tienen competencia. Cuando empiecen a sentirse amenazados, van a salir de sus escondites.
―Es muy arriesgado ―dijo Oriana―, pero si lo organizamos bien, creo que puede funcionar. Es una buena idea. Esta gente tiene un servicio muy exclusivo, no les va a gustar nada que alguien les haga la competencia.
―¿Y vos qué opinás, Erika? ―Preguntó Siara―. ¿Te sumás al proyecto?
―Y sí, ya fue… hagamos nuestra propia película porno.
1 comentarios - Intriga Lasciva - El Instituto [12]
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