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Yo 24 el 56 (historia Real)

Yo 24 el 56  (primera parte)


Recuerdo estar caminado por la zona de Quilmes, en una plaza junto a la perrita de mí abuela. Me quede en su casa 2 semanas, hacía de casero mientras ella vacacionaba con sus amigas. 
A tres cuadras antes de llegar a la casa de mí abuela había un almacén, atendido por dos personas Julio de 56 años y Martín de no más de 30 años, eran padre e hijo. 
Con frecuencia iba a comprar a su almacén por esos días.

Unos días antes de volver mí abuela de sus vacaciones hubo una tormenta muy fuerte, fue una semana lluviosa y los almacenes cerraban temprano, pero este que les mencioné siempre estaba hasta tarde. 
Ya habían trascurso las 23.30hs y quería comer algo salado, así que en medio de la tormenta voy hasta el almacén. Me atiende julio y me hace pasar, después de cierto horario, por seguridad atendía solo desde la ventanilla.
Charlamos un buen rato y entramos más en confianza. Se lo veía un hombre bastante "pícaro", alto, medio robusto, no muy atlético y de baba candado, sus canas eran visibles, pero apuesto, atractivo... Un Seductor, o por lo menos esa fue mí primera impresión.

Entre charlas, se notaba cierto interés con picardía y algo de insinuación. 
En un momento me dice que su hijo estaba con la novia en Mercedes, una localidad del interior del Bs As. En "la fiesta del salame" y me pregunta que onda... Si me gustaban los salames, picado fino o picado grueso. 

--Con esta lluvia Martín se fue a Mercedes. A la fiesta del salame. Conoces? Te gustan los embutidos?
-si, consumo fiambres...-lo mire con tanta insinuación. Me regale con facilidad al momento.
--yo tengo uno acá, picado grueso... Te va? - se toca el bulto entre sus piernas mientras suelta la frase. 

Yo me encontraba mojado por la lluvia, la excitación del momento se reflejaba en mis pezones, estaban firmes, erguidos y podían verse traslucir a través de la remera blanca que llevaba mojada. Mí cintura quería bailar al rito de su madurez y ser tomado por su experiencia. 
El se seguía tocando el bulto y de repente esa hinchazón entre sus piernas era más notoria. 
Atento a sus acciones, no moví la mirada de lo que estaba haciendo. 

El clímax seguía aumentado y de pronto fuimos interrumpidos por un corte de luz, el temporal hizo que el barrio entero se quedará sin energía eléctrica. El momento era propicio para desencadenar mí deseo por ese hombre maduro que me desnudaba con su mirada de perversidad. 
En medio de la oscuridad nuestros cuerpos se unen, me toma y puedo sentir el calor de su cuerpo caliente, sin reparo, me frota su bulto tan erguido y lo sometía junto al mío, su respiración acelerada me abrumaba. 

Una vecina de la cuadra nos interrumpe. No nos alcanza a ver, vino a pedir un par de velas para llevar, ya que el comercio se encontraba con sus persianas abiertas. 
Julio seguía caliente y parecía no querer soltarme, se tomo unos segundos para atender y la hace pasar. La vecina seguía dando charla, en ese momento llega otro vecino buscando velas y el ambiente que habíamos formado concluye. 
Disimuladamente lo despido y me vuelvo sin nada, ni velas, ni los que había ido a comprar. 

Estando en la casa de mí abuela, busco en la alacena de la cocina si habían velas, las encuentro y prendo un par de ellas. Habían solo tres. Empezaba a tener frío y decido preparar la ducha para darme un baño, prendo la última vela que quedaba y la dejo en el baño. 
Estaba empezado a desvestirme cuando escucho que llaman fuera de la casa.
Salgo del baño y veo a través del ventanal del living a un hombre llamando, era julio. 
No puedo describir con palabras mi sensación en ese momento. Salgo sin pensarlo y abro el portón para darle ingreso a la casa, una vez dentro nos fundimos al deseo.

Continuara... 

Parte 2 en unos días lo subo. Prometido. (Historia Real)

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